Gabriel Orce, conocido en las redes sociales como Orce Ey, es un creador de contenido que, con creatividad y esfuerzo, en poco tiempo alcanzó un alto nivel de popularidad en TikTok. Actualmente, cuenta con una comunidad de más de 1 millón y medio de personas.
Con un enfoque humorístico, en sus videos compara barrios populares con Miami y otros puntos de Estados Unidos. Sin embargo, su éxito no se basa únicamente en la viralidad de sus sketches sino en su autenticidad.
Tras cumplir su sueño de instalarse como un referente en las redes, Orce decidió abrir el juego e ir también por la escena musical. Crea temas que expresan sus raíces y los deseos de un chico de 22 años que nació en el conurbano bonaerense, pero sin descuidar su contenido humorístico que sigue sumando cada vez más adeptos.
Mai: — Cuando uno piensa en un influencer, se viene a la cabeza la imagen de la persona que vive en Palermo Hollywood, que toma el cafecito, sube el avocado toast a la mañana y le llegan canjes. Pero tu perfil es muy distinto y reflejas otra realidad. ¿Cómo surge todo?
Orce: — Sí, a mí me pasaba que miraba a esos tiktokers y era todo muy influencer, story time y dije: “¿Por qué no hago lo mío?” Yo iba a actuación, hice como 3 o 4 años y me pareció que estaría bueno hacer sketches en TikTok porque estaba muy visto en YouTube, pero no en TikTok. Ahí empezó todo.
Mai: — ¿Cuántos años tenés?
Orce: — 22.
Mai: — Y sos de Solano.
Orce: — Sí, de San Francisco Solano.
Mai: — En tu bío lo remarcas. ¿Cómo te presentas?
Orce: — De Solano para el mundo (risas). Trato de decir de dónde soy porque a la gente le sorprende de que alguien de mi barrio haga tiktoks de esa forma y yo siento que el argentino ocupa el 50 por ciento ese perfil: del barrio, de la calle de tierra...
Mai: — Sentías que no había representación de lo que vivías todos los días.
Orce: — Claro. No hay representantes del barrio. Ahora aparecieron una banda y me alegra un montón que sea así. La única representación del barrio que tiene la gente ahora es la música, el RKT y todo eso. Representa mucho a la juventud, pero el otro 50% de la Argentina lo ve mal.
Mai: — ¿Cuál crees que son los principales prejuicios que tiene una parte de la Argentina que quizás es de clase media alta sobre los chicos que viven en barrios del Conurbano, los que venís a representar vos?
Orce: — La mayoría de comentarios que tengo al subir un video es: “Estos chorros ¿qué se hacen? Estos villeros, estos grones”, me dicen mucho (risas). Me caen muchos comentarios así denigrando de dónde venimos. No te niego que en el barrio hay mucha gente que roba, obviamente, hay pocos recursos y hay que decir la verdad. Pero eso nos hace igual a todos.
Mai: — La mayoría de los comentarios que recibís, ¿son positivos o negativos?
Orce: — Son positivos, pero hay un gran porcentaje que son malos. Yo creo que es por las “pintas” (risas).
Mai: — ¿Notas otros prejuicios? Por ejemplo, con el temas de las drogas.
Orce: — Eso también es un punto importante porque yo no soy un consumidor ni de marihuana ni de otras sustancias que no sean alcohol. Pero está muy visto que los pibes del barrio ahora fuman marihuana. Pero yo personalmente no consumo porque me gusta estar consciente, en mis cinco sentidos y siento que así me explayo. La marihuana a mí, personalmente, me lleva a colgarme y no estoy consciente o activo al 100 por ciento. Pero hay otra gente que le gusta y le ayuda a la creatividad. Me parece perfecto que usen como quieran.
Mai: — ¿Te gusta dejar un mensaje en tus redes con esto no de consumir? ¿Sentís que le sirve a otros?
Orce: — Yo creo que sí y a la vez siento que cada cosa que le pasa alguien en la vida es para aprender. Está bueno difundir este mensaje que para ser de barrio no tenés que fumar, drogarte ni esas cosas. Eso no tiene nada que ver con ser de barrio.
Cambiar la realidad
Mai: — ¿Te imaginabas que ibas a terminar haciendo esto?
Orce: — La verdad es que muy adentro mío, en mi corazón, sí me imaginaba. Cuando venía a los influencers decía: “¿Por qué yo no? ¿Por ser de acá? ¿Por tener calle de tierra?”. Viste que a los cantantes los ves con cadenas de oro, en autos, en hotel lujoso y salís afuera, ves tu calle y decís: “¿Por qué yo no? ¿Por qué no cambio mi realidad?”
Mai: — Rompiste el molde en algún punto.
Orce: — Sí, leí mucho también para cambiar mi realidad.
Mai: — ¿Sobre qué leíste?
Orce: — Mucho sobre la ley de atracción. Me guío mucho por eso en mi día a día. Es re mágico.
Mai: — ¿Cómo te ves de acá a 5 años?
Orce: — Me gustaría tener negocios: barberías o sucursales de algo. Me gustaría que en cinco años mi carrera musical sea exitosa y seguir transmitiéndome de esta forma porque yo siento que hay muchos perfiles de cantantes que no muestran su realidad o cómo fue el proceso, muestran una imagen ya exitosa. Yo quiero mostrar otra cosa, la realidad.
Mai: — Hay algo que te caracteriza en el humor de tus videos y es que vas a la feria de Solano y decís: “Estoy acá en Miami o en Hollywood”. Sacas 20 dólares y haces una parodia. ¿Qué te dice la gente?
Orce: — Se matan de risa, pero atrás de eso hay un mensaje importante que para mí es fundamental y es manifestar lo que uno quiere en la vida. Yo lo usé, lo usamos con mi compañero de ese momento. Decíamos: “Estamos acá, pero ¿dónde queremos estar? Queremos estar en Miami, en Hollywood, entonces hay que manifestarlo, vamos a manifestarlo en los videos”. Era algo para nosotros, era un chiste nuestro. Lo subimos y tuvo una banda de visitas.
Mai: — ¿Vivís de las redes sociales actualmente?
Orce: — Sí.
Mai: — ¿Cuál es tu modelo de negocio?
Orce: — Con las publicidades. Son como changas virtuales (risas). Un local de ropa me dice: “Quiero promocionar el negocio, te mando unas zapatillas”. Por ahí es por un producto o por plata. Así vas haciendo changas virtuales y sale bien.
Redes
En los últimos años, las redes sociales se han convertido en una salida laboral viable y atractiva para muchos jóvenes en la era digital. Plataformas como Instagram, TikTok, y YouTube les permiten a explorar su creatividad y compartir sus pasiones con una audiencia global. Mediante la creación de contenido original, pueden captar la atención de miles o incluso millones de personas, abriendo puertas a oportunidades de monetización a través de publicidad, patrocinios y colaboraciones con marcas. Este enfoque no solo les permite ganar ingresos, sino también construir una marca personal sólida y reconocible.
La figura del influencer se consolidó como una de las profesiones más codiciadas por los jóvenes. Es que quienes logran acumular un gran número de seguidores y mantener una conexión auténtica con su audiencia, pueden colaborar con diversas marcas para promocionar productos y servicios. Este tipo de trabajo no solo ofrece flexibilidad y autonomía, sino que también permite a los jóvenes transformar sus pasiones e intereses en una fuente de ingresos significativa, mientras se posicionan como líderes de opinión en su nicho. Sin embargo, no todo es tan sencillo y hay mucho esfuerzo y estrategias detrás de cada paso que dan.
Mai: — ¿Te generan ansiedad las redes?
Orce: — Sí, es como una obsesión. Yo me obsesiono con los números. Si un video no tiene un millón de reproducciones siento que no fue bueno. Me pongo a ver qué mejorar, qué hice mal. Analizo en qué minutos se fue la mayor cantidad de personas...
Mai: — ¿Te volviste un obsesivo de las estadísticas?
Orce: — Sí. Siento también que es un problema de hoy en día que los pibes están obsesionados con mostrar todo en las redes sociales. Es todo muy superficial y expuesto.
Mai: — ¿Estás mucho tiempo con el teléfono?
Orce: — Sí. No sé cuántas horas, pero a cada rato. Es un problema que no es solo mío, es de la sociedad. Cuando vas a un evento en vez de disfrutarlo con los ojos ves a todos grabándolo para guardar ese recuerdo, para subirlo a las redes…
Mai: — ¿Te gustaría hacer streaming?
Orce: — Siento que el público del streaming es otro.
Mai: — ¿Cuál sería?
Orce: — Los pibes del barrio, a los que represento yo, no miran streaming. No miran esas cosas. Están más en la música y en los videos. El streaming es otra parte de la sociedad la que lo mira y no sé si me van a mirar a mí.
Mai: — ¿Y qué miran en el barrio?
Orce: — La mayoría de los pibes ahora están viendo en TikTok quién se peleó con quien, quién está de novia con quién. YouTube también miran. Siento que es tan grande la sociedad argentina que tiene diferentes chistes: esta parte de los pibes se ríe con esto y la otra parte con otra cosa. No se ríen de las mismas cosas entre sí. No conectan. Por eso mis videos a algunos les molesta y a los pibes de barrio los hace matar de risa porque saben que son nuestros modismos.
Mai: — Tres consejos que le darías a una persona que tiene ganas de empezar a hacer videos en redes sociales.
Orce: — Confíen en ustedes, primero que nada. Hagan lo que sea con lo que tengan a la mano y crean en Dios.
Mai: — ¿Sos creyente? ¿Tu familia es religiosa?
Orce: — No son religiosos, pero de chiquito me inculcaron creer en Dios. Me pasó que tuve malos momentos y me había perdido. A los 14 o 15 años consumía marihuana todos los días y estaba re perdido. Pero volví a creer en Dios y me alejé de eso.
Mai: — Pudiste zafar.
Orce: — Sí, me empezó a hacer algo en la cabeza que no me gustaba y dejé. He tenido amigos míos que también fumaban todos los días y les agarró esquizofrenia, tuvieron problemas de depresión. Fueron momentos muy difíciles.