Brenda Mato con María Laura Santillán: “Les daba vergüenza decir que yo les gustaba, ¿cómo te va a gustar la gorda?”

A los 9 meses de nacer el pediatra dijo que tenía que hacer dieta. Era la gorda del curso y a las fiestas de 15 iba vestida con la ropa de su mamá, la ropa de moda no le entraba. Por qué eligió alejarse de su abuela y de sus amigas. La decisión de no estar más en guerra con su cuerpo. Hoy, se presenta en un escenario para decirle a la gente que las gordas también tienen sexo

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María Laura Santillán con Brenda Mato

Brenda, durante muchos años, fue señalada y controlada por su cuerpo. Médicos, compañeras, abuela, amigas, todos opinaban y ella sufría. Hoy, a los 34 años, dio vuelta su historia. Es modelo de talles grandes, le gusta mostrar la ropa y vestirse con colores. Muchas personas “gordas” (gordas según usos y costumbres contemporáneos) suelen esconder el cuerpo y vestirse de negro, en cambio la ropa de Brenda está llena de flores y de alegría. Es actriz, trabaja en “Sex”, y es activista de diversidad corporal.

– Este camino tiene que ver con una respuesta a mi propia historia. Yo nací gorda, nací en un cuerpo gordo, mi primera dieta me la mando el pediatra a los nueve meses. Obviamente no tengo el recuerdo, pero sí el recuerdo de ser una nena gorda toda mi vida y al mismo tiempo que me gustara lo que no era para cuerpos como el mío. Esa relación un poco de amor odio, de tener un cuerpo que no podía tener y que tenía que modificar es difícil llegar 30 años después a darla la vuelta y responder y dar un poco de tranquilidad a esa historia.

– ¿Te recordás siempre “gorda”?

– Sí, por lo menos mi percepción lo es. Y eso me parece súper importante. Viendo fotos no siempre lo fui, pero siempre me percibí así y siempre lo fui para el afuera y es muy fuerte. Porque hay tanta falta de diversidad corporal y de representación de otras corporalidades que no sean las delgadas que si no sos flaco, sos gordo y todo lo que pasa en el medio, toda esa diversidad, queda completamente invisibilizado. Hay mucha gente a la que se llama gorda y que realmente no lo es.

– La primera vez que te autopercibiste gorda imagino que fue cuando te dijeron gorda.

– Viene desde el afuera porque uno no está pensando en esas cosas. En general uno disfruta su cuerpo en la niñez de una forma feliz.

– ¿Fue una compañera de colegio o era un médico que te decía ‘esto es lo que sos’?

– Fueron médicos, fue en el colegio, fue en las clases de danza, fue en todos lados. ¿La primera vez? Honestamente no lo recuerdo. Sí tengo recuerdos de ser la gorda del curso, de ser la de danza que ponían un poquito más atrás porque tal vez no coincidía con el resto del cuerpo de mis compañeras, entonces ‘la vamos a la vamos a ocultar un poco’. En el cotidiano tal vez no que me decían gorda en la cara, pero era ir a comprar ropa y que para mí no hubiera, y encontrarme con que a los 11 o 12 años ya usaba ropa de adultos siendo una preadolescente. Sí te están diciendo que por tu cuerpo te vamos a tratar distinto, es muy fuerte cuando sucede.

"En general uno disfruta su cuerpo en la niñez de una forma feliz", expresó Brenda Mato (Fotos de Franco Fafasuli)
"En general uno disfruta su cuerpo en la niñez de una forma feliz", expresó Brenda Mato (Fotos de Franco Fafasuli)

– Hay matices, los que te ven con simpatía, como vos decís “la gorda del curso”, y los momentos límite, donde la gorda del curso no puede hacer determinadas cosas por ser gorda.

– Sí, y dejás de tener autonomía de alguna forma. Dejás de llamarte como te llamás, dejás de ser una persona para convertirte en un individuo que cumple una función dentro de un status social. Dejaba de ser yo y todas las cosas que me gustaban siempre terminaban siendo de alguna forma, o burladas o graciosas: ay, qué graciosa la gorda, lo que hace.

– En la primaria ya tenías conciencia y muchas voces que te lo decían, pero imagino que lo peor es la adolescencia, cuando uno quiere encajar en todos los grupos y nunca se encuentra en ninguno, siendo flaca o siendo gorda.

– Yo estaba muy dolida, muy rota. Y a la vez todo eso que yo sentía adentro lo reflejaba en los demás, entonces yo también era una persona muy difícil.

– ¿Por qué “rota”?

– Yo me desarrollé muy temprano, a los 11, 12 años. Mi primer corpiño, fue talle 90, 95, de un día para el otro aparecí en el colegio y tenía tetas. Tenía ese cuerpo y parecía mucho más grande. Empezaba a sentir deseo, pero a la vez no podía entender porque yo era ‘la intocable’. Y empezaba a recibir también atención de personas adultas, a recibir acoso. Y por fin me empezaban a prestar atención, por fin la luz se había posado en mí.

“LES DABA VERGÜENZA DECIR QUE YO LES GUSTABA. ¿CÓMO TE VA A GUSTAR LA GORDA?”

– A los 12, 13.

– Sí. El chico que me gustaba me hablaba, yo le contaba a una amiga ‘me habló tal chico’ y el chico decía que no. Le daba vergüenza decir que yo le gustaba o que podía salir conmigo.

– Te escribían los chicos, pero en secreto. No lo contaban, no se mostraban con vos.

– No, porque era como era el chiste. ¿Cómo te va a gustar la gorda? Te tenía que gustar que la linda del curso, ¿no?

“EN MI ADOLESCENCIA SENTÍA QUE NO PODÍA DECIR QUE NO A DETERMINADAS SITUACIONES PORQUE SINO ME IBA A QUEDAR SOLA”

– ¿Qué hacías en estas situaciones?

– Lloraba mucho porque no entendía. No entendía qué era lo que estaba haciendo mal, sentía que el error era yo. Y eso se empezó a reflejar después un poco más grande, en mi adolescencia, a los 16, 17, cuando empezaba a relacionarme. Sentía que no podía decir que no a determinadas situaciones porque sino me iba a quedar sola. Que tenía que agradecer un poco ese cariño.

María Laura Santillán con Brenda Mato - "CÓMO TE VA A GUSTAR LA GORDA” YO ERA LA INTOCABLE, A LOS CHICOS LES DABA VERGÜENZA DECIR QUE YO LES GUSTABA.
“NO SE PODÍA DECIR QUE YO ERA ATRACTIVA”

– Volvamos a esa situación en la que te escribía un chico que a vos te gustaba y después él no se mostraba con vos. ¿Cómo terminaba todo?

– Terminaba siendo yo casi una mentirosa. “No, vos flasheaste que yo te escribí o que yo te hablé o que te llame a tu casa”. Terminaba siendo yo la mentirosa, porque no se podía decir que yo era atractiva.

“YO USABA LA ROPA QUE DE MI MAMÁ, LA ROPA DE MODA NO ME ENTRABA. UNO A LOS 15 NO QUIERE VESTIRSE COMO SU MAMÁ”

– ¿Esto es lo que vos llamás “estaba rota”? ¿Eso es lo que te dolía y te rompía?

– Me rompía también en la época de los cumpleaños de 15 ver a todas mis compañeras con una ropita súper linda y yo que me tenía que vestir con ropa de mi mamá o muy parecida a esa porque la ropa de moda de la época no me entraba. Mis compañeras utilizaban determinada marca que estaba recontra de moda y yo usaba la ropa que conseguía, que era de mamá. Y uno a los 15 no se quiere vestir como su mamá. A los 15 lo último que querés es parecerte a tu mamá.

"Mis compañeras utilizaban determinada marca que estaba recontra de moda y yo usaba la ropa que conseguía, que era de mamá", contó Brenda Mato en entrevista con María Laura Santillán
"Mis compañeras utilizaban determinada marca que estaba recontra de moda y yo usaba la ropa que conseguía, que era de mamá", contó Brenda Mato en entrevista con María Laura Santillán

– Fueron años de sufrimiento.

– Fueron muchos años de sufrimiento para mí, a mi adolescencia la llamo mi etapa oscura. Y hay momentos que honestamente los tengo tan marcados que no me los acuerdo porque la pasé tan mal que se ve que mi cerebro dijo “ya está, vamos a olvidarlo porque no vale la pena quedarse en esos lugares’.

– Escenas en el colegio, en un baile, en una fiesta, en tu casa. ¿Cuáles sentís que es mejor no revisar?

– Muchas, del colegio me acuerdo muy poco. Sí tengo recuerdos de volver a mi casa llorando y decirle a mi mamá: por favor, quiero cambiarme de colegio. Esto no lo quiero contar en modo víctima. Cuando yo hablo de que estaba un poco rota, yo también era mala con otros. También actuaba de forma hostil con otras personas. “Si el mundo se comporta así conmigo, probablemente yo también tengo que comportarme así con los otros”.

– ¿Qué sería “ser mala”?

– El bullying que yo recibía, si aparecía alguna chica que tenía una corporalidad que podía ocupar ese espacio que yo estaba ocupando, yo me prendía en eso. Hoy lo recuerdo y está súper mal. Me ha tocado muchas veces tener que pedir disculpas por comportamientos que tuve en mi adolescencia, hace 15 años. Uno después crece, se da cuenta y comprende, pero como no recibía amor, no podía dar amor.

– ¿O sea que si llegaba una persona más grandota o más gorda lo aprovechabas para que ocupara ese lugar?

– Por supuesto, para poder correrme y que ese sufrimiento no fuera el mío.

– ¿Pasaste la adolescencia haciendo dieta? ¿Cómo era la dinámica en relación a la flacura y la gordura?

– Mi adolescencia, sí, me la pasaba yendo a nutricionistas. Probaba y si alguna nutricionista me decía que yo estaba bien yo decía: listo, la cambio y voy a otra. En mi adolescencia hice muchísima actividad física, muchísima. En esa época mi cuerpo cambió un montón, pero yo nunca fui flaca como se lee en la sociedad: la panza chata, una determinada corporalidad. Sí era delgada en comparación a lo que soy ahora, pero no tuve el cuerpo hegemónico que se esperaba.

"Me la pasaba yendo a nutricionistas. Probaba y si alguna nutricionista me decía que yo estaba bien yo decía: listo, la cambio y voy a otra", recordó Brenda Mato
"Me la pasaba yendo a nutricionistas. Probaba y si alguna nutricionista me decía que yo estaba bien yo decía: listo, la cambio y voy a otra", recordó Brenda Mato

– Tanta actividad física, ¿la hacías para estar flaca?

– Sí, porque era lo que había que hacer. También en mi adolescencia tuve la suerte de empezar con lo que a mí me gustaba, que era la comedia musical, empezar a tomar muchas más clases. Pero tenía que ir al gimnasio para tener cintura, para desarrollar esto o lo otro. Tengo el recuerdo de siempre escuchar el comentario, creo que era mi abuela la que me lo decía: aprovechá ahora porque una vez que pasás la adolescencia, los kilos que te quedan son imposibles de bajar.

– O sea que no había mensajes solamente en el colegio, también en tu casa.

– En mi casa no, mi mamá, mi papá o mi hermano, no tanto porque mi mamá también es gorda y lo que ella sufría con su propio cuerpo nunca me lo transmitió a mí. Sin embargo, yo la he visto sufrir un montón de veces con respecto a su cuerpo, si bien ella no me hizo comentarios nunca a mí directamente, sí los hacía sobre ella misma y yo los veía.

– Nombraste a tu abuela.

– Mi abuela es un ser muy especial. Siempre fue de machacar con cuidarse con las comidas: “fíjate lo que estás haciendo, estás más gordita”.

– ¿No crees que quizás quería resguardarte para que no sufrieras, para que no la pasaras mal o para cuidar la salud? Una actitud sobreprotectora de una abuela o una madre…

– Yo creo que no hay violencia que avale ningún cuidado, sigue siendo violento más allá de que uno lo haga con la mejor. Es muy violento estar controlando a una persona sobre si come o hacerle comentarios sobre su corporalidad, incluso con el pretexto del cariño y de la salud, porque yo ya lo sufría.

– Lo que estás contando era permanente. ¿Pudiste hablarlo con tu abuela o quedó así?

– Era una relación un poco ríspida y que después empeoró. Era difícil decirle las cosas porque tampoco le interesaba demasiado. Quedó ahí, para mí ya es pasado. No puedo vivir tampoco pensando “ay, qué mala persona, las cosas que me dijo…” Entiendo la época, entiendo la situación, entiendo que ella lo decía desde un determinado lugar. No quita que siento que no correspondiera y que no está bueno.

“OPINAR SOBRE EL CUERPO DEL OTRO ES VIOLENTO. A UNA PERSONA DELGADA QUE TIENE MALA ALIMENTACIÓN NO LE HACEN ESOS COMENTARIOS”

– Se habla de la obesidad como una enfermedad, de los trastornos alimenticios, de las enfermedades que traen los kilos de más como la diabetes, el colesterol, problemas cardiovasculares. ¿Cómo se hace para saber cuando es un buen consejo, hay una buena intención y cuando es violencia?

– Creo que la pretensión de opinar sobre las corporalidades de otros es violenta. Porque se hace sobre una determinada corporalidad, no se hace sobre todas las corporalidades. A una persona delgada que tiene una mala alimentación en general no le hacen estos comentarios. A una persona que se sienta al lado tuyo y fuma no le hacen estos comentarios. A una persona que toma mucho alcohol no se los hacen. Estos comentarios se hacen en general a determinadas corporalidades que son las corporalidades gordas. Para mí es violencia porque hay una hipocresía sobre la salud. Lo que se busca erradicar es el tamaño de la corporalidad, no se busca una cuestión saludable.

María Laura Santillán con Brenda Mato - “OPINAR SOBRE EL CUERPO DEL OTRO ES VIOLENTO. A UNA PERSONA DELGADA QUE TIENE UNA MALA ALIMENTACIÓN NO LE HACEN ESOS COMENTARIOS.

–¿No buscan acaso los profesionales buena salud en las personas muy flacas o anoréxicas?

– Son cosas completamente distintas, no podemos meter todo en la misma bolsa. Esta asociación que se hace de las corporalidades gordas con la idea de la adicción a la comida, en realidad es una confusión con un trastorno por atracón. Un trastorno por atracón lo puede tener también una persona delgada. Asociar todo el tiempo las corporalidades gordas con una problemática con la comida es un error. A mí la primera dieta me la mandaron a los nueve meses, ¿yo que tenía atracón de teta? No tiene mucho sentido. Tenemos que empezar a entender que existe la diversidad corporal y que si todas las personas en el mundo hiciéramos los mismos ejercicios y la misma dieta, no pesaríamos lo mismo.

– ¿Vos crees entonces que la medicina está atrasada en este aspecto?

– Yo creo que la medicina está hecha por humanos. La medicina tiene avances increíbles, pero sigue teniendo sesgos como tenemos los seres humanos criados en una sociedad que tiene esos sesgos.

– Contaste que le paraste el carro a tu abuela al punto que la relación nunca se arregló. ¿En otra circunstancias le paraste el carro a alguien que se metía de una manera que sentías violenta hacia tu cuerpo?

– A mucha gente. He perdido amigas, perdí espacios por decidir no participar de esas conversaciones.

– ¿Decidiste no verlas más a esas amigas?

– Por mucho tiempo he sido “la aguafiestas”, la mala onda al decir: yo no quiero hacer estos comentarios, yo no quiero participar de este tipo de cosas. Muchas veces a las figuras públicas o a políticos se les hacen críticas sobre su cuerpo. Por ejemplo el caso de Lilita Carrió, todo el tiempo se la critica por su corporalidad, siento honestamente que es una persona a la que la podemos criticar pero por sus ideas políticas.

– ¿Qué hacías en esas circunstancias? ¿Te ibas enojada o planteabas el tema?

– He dejado de ver amigas. Empezar a reducir el contacto. La primera vez cambiaba de tema para no generar rispidez. Al encuentro siguiente lo mismo… y yo ya no me siento cómoda en esos espacios. Y además yo no sé cuando me voy ahí qué van a decir o qué opinan de mi cuerpo. Entonces, ¿qué confianza me puede generar eso? ¿Si de esa forma se refieren a otras personas, cómo se refieren a mí cuando yo no estoy? Los más íntimos, los que me fueron quedando definitivamente, es gente que supo y pudo evolucionar conmigo, entender que hay cosas más interesantes de las que podemos hablar.

“EL ÁRBOL GENEALÓGICO TAMBIÉN SE PODA. EN LOS LUGARES DONDE UNO NO SE SIENTE CÓMODO Y NO ESTÁ BIEN NO HAY QUE ESTAR”

– Me parte el alma que no hayas podido acordar con tu abuela, poder explicarle lo que te molestaba.

– El árbol genealógico también se poda, esa cuestión de la sangre y la familia… En los lugares donde uno no se siente cómodo y no está bien, no hay que estar.

"Invierto en mí, en lo que me hace bien. Siento que mucho tiempo perdí en mi etapa oscura, sobre todo en tratar de ser lo que los demás esperaban", reveló Brenda Mato
"Invierto en mí, en lo que me hace bien. Siento que mucho tiempo perdí en mi etapa oscura, sobre todo en tratar de ser lo que los demás esperaban", reveló Brenda Mato

– ¿No hay que negociar, no hay que escuchar, no hay que charlar?

– Uno puede charlar si tiene del otro lado a alguien que esté dispuesto. Me pasa con los debates que se dan en redes sociales que me preguntan mucho, ¿cómo te llevás con el tema de los haters o con los comentarios? Hay gente con la que puedo debatir, que me dice: no estoy de acuerdo con esto que decís en tal video o esta información que diste por tal y tal cosa. Uno entiende que es una persona abierta a escuchar, que puede después coincidir o no. Pero cuando una persona solo quiere expresarse pero no está dispuesta a escuchar o a intercambiar, no sé si vale perder el tiempo ahí, invertir energía.

– ¿Mamá, abuela, amigas, lo que venga?

– Invierto en mí, en lo que me hace bien. Siento que mucho tiempo perdí en mi etapa oscura, sobre todo en tratar de ser lo que los demás esperaban.

“EN MI ETAPA OSCURA USABA MUCHA ROPA OSCURA”

– ¿En tu etapa oscura usabas ropa oscura?

– En mi etapa oscura usaba mucha ropa oscura. No usaba ropa ajustada, no me vestía realmente 100% como quería.

– ¿Te tapabas mucho?

– Mucho. Creo que mi primera bikini me la habré puesto a los 18 o 19 recién y con mucha vergüenza, por supuesto.

"Nadie tiene ese cuerpo de bikini, pero te venden la idea de que algún momento vas a tenerlo, y dan la solución", aseguró Brenda Mato
"Nadie tiene ese cuerpo de bikini, pero te venden la idea de que algún momento vas a tenerlo, y dan la solución", aseguró Brenda Mato

¿Porque te iban a mirar?

– Sí, porque yo no tengo un “cuerpo de bikini”. Entonces malla enteriza, porque no está permitido. Es un poco la trampa del sistema que todo el tiempo te está diciendo que todo lo que hacés y lo que sos está mal y a la vez te vende la solución. Nadie tiene ese cuerpo de bikini, pero te venden la idea de que algún momento vas a tenerlo, y dan la solución.

– ¿Te acordás de ese momento en que te pusiste la primera bikini? ¿Cómo fue?

– Creo que fue en la playa y que estaba con un noviecito, y todo el tiempo estaba (hace gesto de taparse) como en la situación de “prohibido”.

– ¿Escondías la panza?

– Sí, todo el tiempo. Y ponía bolsos o la toalla o el pareo sobre mi cuerpo.

– ¿Y cómo fue la primera vez en que te pusiste una bikini y no te importó nada?

– Fue un poco más grande, fue una etapa de descubrimiento sexual también, donde me di cuenta que era una persona bisexual y que me empecé a juntar también con gente de la comunidad LGBTIQ. Por primera vez en muchísimo tiempo sentí que era celebrada y no juzgada y para mí eso fue un cambio enorme y por eso también empecé a arreglar esta parte interna que te decía, que como yo no recibía amor de afuera, tampoco podía dar amor. Cuando me empecé a encontrar con un montón de gente que me empezó a celebrar y me empezó a amar a pesar de yo estar rota, pude empezar a entender que yo también era valiosa, importante, y que no tenía que ser quien no era para poder ser querida.

“DE NEGRO, DE BLANCO, DE VERDE, EL CUERPO SIGUE SIENDO EL MISMO Y LA PANZA SIGUE ESTANDO AHÍ”

– ¿Cuándo empezaste a usar colores, flores, cuadros?

– A partir de los veintipico empecé a darme cuenta que no me gusta mucho como me queda el negro y que me gusta mucho usar colores, me gusta transmitir. Y honestamente, soy gorda. De negro, de blanco, de verde el cuerpo sigue siendo el mismo y la panza sigue estando ahí. Y sí, puede haber ilusiones ópticas, pero el cuerpo sigue siendo el mismo, no cambia.

María Laura Santillán con Brenda Mato - “YO NO TENGO UN CUERPO DE BIKINI. NADIE TIENE REALMENTE ESE CUERPO DE BIKINI, ES UNA TRAMPA DEL SISTEMA.”

– ¿Hubo también un momento en que dijiste: no hago más dietas restrictivas?

– Sí, más de adulta. Decir “no quiero estar pensando en que no voy a ir a un lugar, o en qué voy a comer mañana, o que si elijo comer algo tengo que hacer más actividad”. Eso de todo el tiempo la comida como castigo…yo quiero sentarme a disfrutar de la comida que me gusta, soy vegetariana desde hace diez años. Es poder decir: quiero elegir la forma en la que me quiero alimentar y no quiero sentir que por darme un gusto estoy haciendo mal las cosas.

– ¿Vas a los médicos? ¿Te cuidás?

– Me hago chequeos todos los años como cualquier ser humano.

– Muchos seres humanos no se hacen chequeos.

– Estoy segura que muchos de esos que no se hacen chequeos desde hace mil años son después lo que me comentan y me dicen “la salud, la salud”. Les preocupa un montón mi salud, pero la de ellos seguramente no tienen ni idea en qué estado está.

“SOBRE LA LEY DE TALLES PARA EL ACTUAL GOBIERNO NO HAY INTERÉS EN HACER ABSOLUTAMENTE NADA”

– Fuiste una de las que impulsó la ley de talles, que haya medidas para todos. ¿Desde 2019 se cumple la ley de talles?

– No, porque en realidad no está 100% implementada. Burocracia y Estado, es un tema complejo. En 2019, se sanciona la ley. Lo que pide la ley es hacer un estudio antropométrico de la población y a partir de esa información poder generar nuestra propia tabla de talles. Es algo maravilloso, porque hasta ahora, con nuestros 200 años de historia, no sabíamos cómo eran las corporalidades que habitaban nuestro país. Por primera vez poder saberlo no solamente nos da información para poder hacer una tabla de detalles con respecto a la ropa, sino también es información muy valiosa para otros ámbitos. Para mobiliarios, a muchas personas gordas nos cuesta mucho encontrar espacios que nos resulten cómodos en los transportes públicos, en los teatros, en los cines, en las sillas en general.

– En los aviones.

– En los aviones, es tremendo. Pero en 2020 vino la pandemia. Tardó un año, un año y medio en reglamentarse. En junio del 2021 se reglamenta y partir de ahí hay aproximadamente 250 días para que se termine el estudio. Desde el INTI respondieron que en 250 días no llegan, se sabía desde un principio que eso se iba a extender mucho más. El estudio era voluntario, es convencer a la gente que en medio de una pandemia vaya a hacerse un estudio, eso alargó un montón. Cuando se terminó tardaron casi otro año más en tener los resultados del estudio y conformar el consejo que iba a empezar a armar esa tabla, fue en junio del año pasado y después vino el cambio de gobierno. Básicamente desde el gobierno actual la bajada de línea es: no nos interesa, no nos importa, no se trabaja. Nunca más se convocó al Consejo Consultivo. El INTI sigue trabajando en la tabla y en algún momento supongo que estará terminada, pero no hay ningún tipo de interés en ni implementación, ni en hacer absolutamente nada.

– Se verá cuando esté terminado si se puede implementar. Mientras tanto, vos te definís como un activista sobre la diversidad corporal.

– Sí, a mí me atraviesa en absolutamente todo. Por eso también pierdo amigas (risas).

– Pero además militás todo el día, las 24 horas.

– Sí, lo hago en el activismo, me toca dar charlas en el colegio, soy embajadora de una marca que habla de este tema. Incluso he tenido la oportunidad de que me lleven a otro país a presenciar estudios que hablan de cuestiones de belleza. Y estoy en una obra de teatro en la que me paro en el escenario y hablo de sexo siendo una persona gorda.

"Estoy en una obra de teatro en la que me paro en el escenario y hablo de sexo siendo una persona gorda", dijo Brenda Mato durante el reportaje
"Estoy en una obra de teatro en la que me paro en el escenario y hablo de sexo siendo una persona gorda", dijo Brenda Mato durante el reportaje

– ¿Estás hablando de Sex?

ME PARO FRENTE A UNA AUDIENCIA A DECIRLES: LAS GORDAS TAMBIEN TENEMOS SEXO”

– Estoy hablando de Sex. Me paro frente a una audiencia a decirles: las gordas también tenemos sexo y los cuerpos somos deseados. Y la conversación no se da dentro de la cama. La conversación de los cuerpos se da afuera porque adentro de la cama no siempre te gusta lo que te dijeron que te iba a gustar.

– ¿Y no sería más divertido ponerte a seducir desde el escenario?

– ¡Lo hago! Yo me río mucho. A mis compañeros los jodo siempre, llego, me hidrato los labios y les digo: chicos, empiecen a correr (risas). Ese deseo que se despierta, me gusta. Hay gente en la audiencia que seguramente se debe ir dudando si les gustó o no les gustó lo que vieron.

– Esta libertad que tenés hoy con el cuerpo se fue construyendo. ¿No fue desde chiquita, sino más grande, con conciencia, con lecturas?

– Yo creo que fue desde chica, pero hubo un momento en el que la sociedad me dijo: esto a vos no te pertenece. Yo nací con el cosito de la vergüenza roto, era muy chiquita y en mi casa daba shows a mi familia y bailaba y siempre fui muy para afuera.

– Desinhibida.

– Muy desinhibida en general. Después en la adolescencia me llegaron los mandatos que nos tocan a las mujeres. “No podés hablar muy fuerte”, “no te podés expresar de determinadas formas”, “no te podés vestir de una determinada forma”, empezar a construir el “calladita te ves más bonita”.

– “Calladita te ves más bonita”, ¿no es antiguo? ¿Sigue vigente?

– Sigue muy vigente. Todavía las nenas juegan con determinadas cosas y los varones juegan con otras, determinadas actividades son para mujeres y determinadas son para varones. ¿Levantar la voz? Las mujeres somos histéricas y los varones son firmes.

– Hay un marido acá. ¿Desde hace cuántos años?

MI MARIDO CONFÍO EN MÍ MUCHO ANTES DE QUE YO CONFIARA EN MÍ”

– Cinco casada, once en pareja.

– Un montón. ¿Cómo es ese marido? Deconstruido, imagino.

– Sí y yo siento que él es mi gran apoyo. Es básicamente mi todo. Creo que mucho de lo que logré, sin él no lo hubiera podido podido hacer, porque él confió en mí mucho antes de que yo confiara en mí. Mi marido me dijo una vez algo que a mí me marcó: si no hay un espacio para vos, ¿por qué no lo creás? Y ahí nace la activista: si no hay un espacio para mí, me voy a hacer cargo de crearlo y de que exista.

– Hay una estudiante de sociología que después aparece.

– La sociología llegó también. En mi vida todo arranca como una joda y después termina quedando. Me encuentro con la sociología a los 30 años, en el activismo muchas personas hablaban de temas que me atravesaban un montón y eran sociólogas. Nunca me imaginé en una carrera universitaria porque soy artista, siempre bohemia. Y hoy soy completamente nerd, no he rendido un final, todo lo promociono, todo. Me encanta, amo la carrera, la hago a mi tiempo como persona adulta que tiene una vida y no busco ese título. Busco el conocimiento, me interesa mucho, participo mucho en clases, todo lo que siento que mi propia yo adolescente odiaría, me encanta.

"No me parece necesario que haya una descendencia biológica mía", manifestó Brenda Mato
"No me parece necesario que haya una descendencia biológica mía", manifestó Brenda Mato

– Estás haciendo de todo y sin parar.

– Al final todo eso que me dijeron durante toda mi vida que no podía hacer, lo estoy haciendo.

“NO ME PARECE NECESARIO QUE HAYA UNA DESCENDENCIA BIOLÓGICA MÍA”

– ¿Van a tener hijos?

– No están en los planes por el momento. No es algo que ninguno de los dos sienta. No me parece necesario que haya una descendencia biológica mía.

– ¿Por qué “descendencia biológica”? ¿Habla la socióloga? Estamos hablando de hijos, ¿por qué tan formal?

– ¿Lo pongo formal? Porque es algo que nosotros discutimos mucho.

– ¿Así? ¿En términos de descendencia biológica?

– De descendencia biológica. Si yo siento que la decisión mía formada y determinante es que no quiero gestar una persona nueva porque hay muchos procesos corporales y muchas cosas que pasé a lo largo de mi vida y siento que sería también muy complejo para mí tener que atravesar todo eso.

– ¿No es más fácil decir: no tengo ganas?

– No, porque no tiene que ver con un deseo maternal, sino que tiene que ver con muchas otras cosas. Nosotros charlamos un montón con mi marido de un deseo futuro, hoy nuestras vidas están bien, no tenemos esta necesidad de tener un hijo o de un bebé de cero. Pero sí está la idea de que tenemos mucho conocimiento y experiencia y que sería lindo en el futuro, una persona, un niño o una niña que tenga ganas de tener una familia y busque una familia. Tal vez en un futuro sí adoptar.

– No soñás con quedar embarazada ni nada parecido. No te interesa esa experiencia.

– No. Muchas de mis amigas son mamás y amo a sus hijos. Veo bebés, me enloquezco, los disfruto. Soy una tía muy feliz de todos los hijos de mis amigas y los disfruto un montón. La paternidad y la maternidad son decisiones muy importantes que muchas personas no se lo cuestionan tanto. Yo tal vez me lo sobre cuestiono (risas), es muy probable que me lo sobre cuestione. Hay un ser humano nuevo, disponible, al que hay que darle todo y que es la prioridad. Y siento que muchas veces no se piensa desde ese lado, que a veces es más un deseo egoísta de decir: yo necesito esto. En lugar de que esa persona nueva sea la prioridad y la que está primero.

"Me cuesta mucho tomar decisiones y me gustan las decisiones que tomo analizarlas desde todas las aristas posibles", contó Brenda Mato
"Me cuesta mucho tomar decisiones y me gustan las decisiones que tomo analizarlas desde todas las aristas posibles", contó Brenda Mato

– ¿Siempre te sobregiraste con la conciencia de las cosas o te viene ahora de adulta con la sociología y con el activismo?

– Siempre. Mi mamá me dijo que tendría que haber sido abogada porque era muy defensora de pobres y ausentes, siempre estuvo esta cuestión justiciera mía. Me cuesta mucho tomar decisiones y me gustan las decisiones que tomo analizarlas desde todas las aristas posibles. La gente cuando vea esta entrevista tal vez diga: ay, qué compleja esta chica. Siento que el día de mañana tal vez tome la decisión y diga: me anoto en un juzgado y me pongo en pos de ser tutora y encargada de alguien. Y que eso sea consciente, sea con toda la entrega necesaria que esa persona necesite y no desde decir: ¿quién me va a cuidar cuando sea vieja? No necesito a nadie que me cuide cuando sea vieja.

– ¿Vos crees que la gente tiene hijos porque quiere que la cuiden?

– Mucha gente lo hace porque tiene esa necesidad. Mucha gente lo hace, y es muy triste.

– Cuando charlás con tus amigas te dicen: ¿quiero tener un hijo para que me cuide cuando sea vieja?

– Mis amigas no, pero sí me ha pasado de charlarlo con una amiga que estuvo con el proceso de congelar óvulos. Y preguntando entre sus conocidos por qué fueron padres, siente que la mayoría de las de las respuestas fueron en ese sentido: tenía la necesidad de tener un hijo, de crear una persona.

– Eso no es que te cuiden cuando seas vieja, es otra cosa.

– Hay gente que te dice, cuando esté viejo, ¿qué voy a hacer cuando esté solo? Alguien va a tener que encargarse de mí. Un geriátrico tal vez es una buena opción.

"Yo me exijo a mí misma no usar filtros, no le pongo filtros a mis fotos y hago un trabajo en el que digo: esto es lo que soy", dijo Brenda Mato
"Yo me exijo a mí misma no usar filtros, no le pongo filtros a mis fotos y hago un trabajo en el que digo: esto es lo que soy", dijo Brenda Mato

– Claro.

TODO LO QUE HAGO ES PARA SEGUIR SANANDO LAS HERIDAS”

– Si voy a ser 100% consciente de la vida de otra persona, quiero que sea feliz.

– Vos sufriste mucho.

– Sí, yo sufrí mucho y todavía hoy en día tengo secuelas de ese sufrimiento. Todo lo que hago en parte es para seguir sanando esas heridas, de cosas que no entendía por qué me tocaban, no entendía qué era lo que estaba haciendo mal.

“YO NO VOY A ARMAR UNA GUERRA CON MI CUERPO”

– ¿Secuelas significa que te siguen dando vueltas en la cabeza? ¿Que lo seguís rumiando? ¿Que seguís trabajando para luchar contra eso?

– Sí, totalmente. Por ejemplo, en la obra me pasó con el tema del vestuario, mis compañeras están con prendas muy chiquititas. ¿Y yo qué hago? Mi decisión fue: no me voy a tapar más que mis compañeras. Nunca se deja de luchar contra eso. Cuando hablamos de diversidad corporal o del positivismo corporal, hay una falsa creencia de que un día te amas y vivís en amor propio landia y todo es felicidad. ¿Es absurdo, no? Para mí convivir conmigo lo siento más como una tregua, plantar una bandera blanca, decir: yo no voy a vivir en guerra conmigo, yo no voy a armar una guerra con mi cuerpo, yo no me voy a pasar horas frente a un espejo desnuda diciendo ¡qué horror esto! No voy a hablar de mí misma como defectos, no voy a hablar de mí misma como algo negativo, como una persona que no es valiosa. Pero a la vez eso no implica que me guste o que me sienta conforme con todo lo que veo. Porque vivo en una sociedad en la que todo el tiempo me están diciendo que no se puede envejecer porque las arrugas están mal, que si tenés canas te tenés que teñir. Pareciera que para ser bonita solamente podés tener una cara que es la que terminan teniendo la mayoría de las chicas. Yo me exijo a mí misma no usar filtros, no le pongo filtros a mis fotos y hago un trabajo en el que digo: esto es lo que soy. Yo no voy a seguir luchando contra mí misma. Yo me merezco tener una vida en paz con quien soy, y eso es lo que yo decido. No implica que esté todo bien y que en todo momento suceda así. Pero no elijo más ese camino.

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