Guido Süller es un personaje mediático conocido por su versatilidad en el ámbito del entretenimiento y por su carrera en televisión. Además de su trabajo en los medios, es arquitecto, profesor de matemáticas y ex comisario de a bordo y hermano de la famosa vedette Silvia Süller.
En la década de los 80 y los 90, Guido participó en varios programas de entretenimiento, incluyendo Feliz Domingo, Las Claves del Nueve, y Hola Susana, donde fue parte del equipo de asistentes conocido como Los Susanos.
Desde entonces, ha sido una figura recurrente en programas de chismes y espectáculos, conocido por sus comentarios directos y por protagonizar controversias y enfrentamientos con otros personajes mediáticos. Su vida personal, incluidas sus relaciones familiares y amorosas, ha sido un tema de constante interés para el público y los medios.
A lo largo de su carrera, Süller demostró su capacidad para adaptarse a los cambios en el panorama televisivo, participando en programas como Rumores, Zap TV, entre otros, y sumarse a nuevos formatos como el streaming, donde tiene un lugar en la mesa de Patria y Familia en LuzuTV.
A pesar de las polémicas y desafíos personales, logró mantenerse vigente y continuar con su labor en el ámbito de la arquitectura. Su trayectoria es un reflejo de su habilidad para reinventarse y mantenerse relevante en la cultura popular argentina.
Rulo: — ¿Si tuvieras que definirte? ¿Qué sos?
Guido: — Soy una buena persona. En la vida yo me la rebusco para hacer cualquier cosa por eso soy arquitecto, estudié como un loco para recibirme. Fui comandante de abordo, profesor de matemáticas. Fui modelo, entre en la tele…
Rulo: — ¿Profesor del secundario?
Guido: — No, de universidad. Daba análisis matemático y matemáticas dos. Materias muy difíciles. La gente dice: “Ah, no. Hace locuras en la tele”. Pero es como que hay dos Guidos en realidad, cuando se apaga la luz de la cámara, soy más serio, más tranquilo y responsable.
Rulo: — Tu vida de mediático, ¿la hiciste para divertirte o para ganar plata?
Guido: — En 2001, con la crisis económica y el corralito, Aerolíneas estaba al borde de la quiebra. Ahí me puse a buscar laburo de arquitecto y de actor porque había estudiado muchos años de teatro.
Rulo: — ¿Y cómo llegás a los medios?
Guido: — Fui entrevistado por Carmen Barbieri, en Moverte, un programa que lo conducía con Marcelo Polino.
Rulo: — ¿Por ser el hermano de Silvia?
Guido: — Era “el hermano de…”, pero estaba hablando del caso de (Giselle) Rímolo y (Silvio) Soldán. A mí mejor amiga, Rimolo la había arruinado. Había arruinado su salud. Carmen citó a mi amiga, a ella le dio un pánico escénico y no se animó a ir a la tele; y yo había dicho que era mi amiga y que estaba dispuesta a hablar. Quedaba un bache que había que curbrirlo de alguna manera. Yo les dije: “Conozco la historia completa. Puedo contarla”. Me dijeron: “No sirve, tiene que venir ella”. Pero después me dicen: “Bueno, sentate ahí y habla. Sos un irresponsable. ¿Cómo vas a decir que sí y después no viene?”. La cuestión es que cuando Carmen me vio, me hizo como un escáner. Yo pensaba qué hace esta mujer mirándome tanto. Ahí me di cuenta que me estaba estudiando. “Esta mujer está descubriendo que soy un pichón de mediático, que soy capaz de vender el alma al diablo”, dije.
Rulo: — ¿Carmen es la responsable de todo lo que vivimos?
Guido: — Es la que me descubrió y fui el personaje mediático con más horas de aire de toda la Argentina.
Rulo: — Vos sos profesor universitario, arquitecto, tuviste una carrera como comandante de abordo y te retiraste con la máxima categoría…
Guido: — Sí, jefe de cabina del área internacional. El que tiene las tres tiras en el uniforme. Trabajé 26 años.
Rulo: — ¿Te sentís respetado por eso o sentís que todo lo mediático opacó lo otro y que la gente te tiene como un loco que decía lo de la “chechona”? ¿Cómo lo ves?
Guido: — En la vida real me tienen mucho respecto. En Aerolíneas me aman, a tal punto que no querían que me jubilen. Mis compañeros cuando me jubilé me hicieron un baldoson como las estrellas del paseo de la fama de Hollywood (risas). La puse en la entrada del hall de mi casa.
Rulo: — ¿Te quisieron echar de Aerolíneas en tu momento de mayor exposición en los medios?
Guido: — Sí. En 2002 iba la prensa al aeropuerto y me habían dicho que no podía salir con el uniforme en cámara.
Rulo: — ¿Y qué pasó?
Guido: — Me cita un gerente, voy en la calle Bouchard, en un edificio donde está Aerolíneas y me abre la puerta y me dice: “Buenos días. La verdad que me entrevisto con usted porque está despedido”. Le pregunté: “¿Por qué?”. Y me dijo: “Como no tenemos razones valederas, porque usted a bordo no ha hecho nada, tiene 24 horas para pensar una indemnización o algo que le podamos dar”. “¡¿Qué?! Pero usted está loco. No sabe con quién está hablando. Yo voy y me encadeno a la rueda de un jumbo y llamo a Crónica TV, me pongo a llorar en una cámara y me meto al país en el bolsillo. Usted no sabe con quién está hablando”, le dije y abrí un celular pedorro de esa época, debería ser un StarTAC. “Con solo apretar un botón, tengo a toda la prensa en la puerta del edificio. ¿Por qué me va a juzgar por mi vida privada?”, le dije.
Rulo: — ¿Y qué te contestó?
Guido: — Vaya, vaya, vaya. Yo me voy a reunir con los otros gerentes. Al día siguiente, me llaman por teléfono, me vuelve a citar el mismo gerente y voy. Cuando llegué, abrió la puerta y me dio un beso. “¿Desayunamos?”, me dice. El mismo que me había echado el día anterior. “Ni beso ni desayuno. Me está citando, ayer me despidió. Por favor, dígame lo que tiene para contarme”, le dije. “No señor Süller lo del día de ayer no sucedió nunca, olvídese. Usted sigue trabajando en Aerolíneas. No pasó nada. Nos confundimos así que usted siga trabajando, que es un empleado impecable”, me dijo. Así que imagínate todas las piedras que tuve en el camino.
Famoso
Rulo: — ¿Cuál fue el gran amor de tu vida?
Guido: — Todos piensan que fue Ricardo Ford. A la gente le encanta eso.
Rulo: — Porque fue mediático...
Guido: — Sí, él fue muy intenso y yo también. Éramos una re pareja, pero no fue el amor de mi vida. Tuve amores muy distintos. Tuve parejas largas, pero ocultas. Nunca las mediaticé, salvo la de Ricardo.
Rulo: — ¿Has salido con algún famoso que jamás se supo?
Guido: — Una vez tuve una historia con una persona muy famosa de la televisión argentina.
Rulo: — ¿Un hombre casado?
Guido: — Un hombre que está en el placard.
Rulo: — ¿Y qué pasó?
Guido: — No voy a nombrar a nadie. Lo cuento cortito. Yo volaba internacional, fui a Los Ángeles y fui a un lugar que se llama YMCA. Es un lugar hermoso, un gimnasio gigante con todo un sector de baños: sauna, finlandés, de vapor, etc. Después de hacer gimnasia me voy a tomar un baño de vapor y cuando entras no se ve mucho. Ahí estás desnudo o con la toallita, como vos quieras. Viene una persona y se sienta al lado mío y digo: “¿Con todo el lugar que hay. Se tiene que sentar al lado mío?” y con la pierna me empieza a rozar y yo dije: “¿Qué está pasando acá?”. Entre el vapor lo miro y veo al famoso, famosísimo, sentado al lado mío.
Rulo: — ¿Estaba de vacaciones?
Guido: — Sí. Él pensaba que yo era un yankie, seguramente. Aparte con el vapor no se veía y yo todavía no era conocido. Fue antes de que yo sea conocido. Era un rubiecito cualquiera ahí que tenía buen cuerpo y le gusté. Yo me paré y me fui. Él me persiguió hasta que después se dio cuenta que no quería saber nada. Aparte era un lugar público, te llega a enganchar en Estados Unidos y te deportan…
Rulo: — ¿Cuándo te hiciste famoso te lo volviste a cruzar?
Guido: — Sí, mil veces.
Rulo: — ¿Él sabía que eras vos?
Guido: — No, fingió demencia y yo también. No le puedo decir y no puedo decir más porque es muy famoso. Es una estrella de la televisión argentina, que todo el mundo lo ama.
Rulo: — ¿Sigue vigente?
Guido: — Sí, re actual.
Silvia
Rulo: — ¿Alguna vez pensaste que ibas a ser más importante que tu hermana en los medios o perdurar más tiempo?
Guido: — No me comparo con Silvia porque fue una gran estrella en los ‘90 y fue poco inteligente en el sentido de que el cuerpo se termina. No supo invertir su dinero y no supoaggiornarse.
Rulo: — ¿Qué debería haber hecho?
Guido: — Silvia, por ejemplo, hacía la temporada en Carlos Paz y se alquilaba un castillo. En la puerta había una limusina con un chofer y ella se llenaba de oro, de brillantes, de pieles, de joyas y vivía como una reina. Yo le decía: “Ay Silvia por favor. ¡Ahorrá un poco que esto se va a terminar!”. Ella me decía: “¿Qué se va a terminar? ¡Mirá, me llaman de todos lados!”.
Rulo: — ¿Y vos cómo te manejaste con el dinero?
Guido: — Yo planeé todo para tener una vejez digna. Silvia ganaba 10 y gastaba 11. Yo gano 10 y gasto 8 porque sé que esto se puede llegar a terminar y también se puede llegar a terminar mi trabajo como arquitecto y se terminó mi carrera como tripulante. Soy jubilado.
Rulo: — ¿Es real que ella no tiene un peso hoy en día?
Guido: — Hoy es jubilada. Tiene la mínima.
Rulo: — ¿Le das una mano a Silvia?
Guido: — Yo ya la ayudé todo lo que pude, pero llega un momento en el que se me pasa la vida. Yo ya soy grande. ¿Esa mochila hasta cuándo la voy a cargar? Ya está. Se la rebusca: un poco la ayudan los hijos.
Rulo: — ¿Volvió a tener relación con los hijos?
Guido: — Sí, con Marilyn un poco. Conoce a sus nietos, pero no los ve mucho. Silvia es muy intensa y no sé. No sé qué pasa. Hay como un gran misterio en la relación entre Silvia y sus hijos. Yo la ayudé muchísimo. Fui quien más la ayudó, pero ahora creo que la mayor responsabilidad es de sus hijos.
Rulo: — No te metes.
Guido: — Prefiero no meterme porque después me contestan. Hace 25 años que Silvia habla mal de mí y yo hablo bien de ella. Yo siempre la amé, siempre fue la mujer de mi vida. Mi mamá y mi hermana fueron las mujeres de mi vida. Yo hice todo por Silvia, aparte la admiraba cuando ella brillaba en los escenarios. Yo le traía las pelucas, los corset, los tacos...
Rulo: — ¿Por qué se peleaban tanto?
Guido: — A Silvia lo que más le molesta de mí es que yo haya ingresado a los medios porque ella me dijo: “Vos sosarquitecto. Es mí lugar ¿Qué hacés vos metiéndote en mi lugar? Yo le dije: “Hay hermanos que trabajan en la televisión ¿por qué no podemos estar los dos?”
Por si o por no
El conductor invitó a Guido a contestar el cuestionario levantando los carteles de Sí o No, según corresponda. Qué análisis hace de lo que fue su carrera mediática, a quiénes convirtió en famosos y qué importancia le da al dinero, fueron los temas abordados. ¿Qué dijo el entrevistado?
Rulo: — ¿Cambiarías toda tu carrera mediática por tener hoy el cuádruple del dinero que tenés hoy?
Guido: — No.
Rulo: — ¿Te gustaban más los medios que el dinero?
Guido: — Sí, yo tenía hambre de televisión, de fama. Hubiera vendido mi alma al diablo por ser famoso. Ahora ya no. Pero antes…
Rulo: — Ya lo tenés, igual.
Guido: — Sí, ahora ya se los pro y los contra. Pero la plata no hace la felicidad. Aparte yo soy simple y austero.
Rulo: — ¿Te equivocaste en algo en tu carrera mediática?
Guido: — No. Soy un personaje totalmente desperdiciado porque se quedan en la superficie. No se dan cuenta de que yo podría conducir, actuar en una telenovela…
Rulo: — ¿Le salvaste la carrera a alguien?
Guido: — Hice conocidas a algunas personas. Cuando hice Zap, el programa que conducía Polino, el personaje que hacía El Larva, que era mi asistente, hizo shows y recorrió la Argentina. Esos años le fue bien. A Tomás, también. Ahora es peluquero, pero le va bien. Hace canjes porque es Tomás Süller. En realidad es Marcos Loyola, pero le quedó Tomacito.