Matías Bottero es un creador de contenido argentino conocido por su segmento Basura Semanal en YouTube, donde presentaba un resumen de noticias bizarras de la televisión con un toque humorístico. Su enfoque irreverente y provocador tuvo éxito en el público, aunque también le generó algunos conflictos judiciales debido a sus fuertes críticas.
Formado en Dirección y Producción de Cine, Radio y Televisión, Bottero comenzó a subir videos en 2019, ganando popularidad especialmente después de que famosos streamers reaccionaran a sus contenidos.
Actualmente, cuenta con más de un millón de suscriptores en YouTube y casi 300 mil seguidores en Instagram. Además, ha comenzado una nueva etapa como conductor en un nuevo streaming, donde participa con un programa semanal los domingos.
Mai: — Naciste en Redes, como se llama este ciclo, pero ¿cómo te llevas con los medios tradicionales? ¿Sosantipático con la televisión, por ejemplo?
Matías: — No sé si antipático, quizás crítico es más la palabra que lo define. A mí siempre la televisión me encantó. Es el medio por excelencia que consumía y siempre fui muy fan de la tele y de los productos televisivos. Si bien con el tiempo he dejado de consumir, todavía me sigue gustando ver televisión. Yo miré mucha tele de chico. No miré Dragon Ball Z, Power Rangers, Pokemon, no tengo cultura de dibujitos. Por alguna razón inexplicable, miraba tele. Recuerdo mirar TVR, Bailando por un sueño lo vi siempre, CQC, tenía cierta pasión por la televisión. Había programas que no perdía.
Mai: — Con la Basura semanal tenías que ver bastante tele para saber qué estaba pasando.
Matías: — En realidad miraba muchas plataformas de noticias de televisión, de espectáculos. Eran 4 o 5 horas por día. Después sí miraba ciertos programas, como LAM, o que me podían llegar a dar cierto contenido. Pero los miraba en YouTube en X2 (risas).
Mai: — ¿Qué conclusiones fuiste sacando a lo largo de todos estos años?
Matías: — Que la televisión se resignó a buscar otro público. Creo que hubo una búsqueda en un momento, especialmente cuando empezaron a traer influencers a la tele, hubo como una búsqueda y creo que después se cansaron. Dijeron: “No mide, no es nuestro público y nos morimos con la nuestra”, que es un público adulto. Hay algunos programas como Gran Hermano que son masivos, pero después el resto apuntan a otro público que no es el joven y está perfecto.
Consecuencias
Mai: — Por ser crítico en tus videos con algunos personajes de la televisión, te llegaron cartas documentos.
Matías: — No puedo nombrarlas. Pero sí, me hizo una denuncia la que empieza con C.
Mai: — ¿Yo las puedo mencionar?
Matías: — Sí, vos sí.
Mai: — Cinthia Fernández. ¿Te mandó carta documento?
Matías: — No, me hizo una demanda directamente. Llegamos un acuerdo en el que yo tengo que pedir disculpas, ya las pedí y además tengo que hacer tareas comunitarias. Todavía no las hice. Fui a una iglesia el otro día a que me entrevisten y estoy esperando que me digan qué tengo que hacer.
Mai: — ¿Cuántas horas tenés que hacer?
Matías: — 20 horas. En una semana se liquida.
Mai: — ¿Por qué te hace la denuncia?
Matías: — Hubo chistes que por ahí estuvieron un poco pasados.
Dinero
Ser creador de contenido o influencer se suele asociar a recibir un buen ingreso de dinero por reproducciones o por auspicio de marcas. Sin embargo, pocos hablan sobre la inversión que requiere convertir en realidad esas ideas que nacen del humor y la creatividad. Grabarlas, editarlas y sobre todo contar con un equipo que acompañe ese proceso es el detrás de escena que no se ve y poco se habla.
Mai: — Dejaste de hacer Basura semanal, pero con el paso del tiempo fuiste sumando producción, entrevistas, etc. ¿Cómo fue afrontar esos nuevos desafíos?
Matías: — Me encanta, es lo que me gusta, me apasiona y es definitivamente lo que quiero hacer, pero creo que cometí errores en términos económicos. Pensé que me iba a ser redituable económicamente y claramente no lo es. Producir en Argentina es muy caro y no tenía en cuenta esos números hasta que tenés un cachetazo de realidad. Hay que pagarle a camarógrafos, productores, actores, es un número y lamentablemente YouTube eso no te lo devuelve. Hoy tuve que ponerle un freno a algo que me apasiona por un tema de costos. Yo estaba perdiendo plata y ahora estoy viendo cómo se puede hacer lo mismo sin gastar tanta plata. Es la gran pregunta. Lamentablemente, creo que lo que está sucediendo en Argentina con la creación de contenido es que nadie produce más que un videíto en vertical, hablando de los influencers no de las grandes productoras de streaming. Nadie se atreve a hacer algo diferente no porque no quieran sino porque es caro. Es más barato hacer un videíto vertical, chistecito, te paga una marca y chau.
Mai: — ¿Con las marcas tampoco llegabas a producir lo que querías?
Matías: — No, me fui un poquito a la mierda. Era casi cine. Vos mirás lo que hace MrBeast en Estados Unidos, pero acá es imposible.
Mai: — ¿En Argentina se cobra menos que en otras partes del mundo?
Matías: — No menos, muchísimo menos.
Mai: — ¿Por qué motivo?
Matías: — Porque las publicidades son de marcas argentinas que ponen muy poca plata en plataformas como YouTube.
Mai: — ¿Qué cosas pudiste hacer gracias a trabajar en YouTube?
Matías: — Tengo un auto, le regalé una camioneta a mi padre, gracias a YouTube y a los sponsors en realidad porque con YouTube no haces nada. Para decirlo en números, YouTube nunca me pagó más de 1500 dólares por mes. Para cualquier persona es un montón, pero yo era uno de los youtubers más grandes de Argentina en un momento. Yo llegué a tener 1 millón de reproducciones por mes y otros ganaban tres veces más porque Twitch pagaba más, porque tenías suscripciones, y vos comparás mis números con los números míos. Ni siquiera vamos a Estados Unidos, pongamos México. Si en México yo hubiese tenido esos números, hoy viviría en Nordelta y tendría tres casas. La casa mía y las dos de al lado. En realidad lo que te da plata son las marcas, los sponsor.
Mai: — ¿Cuánto te sacan de impuestos?
Matías: — Y perdés más de 50%.
Mai: — O sea si te entran mil dólares de YouTube, ¿cuánto ganas?
Matías: — Te quedas con 490.
Mai: — ¿Esto pasa en todas partes del mundo?
Matías: — No. Acá en Argentina hay muchos problemas con retirar en dólares de la cuenta, tenés también muchas comisiones bancarias, el Impuesto a las Ganancias cualquier youtuber hoy lo paga. Pero no es un problema de youtuberssino de cualquier empleado. Deberíamos tener todos la libertad de cobrar por donde queramos, pagando los impuestos, pero si yo estoy ganando en dólares, quiero cobrar en dólares. Yo quiero tener dólares no pesos.
Mai: — ¿A vos te lo pasan a pesos al valor oficial?
Matías: — Sí.
El futuro
YouTube ha evolucionado significativamente, consolidándose como una plataforma de contenidos que atrae a una creciente audiencia. Sin embargo, los formatos digitales avanzan rápidamente con la llegada del streaming y la popularización de los reels, en Instagram; o redes de video como TikTok.
Los hábitos de consumo están en constante cambio y lo que hoy representa una carrera prometedora para millones de jóvenes en todo el mundo como creadores de contenido, podría no ser sostenible a largo plazo.
Ante esta realidad, Matías reflexionó sobre la naturaleza efímera de ser youtuber y compartió su visión del futuro. ¿Cómo se prepara para los posibles cambios y qué planes tiene en mente para adaptarse a este dinámico panorama digital?
Mai: — ¿Te da vértigo pensar si esto en algún momento se acaba?
Matías: — Para mí es como el futbolista. Arranca jugando al fútbol, sabiendo que en cualquier momento se termina, ya sea por una lesión o por la edad. Dura muy poco la vida del futbolista, el que no es de elite, no es Messi que puede jugar hasta los 40 años, sabe que le dura poco. Esto es lo mismo. Nosotros estamos en este medio sabiendo que en 5 años, 4, 3 u 8, no sabemos cuándo, se termina. Yo no voy a ser youtuber toda la vida. Los youtubers que eran grosos hace 10 años, hoy ya no lo son y tienen que rebuscársela de otra forma.
Mai: — ¿Qué te ves haciendo en un futuro?
Matías: — No lo sé. Me imagino o lo que quiero es producir. Dirigiendo, produciendo, estando detrás de cámara. A mí no me molesta estar detrás de cámara.
Mai: — No es que querés ser la figura. ¿No hay un ego con eso?
Matías: — No, para nada. No me jode. Por suerte ya no. De hecho, como youtuber ahora estoy saliendo una vez por mes y estoy haciendo mi plata por otro lado.