Flor Álvarez con María Laura Santillán: “Me cuesta creer donde vivo, hace unos meses cuando llovía dormía en el piso de un bar”

Tiene apenas veinte años y mucho talento. La adoptaron a los tres, sufrió maltrato de su familia adoptiva y se escapó. Vivió en hogares de chicos y en la calle, durmió en un auto, pasó hambre y frío. Hace unos meses grabó un video cantando en el subte con un parlante en la mano y en pocas semanas el posteo se viralizó. Su carrera se disparó y ahora todos los cantantes quieren grabar con ella

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María Laura Santillán con Flor Alvarez

Tiene la sonrisa puesta, como indeleble, como si todo siempre hubiera sido felicidad. No se ven fácilmente las huellas del dolor. La corta vida de Flor, tiene apenas 20 años, parece eterna al escucharla. Vivió en hogares, durmió en la calle, pasó hambre, frío, soledad, tristeza. A partir de los tres años fue a vivir a un hogar para chicos y a los siete una familia la adoptó. Pasó una infancia muy infeliz hasta que se fue de esa casa. A Flor Álvarez la conocimos gracias a las redes. Cuando posteó sus videos cantando en el subte y en la calle apenas con un parlante en pocas semanas se viralizaron. Mucha gente empezó a seguirla y a apoyarla y su carrera se disparó. Hoy cuenta con un ejército de fanáticos que la alienta y que promociona su música en redes.

– Tengo que agradecer a la gente que me dio una oportunidad, que me apoya en los videos que comparto, que comenta y que está. Tengo un público muy muy fiel, cada vez que subo algo están ahí, re contentos, se emocionan y me ayudan muchísimo.

– Pasó algo muy poderoso.

– Alguna conexión tuvimos porque sino, no hubiese llegado a donde estoy, no hubiese conocido los lugares que conocí ni vivido todas las cosas que viví en tan poco tiempo. Muchas cuentas de fans empiezan “tienen que ayudar este tema, tienen que entrar en tendencia”, ellos son quienes se encargan de hacer que todas las personas escuchen.

En poquitos meses Flor Álvarez sumó 1.900.000 seguidores en Instagram y 3.300.000 en TikTok. En octubre de 2023 lanzó “Etapas” y dos meses después “Sin querer”, con Fer Vazquez, de Rombai, una canción que bate récords en YouTube.

"Tengo que agradecer a la
"Tengo que agradecer a la gente que me dio una oportunidad, que me apoya en los videos que comparto, que comenta y que está", dijo Flor Álvarez (Fotos de Candela Teicheira y Nicolás Stulberg)

– Cuando entro en TikTok me saltan videos míos que no he subido yo. También es muy loco como encuentran fotos viejas. El otro día encontraron una foto mía de cuando tenía 12 años, no sabía de dónde sacaron la foto porque yo no se las pasé a nadie.

– ¿Te gusta escribir y te gusta cantar?

– Me gusta cantar y componer también, pero no soy tan fanática. Por esa razón canto además covers, canciones de otros artistas. Siempre me gustó cantar.

– Escribís las letras de las canciones. ¿Siempre quisiste dedicarte a la música?

– Sí. De muy chica siempre vi a Cris Morena y me alimenté de comedia musical. Mi sueño de chiquita era participar en algún programa de Cris. Me acuerdo que concursé a los 12, había subido un video en las redes en un homenaje a Floricienta en que participaba gente de todo el mundo, pero no tuve mucha suerte de encajar ahí.

“VIVÍ MUCHAS COSAS QUE QUIZÁS UNA PERSONA DE MI EDAD NO HA VIVIDO”

– Seguís siendo chiquita, tenés 20.

– Pasa que a veces siento que viví muchísimas cosas que quizás una persona de mi edad no ha vivido y siento que esas cosas me han dado muchísimos más años, pero sé que tengo 20 años.

– Lo que viviste te dio madurez emocional. ¿Vos te sentís firme?

– Sí, recontra. A veces siento que tengo 26 años por mi manera de ver la vida, de estar muy atenta a un montón de cosas.

– ¿Terminaste el colegio?

– Fui, pero no lo terminé. Está muy mal, hay que ir al colegio porque aprendés un montón de cosas. Fui hasta tercer año, tuve muchos problemas en mi vida, me escapaba de mi casa. Cuando sos menor se hace una búsqueda y te va a buscar la policía. Yo faltaba el colegio para esconderme y me quedé libre. No repetí por no estudiar, perdí el año y dije: ya está.

“POR QUÉ ME OBLIGAN A HACER ESTO? YO ERA LA ÚNICA QUE VIVÍA ALGUNAS COSAS EN MI FAMILIA”

– Viviste en un hogar para chicos, después te adoptaron y después volviste a vivir en un hogar.

– Sí, entré a los tres años al hogar, a un mes de cumplir los siete años me adoptaron y a los 13 años volví a entrar a un hogar. A los 17 salí y no fui nunca más, pero durante ese tiempo, fui y volví, fui y volví, fui y volví. La primaria la completé con mi familia adoptiva, en el secundario ya estaba en el hogar.

"Entré a los tres años
"Entré a los tres años al hogar, a un mes de cumplir los siete años me adoptaron y a los 13 años volví a entrar a un hogar", contó Flor Álvarez en entrevista con María Laura Santillán
“JAMÁS EN MI VIDA HARÍA QUE MI HIJO ME PASARA CREMAS EN LAS PIERNAS TODAS LAS NOCHES O QUE ME HICIERA MASAJES”

– ¿Cómo fue que decidiste dejar a la familia adoptiva? ¿Qué pasaba?

– Había actitudes. Yo no me daba cuenta porque era chica y porque no tenía muchos amigos en la primaria entonces no sabía cómo era una relación con una mamá, el vínculo con su hija. En 7.º grado, un poquito más grande, me hice amigos y me empezaron a invitar. Yo iba a una pijamada, veía la relación de madre e hija y quizás la hija no limpiaba nada, no hacía nada. Para mí eso estaba recontra mal, si una hija no lavaba un plato era una mala hija. Hubo mucho nivel de manipulación en mi niñez y yo decía, ¿por qué me obligan a hacer esto? No era que solamente a mi amiga que no le pasaba lo que a mí me pasaba, yo era la única que vivía algunas cosas con mi familia ilógicas con un chico de 12 años. Si no le hacía masajes en los pies… o no le pasaba cremas en las piernas … Cosas que hoy día veo y digo que jamás en mi vida haría que mi hijo me pasara cremas en las piernas todas las noches o que me hiciera masajes. De vez en cuando si me quiere hacer un mimo y eso, bueno, pero todas las noches no. Yo me sentía culpable y también me hacían sentir culpable diciéndome que no era buena hija si no hacía esas cosas, entonces yo tenía que hacerlas.

“FUI A HABLAR A LA DEFENSORÍA Y ME DIJERON: NO ESTÁ BIEN ESTO. DECIDÍ VOLVER A UN HOGAR Y ME FUI HACIENDO SOLA.”

– Es irregular que te pidieran que hicieras eso.

– Además se complicó todo. Una de mis hermanas cayó internada, la otra se escapó de mi casa, mis papás se habían separado y quedamos el más chico y yo. Yo tuve que asumir la responsabilidad de hermana mayor, de ayudar en todo, de cumplir con todo, de acompañar a mi hermano a fútbol, de que la casa estuviera en orden cada vez que mi mamá llegara, de subirle sus bolsos y subirle las compras, que tuviera su tostado y todo. ¿Entendés que yo decía “por qué yo hago todas estas cosas y a mis compañeras no les pasa”? Algo me empezó a hacer ruido entonces fui a hablar a la Defensoría y me dijeron: no está bien esto. Hubo situaciones de violencia física, pero a mí lo que me hacía ruido era esta violencia psicológica. Yo me sentía mal. Cuando mi hermana se iba de casa, mi mamá me decía: si vos la llamás o tenés contacto con ella no sos más mi hija. Yo perdía el vínculo con mis hermanos y era muy traumático para mí. Entonces decidí volver a un hogar y hacer mi vida, porque nadie me iba a ver. Y me fui haciendo sola.

“FUE DURA LA ADOPCIÓN QUE NOS TOCÓ. YO ERA REALMENTE INFELIZ”
María Laura Santillán con Flor Alvarez - HUBO MUCHA MANIPULACIÓN EN MI NIÑEZ, SI NO LE HACÍA MASAJES EN LOS PIES ME HACÍA SENTIR CULPABLE.

– ¿Cómo hiciste para volver a un hogar?

– Nosotros ya estábamos intervenidos por la Defensoría, por el Consejo. Siempre hubo un seguimiento de la adopción, nunca nos dejó de lado la Defensoría. Mi hermana ya se había ido a quejar a la Defensoría, decía que había maltrato y todos teníamos que negar lo que pasaba. Fue dura la adopción esta que nos tocó.

– Parece una película lo que estás contando, vivías con personas que no te hacían feliz.

DECÍA, POR QUÉ ME PASA ESTO A MÍ? SI YO NO SOY MALA CON NADIE, NO ROBE NUNCA?”

– Yo era realmente infeliz. A todo esto la música siempre me acompañó, rescatando lo positivo. Siempre me gustó cantar.

– ¿Siempre llevaste la vida con tanta alegría?

– No, por momentos tuve etapas donde decía, ¿por qué me pasa esto a mí? ¿Si yo no soy mala con nadie, no robé nunca, no hice cosas como para decir que me toca el karma? Pero siempre vi el lado positivo de las cosas, sí. Tenía bajones, como todos, pero siempre pensaba: algo bueno va a pasar.

"Siempre vi el lado positivo
"Siempre vi el lado positivo de las cosas, sí. Tenía bajones, como todos, pero siempre pensaba: algo bueno va a pasar", reveló Flor Álvarez

– ¿Hay un antes y un después desde que te cruzaste con Fer Vazquez de Rombai?

– Sí, enorme, se me cumplieron un montón de sueños. A partir de todo lo que pasó con Fer, a quien quiero muchísimo, que es una persona increíble, conocí otro país. Salí de mi país y fui a Uruguay, hermoso.

“QUIERO QUE ME SIGAN POR MI MÚSICA, NO POR LO DURA QUE FUE MI VIDA”

– Hay varios antes y después.

– En el momento en el que explota el video que puse en TikTok, mi vida dio un giro. Tengo un vínculo muy bueno con mi mánager y fue como un antes y un después para ambos, era “hoy tenemos esto, ahora hay que recontra re mil aprovecharlo”. Y dejé un montón de cosas que hacía antes, dejé una vida atrás. Obviamente hay cosas de mí que no cambié y que no pienso cambiar, siempre digo que antes que artista soy persona, pero a veces no puedo porque uno tiene que ser artista y cumplir. Me recontra movilizan un montón de cosas y a veces uno no tiene que mostrar que es recontra sensible. Tampoco quiero exhibirlo porque no quiero dar pena, quiero que me sigan por mi música, porque les gusta mi arte, no por lo dura que fue mi vida. Me encanta poder ser una referente de que los sueños se cumplen, de que hay que tener perseverancia, que hay que seguir adelante, pero obviamente me encantaría ser más querida por mi música.

– ¿Dónde viviste tu infancia?

– Mi infancia pasó en Devoto. Cuando decido volver al hogar, empiezo a ir a Liniers, Flores y Ramos.

– Empezaste a trabajar en una panchería.

– Mi papá trabajaba en Liniers. Era vendedor ambulante y ahora es inspector de combis, laburó mucho tiempo ahí, lo quieren mucho a mi papá, es una persona muy buena, muy honesta. Cuando vendía en la calle, al lado había una chica que vendía chipa que estaba buscando alguien para trabajar. Yo tenía 17 y no encontraba trabajo, en el McDonald’s no me tomaban, con esta chica de la chipa empiezo a trabajar. No era tan buena la plata, porque si estás trabajando para alguien en la calle no hacés tanto dinero. Mi papá iba a comer a una panchería siempre y a los dueños les decía: por favor, dele el trabajo a mi hija. Y ellos le decían que no porque yo era menor. Ni bien cumplo 18 caí: “hola, cumplí 18, ¿puedo venir a trabajar acá?” Hice una prueba, rompí Patys, rompí panchos. Yo les decía: me va a salir, tenganme paciencia. Y estuve un año y medio trabajando ahí entre idas y vueltas.

"Tuve un vínculo re lindo
"Tuve un vínculo re lindo con mi jefe de la panchería, cinco veces me echaron porque llegaba tarde y las cinco me tomaron de nuevo", recordó Flor Álvarez

– ¿Dónde vivías? ¿Ya podías alquilar tu cuartito?

– Ahí estaba, viviendo de casa en casa. Vivía dos meses en la casa de un amigo, después dos meses en la casa de una amiga, no tenía un lugar fijo. Pero sí tuve un vínculo re lindo con mi jefe de la panchería, cinco veces me echaron porque llegaba tarde y las cinco me tomaron de nuevo. Yo soy simpática, los quiero a los clientes, yo sabía que Pepito tenía la hija internada y le hacía el pancho: ¿mejoró tu hija, cómo está? Eran como amigos, venían todos los días a la panchería, a veces se quedaban a tomar una cerveza y charlábamos. A partir de ahí me crucé con un señor, el Turco y ahí es donde me cambia todo.

– Te cruzaste con el hombre que te llevó a cantar al subte.

– Sí, yo estaba cumpliendo un sueño porque estaba viviendo de la música, era el trabajo ideal. Cantar, tener mis horarios, de 6 a 11 podía ir. Al principio dejé la panchería y después me llamaron. Iba a la pancheria de 12 del mediodía hasta las cinco, cinco media, me cambiaba, agarraba mi parlante y me iba al subte. Y laburaba ahí desde las 6.

“ME CUESTA CREER DONDE ESTOY VIVIENDO, YO HASTA HACE UNOS MESES CUANDO LLOVÍA DORMÍA EN EL PISO DE UN BAR O EN UN AUTO”

– ¿Ves hoy esos videítos que grabaste en el subte?

– Sí, todo el tiempo. Yo reviso mucho archivo. No sé porque me gusta ver recuerdos. Me encanta ver cosas viejas porque digo: qué loco, cómo cambié. A veces me cuesta caer en todo lo que me está pasando, dónde estoy viviendo, que pueda tener una heladera con comida. A veces veo que llueve, y yo hasta hace unos meses cuando llovía estaba durmiendo en el piso de un bar o en un auto. Y hoy día estoy resguardada bajo un techo, tengo mi frazada y estoy bien y no lo puedo creer a veces. Me alegra saber que pude lograr tantas cosas.

María Laura Santillán con Flor Alvarez - AHORA TENGO UNA HELADERA CON COMIDA, MESES ATRAS DORMIA EN UN AUTO O EN EL PISO DE UN BAR. HOY ESTOY RESGUARDADA BAJO UN TECHO. Y TENGO MI FRAZADA.
“HE ESTADO DIAS SIN BAÑARME PORQUE NO TENÍA DUCHA”

– Te veo lookeada, con el pelo largo, usando pelucas de colores en los videos y me imagino que te acordás de que hasta hace poco no podías hacerlo.

– Me puedo hacer las uñas y me puedo hacer las pestañas también. Antes tenía una uña pintada, la otra no, una uña comida o todo el pelo duro, he estado días sin bañarme porque no tenía ducha.

– Viviste en la calle un tiempo, por eso no tenías un lugar propio donde bañarte.

– Nosotros nos bañamos en un polideportivo que ahora cerró que se llama Gana, está en Liniers, y en el hogar La Casona, que es un hogar de chicos. Ellos nos daban toallas, nos daban jabón y champú.

– ¿Qué es lo más fuerte, lo más duro de vivir en la calle?

– Todo. A veces tenías tu auto y justo había alguien más, ¿a dónde ibas a dormir? Te tenías que quedar despierto o tenías que fijarte que si con esa persona estaba todo bien o estaba todo mal, porque podías tener bronca en la calle.

– ¿Dónde dormías?

– A veces dentro de un auto. Había un señor que tenía un taller y arreglaba autos, tenía 85 autos viejitos estacionados. Autos que no tenían la ventana, o que le faltaban las ruedas, y el señor nos dejaba estar ahí, cada uno tenía su auto. Yo me había enamorado mucho, estaba muy obsesionada con un chico que me dijo “éste es mi techo”. Era mi lugar, estuve mucho tiempo ahí. Después entendí que eso no era vida para mí, que era muy chica, que tenía 15 años, que no daba.

“MI DÍA LO PASABA EN LA CALLE HACIENDO NADA.”

– ¿Dónde comías?

– En la calle. Nos daban un sánguche o comíamos un pancho, tampoco te digo que comía un asado.

"Ayer hice mi primera salsa
"Ayer hice mi primera salsa boloñesa, me salió re rica. La busqué en YouTube. Que se pueda cocinar un arroz con carne, guisos, comida rica, caliente, con queso, es buenísimo", expresó Flor Álvarez

– Sandwiches.

– Sandwiches y panchos, comida rápida. Mi día lo pasaba en la calle haciendo nada.

– Hace frío en la calle y mucho calor también.

– Sí, también. Está la iglesia Cuzco, la de San Cayetano, ahí nos daban ropa y del hogar recibíamos también ropa.

– Ahora, vivís en un departamento, ¿podés cocinar?

– Sí, antes de ayer hice mi primera salsa boloñesa, me salió re rica. La busqué en YouTube. Que se pueda cocinar un arroz con carne, guisos, comida rica, caliente, con queso, es buenísimo.

– Hubo un exitazo “Sin querer”, un tema con Fer Vazquez.

– Con él tuvimos muchísima química. Nos juntamos en el estudio un montón de veces. Tenemos un montón de canciones guardadas, quién dice si salen o no, compartí el estudio con él y es súper lindo. La gente nos quiere mucho y le gusta mucho la conexión que tenemos entre nosotros. Ahora vamos a hacer el Teatro Coliseo el 30 de agosto, algo muy copado, estoy encantadísima con lo que vamos a hacer. En lo que va del año ya tuve mi primer teatro, voy a hacer un teatro con Fer, voy a estar en un teatro con Márama que ahora festejan sus diez años.

– Todo se disparó en octubre del año pasado, hace unos meses.

– El video arrancó en octubre. Y sí, mi primer show lo tuve el 31 de diciembre.

– También grabaste con BM.

– Con BM, con Disertado, con Rusherking, con los chicos de Márama, con los chicos de Roces. Y un montón más también que no te puedo contar….

– ¡Pasaron ocho meses! Todos quisieron grabar con vos.

– Fue una locura, sí.

"Tengo mi mejor amigo que
"Tengo mi mejor amigo que para mí es mi hermano. Es más, incluso tengo su nombre tatuado y él se tatuó mi nombre. Nos conocimos en el secundario a los 14 años", contó Flor Álvarez

– Si te vas a agrandar tenés con qué, créetela.

– No, eso me cuesta un montón y a veces me olvido. Yo salgo a la calle como si nada. Cuando voy a algún lugar que es re céntrico me dicen “cuidate”, “no da que andes de acá para allá”. Y yo me olvido.

– ¿Ahora todos gustan de vos?

– No, que yo sepa no. No siento que me miren distinto. No hay esa mirada sexy, soy como más tierna. Y también tengo un público de muchos adultos y de niños y me ven tierna.

– ¿Cuáles son las relaciones que te acompañaron en la vida con una vida tan intensa, con tantas, con tantos cambios? Con tu papá te reencontraste y tenés un gran vínculo.

– Tengo mi mejor amigo que para mí es mi hermano. Es más, incluso tengo su nombre tatuado y él se tatuó mi nombre. Nos conocimos en el secundario a los 14 años y él me apoyó muchísimo en la música. En los colegios cuando yo cantaba, él era mi madre, gritaba cuando yo cantaba en el recreo. Todo el tiempo él me apoyó, cuando tuve problemas con el hogar, intentaba darme una mano como podía. Y él es mi hermanito para mí.

– O sea, tu papá y tu mejor amigo.

– Y tengo el vínculo de los chicos de la panchería, y amigas del hogar tengo dos, la mamá de mi ahijado, que también fue compañera mía del colegio. Y dos chicas que estuvieron conmigo en el hogar.

– ¿Volvés a la panchería?

– Sí, Volví el otro día. Me reconocían algunas personas y nos sacaban fotos. Estaban los chicos de siempre y me metí a hacer un pancho, sentí la necesidad.

“CUANDO NO TENÍA DONDE DORMIR ME METÍA EN ALGÚN COLECTIVO Y ME IBA DE TERMINAL A TERMINAL”

– ¿Vas a querer volver a hacer un video en el subte como en la vieja época, pero toda producida?

– Producida, pero escondida, queremos ir disfrazados. Lo venimos planeando desde que explotó todo, dijimos que hay que volver un día. Realmente tengo deseos cuando paso por las bocas de subte me dan muchísimas ganas de viajar. Yo siento que viajar en subte es hermoso, a mí me encanta el olor del subte, me gusta viajar en tren. Yo me dormía en el tren, me sentaba y viajaba de punta a punta. Y cuando no tenía donde dormir me metía en algún colectivo y me iba de terminal a terminal y viajaba y viajaba, me encantaba viajar sentada. Me gustaría ir al subte a vivir la experiencia, poner un parlante sin micrófono, sin nada, así como iba yo y cantar a capela. Y después me desenmascaro y digo, soy yo (risas). Pero me gustaría.

– Era muy lindo el ida y vuelta con la gente en el subte.

– Sí, creo que habré tenido, te lo juro, dos inconvenientes en el subte por lo general la gente me paraba y me decía: qué lindo lo que hacés, vas a llegar muy lejos, tenés una voz increíble. Y los productores me daban tarjetitas y todos de alguna manera u otra, querían ayudar. Y la gente de la Línea A me apoyó muchísimo, cuando explotó todo comentaban orgullosos: “yo la escuché en persona y realmente es increíble. Esto es verdad. La apoyé siempre”. Es hermoso.

– Un saludo a la gente de la línea A del subte (risas).

– Ya saben que los amo mucho. A todos los trabajadores del subte, a mí me dejaban pasar, no me cobraban el boleto.

“ESTOY VIVIENDO EN NORDELTA. NO ME SIENTO TAN CÓMODA AHÍ PORQUE ESTOY ACOSTUMBRADA AL CAOS. ME FALTA UN POCO DE CAOS, DE GENTE, DE CALLE”

– ¿Dónde vivís ahora? ¿Cómo es el lugar que alquilás? ¿Cómo cambió la vida?

– Estoy viviendo en un departamento, en un ambiente. Fue un regalo de mi manager. Aún no alquilé todavía, el mes que viene voy a pagar mi primer alquiler y estoy muy contenta. Pero estos seis meses de alquiler me los regaló mi manager. Y en Nordelta.

María Laura Santillán con Flor Alvarez - MI MANAGER ME ALQUILÓ EN NORDELTA, NO ME SIENTO TAN BIEN AHÍ. ESTOY ACOSTUMBRADA AL CAOS, ME CUESTA TANTA TRANQUILIDAD, TANTA PAZ.

– ¿Es como una vacación?

– Sí, es increíble. Igualmente no me siento tan cómoda ahí, pero porque estoy acostumbrada al caos, al bochinche, al “tsssssss” del bondi y no lo escucho. Ahora cuando apago la música el barrio está en silencio. Yo siento que soy como el caos del barrio.

– ¿Te gustaría vivir en un barrio con más ruido?

– Sí, poder salir y tener un kiosko a la vuelta.

– Que no se ofenda el manager...

– No, obviamente que lo recontra valoro y es un montón y es un lujo para cualquier persona que viene a mi casa. Mis ahijados no se quieren ir, cuando vienen mis amigas dicen “ahhhhhhh”, y yo también. Pero ahora a mí me hace falta un poco de caos, de gente, de calle porque estoy acostumbrada a eso. Y me cuesta un poco tanta tranquilidad, tanta paz.

– De todo rescatás lo bueno siempre. Sonreís a pesar de haber atravesado una vida muy complicada.

– Tengo muchísimas cosas buenas para estar orgullosa, con todo lo que me pasó es suficiente y me sobra. Poder haber subido a un escenario, poder haber tenido mi primer teatro que estaba explotado. Que 1200 personas me vinieran a ver a mí cantar, eso para mí es un logro.

“NO TIENE SENTIDO ESTAR TRISTE Y NO HACER NADA POR UNO”

– ¿Pero qué tiene tu personalidad para tener esta polenta?

– Yo creo que soy muy sincera, que soy alegre, que soy humilde.

– Porque pasaste muchas y siempre tenes una sonrisa...

– Es que no tiene sentido estar triste y no hacer nada por uno. Porque si vos no hacés nada por vos, por salir adelante, no lo va a hacer nadie. Nadie va a tocarte la puerta y preguntarte si te falta para comer o si necesitas ayuda en algo, porque las cosas las tenés que hacer por vos. Obviamente, si alguien te da una mano hay que aceptarla. No es que uno dice “ay, yo soy solo, nací solo y voy a morir solo”. Obviamente las ayudas que aparecen en el camino hay que tomarlas, pero vos tenés que arrancar, si no, nadie va a arrancar por vos.

"Si vos no hacés nada
"Si vos no hacés nada por vos, por salir adelante, no lo va a hacer nadie. Nadie va a tocarte la puerta y preguntarte si te falta para comer o si necesitas ayuda en algo, porque las cosas las tenés que hacer por vos", aseguró Flor Álvarez (Fotos de Candela Teicheira y Nicolás Stulberg)

– ¿Qué soñás profesionalmente? ¿A dónde querés llegar?

– Yo sueño con seguir escuchando a la gente corear mis canciones. Sueño con que se mantenga ese cariño hacia mi música, hacia mi persona también. No me gustaría que me odien. Seguir haciendo música y seguir disfrutando porque disfruto muchísimo todo lo que me está pasando. Todos los días es algo nuevo, cuando hay viajes nuevos también es una aventura nueva, lugares nuevos por conocer. Si puedo hacer algún teatro grande me encantaría, pero sueño con poder seguir disfrutando.

– ¿Cómo te imaginás fuera de los escenarios? ¿Qué te gustaría lograr? ¿Cómo te gustaría vivir?

– Me gustaría aprender cosas nuevas, tocar con fluidez el piano, aprender otros idiomas, aprender un poco más de música porque no estudié música. Siempre digo que voy a empezar a estudiar, pero a veces son tantas las cosas que hacemos en el día que no me da el tiempo y priorizo quizás hacer terapia, priorizo ir a verme con mis ahijados, estar presente en el crecimiento de ellos, ver a mi familia. Pero en algún momento me voy a tomar el tiempo de poder crecer en algunas cosas que quiero.

– Hacés terapia y eso no se negocia, eso hace bien, sostiene.

– Sí, me gusta ir a terapia, lo siento re útil. Es más, cuando no hago terapia estoy mal. En la semana necesito un día descargar y contar, porque son tantas las cosas que me pasan… Las redes así como tienen muchísimas cosas positivas, tienen muchas cosas negativas. A veces uno ve cosas muy crueles que a uno le terminan afectando y está bueno siempre tener un espacio donde puedas charlar las cosas.

– Te llevás bien sola.

– Ahora me quiero mudar con mi hermano. Cuando se termine el alquiler, voy a buscar algo más grande para poder estar con él, quiero adoptar un perro. Si tengo un perro sola y tengo que viajar, no tengo quien lo cuide y a mí me preocupa muchísimo. Pero sabiendo que puede estar mi hermano, que cuando yo viaje no le va a faltar comida y no le va a faltar el paseo del día, estoy tranquila.

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