Simón Scarano es un dermatólogo argentino que ganó popularidad en las redes sociales gracias a su enfoque accesible y educativo en temas relacionados con el cuidado de la piel. Con un estilo cercano y ameno, combinó su conocimiento médico con la habilidad para comunicar de manera clara y efectiva, que le permitió construir una comunidad de más de 3 millones de seguidores interesados en aprender más sobre el bienestar de la piel.
Es médico dermatólogo, diplomado en psoriasis y en clínica estética y reparadora. A lo largo de su trayectoria, trabajó en clínicas y hospitales reconocidos donde acumuló una vasta experiencia en el manejo de condiciones dermatológicas comunes y complejas. Pero además de su práctica médica, Simón adoptó un papel activo en la educación del público a través de sus plataformas en redes sociales. Allí comparte regularmente contenido que abarca desde rutinas de cuidado de la piel y recomendaciones de productos hasta explicaciones sobre condiciones dermatológicas específicas.
Su capacidad para desmitificar conceptos médicos y hacer que la información sea comprensible para todos ha sido clave para su éxito en el ámbito digital. Con su contenido crea conciencia sobre la importancia del cuidado de la piel y la prevención de enfermedades dermatológicas.
Mai: — Imagino que cuando estabas estudiando no te imaginaste nunca que te ibas a transformar en un influencer y a desarrollar la profesión a la vez.
Simon: — No, para nada.
Mai: — ¿Cómo inició tu camino en las redes?
Simon: — Yo siempre fui un amante de la filmación y de la edición, desde chico siempre me gustó y siempre fui autodidacta. Era mi hobby. Un poco antes de la pandemia dije: “¿Por qué no combinar ambas dos cosas que me gustan?” y arranqué con unos videos en Instagram que anduvieron bien. Una amiga me dijo que los subiera a YouTube para lograr un rédito económico porque en Instagram no podía monetizar. No estaba muy convencido, pero subí algunos videos y empezaron a explotar.
Mai: — ¿Durante la pandemia?
Simon: — Fue un poquito antes, pero lo fuerte fue en pandemia. La verdad es que desde el 2020 o 2021, no dejé de subir videos. Todas las semanas subo un video a YouTube. Empezó por ese amor que yo tengo por la edición de videos que no la podía expresar por ningún otro lado, entonces lo combiné con la profesión.
Mai: — ¿Vos editas tus videos?
Simon: — Sí, soy muy meticuloso. Todo tiene que pasar por mí, todo lo hago yo. El año pasado empecé a trabajar con una editora, que me hace uno o dos videos por mes, pero el resto lo hago todo yo. Lo que pasa es que me gusta mucho editar y siento que es el idioma del contenido, entonces me da mucho miedo darle la edición a alguien más porque siento que se va a cambiar ese idioma.
Mai: — El laburo de la edición es mucho menos glamoroso que ponerse delante de cámara y es sacrificado.
Simon: — Sí y no es solo editar. A mí también me pasa que, como tengo un contenido que es médico y científico, tengo que hacer un guion, fijarme que esté actualizado, que no esté diciendo cualquier cosa, tengo que chequearlo y rechequarlo. Después sí viene la parte más divertida que es la filmación y la edición. Mi trabajo es 24/7 porque no es sólo YouTube sino que estoy en Instagram y en TikTok. Mi trabajo en redes tiene una parte muy positiva que es que hago lo que me gusta y la negativa es que nunca se termina porque, como estoy en mi casa, no tengo un límite de horario. Puedo estar hasta las 3 de la mañana editando un video.
Mai: — ¿Qué consejos le darías a un profesional no solo de la salud sino de cualquier ámbito que quiera empezar a mostrarse en redes?
Simon: — Una de las cosas más importantes es que te tiene que gustar porque sino se transforma en un trabajo más y es un plomo. Siento que hay mucho FOMO de quedarse fuera porque todo el mundo está en redes, pero te tiene que gustar. Después, más allá de la filmación, si pueden formar parte de la edición yo creo que también es muy importante porque crea tu identidad y no dependés de otra persona. Se puede empezar de a poco. Con dos o tres cosas podés arrancar: tener un celular, un micrófono y después uno va invirtiendo en luces, le vas agarrando la mano a los ángulos. Hay que inspirarse con lo que funciona, con lo que ves que la gente está pidiendo y consumiendo. No mucho más que eso.
Rutinas faciales
El boom del skincare revolucionó la industria de la belleza en los últimos años, impulsado por un creciente interés en el cuidado personal y la salud de la piel. Las rutinas de cuidado facial, antes limitadas a lo esencial, se han transformado en rituales complejos que incluyen múltiples pasos y productos especializados.
Esta tendencia fue creciendo debido al acceso a la información a través de las redes sociales, donde influencersy expertos en dermatología comparten consejos, reseñas de productos y rutinas personalizadas, generando un entusiasmo masivo por el cuidado de la piel.
Como resultado, el mercado del skincare experimentó un crecimiento exponencial, con un aumento significativo en la venta de productos como serums, protectores solares y limpiadores faciales, lo que refleja un cambio cultural hacia una mayor conciencia de la importancia de una piel saludable. Pero también genera algunos riesgos al seguir indicaciones que no fueron supervisadas por un profesional médico.
Mai: — ¿Qué opinas de la cantidad de “expertos en piel y en tratamientos faciales” que se ponen a dar cátedra en las redes?
Simon: — A mí me encanta que haya tanto interés por la salud de la piel. El que haya tantas personas hablando del tema quiere decir que hay muchas personas del otro lado que quieren saber, conocer e informarse. Obviamente, me parece que hay mensajes que están buenos y son mejores que otros. Hay que tener mucho cuidado con lo que uno consume en redes, algunas cosas hay que tomarlas con pinzas. También es cierto que hay mucha desinformación, más allá de los profesionales, hay mucha gente hablando de la piel, dando recetas caseras que no están buenas. Yo creo que eso es contra lo que luchamos los profesionales de la piel en redes. Creo que ese es nuestro principal enemigo. Pero la verdad es que en redes ahora hay un poco más de dermatólogos, nos costó bastante entrar. Hay muchos dermatólogos, cosmetólogos y está buenísimo porque nos complementamos. Hay que trabajar en equipo.
Mai: — ¿Qué opinas de la tendencia de chicas de 10 u 11 años haciéndose una rutina facial?
Simon: — Yo creo que el inculcar el cuidado de la piel desde una edad temprana, está bueno. Pero me parece que no está bueno el exceso. Una rutina básica de tres básico de limpieza, hidratación y protector solar, tiene que estar desde chicos.
Mai: — ¿A los 10 años?
Simon: — Sí, re. Eso te ayuda a incorporar el hábito para cuando seas más grande tenerlo normalizado y te ayuda a prevenir el cáncer de piel, que es lo más importante. El daño solar se acumula. Gran parte del daño solar que uno recibe o adquiere es durante la infancia, entonces, si vos a tu hijo de 3 o 4 años le enseñas lo que es ponerte un protector solar, para mí está buenísimo porque ya lo incorporan a su vida diaria y cuando son grandes no tenés que luchar contra el adolescente para que se ponga el protector.
Mai: — ¿El protector solar hay que ponérselo todos los días a toda hora?
Simon: — Sí todos los días, pero no a toda hora. Cuando hay luz, durante el día. Hay mucho mito sobre el protector solar. Hace poco se viralizarizaron algunos videos diciendo que el protector solar se absorbe, que tiene químicos. La verdad es que a cualquier persona que sostiene esto, la invitaría a cualquier consultorio de cáncer de piel en cualquier hospital público para que vean toda la cantidad de pacientes que tenemos a diario y ninguno de ellos usaba protector solar. Yo creo que el protector solar es súper importante más allá de lo estético, de que ayuda a prevenir manchas y arrugas, ayuda a prevenir cáncer de piel. Se puede sintetizar vitamina D si usamos protector solar. No hay ningún problema y, en el peor de los casos, te tomás una ampolla al mes de Vitamina D durante tres meses y está resuelto el tema.
Mai: — ¿Cuáles son las últimas investigaciones sobre el cáncer de piel? Porque en redes cada vez hay más supuestos informes que dicen que no está relacionado con la exposición al sol.
Simon: — El cáncer de piel no es una enfermedad de personas ancianas, ahora cada vez se ve más en pacientes jóvenes. Hay cantidad de casos no solo de melanoma, carcinoma basocelular, que es el tipo de cáncer más frecuente y nada tiene que ver con los lunares, carcinoma espino celular, todos relacionados con la exposición solar diaria o por trabajar afuera expuesto al sol. Es muy fácil demonizar al protector solar en redes cuando no vivís el día a día de pacientes que sufren esta patología.
Mai: — ¿Existen pieles que tengan más riesgo de tener cáncer?
Simon: — La verdad es que todas las pieles tienen riesgo de desarrollar cáncer. Hay un mito que dice que las pieles más oscuras no tienen que protegerse tanto y no. No es así. Todas deben cuidarse del sol de la misma manera, aplicándose protector solar y reaplicandolo, que es lo más difícil.
Mai: — ¿Cuál es la rutina facial que todo ser humano debería tener?
Simon: — Tres pasos básicos: limpieza, hidratación y protector solar. Las dos primeras de mañana y noche; el protector solo de día. Después se puede complejizar en base a las necesidades que tenga tu tipo de piel.
Ácido hialurónico
El uso de inyecciones de ácido hialurónico se convirtió en una opción popular para aquellos que buscan mejorar la apariencia de la piel, particularmente para rellenar arrugas y añadir volumen en áreas como los labios y las mejillas. Entre los pros de este tratamiento, se destaca su capacidad para proporcionar resultados inmediatos que pueden durar varios meses y es un procedimiento que no requiere un tiempo de recuperación, lo que lo convierte en una alternativa atractiva para quienes desean rejuvenecer su apariencia sin someterse a una cirugía.
Sin embargo, también existen contras asociados con el uso de este producto y con la demanda desmedida de algunos pacientes para alcanzar “el ideal de belleza”. Los efectos secundarios pueden incluir hinchazón, moretones y en algunos casos, reacciones alérgicas. Además, si las inyecciones no se administran correctamente, pueden llevar a una apariencia desigual o excesivamente voluminosa.
Mai: — ¿Qué pasa con este fenómeno del ácido hialurónico que se viralizó tanto en redes y que está cambiando las caras?
Simon: — Hubo un gran boom del ácido hialurónico y creo que ahora está bajando un poco y se están adoptando otros procedimientos menos invasivos, como skinbooster o productos que uno se puede inyectar para estimular la síntesis del nuevo colágeno y hacer que tus células actúen más sin la necesidad de rellenar. Yo creo que hubo un gran boom de ácido hialurónico en labios, en pómulos, en la nariz. Pero creo que ahora estamos virando un poco a algo más natural y no tanto a ese aspecto artificial. Es cierto que hay muchas personas que no saben decir basta y es muy difícil como médico decirle que no a un paciente que viene y te dice: “Me quiero hacer más labios” porque si no se lo hacés vos, va a ir con otro y se lo va a hacer.
Mai: — Tal vez exponiendo su salud.
Simon: — Sí, hay personas que necesitan más, más y más. Es importante que haya un acompañamiento también desde el lado de la salud mental porque eso nos está diciendo que a lo mejor estamos queriendo suplir otra cosa o nos está pasando algo que estamos tratando de llenar o de tratar con estos procedimientos estéticos.
Mai: — ¿Es adictivo?
Simon: — Para algunas personas sí. No sé si el procedimiento, pero sí el hecho de verse después. Hay estudios que hablan de esa sensación de placer o de liberación de endorfinas después de que vos vas, te rellenas y te ves al espejo. Por eso lleva a que constantemente quiera rellenarse otra vez para alcanzar de nuevo esa sensación de placer de verse al espejo y ver que cambiaron como querían.
Mai: — Hay caras en la que uno detecta que hay un abuso del ácido, ¿esas personas son conscientes de que se ve así o llega un punto en el que se distorsiona la imagen?
Simon: — Yo creo que no. Creo que pasa por un tema de salud mental, de dismorfia, que uno a lo mejor no ve cómo está realmente y va más allá de lo estético. Creo que hay un tema de salud mental que no se está abordando.
Mai: — ¿Es ético que el profesional de la salud siga inyectando?
Simon: — Y es un debate. Siempre va a haber alguien que te va a inyectar. Vos podés ir a cinco médicos que te digan que no, pero el sexto te va a decir que sí porque sigue siendo un negocio. Siempre vas a encontrar alguien que te inyecte.
Mai: — ¿Qué pasa si alguien se arrepiente y se quiere sacar el ácido hialurónico? ¿Puede?
Simon: — Por suerte hay cosas que podemos hacer para disolverlo. Hay muchas famosas que se están disolviendo, como Lindsay Lohan. Es un relleno que da esa posibilidad. Se puede resolver.
Mai: — ¿Cómo queda la piel?
Simon: — Depende cuánto se hayan puesto. Pero si son tratamientos sutiles, quedan bien.