Natalia Franzoni, también conocida como Naty Franz, es una reconocida modelo, influencer y conductora de televisión. Comenzó su carrera en el mundo del entretenimiento como modelo de pasarela y publicitaria, pero alcanzó mayor visibilidad en 2012 con su programa de televisión Glam & Music.
A lo largo de su trayectoria, ha trabajado como notera y conductora en canales como América TV, Fox y Ciudad Magazine, produciendo y presentando contenidos propios. En 2018, Naty completó su formación en yoga y lanzó el taller Animate a manifestar tus sueños, que la llevó a inspirar a miles de mujeres en todo el país.
Al año siguiente, creó Embarazo consciente, un taller dirigido a futuras mamás, y en 2020 publicó dos libros sobre sus enseñanzas y experiencias. Su impacto en el ámbito del bienestar le permitió consolidarse como una de las influencers de yoga más importantes de Argentina.
También incursionó en la música y escribió varias canciones que reflejan su estilo de vida. Además, desarrolló el Método NF, que combina la filosofía del yoga con técnicas holísticas y de liberación personal. Además, realizó talleres y cursos de autoconocimiento.
Naty está casada y es madre de dos hijos. Actualmente, dirige una academia online con más de 60 mil alumnos y se prepara para lanzar su cuarto libro sobre su Método NF, demostrando que es posible crear la vida que uno sueña al tomar las riendas de su propio destino.
Mariana: — ¿Qué es el método NF?
Naty: — Es la unión de la filosofía del yoga con un montón de herramientas holística y de avanzada que fui conociendo a raíz de que me sané. Yo sané mi cuerpo, así empezó mi historia, así empieza mi cuento.
Mariana: — ¿Cómo fue que te sanaste?
Naty: — Yo era todo lo contrario a lo que hoy es. Cuando arranqué en la tele estaba cumpliendo mi verdadero sueño, que yo en ese momento creía que era para eso para lo que había venido a este mundo, y cuando lo logré, dije: “¡Qué sabor a poco me da esto! No soy feliz haciendo esto. No me llena”. Pero sí necesité pasar por esa experiencia para todo lo que vino después.
Mariana: — ¿Y en qué momento hiciste ese clic que cambió tu vida?
Naty: — A los 14 años cambié mi vida. Yo vivía enferma en base a malos comportamientos, malos hábitos, me vivía criticando, no me gustaba cómo era, me sentía super mal.
Coty: — ¿Cuáles era esos hábitos?
Naty: — Quejarse todo el día, criticarse a uno mismo, no hablarse bien, pelear. Estaba muy frustrada, no me animaba, no confiaba en mí, entonces no me animaba a hacer lo quería y vivía siempre creando expectativas alrededor, cumpliendo los objetivos o deseos de los demás. A los 7 años me enfermo, en mi familia había muchos problemas, como en todas las familias, y me enfermé de psoriasis. Me broté de pies a cabeza y a los 14, después de uno de los tantos médicos que fui a ver, quise escuchar algo más. Me habían dicho que esa enfermedad me iba a acompañar para siempre, que era para el resto de mi vida. Yo estaba en la adolescencia, me odiaba con todo el mundo, me peleaba. El médico me dijo: “Es psicosomático” y yo le dije: “¿Qué es eso?”. “Que lo creas vos con tu mente. Ya se te va a pasar. Andá al psicólogo”, me contestó.
Mariana: — ¿Y qué hiciste?
Naty: — Ahí le dije a mi mamá que me iba a curar y empecé un camino, pero para siempre. Aparte de eso tomando acción porque no es solamente es la decisión o el pensamiento sino que accioné. Me cambié de turno en el colegio, me hice mi habitación en un altillo y estuve todo ese año trabajando en mi interior. Yo nunca mostraba mi cuerpo y vivía toda tapada. Me vestía como un hombre, usaba ropa grande, deportiva, odiaba mi cuerpo y a los 15 años me compré una bikini y me fui a la cancha de platense a la pileta, toda brotada. La gente me miraba y no me preguntaban que me pasaba porque yo estaba ahí expuesta. Ese verano me curé y jamás me volví a brotar. La respuesta estaba en hacer lo opuesto a lo que hacía.
Coty: — ¿Qué hacías?
Naty: — Hablarme bien, en positivo, empecé a agradecer. Era la única forma de soltar la queja y salir de ahí. Yo no tenía plata, mi familia era un desastre, me peleaba con todo el mundo, me sentía horrible, pensaba que nada de lo que yo quería hacer iba a poder. Yo quería ser actriz y trabajar en la tele, no solamente no tenía contactos ni forma de llegar sino que además tenía psoriasis, tenía toda la piel lastimada. Para mi era imposible. Tanta bronca, frustración, odio, todo eso me lo tragaba. Entonces, empecé a agradecer, por ejemplo, de estar viva. Cuando me hice mi cuarto, me puse espejos que compré en el “Todo por 2 pesos” de esa época. Hacía feria americana, me hacía mis remeras vatik para tener plata y poder pagarme la pintura, las lijas para mi habitación. Fue todo un trabajo de decir: “Yo puedo y voy a hacer todo lo que esté mi alcance para tener ese dinero que necesito, para hacer las cosas que quiero y para verme bien”. En esa construcción, eso que reparé, ese altillo que estaba todo destruido, a la vez que se construyó ese cuarto, que estuve un año lijando y pintando, también logré sanar mi cuerpo. Un día levantarme y toda la cama estaba con cascaritas y no tenía más nada. Ese trabajo lo hice frente al espejo, hablándome bien. Parece una pavada, pero funciona.
Mariana: — Es un trabajo de todos los días.
Naty: — Sí, yo trabajo mucho con masajes, con afirmaciones, con taping, con la escritura, en ese momento empecé a escribir todo lo que yo quería y lo agradecía. Agradezco que estoy viva, que tengo estas cuatro paredes, que puedo respirar, agradezco que estoy queriendo cambiar, agradezco la familia que tengo aunque hoy no la esté pasando bien. Agradezco, agradezco, agradezco…
Los medios
Coty: — ¿Cómo arrancás en los medios?
Naty: — A los 17 años empiezo a ser modelo. Empecé a trabajar de modelo y me re costó. Iba a todos los castings…
Coty: — Pasaste de taparte toda y no mostrarte a ser modelo.
Naty: — Si era una busca, agarraba la guía y me iba a todos los castings. Me decían que tenía que pagar por las fotos y yo les decía: “¿Qué pagar? Vos me tenés que pagar a mí. Me tenés que contratar” (risas). Toda esa etapa también fue una construcción de poder verme bien. Yo me sentía muy mal y fotografiaba horrible. Yo hoy no salgo ni en una foto mal porque practiqué 8 años frente al espejo cómo verme bien, cómo gustarme, hoy el perfil que no me gusta ya no me importa porque estoy segura y tranquila y ya pasé esa cuestión física. Mi alma es lo más hermoso que tengo y esa confianza que yo tengo se expresa en mí y a través de mi cuerpo. No importan las arrugas, los años, el perfil, somos tanto más y yo lo pude descubrir de chica. En esta búsqueda de ser modelo, tres años fui a castings sin quedar en ninguno. Hoy me causa gracia cuando me dicen: “No puedo, no llego”. Yo fui tres años y lo poco que tenía de guita, me lo gastaba en el colectivo y no quedaba. Después de tres años quedé como doble de culo y de piernas o sea no se me veía la cara. Fui muy conocida en los castings de tanto ir y no quedar. Yo iba igual, insistía.
Mariana: — Y cuando lo lograste, ¿qué pasó?
Naty: — Después de 10 años que me cansé de hacer comerciales, lleno de carteles con mi cara, me veía hasta en la Lugones, dije: “Ya llegué acá. Ahora, ¿qué más hay?” Ya sentía que había llegado a lo que quería y dije: “Quiero ser conductora”. Ahí me empecé a dar cuenta cómo eran los arreglos de la tele, ahora creo que cambió, pero era tremendo: te piden que salgas a comer, si no venís acá no quedás, etc. Yo decía: “Mis valores son los que me trajeron hasta acá, jamás voy a perder mis valores. Voy a poder”. Ya era grande, tenía a mi primer hijo, estaba yendo a castings y no quedaba en ninguno. En un momento, en una productora, llego a la última instancia del casting y quedó otra chica porque había estado con el productor, entonces les pregunté: “¿Cuánto sale hacer un programa de televisión? Bueno, me lo pago”.
Mariana: — ¿Hiciste tu propio programa de televisión?
Naty: — Sí, así empecé en la tele. Invité a gente conocida y personas que podían además abrirme la puerta del medio. Entrevisté a Marley, que además era productor, a Vero Lozano y Leo Montero, que eran conductores y yo dije: “Acá puedo ser notera”. A Germán Paoloski, que después trabajé con él tres años que yo soñaba con trabajar en Fox y estuve trabajando ahí. También entrevisté a Pamela David y a Mariano Peluffo. Seis tiros tenía, que era lo que había pagado. Era la Susana Giménez del cable (risas). Conseguí la plata, me pauté todo, puse doble HD y finalmente no tuve que poner un peso porque había pautado todo, lo vendí, lo produje, lo armé. La gente decía: “Esta loca ¿Quién es?” Tenía un micrófono fucsia, aparecía ahí delante de todo en Intrusos, en CQC, me levantaban en los portales. Eran mis seis tiros, mis seis chances sino ya estaba. Aparte era romper con la idea de ser ridícula. Nadie daba dos pesos. A los seis meses me llamó Pamela para Desayuno Americano, conduje en América a la noche, después me llamó Paoloski para Fox, después en Ciudad Magazine hice cápsulas de bienestar. Así llegué a estar en cinco programas a la vez y dejé todo para seguir con otro sueño.
Mariana: — Si te dijeran de volver a los medios, ¿lo harías?
Naty: — En realidad soy como Droopy (risas). Nunca dejé de estar, pero no con la vorágine de todos los días. Tengo mi proyecto familiar que es el más importante, un marido y padre maravilloso, y todo lo que vengo haciendo con el Método NF…
La disciplina como punto inicial
Coty: — ¿Cómo lograste cambiar la mirada que tenías sobre vos?
Naty: — Yo tuve un complejo con mis piernas, las odiaba. Usaba cinco calzas debajo del jean porque me decían tero, palito de helado, esquelética, de todo. Un día dije: “¿Qué estoy haciendo?” No solo fueron las que me dieron mucho trabajo, porque fui doble de piernas un montón de tiempo, me hicieron prácticamente millonaria las piernas que en otro momento odie tanto y todo el mundo me las empezaba a halagar. Lo mismo que me criticaron durante tantos años, cuando yo lo pude resolver…
Mariana: — El cambio es de adentro hacia afuera. No hay con qué darle…
Naty: — Siempre, siempre es así.
Coty: — ¿Cuál fue el camino que recorriste hasta llegar a tener todas esas herramientas que te permiten estar bien hoy y llevar adelante tus proyectos?
Naty: — Para llegar a la televisión hice dos años de oratoria, stand up, ya trabajando en la tele, era famosa, por decirlo de alguna manera, pero iba a La Boca a hacer a la gorra stand up para exponerme porque yo hoy hago teatros y tenía que perder ese miedo a mostrarme. Hice clases de baile, aprendí a hablar en cámara, hoy me ven comunicando y me dicen: “¡Ay! A mí no me sale hablar”. Hace 25 años que practico. Hice circo, actuación, todos los cursos que te puedas imaginar. Es todo un trabajo porque a mí no me salía nada. Por eso digo que se puede. Todo esto está chequeado.
Mariana: — Es importante esto que decís porque no es fácil, uno también tiene que superar ciertas frustraciones.
Naty: — Sí y cada vez que quiero ir por algo, me estoy preparando porque todo requiere de formación.
Mariana: — Cuáles son los tres tips que podés recomendar para iniciar un proceso de bienestar.
Naty: — Autoconocimiento. Siempre solemos entregarle la salud a los demás. Si bien es importante estar acompañado porque nada se puede solo, está buenísimo integrar todo lo que está al alcance. No es ni una cosa ni la otra: podés ir a la psicóloga o al psiquiatra y siempre trabajar el ser y el autoconocimiento porque cuando uno se conoce es la mayor validación.
Mariana: — Es importante remarcar que no reemplaza una medicina tradicional o un profesional sino que es un proceso que acompaña.
Naty: — Acompaña. Por eso es importante que los médicos puedan aprender de la meditación, lean los estudios científicos que hay sobre la importancia de meditar, de hacer yoga, de hacer tapping...
Mariana: — Primero entonces autoconocimiento, ¿el segundo?
Naty: — Práctica. Nos lavamos los dientes todos los días, hacemos la cama y nos bañamos, esto es lo mismo. Hay que mantener la practica siempre, incluso en los peores momento, cuando peor estás más disciplina tenés que tener. Todo se logra con disciplina y la voluntad nace de la acción. Esperamos a tener ganas y yo nunca tengo ganas. Pero sé que soy mucho más que mis ganas y que si yo lo hago todo cambia y aparte soy re insistente. La tercera es soltar el control. ¿Cómo lo hago? Con estas herramientas. Queremos controlar todo y cuando logramos cambios, nos agarramos de ese cambio y es un proceso de toda la vida. Uno nunca termina de trabajar consigo mismo. Nada es lineal, es una montaña rusa y todo cambiar. Hacete amiga de la incertidumbre, del miedo, de las dudas, no tenés que saber nada. Aprendí a confiar en el universo y todo se fue acomodando.