Bacilos es una banda de pop latino que se formó en Miami, Estados Unidos, en 1997. Integrada por el colombiano Jorge Villamizar y el brasileño André Lopes, la agrupación rápidamente se destacó por su estilo musical que fusiona ritmos tropicales, pop y rock con letras profundas y emotivas. Su sonido fresco y multicultural refleja las diversas influencias de sus miembros, lo que les permitió captar la atención tanto del público hispanohablante como de una audiencia global.
En 2000, Bacilos lanzó su primer álbum homónimo, que incluyó sencillos como Tabaco y Chanel y Sólo un segundo. Sin embargo, fue con su segundo disco, Caraluna, en 2002, que la banda alcanzó un éxito masivo. La canción que da título al álbum y el tema Mi primer millón se convirtieron en himnos del pop latino, consolidándolos como una de las bandas más influyentes del género en los primeros años del siglo XXI. Incluso, Caraluna obtuvo un Grammy Latino.
A pesar de su éxito, Bacilos decidió separarse en 2007. Durante esta primera etapa, la banda no solo logró múltiples premios sino que también dejó una huella imborrable en la música latina. Sus canciones, cargadas de melancolía, alegría y un toque de ironía, continúan siendo populares y representan una época dorada para el pop latino.
En 2017, la banda sorprendió al mundo al anunciar su regreso con una gira y un nuevo álbum titulado ¿Dónde nos quedamos?. Este retorno marcó una nueva etapa en la carrera de la agrupación musical, en la que han mantenido su esencia musical mientras exploran nuevas tendencias.
Recientemente, presentaron su nuevo material de estudio Pequeños romances. “Fue un regreso a los orígenes de Bacilos, volver a la producción hecha a nuestra manera, de escoger nuestras composiciones y tocarlas en banda, a la vez, todos juntos en el estudio sin computadoras, sin gadgets. La banda que tenemos son músicos increíbles que nos acompañan en los shows. Dijimos: ‘Hagamos el disco como sonamos en vivo’”, explicó André.
Pollo: — Es difícil mantenerse en el tiempo dentro de la industria de la música y, más allá de los éxitos que tienen, se los respeta en el ambiente. ¿Cómo lo viven?
André: — Hoy en día es difícil. Por un lado, cualquier artista puede sacar una canción. Lo podés hacer solo, de manera independiente. grabar una canción y sacarla, pero a la vez son 150 mil canciones nuevas disponibles todos los días. Tenemos la suerte de haber participado de la primera etapa y tenemos un buen equipo de trabajo y canciones que nos mantienen para que podamos seguir haciendo cosas nuevas. Es difícil, pero hoy cualquier en su casa con una laptop o un teléfono hace un canción y está disponible en todo el mundo al otro día.
Pollo: — ¿Eso les parece que está bueno o se perjudicial para los artistas?
André: — Es más democrático, ¿verdad?
Pollo: — Es cierto que cualquiera puede hacer música, pero también hay música que tiene cierta calidad y perdura en el tiempo y otra que es olvidada.
Jorge: — Generalmente quedan buenas canciones, canciones que conectaron con alguien. Por ejemplo, el caso de Mi primer millón que logró conectar con una generación, pero después también lo hizo con las siguientes o Caraluna, que salió hace más de 20 años, pero la juventud la conoce, se la sabe, hacen TikToks y todo con ella. Son canciones que tienen la posibilidad de llegar al alma de la gente porque la gente puede vestirse como quiera, tener el iPhone tal o no tenerlo, pero tiene alma y las cosas que salen del alma llegan al alma. Las cosas que están hechas con alma, que tienen corazón propio, llegan a perdurar. Cuando se hace solo por dinero…
André: — Puede ser que funcione por tendencia en el corto plazo, pero a lo mejor no va a marcar una generación ni mucho menos brincar generaciones.
Pollo: — En estos más de 20 años que llevan con la música sacaron muchos hits y ahora están lanzando un disco nuevo, ¿les molesta o entienden que les sigan pidiendo los clásicos por los que se hicieron conocidos?
André: — Lo entendemos y nos alegra. Realmente, gracias a Mi primer millón, Caraluna y Tabaco y Chanel, las clásicas de Bacilos es que podemos seguir haciendo lo que hacemos. Esas canciones nos dan la oportunidad de hacer un nuevo disco.
Jorge: — Salvando las distancias kilométricas, yo no sé qué canciones ha escrito Paul McCartney en los últimos 30 años. Sé que ha estado de gira, leo que sacó un gran disco nuevo con un productor joven que le hizo reescribir todo el disco y uno dice: “Oh que bueno”. Pero si me encuentro a Paul McCartney y me pregunta qué canción me gustaría escuchar, le diría: Yesterday (risas).
No todo es lo que parece
Pollo: — Uno ve a los artistas y piensa que todos son millonarios, pero la mayoría invierten en su música para poder crecer. ¿Es caro hacer un disco?
André: — Se puede hacer de manera barata con un laptop en tu habitación, como hizo Billie Eilish el primer disco. Se puede hacer discos baratos y caros, pero somos una banda independiente, entonces no es solamente grabar y después ¿qué?
Pollo: — ¿Por dónde les vuelve ese dinero que invierten? ¿Por las plataformas o por los estadios?
Jorge: — Por los shows. Nosotros estamos aquí hoy porque nos pagamos el pasaje, el hotel, todo. Es una inversión. Bacilos es una banda realmente independiente.
Pollo: — ¿Por qué quienes no nos dedicamos a la música tenemos en el imaginario de que son todos millonarios y que andan en Ferrari? ¿No es así?
André: — No. Hay gente que llega a un nivel de éxito mundial y van a vivir a Miami, van a gastar su plata ahí y comprar una casa, mansiones…
Pollo: — Pero se te va toda la ganancia ahí…
André: — Sí, es caro. Y hay inmigrantes, como nosotros, que nos fuimos para terminar la universidad en Miami. Ahí empezamos una banda universitaria tocando en bares y seguimos ahí. Estamos hace más de 30 años ahí, somos locales. Nosotros vemos a los que llegan y los que se van (risas).
Jorge: — Yo tengo un velero en el muelle y pasa todo tipo de gente. Mi vecino un día me dijo: “Oye mi amiga quiere que le toques una canción, ella es música”. Entonces, se sientan en el barco y saco la guitarra. Ella es una stripper, gana mucho dinero quitándose la ropa. Empezamos a conversar, hablamos de música, de su carrera, de lo que ella quiera hacer, etc. Pero después me dijo lo que gana y gana mucho más plata que yo (risas) y me dio un consejo: “Comprate un Mercedes, la camioneta esta G Wagon, y alquílala”. “¿Por qué?”, le pregunté. Y ella me respondió: “Porque todos estos tipos vienen y como es grande y caben cuatro, se dividen el dinero para alquilar por un día para todos. La alquilan para tomarse fotos o para irse de fiesta porque si alquilas un Ferrari es solo para dos, entonces necesitan algo en el que quepan más pasajeros para que los chicos puedan compartir el costo”. Imaginate lo que ves, todo esto ¿quién lo sostiene? ¿de dónde sale?
Pollo: — O sea que puede ser que haya visto una foto en esa camioneta y que no sea de esa persona.
Jorge: — Claro y que la dueña sea una stripper que tiene plata y tiene tres camionetas (risas).
Juego del millón
El Pollo les dio a André y a Jorge una valija con un millón de dólares y los invitó a gastarlo en lo que quieran. El único requisito es que el dinero no se puede guardar ni donar sino que tiene que utilizarlo por completo en una o varias compras. ¿Qué eligieron?
Pollo: — Después de tanto cantarlo, les llegó el millón.
Jorge: — ¡Por fin! (risas).
André: — Me lo voy a llevar (risas).
Pollo: — Acá tienen el millón. ¿En qué lo gastarían?
André: — Con 100 mil, montamos un tremendo concierto en Buenos Aires.
Jorge: — Con promoción y todo.
André: — Sí, para que la gente venga y pase dos horas con Bacilos. Para gozar.
Pollo: — Quedan 900 mil.
André: — ¿Cuántas mercedes se pueden comprar? (risas).
Jorge: — Con eso compramos tres. ¿Nos compramos tres y las ponemos a rentar? (risas).
Pollo: — Lo que ustedes quieran.
André: — ¿Preparamos otro disco? ¿Vacaciones?
Jorge: — Con 100 mil pagamos dos meses de todo pago para toda la banda en Europa para el próximo verano para hacer shows por nada.
André: — Para comer, tomar y tocar.
Jorge: — Claro. Alquilamos una casa por Andalucía o en el País Vasco y montamos un sala de ensayo en alguna hacienda.
Pollo: — Les quedan 800.
André: — (Divide 200 mil para cada uno) Jorge hay que pagarle la universidad a los niños.
Jorge: — No, pero eso no se puede. Es como donarlo (risas).
André: — ¡No! Es una tremenda inversión…
Jorge: — Ya, ya. Va para los niños.
André: — Para que no tengamos que preocuparnos por hacer plata para los niños. Con eso, resuelven sus vidas.
André: — Con eso ya estamos libres, ahora sí a gastar (risas).
Pollo: — Queda 400 mil. ¿Lo dividen?
André: — Sí, yo gastaría 100 mil en tremenda rumba por haber invertido muy bien todo el dinero anterior (risas). Una fiesta, viaje, alquilamos la mercerdes de la stripper.
Jorge: — ¡Vamos a Nueva York!
André: — Hacemos una gira. En el año 200 había un viaje en el Concorde, que pasabas la noche de fin de año en varias ciudades. Creo que eran: Tokio, Moscú, París, Nueva York y Los Ángeles. Una fiesta así. Hay que ver si el cuerpo aguanta.
Pollo: — ¿Qué más muchachos?
Jorge: — A mí me gustaría echarme un año en mi velero sin tener que preocuparme por plata. Me gustaría estar un año navegando sin pensar en el dinero, ponerle los aparatos que necesito para poder cruzar océanos y tomarme un sabático.
Pollo: — Les quedan 100 mil a cada uno.
André: — Yo creo que esto lo podemos dejar en el Casino para que nos inviten otra vez al millón (risas).
Jorge: — Una tierra en la Patagonia. Cerca de Comodoro Rivadavia.
André: — Yo se lo doy a mi esposa. Que me invite ella a algo.
Jorge: — Regálale un collar de diamantes.
Pollo: — Que diga Bacilos (risas). Les costó gastarla.
André: — Es que somos muy juiciosos.