Federico Gianonni, conocido artísticamente como Emanero, es un destacado cantante, productor y compositor argentino que inició su carrera musical a los 15 años.
En 2004, lanzó su primer demo, “Mi Primer Maqueta”, y en 2006 estrenó su primer sencillo de estudio, “Bienvenidos a mi mundo”, actuando en importantes escenarios como la Trastienda y en eventos internacionales en Río de Janeiro y Montevideo. Su segundo disco, “Arjè”, incluyó colaboraciones con artistas destacados y le permitió realizar su primer show en Vorterix.
Su sencillo “Si no haces nada sos parte” acompañó una campaña contra el acoso escolar y recibió el Premio Fund TV en 2014. Su álbum “Tres”, grabado en los estudios Red Bull de Sao Paulo, Brasil, y presentado en Niceto, fue seguido por “Tres mil millones de años luz” en 2018 y “Chernobyl” en 2021.
En 2022, lanzó los sencillos “Bandido” y “No Me Digas Que No”, colaborando con artistas como FMK, Rusherking, Estani y Karina, aumentando su reconocimiento y ahora desarrolla su formato “Runfla”, invitando a referentes de la música a su búsqueda artística.
Recientemente, realizó dos shows en el Luna Park a sala llena. “Podríamos haber hecho uno más, pero no había lugar. Fue mi primera experiencia ahí. Ya me había presentado para esa cantidad de gente, pero no como un show propio. Me van cayendo de a poquito las fichas”, confesó.
Si bien su primer paso en el Luna fue exitoso, Emanero ya piensa en volver a encontrarse con su público en octubre. “Tenemos confirmado un Movistar Arena”, adelantó.
Ganancias
Pollo: — Hiciste dos shows en el Luna Park, ¿se gana guita o no?
Emanero: — Sí, hay un resto. Todos hacemos un poco la cuenta. Ese resto es lo mismo que si voy a cantar a la fiesta del pingüino y voy y vuelvo.
Pollo: — Sería lo mismo que cualquier evento o acción.
Emanero: — Sí, entiendo en algún momento se va a acomodar. Es una época, los costos son muy altos, porque entiendo que el tiene que alquilarte la pantalla la tiene que comprar en dólares y no la puede traer por izquierda, la tiene que importar y sale tres veces más que lo que sale una pantalla afuera y la entrada la tenés que poner tres veces más barata de lo que la pondrías. En un momento esto estuvo ajustado y un show sí te dejaba margen, hoy no. Mañana entiendo que volverá a dejar margen, pero en el mientras tanto hay que bancarla y seguir haciendo porque no me voy a perder hacer dos Luna Park por decir: “Ay no, no deja tanta plata”.
Pollo: — ¿Cuánto vale hacer un show en el Luna Park?
Emanero: — 250 mil dólares.
Pollo: — Montar un show vayan tres personas o se llene el lugar, ¿cuesta 250 mil dólares?
Emanero: — Si le querés poner cosas lindas, sí.
Pollo: — ¿No es mucho?
Emanero: — Sí, pero bueno. Lo queremos hacer también. Es caro, es arriesgar. Tampoco es que lo iba a hacer si no creía que se vendían las entradas. Si vendo las entradas, salgo hecho más o menos. Nadie va a invertir esa guita sin saber si la recupera. El negocio hoy de los shows, más o menos, no quiero decir 100 por ciento, es una cosa así. Si me va bien, se recupera. Si me va mal, algo pierdo. No lo pensás cada negocio como una unidad sino que a lo largo del año decís: “Todo esto gané, todo esto perdí”. Gané un poco más de lo que perdí. No pensas solamente en ese show en el Luna.
Pollo: — ¿El corte de ticket es como que le vas a pedir matrimonio a alguien, pero ya más o menos sabés que sí?
Emanero: — Sí (risas).
Pollo: — Pero, de todos modos, hay llenarlo. Porque puede pasar que en esa fecha te pusieron cuatro shows otros músicos y es difícil, ¿no?
Emanero: — Sí (risas). Te puede llegar a pasar a eso.
Pollo: — ¿Te estresó eso a vos?
Emanero: — Me estresó cuando dijimos que lo íbamos a hacer. Después cuando se pusieron a la venta las entradas y se empezaron a vender bien, nos relajamos. Todo lo que gastas, salís a comprar o fabricar, podes hacer negocio si haces otra fecha más porque hay muchas cosas que reutilizas y ahí la segunda fecha ya tiene un costo más bajo y si encima vendés la misma cantidad de entradas, empezás a equilibrar un poquito.
Reproducciones
En las principales plataformas de música, Emanero supera las 300 millones de reproducciones en su temas más populares y eso lo posiciona en el ranking de la escena local con temas como Bandido, Atorrante, Adictoy Sinvergüenza, su tema junto a Jimena Barón, Ángela Torres y Karina la Princesita. ¿Cómo vive las estadísticas? ¿Está pendiente de los números o sólo se enfoca en la música?
“Me gusta mirar cómo van los temas, es como un vicio cuando recién sacas un tema, demás todos esos sistemas, como Spotify y YouTube, te lo comparan contra tu lanzamiento anterior”, explicó el cantante.
Como si fuera un rating televisivo o una transmisión en vivo de streaming, existe un minuto a minuto, del que muchos artistas están pendientes para tratar de aventurar qué impacto tendrá ese nuevo material en el público.
“Es muy exacto. Te dice: ‘Tus primeras 49 horas y media hiciste esta cantidad de visitas’ y te muestra cuánto hicieron en sus primeras 49 horas y media los anteriores temas, entonces ya estás viendo si le está yendo mejor o peor que las otras”, detalló.
Pero a veces no todo es satisfacción al revisar las estadísticas porque si bien hay muchos temas que tienen un mejor rendimiento que éxitos anteriores, con el correr de los días esa cifra desinflarse. “A veces pasa que a las 74 horas te está yendo peor y decís: ‘¿Por qué lo dejaron de escuchar el día tres?’ Es divertido, pero es como un vicio y en los lanzamientos estás todo el tiempo haciendo refresh a ver cómo va saliendo eso”, contó Emanero.
Carrera
Pollo: — Hace muchos años que estás en la música, sos un respetado compositor, autor, cantante, muchos artistas quieren hacer temas con vos, ¿esperabas esto que te está pasando?
Emanero: — No, la verdad que no. Después de los dos Luna es algo que estuve pensando bastante. No es que no lo soñaba sino que uno se comprara un poco. Yo pensaba: ¿hay algún caso cercano en el que me pueda inspirar de alguien que haya tenido su momento a los 26 o 27 años, como lo tuve yo, dentro de un nicho y que a los 35 se haya reinventado? Y la verdad es que no encontraba y no encuentro en otros algo como lo que me está pasando a mí ahora. Por otro lado, si bien había hecho shows en lugares grandes, siempre era como invitado o telenoreno, me había acostumbrado un poco a eso y me convencía de que ese era mi lugar. Incluso con tres canciones exitosas el año pasado, no me había permitido soñar con dos Luna Park propios agotados.
Pollo: — ¿Quién te dice vamos a hacer el Luna?
Emanero: — El productor y mi mánager, mis representantes.
Pollo: — Y cuánto te lo propusieron, ¿qué dijiste?
Emanero: — Que no (risas). Yo soy prolijo, me gusta la información, decidir en base a la información que se me brinda, entonces les dije: “¿Cuáles son los posibles riesgos?”. Fue un poco así. Y ahí les pregunté por qué íbamos a hacer un Luna Park. “¿Hay algo que vos estás viendo que yo no?”, dije.
Pollo: — ¡Ah! pediste la carpeta con los pro y los contra…
Emanero: — Yo pedí motivos. “¿Están seguros? Me parece una locura a mí”, dije. Además, me daba mucho miedo y nervios. Si hay casos de pibes jóvenes que dicen: “Yo el año que viene voy a hacer un show en tal lugar” y lo hacen. Eso ayuda mucho, yo creo que había pasado tanto años y tantas cosas, tuve tantas idas y vueltas en la música que no me lo había ni siquiera permitido soñar.
El juego del millón
Con una valija llena de dólares ficticios, el Pollo invitó al cantante a comprar todo lo que le guste. El único requisito es que el dinero no puede ser guardado o donado. Puede utilizarse todo junto en una compra o en varias. ¿Qué eligió?
Pollo: — ¿En qué gastarías un millón de dólares?
Emanero: — Hoy como me estás agarrando un lunes, tres días después de haber hecho mis dos primeros Luna Parks, hoy me estoy permitiendo soñar un poco más y me agarrás en una etapa medio nueva de mi vida. Tendría que hacer números, pero te diría que casi todo esto…
Pollo: — A ver. Hay 800 mil dólares.
Emanero: — Lo pongo para hacer un Vélez y pongo la entrada bien baratita para que pueda ir todo el mundo. Me agarras en caliente, en tres meses capaz te digo no sé… una propiedad, unos bitcoins (risas).
Pollo: — ¿Pueden llegar a trabajar unas 100 personas en un show en Vélez?
Emanero: — Sí, más o menos. En el escenario éramos creo que 5 actores y casi 10 músicos. O sea que ya en el escenario éramos 15. Es mucha gente y Vélez sí, debe andar en 100 personas.
Pollo: — Te quedan entonces 200 mil dólares.
Emanero: — ¿Hay que quemarlo?
Pollo: — Sí, hay que quemarlos. ¿Ténes auto? ¿Te gustan?
Emanero: — Sí, me gustan los autos pero prefiero ponerlo para una casita.
Pollo: — ¿Tenés casa propia?
Emanero: — No, no tengo, alquilo. Sí, me gustaría tener una casa propia. Ya sé que con 200 mil dólares no alcanza para la mejor casa propia, pero un lindo depto se puede comprar. Un dos ambientes por Palermo.
Pollo: — O sea que autos te gustan, pero no estás para quemar plata en eso.
Emanero: — Si tuviese que comprarme el auto que yo quiero sería un delirio. Me compraría un DeLorean porque me parece hermoso y en su momento era re barato. Yo soy fanático de Volver al futuro y me acuerdo que, en 2006 o 2007, cuando tuve mi primer laburo, lo busqué por eBay y conseguías uno usado en Estados Unidos entre 5 mil y 25 mi dólares.
Pollo: — ¿Y cuánto cuesta traerlo acá?
Emanero: — Y.. el doble. Debe estar 25 mil o 30 mil más. Pero hoy están mucho más caros. Uno en buen estado está más de 50 mil dólares.
Pollo: — En ese momento podría haber sido como un Bitcoin.
Emanero: — Sí, era una buena inversión. No los vi en persona, pero me dijeron que en Argentina hay dos.
En números
Emanero se sometió al cuestionario y contó todo en relación al sexo, el dinero y los sentimientos. ¿Qué dijo?
Pollo: — ¿Hace cuántos días no tenés sexo?
Emanero: — Debe hacer una semana más o menos. Tuve un quilombo en el medio, tuve dos Luna Park, no tuve tiempo (risas).
Pollo: — ¿Cuánto te costó lo más caro que te compraste?
Emanero: — Una propiedad, chiquita. No para vivir sino una oficina que tengo alquilada. Era mucho más barata la oficina que un monoambiente. Por una cuestión de costos, tenía la guita y estaban las propiedades muy baratas. Una oficina, solamente apta como oficina, estaba muchísimo más barata pero con la misma rentabilidad que le sacás a una vivienda. Y no aplicaba la ley de alquileres porque es alquiler apto profesional.
Pollo: — ¿Cuántas veces lloraste en los últimos 30 días?
Emanero: — No es que me largué desconsoladamente a llorar. En el segundo Luna no lloré, pero me emocioné fuerte y me dieron ganas de llorar. Si no me lo aguantaba, lloraba en el escenario. Y el día anterior, antes del primer Luna, justo antes de salir venía cualquiera, me abrazaba y me decía: “Dale, la vas a romper loco” y lloraba.
Pollo: — ¿Cuántos boxers tenés?
Emanero: — Muchísimos porque me compro muchos. No me gusta quedarme sin ropa interior. Debo tener 150. Nuevitos, todo en buen estado. Bueno, quizás exageré y son 80. Pero igual son muchos.
Pollo: — ¿Cuándo viajás los compras?
Emanero: — Sí. Soy clásico igual trato de tener negro, gris y blanco, de varias marcas. Y tengo muchas medias también.