Darian Schijman, conocido artísticamente como Rulo, es abogado, reconocido conductor de televisión y actor. Ha trabajado en programas como Caiga Quien Caiga (CQC), Zapping y Plan TV, entre otros. Actualmente, conduce el ciclo Desencriptados en Infobae.
Con motivo de celebrarse en Argentina el Día del Padre, Rulo compartió su experiencia con Coty Crotto y Mariana Gándara de Somos Todas. Contó cuáles son sus tips para crear un buen vínculo con Donna, hija que tiene con su pareja Gabriela Sari. ¿Cuáles son los sí y los no en la crianza? ¿Qué consejos le sirvieron al convertirse en papá? y ¿Cómo es la rutina diaria en su hogar?
Paternidad
Ser padre es asumir la responsabilidad y el privilegio de guiar, proteger y amar a un hijo a lo largo de la vida. Es que, más allá de la relación biológica, ser padre implica un compromiso emocional y práctico que abarca desde los primeros cuidados hasta la formación moral y educativa de los hijos.
También es aprender y adaptarse continuamente, enfrentando desafíos con paciencia. Es un acto de amor y sacrificio, donde el bienestar y la felicidad del hijo se convierten en una prioridad fundamental que cada padre elije cómo llevarlo a cabo en base a su propia intuición, aprendizaje y experiencias.
Coty Crotto: — ¿Cómo sos cómo papá? Definite con tres adjetivos
Rulo: — Paciente, amoroso y dedicado.
Mariana Gándara: — ¿Te imaginaste que ibas a ser así?
Rulo: — No lo había imaginado, pero si lo hubiese imaginado, tal vez sí porque soy muy obsesivo y ejecutivo. Cuando quiero que algo esté de una manera, me ocupo de que eso sea así. Aplico lo mismo como padre, estoy atrás de las cosas.
Mariana Gándara: — En tu grupo de amigos, ¿qué te dicen con respecto a cómo llevas la paternidad?
Rulo: — Me lo dicen mucho, me hablan sobre eso: “Che. Qué buen padre que sos. Me gustaría ser así”. Pero me parece que es una cuestión de merterle horas, tiempo. No es que yo tengo una magia especial o un truco que no estoy contando. Es querer hacerlo. Yo desde el día uno que la vi a Donna me enamoré perdidamente. Es el ser que más amo en la vida. La vi y no lo podía ni explicar ese amor. Era como un humano nuestro: mío y de Gaby, que te lo dan ahí. Practicamente lo patentas (risas). Es un cero kilómetro. Te ponen la patita, la manito, te dicen: “Vení Papá”. La limpiaron y ya me la entregaron a mí para ir a la habitación, me parecía una locura.
Mariana Gándara: — ¿Te informaste durante el embarazo sobre cómo iba a ser todo?
Rulo: — Sí, siempre nos informamos. Gaby leía mucho y me decía: “Leete esto”. Me lo mandaba por WhatsApp. Iba leyendo, iba aprendiendo, pero creo que lo más importante para mí es tener amor, es querer a tu hijo o hija, esto lo aclaro porque hay padres que no les importa tanto, los aman pero capaz no tienen tantas ganas de ocuparse, y después es tener paciencia. Cuando perdés la paciencia ya no es constructivo.
Coty Crotto: — ¿Qué es lo que más disfrutas de tu rol como papá?
Rulo: — Disfruto de muchas cosas. Cuando paso tiempo con ella y veo que nos estamos entendiendo, que hay una sinergia, lo disfruto mucho. Porque podemos hacer algo que nos divierte y la estamos pasando bien los dos. Mi mujer trabaja de miércoles a domingo en una obra de teatro, entonces casi todas esas noches la acuesto yo y me ocupo de todo el proceso; y eso me encanta porque ya tenemos un código. “Vamos a la ducha”, le digo y no me discute. Va, se baña y con el tiempo fue evolucionando y ya se baña sola. La seco, le pongo en pijama y ya le tengo preparada la comida; y meternos en la cama. Compartir ese momento para mi es espectacular. Vemos 20 minutos de una serie y se queda dormida.
Vacaciones
Mariana Gándara: — ¿Te fuiste de vacaciones solo con ella?
Rulo: — Sí, por el trabajo de Gaby que comenté recién. Cuando ella acepta hacer la obra teníamos un viaje de 25 días planificado y pago. Y ese fue el primer viaje que nos fuimos solos con Donna. Después metimos otros viajes.
Mariana Gándara: — ¿Estabas nervioso? ¿Cuántos años tenía?
Rulo: — 5 años. Antes de salir le dije tres cosas fundamentales, prestame mucha atención: “No te separes a más de un metro de mí, todos los objetos que lleves con vos si los perdés, es tu responsabilidad, por ejemplo, si tenés un oso y lo dejás en algún lado, se perdió, porque yo te tengo que cuidar a vos, a todo el equipaje y que todo salga bien y ya es una tarea difícil”. Y la tercera era: “No te compro nada, no empiezas desde ahora” (risas). Como era un viaje que tenía varios destinos…
Mariana Gándara: — ¿A dónde se fueron?
Rulo: — A Estados Unidos, que fuimos a dos destinos, y a Republica Dominicana. De esa manera ya la regulé. Le dije: “Lo que vos quieras, me pedís específicamente y elegimos algo juntos”. Y se portó re bien. Creo que no la reté en todo el viaje. Se portó espectacular.
Mariana Gándara: — ¿Tuviste algún momento de crisis?
Rulo: — Sí. Vieron que cuando te tiembla el ojo estás nervioso. La parte de República Dominicana fuimos a un allinclusive, que pensé que iba a ser un éxito ahí. Nos encontrábamos con dos familias más, dije: “Bueno, ahora va a jugar con los chicos, descansar”. Porque la otra parte de los destinos era más agitada. Pero me tembló el ojo toda la semana (risas).
Coty Crotto: — ¿Por qué?
Rulo: — Cuando llegamos el primer día estábamos viendo las habitaciones y no se cómo escucho un ruido, una explosión impresionante. Se rompió una mesa del cuarto, que era como de mármol, y la veo a Donna llorando, como temblando, yo viendo a ver si estaba bien. Estaba perfecta, no le había pasado nada, pero era como que pasó, se tambaleó y explotó la mesa. Ya ahí me preocupé un poco porque pudo haber pasado algo, pero no pasó nada. Llené una solicitud del hotel: se rompió una mesa.
Coty Crotto: — De mármol (risas).
Rulo: — “Está todo bien. No pasa nada”, me dijeron. Al segundo día. Era un hotel que tenía toboganes. Llego a una pileta. Una de las familias era la de Panam. Le dijo: “Lau voy un minuto allá a sacar una foto”. Cuando voy, me doy vuelta y la veo a Panam toda preocupada. Le digo: “¿Qué pasó?”. Donna está siendo atendida por los médicos porque se cortó un poquito el pie. Yo llenando otra solicitud (risas). Dije: “Esto va a ser más difícil de lo que pensaba”. Claro, era tan grande el hotel y había tantos chicos que quería hacer todo. Era la más chica. Ahí pasé de imaginarme tomando caipiriña en una reposera, pasé a estar con el bolsito en la mano 24/7.
Coty Crotto: — ¿Tuviste algún momento más?
Rulo: — No, pero me agarró un ataque de responsabilidad. No me quedaba tranquilo ni que fuera con los más grandes. Quería que vaya con custodios, que no le pasa nada (risas).
Coty Crotto: — ¿Tenés miedo? ¿Sos un papá miedoso?
Rulo: — Una vez alguien me dijo: “Bienvenido al mundo de los miedos” y me quedó esa frase. Cuando uno es padre, obviamente, tiene miedos porque es tan importante tener un hijo, cuidar de otra persona, que tenés miedo que no le pase nada. Hay gente que tiene miedo todo el tiempo de que pase algo. Yo no soy miedoso, pero tomo todas las precauciones para que todo funcione bien y no pase nada, dentro de lo posible.
El manual del buen padre
Coty Crotto: — Contame tres elementos o consejos que te ayudaron en la paternidad.
Rulo: — Elementos siempre tenés que tener a mano una colita para el pelo o algo que sea para el cabello si son nenas porque aparte es coqueta.
Mariana Gándara: — Te anticipas a las situaciones.
Rulo: — Con el tiempo aprendés que tenés que llevar cosas. Al principio me pasaba que Gaby tenía su bolsito con todo lo necesario y yo no. Resolvía en el momento, pero después te das cuenta que tenés que tener a mano lo que te pueda pedir: aguita, algo para comer. Y un consejo que suelo dar es que a los chicos hay que decirles las cosas como son. Nunca mentirles. Hay que hablarles como un adulto. Esa fue mi técnica central desde el día uno con Donna.
Mariana Gándara: — Esto que mencionabas antes de dedicarle tiempo y tener paciencia es fundamental. ¿Te enojaste en algún momento?
Rulo: — Sí, una o dos veces. No me enojo nunca. Cuando siento que estoy por explotar o que se me quema el cerebro me digo: “Tranquilo, la amo, la entiendo”. Y ahí me calmo y le explico como grande. Me hace caso porque siempre fui de la misma manera. Y otra cosa que aprendí es a no hacerle chistes. Yo aprendí mucho viendo a otros papás haciendo desastres.
Mariana Gándara: — ¿Qué viste?
Rulo: — Es decirle al nene delante de él lo que va a pasar. “Ahora vas a ver el berrinche que hace. Ahora se larga a llorar”, te dicen. ¿Cómo le vas a decir que va a hacer eso? Es obvio que lo va a hacer.
Mariana Gándara: — Le estás allanando el camino.
Rulo: — Le tenés que decir exactamente todo lo contrario. “Ahora vas a ver como se porta 10 puntos y no se va a enojar y va a hacer todo bien porque ella es inteligente y es grande y entiende”, hay que decir. Si le haces chistes o le decís, andá y decile a mamá tal cosa, no lo entienden, piensan que es una conducta aceptable. Es dar el ejemplo. Cuando más estricto seas, más chance tenés de que entienda, que sea educado.
Mariana Gándara: — Sí, porque al fin y al cabo copian. ¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos te gusta de tu faceta de padre?
Rulo: — Me estoy dando cuenta que no tengo tanta paciencia para enseñarle cosas de la escuela. Voy a tener que construir esa paciencia porque viene matemáticas, va a haber cosas que seguramente tenga que ayudar. Hay mil videos en TikTok que te dicen: “No lo corrijas, para no frustrarlo”, pero ¿qué hago? (risas).
Coty Crotto: — ¿Cómo manejas la exposición en las redes? Porque a ella le gusta y tiene carisma.
Rulo: — Al principio le pedían fotos y no nos gustaba mucho. El primer que nos dimos cuenta que era como conocida, no dejábamos que se saque fotos con la gente hasta que un día pasó algo insólito. Nos estábamos yendo, subiendo las reposeras al auto y nos dice de golpe: “¿Por qué no me dejaron? Yo me quería sacar la foto”. Entonces, con Gaby dijimos: “Bueno, que se saque las fotos”. La veíamos y mientras jugaba en la arena con el castillito, se sacaba la foto con los que le pedían y seguía jugando. Y siendo que es re tranca con eso. No nos dice nada.
Coty Crotto: — No te preocupa.
Rulo: — Cuando me reconocen o me dicen: “Ey Rulo”. A ella le parece simpático. Es como normal y se crio con eso. Es como que lo trae desde el principio. No es un tema. nunca nos trajo ninguna complicación.
Como hijo
Para bien o para mal , muchas de las experiencias vividas en la infancia sirven para decidir replicar o no repetir con las siguientes generaciones. Pero allí en esos vínculos primarios, explican los analistas, es donde se absorben las costumbres, los valores y la idea de familia. ¿Cómo fue la experiencia de Rulo y qué tomó como ejemplo de su propio padre?
Mariana Gándara: — Cambiaron mucho los tiempos, pero ¿notás alguna diferencia o similitud con la crianza que recibiste de tu papá?
Rulo: — Vengo de una familia que yo la considero re linda. Tengo un solo hermano, donde almorzábamos y cenábamos todos los días con mis viejos en casa. Siempre nos apoyaron en todo lo que quisimos hacer. Mi papá es la persona que más permisos prematuramente le dio a un hijo en el mundo. Puede competir en récord Guinness (risas). Le preguntabas: “¿Pá puedo tirarme de un paracaídas?” y él te decía: “Sí”.
Mariana Gándara: — Vos no hacés eso porque te explotó una mesa de mármol en vacaciones y dijiste: “Yo de acá me bajo” (risas).
Rulo: — Cambiaron las épocas. Mis viejos tenían negocio en la Costa y me dejaban andar en cuatri desde que tenía 9 años. Siempre le digo a mi mamá: “¿No te daba miedo?”. Nos decían que nos cuidemos y yo siempre fui muy obediente. Yo tomé alcohol por primera vez a los 23 años. Abstemio, nunca había tomado una gota de alcohol. Mis viejos no tomaban y siempre me decían: “Para salir no necesitás tomar alcohol para divertirte”. Como me gustaron siempre los autos y saqué el registro de chico, me lo prestaban a full. Entonces, no podía tomar alcohol y priorizaba no tomar para usar el auto. Nunca me llamó la atención, sentía que era como envenenar mi cuerpo.
Mariana Gándara: — Una familia presente en la que se conversaba mucho, ¿no?
Rulo: — Sí, nos re hicieron participes de las decisiones, sabíamos todo, escuchábamos todo, eso cada uno después aplica a la paternidad lo que trajo de su casa. Uno siempre tiene críticas con los padres y las tengo, pero no muy profundas.
Somos Todas
Mariana Gándara: — Creamos este concepto de “Somos Todas” por una cuestión de catarsis. Por ejemplo, me salió mal el peinado de la nena: “Somo Todas”. ¿En qué decís vos “Somos Todas”? ¿En qué cosas decís: “Chicas necesito meterme a compartir esto?
Rulo: — Lo duro que es toda la escolidad. Llevarla a la mañana a la escuela.
Coty Crotto: — Somos Todas (risas).
Rulo: — Mis viejos eso no lo vivieron, como vivíamos a una cuadra de la escuela. Mi hermano tiene tres años más que yo. A penas entré a primero o segundo grado, iba caminando con mi hermano. No me llevaron nunca. No pasaron por esto mis viejos.
Coty Crotto: — ¿Hacés luncheras?
Rulo: — Generalmente Gaby, que se acuesta más tarde cuando llega del laburo, entre las cosas que hace cuando vuelve a casa, que está un poco manija y no se acuesta de una, prepara las cosas de la lunchera.
Mariana Gándara: — ¿Hay una división de tareas?
Rulo: — Sí, generalmente la prepara ella. Pero si Gaby no puede, me ocupo y veo qué puedo armarle y si no tengo el recurso de la aplicación que apretás un botón y le dan de comer en la escuela. Pero nos gusta que lleve la comida de casa, que coma lo que le preparamos. Es más sano, nos gusta.
Coty Crotto: — ¿Cómo es la previa del colegio? ¿Cómo la preparás?
Rulo: — La llevo dormida a upa. La siento en el lugar en donde desayunamos y le traigo una manta para que esté calentita toda dormida. Le pregunto qué quiere desayunar. Le preparo el desayuno, se lo dejo ahí y led igo: “Te tenésque poner en acción porque te dejé dormir un poco más. No nos sobra el tiempo”. Cuando termino eso, salgo un toque, prendo el auto y le dejo la calefacción prendida. Vuelvo preparo lunchera, caliento la comida, preparo todo, terminó de desayunar, la cambio, dientes, peinado, al auto y a la escuela. Esa es mi rutina, otros días va Gaby a la mañana también.
Mariana Gándara: — Es en equipo.
Rulo: — Sí, a veces la va a buscar Gaby, a veces voy yo. Le damos importancia a que descanse, que duerma sus 10 horas porque si duerme 7 al otro día es un zombie y no la podésdespertar y es responsabilidad de los papás. Todo es tu responsabilidad. Es una carga importante. El niño nunca hizo nada, la culpa es del papá o de la mamá porque no saben ellos.
Coty Crotto: — Pobre el futuro novio de Donna…
Rulo: — Que se arregle Donna, yo dejo todo para ser lo mejor y para que ella aprenda y darles las herramientas para que pueda desarrollarse en este mundo que es difícil, complicado, peligroso y un montón de cosas.
Coty Crotto: — ¿Serás celoso?
Rulo: — Y soy un poco celoso, pero no me imagino ahora todavía. La gente te dice: “Ya vas a ver”. A veces te dicen cosas que te pueden no pasar. “No vas a dormir más”, me decían y Donna dormía. Era dormilona. Pero vos crees que lo te dicen o lo que le pasó al otro te va a pasar a vos y no siempre es así. Mi consejo es hace tu experiencia, relájate y esperá. Quizás tu hijo duerme, quizás sos noctábulo y te gusta despertarte, aprovechar el silencio y conectar con el bebé, ves una serie. No todo tiene que ser negativo.
Coty Crotto: — Tu hija te inspira un montón, ¿no?
Rulo: — Sí, tener un hijo es único. No hay como tener un hijo. Es grosísimo, impresionante. Además, para las mujeres fabricar un humano es algo que cuesta entenderlo. Es muy fuerte todo. Me da mucha felicidad. A todos los padres les quiero dar fuerza. para a aquellos que dicen: “Se me complica”. Todo tiene una solución. Paciencia, amor y lo sacás adelante.