Marcelo D’Andrea, conocido por el mundo futbolístico como Daddy D’Andrea, es el masajista de la Selección Argentina de Fútbol y una figura clave dentro del equipo, sobre todo por su cercanía con Lionel Messi. Desde su llegada al plantel en 2001, gracias a Gabriel Batistuta, ha sido un pilar fundamental para la recuperación de los jugadores. Con Messi, en particular, forjó una relación de confianza desde el Mundial Sub-20 en 2005.
Durante casi 25 años, Daddy estuvo presente en los momentos más importantes de la Selección, tanto en las derrotas dolorosas como en las victorias gloriosas. Su apoyo para mantener al plantel en óptimas condiciones físicas fue crucial durante las finales perdidas, así como en la histórica victoria en la Copa América y el Mundial de Qatar 2022.
Más allá de su rol como masajista, es una figura querida dentro del equipo. Es reconocido por su trato cercano con los jugadores y fue testigo del crecimiento deportivo de los campeones el mundo. Su humildad y lealtad han hecho que su presencia sea invaluable para el combinado nacional. “Soy un bendecido”, admitió en diálogo con Leo Montero.
Leo: — ¿Te preguntaste por qué se generó esa cuestión paternal entre vos y los jugadores de la Selección? Vos a Messi lo conocés desde el Mundial Sub 20…
Daddy: — Sí, arrancamos en esa época. Yo creo que soy un bendecido de llegar a dónde llegué y que justo vino Leo, un enviado. Él me elige por una cuestión de lesiones que tenía y ahí arrancó la amistad nuestra.
Leo: — ¿Pensás en algún momento: “Estoy masajeando piernas que valen oro”?
Daddy: — Al principio sí, después es como que te acostumbrás y pasas a ser parte de la familia de la Selección.
Leo: — Llevás casi 25 años con la Selección. ¿Te acordás quién fue el primero?
Daddy: — El Bati. Él tenía problema en los tobillos, en las rodillas. Nunca me olvido ese trato que tenía: “Fiera vení que vamos a laburar”. Yo no conocía a nadie, no tenía padrinaje, nada.
Leo: — ¿Él te lleva a la Selección?
Daddy: — Él pedía un masajista porque estaba acostumbrado a eso por el club en el que jugaba. Le pedía a (Marcelo)Bielsa y a (José) Pekerman. El doctor (Donato) Villani fue el que se encargó de buscar, entonces hicieron una selección de masajistas. Había un par del Nacional B que se presentaron también.
Leo: — Hubo un casting (risas).
Daddy: — Sí, hubo y finalmente quedé.
Leo: — Scaloni hoy es entrenador, pero también tuvo su etapa de jugador en la Selección.
Daddy: — Sí. También fue ayudante de campo con (Jorge) Sampaoli. Somos muy amigos con Leo. Hizo un trabajo extraordinario con la Selección y pasamos de una confianza y amistad al respeto absoluto cuando asumió el cargo de DT. (Roberto) Ayala, (Pablo) Aimar, (Walter) Samuel, los tuve a todos como jugadores, son muchos años juntos...
Messi
Leo: — ¿Por qué te dicen que sos el guardaespaldas de Messi? ¿Sentís que tiene que ver con esto que hablábamos antes de ser considerado como “el papá de la Selección”?
Daddy: — La gente a veces te insulta o te halaga, pero me pone incómodo porque yo no soy guardaespaldas. Yo siempre le dije a Leo: “Yo no soy amigo tuyo. Yo te quiero como a un hijo”. Es lo que yo siento por él.
Leo: — Tal vez por ese sentimiento es que en las imágenes se ve cómo lo cuidás y se generó esa percepción…
Daddy: — Sí. Nosotros pasamos muchas, pero muchas malas. Yo en una nota hace un tiempo dije algo muy lindo: que no nos dimos cuenta en 10 años todo lo mal que le hicimos. No lo supimos disfrutar y leerlo. Ahora que se acortan los tiempos de un año y medio, dos o tres años, queremos todo con él. Y estuvimos 10 años dándole palo, palo y palo. Aprovechemos este momento y disfrutémoslo.
Leo: — En esas malas, imagino que te daba bronca escuchar lo que decían de Leo.
Daddy: — A él no le gusta todo eso de que vos quieras enojarte o hablar. Él tiene siempre un perfil bajo. Tuve un enojo muy grande hacia los periodistas que lo maltrataron y él me dijo: “¿De qué te enojás, si hay que seguir laburando? Quedate en silencio que tenemos que laburar. Hay algo que estamos haciendo mal, sigamos laburando”. Eso me lo llevo para mi vida. Me dio una enseñanza de vida.
Leo: — En la intimidad, ustedes que lo conocen bien, ¿es mucho más contundente en sus apreciaciones sobre el grupo de lo que la gente conoce a través de la prensa?
Daddy: — Leo es un tipo que mide, está atento a todo, sabe sobre todos los deportes, lee mucho, mira mucho, es muy inteligente y siempre está actualizado. Le querés entrar en algo y el tipo te baja la barrera porque sabe (risas). Es increíble y por eso tiene los dones que tiene.
Leo: — Físicamente es muy fuerte Lio, ¿cómo es con respecto al dolor cuando lo tratás?
Daddy: — Tiene un contexto físico privilegiado. Tiene una fuerza y una potencia en las piernas, en la cintura. Es único. Yo he visto jugadores, pero con esta característica de él... Te sorprende.
Trabajar con los grandes
Leo: — ¿Cómo es tu vida hoy entre Argentina y Europa? Porque tenés una relación tan cercana con los chicos, que también trabajas con ellos en sus propias casas.
Daddy: — La verdad que muy linda. Estuve al lado de Leo en su momento y ahora esta camada nueva me eligen también, entonces me hacen sentir vigente y sigo laburando. Cuando se termina la Selección capaz te llaman y te piden si podés ir a atenderlos y vivís un momento único con ellos, con sus familias. Hay mucha confianza, podés ir a los entrenamientos, ves y aprendés.
Leo: — ¿Un ejemplo que puedas contar de alguien a quien asististe recientemente?
Daddy: — Hace poquito estuve en lo del Cuti, lo mismo Dibu. Te dicen: “¿Viajá con nosotros? o ¿Cuándo venís?”. Me tomo un avión, estoy con ellos en su casa, voy a los entrenamientos, puedo trabajar con ellos también en el club...
Leo: — No quieren que vayas a un hotel, te piden que te quedes con ellos.
Daddy: — Claro. Sí, a veces les digo por la intimidad de ellos y sus familias. Pero me dicen: “No, no. Vos te quedásen casa” (risas).
Leo: — Es una relación así muy relajada la que tenés con ellos.
Daddy: — Sí, confían mucho en mí. Me conocen desde hace años y tener esa afinidad es único porque te encontrás con ellos y son 24 horas todos los días. Convivís como si fueras uno más de la familia.
Leo: — ¿Y con Messi?
Daddy: — Él sabe que si a mí me necesita voy a estar siempre. Pero ahora, cuando fue a Miami, armó toda una nueva camada y está bien. Si a mí me necesita, sabe que estoy.
Leo: — Di María se acaba de retirar. ¿Qué podés decir de él como profesional, como persona e integrante de este grupo?
Daddy: — Lo agarramos muy joven y el crecimiento de Fideo fue de abajo hacia arriba. Tuvo esos altibajos de las críticas malas y fueron las lesiones. No es que él quiso salir. Se lo criticó mucho, escuchabas mil cosas y él insistía que quería estar. A él no le importa nada, quería estar en la Selección. No hay un jugador argentino en el mundo que no quiera ponerse la camiseta argentina y transpirarla. Lo que fue Fideo en todo ese proceso que tuvo es que bancó mucho, las lesiones que lo perjudicaron. Compartí con él asiento en el micro durante años. Siempre íbamos juntos.
Leo: — Cábala.
Daddy: — Sí, cábala. Los últimos dos asientos y de ahí observábamos todo. Es un compañero único, perfil muy bajo, mucha humildad. Humanamente, se acercó a todos estos chicos nuevos y con Leo y (Nicolás) Otamendi, que son los tres más antiguos del grupo, hicieron un grupo muy lindo.
Leo: — ¿Tenés algún tatuaje de todos estos ídolos?
Daddy: — Y… mi ídolo lo tengo grabado: Leo. Le dije fírmame y ahí está desde 2005 (muestra el empeine del pie).
Leo: — Está con vos esa firma cuando todavía no había logrado todo lo que pasó del 2021 en adelante.
Daddy: — Este sí es mi ídolo. Mi verdadero ídolo desde 2005.
Leo: — Él un Ídolo y vos un visionario.
Daddy: — Que se lo tatúen todos ahora es normal. Yo lo tengo desde 2005.
Leo: — ¿Vos le dijiste que la firma era para tatuártela?
Daddy: — Sí. “¿Qué te vas a tatuar, gordo?”, me dijo. Él lo firmó y yo me lo fui a tatuar.
Leo: — Con Maradona compartiste como entrenador, ahora en noviembre se cumplen cuatro años de su muerte. ¿Cómo lo recordás?
Daddy: — Le agradezco todas las oportunidades que nos dio, el lugar en el que nos puso, para mí es nuestra bandera y vamos a estarle completamente agradecidos. Siempre miró al laburante y nos quedamos con eso de Diego. Nos dejó muchas enseñanzas, mucha sabiduría en las charlas que tuvimos y no se merecía todo este final. Para mí es un muy fuerte. Tendría que haber estado en esta etapa de la Selección. Podía haber estado trabajando, haciendo su magia, dando sus charlas y eso se extraña.
Leo: — Además era el hincha número 1 de la Selección.
Daddy: — Sí, de todo. Para nosotros fue muy fuerte y se lo extraña muchísimo porque lo pudimos tener y compartir. Me emociona recordarlo.