¿Cómo es hacer humor por streaming a los 61? Pachu es el dueño de la mejor carcajada. Su risa es tremendamente contagiosa, siempre tiene la sonrisa puesta y además todo el mundo lo quiere. Rosarino, hincha de Newell ‘s, ex jugador de rugby. Lo conoció el país entero a principios de los ‘90 de la mano de Tinelli en Videomatch. Hoy, además de hacer shows, teatro o televisión, por tercer año conduce su programa de streaming en Luzu tv, Streammaster.
– Te empezás a reír y nos reímos todos. Tengo un problema, ¿cómo hago para hacerte un reportaje serio?
– También dicen que no me creen cuando hablo en serio, que no saben si estoy hablando en serio o hablando en joda.
– ¿Lo vas a poder llevar adelante? Ponete las pilas.
– Sí. Y vos también (risas).
– Tendré que hacer un gran esfuerzo porque me tienta mucho tu carcajada, históricamente. Ahora, además, haces reír al público joven.
– Llegamos al público joven, cosa que me sorprende, el público del streaming. Es maravilloso llegarle a la juventud, que te saluden y que te conozcan por streaming. De ahí empiezan a revolver y encuentran cosas de Videomatch.
– Claro, porque los más chicos nunca vieron televisión.
– No ven televisión, exacto. Mis hijos solamente ven fútbol y algo más.
Pachu, Pachuli para su mamá, José María Peña en el documento de identidad, tiene cuatro hijos: Olivia, Benjamín, Joaquina e Iñaki.
– ¿Decís la edad? Sos de los más grandes del streaming.
– Sí, obvio. 61 para 62. Y Yayo (Guridi), nunca me acuerdo si Yayo es...
– Es un poquito más chico Yayo.
“SOY EL PATRIARCA DEL STREAMING”
– No parece que fuese más chico que yo (risas). Somos los más grandes. Siempre digo que soy el abuelo de Luzu, el patriarca.
– Pero re canchero el abuelo.
– Ponele. Hay cosas que estoy aprendiendo todavía. Hay que entenderlos, saber qué les divierte.
– No se ríen de lo mismo que nosotros los chicos. ¿De qué se ríen? ¿De la vida cotidiana?
– La vida cotidiana, eso. Experiencias que se cuentan uno a otro.
– Vos escribías un guión, buscabas el remate…
– (risas) Dar el pie para que te contesten, otro mundo. No hay guión, es lo que sale, lo que se siente y tirarlo a la parrilla.
– ¿Te sigue pasando entonces ponerte serio y que no te crean? ¿Que sigan creyendo que estás haciendo una joda?
– ¡Sí! Me pasa, me pasa. La gente me escribe, leo todos los mensajes y siempre me ponen ‘no sabemos si hablas en serio o hablas en joda’. En el momento en que me tengo que poner serio lo hago, pero después lo demás lo tomo todo con diversión. También buscan mis compañeros que me ría porque saben que eso contagia y funciona, pero es una risa genuina. Cuando hacíamos las cámaras con Pablo (Granados) para Videomatch manteníamos la seriedad para que fuera creíble y no nos tentábamos, siempre era a cara de piedra y serio. No llegué a hacer tevé en blanco y negro. ¿Viste esos que dicen ‘actué de chiquito con Pipo Mancera en Sábados Circulares’? (risas)
– En la biografía de tu Instagram, ahí donde uno pone la tarea, el oficio, la profesión hay una sola palabra: rosarino. ¿Es la palabra que te define?
– Sí, rosarino picante. Somos picantes. Podía poner un montón de cosas, comediante, ‘comedian’, actor.
– ¿En inglés? Muchos lo ponen en inglés.
– Por si te llama alguien de afuera (risas). Pero no, rosarino, a solas. Es como un sello para mí. A veces pienso, ¿cambio la foto? ¿Agrego algo más de mi historia? ¿De mi larga historia de 30 y pico de años en los medios?
– ¿Una foto con peluca? Usaste mucha peluca.
– De mujer, engrasa mucho el pelo (risas). Voy a buscar en el archivo, tengo muchas.
“YO SOY MUY PERFIL BAJO. NO ME GUSTA EXPONERME.”
– Habría que poner en las redes un archivo con todo lo que uno hizo.
– Pero hay mucha gente que sube material nuestro. Yo soy muy perfil bajo, no me gusta exponerme. Me gusta que la gente me vea acá en Infobae o en donde sea.
– La gente no sabe que fuiste con uno de los rosarinos ilustres, Fito Páez, a la misma escuela.
– Exacto, yo iba a la mañana, él iba a la tarde y fuimos de viaje de estudio en 7º grado a Alta Gracia, Córdoba.
–¿Se hicieron amigos?
– Sí, éramos amigotes, éramos compinches, jugábamos al fútbol. Él siempre con la guitarra tocando temas de Charly, de Sui Generis.
– ¿No lo viste más?
– Lo vi, compartimos una cena. Yo tengo muy buena memoria, me acuerdo de todos los compañeros de primaria y con algunos mantengo contacto todavía. Le dije, ‘te acordás que fuimos a… Le nombré a los compañeros de él, de la tarde, este, el otro. ‘No, no me acuerdo de nada’. Tiene buena onda conmigo, a veces me invita a tomar vinos a la casa. Voy a ir en algún momento.
– Pablo Granados, es un tema en sí mismo en tu vida.
– Sí, es mi hermano del alma, somos como hermanos de sangre ya. Muchos años trabajando juntos, compartiendo muy buenos momentos. Otros quizás no tan buenos, pero siempre craneando cosas. Trabajamos en las redes, en espectáculos, en shows privados.
– ¿Cómo es la cotidianeidad entre ustedes cuando no están trabajando? ¿Se pueden quedar callados cada uno haciendo la suya? ¿O hablar en serio entre ustedes?
– A veces sí, hay momentos que tenemos que charlar cosas serias, pero está siempre Camila, su pareja, que es muy compinche y muy divertida entonces siempre sale algo para grabar. Pero tenemos nuestros momentos de silencio, hemos viajado juntos, hemos comido y cada uno a su cuarto y chau chau. Y al otro día nos despertamos para volver y silencio.
– ¿Nunca en el mismo cuarto?
– No, hace bastante que no compartimos un cuarto. No compartimos los platos de comida. A Pablo le gusta picotear de uno y del otro. ‘Pedimos dos platos, vos pedís ese que me gusta y vos pedís otro’. No, no, mi plato es mi plato.
– ¿Se quiere meter en tu plato? Hay mucha gente así.
– Y en los postres también. Mi postre es mi postre. Lo veo mirando de reojo. Ni se te ocurra, le digo. Ni se te ocurra que avance el tenedor. No se hace. Siempre de buen humor. Hace poco estuvimos en un cumpleaños de 50 animando una fiesta, estábamos en un camarín, nos miramos y nos sorprende seguir haciendo lo que nos gusta, tantos años juntos, ¿no?
– ¿Cuántos años son?
– ¿31, 32? Si sumamos lo de Rosario.
– Es un matrimonio.
– Sí. Más que un matrimonio.
“NO LLAMO A NADIE SI ESTOY MAL. LO MÍO ME LO SOLUCIONO CON UN CAFÉ O UNA CERVEZA”
– Familia. Si estás mal, ¿lo llamás a Pablo?
– No, no llamo a nadie si estoy mal. No, soy muy introvertido. Lo mío me lo soluciono yo con un café, con un vaso de cerveza.
– ¿Y ya está?
– Sí, ya está. Le busco la vuelta y sigo.
“UNA SOLA VEZ FUI AL PSICÓLOGO. POR QUÉ TENGO QUE VOLVER SI NO TENGO GANAS DE HABLAR?”
– ¿Ni terapia ni nada?
– No, no, no, nunca. Una sola vez fui al psicólogo o psiquiatra, no me acuerdo. Tenía que volver la otra semana. Dije, ¿Por qué tengo que volver si no tengo ganas de hablar? Y cancelé. Lo pagué y no volví más.
– ¿Para vos hablar no hace bien?
– (Risas) Ya estoy grande para arrancar. Si empiezo a contar mi historia desde chico, voy a tener 80 años y voy a seguir yendo al psicólogo.
– Pero cuando eras joven tampoco hiciste, o sea que hablar de los problemas nunca te gustó.
– No, siempre fui muy introvertido.
– ¡Debe encantarle a tu mujer que no hables de los problemas! Nos encanta a las mujeres.
– (risas) Sí, que me escuche y no opine.
– Sos super estable, Pachu. Te rodean relaciones muy largas.
“SOY MUY ESTABLE. MUY DE PALABRA. TE DOY LA PALABRA, EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS, PASE LO QUE PASE.”
– Sí, soy muy estable. Muy de palabra. Te doy la palabra que vamos a cumplir las buenas y las malas, pase lo que pase. Soy de esos que no me bajo del barco si veo algo raro, salvo algo que no me guste. Soy confiable.
– Sos muy amable además. Se te acerca la gente, te escriben y con mucha paciencia les contestás a todos, te sacás las fotos, desde hace 450 años, ¿verdad?
– Algo de eso. Le debo todo al público, que es el que me vio, mete un like o comenta una foto, soy muy consciente de eso. Muy agradecido con el público siempre, la tuve muy muy clara.
– ¿Cómo sos enojado?
– ¡Uf! Sí, soy bravo, pero. Pero mis amigos me conocen cuando estoy enojado y no se acercan. ‘Déjenlo solo hasta que…’ Muy rara vez me vas a ver enojado. El proceso va por dentro también, no está bien. Me enojo por pavadas.
“ME PREOCUPA MUCHO LA POBREZA, LA INDIGENCIA. NUNCA SE PENSÓ UN PLAN PARA LA GENTE QUE NO TIENE NADA”
– Con la realidad del país ¿cómo te llevas?
– Uy, no, preocupado. Preocupado. Soy muy consciente de lo que pasa desde siempre. Me preocupa mucho la pobreza que crece, la indigencia. Desde que era chico me acuerdo de haber visto gente en la calle o gente mendigando y no ha cambiado nada. Creo que nunca se pensó en un plan para la gente que no tiene nada. Y seguimos fallando. Pasan los gobiernos y siguen fallando y sigue creciendo la pobreza. No le echo la culpa a este gobierno ni al anterior, es una pelota que viene de arriba y se van sumando errores de muchos gobiernos y se hace una bola muy grande que después no se puede manejar. Soy muy consciente de eso y consciente del hambre también. Del hambre que hay y la gente que la está pasando mal. Y trato de colaborar cuando puedo, de ayudar, siempre estoy tratando de dar una mano.
“ESTUVE A PUNTO DE DARLE UN RIÑÓN A SONSOLES REY. ME HUBIESE GUSTADO ESTAR HABLANDO CON VOS AHORA CON UN RIÑÓN MENOS”
– Sos muy solidario. Por ejemplo, en donar sangre toda la vida. O en ofrecerte como donante de un riñón para Sonsoles Rey.
– Sí, estuve a punto de darle un riñón. Éramos compatibles, hemos hecho todos los estudios. En una charla final con los cirujanos de ella me dijeron que no era conveniente por mi contextura física, por el tamaño de mi riñón y por la edad también. Era un poco riesgoso tanto para mí como para ella, pero estuve a punto. Me hubiese gustado estar hablando con vos ahora sin un riñón menos.
– Siempre fuiste así.
– Sí, siempre fui muy consciente de lo que es la donación. Desde la primera vez que mi abuela en Rosario se tuvo que operar y necesitaban dadores. Fui yo con mucho orgullo, creo que tenía 14 años. Y tomé conciencia de lo que es la donación de sangre, de plaquetas, de plasma, de médula ósea, de riñón y órganos. Hace poco doné al padre de un amigo que se tenía que operar de urgencia y no lo dudé. Creo que se puede donar una o dos veces al año.
– Es un camino. Porque además te ofreciste en la pandemia como voluntario para pruebas de las vacunas contra el COVID.
– Sí, fui voluntario de tres vacunas de Pfizer en el Hospital Militar. Me mandaron después una medalla de honor, un libro, lo tengo como un trofeo. Fue un momento bravo porque estábamos encerrados. Había privilegiados que se vacunaban, muchos fallecimientos; no se podía asistir a los velorios o a los entierros. Fue todo muy, muy fuerte.
“‘MEDÍS MUY BIEN EN SANTA FE, LA GENTE TE QUIERE’ ME DIJO UNO. ‘TE QUEREMOS PARA CONCEJAL, DESPUÉS PARA DIPUTADO”.
– Cuando te ofrecieron entrar a la política, ser concejal o ser diputado, ¿vieron que sos muy solidario y además muy querido por la gente?
– A mí me dijo uno ‘medís muy bien en Santa Fe, la gente te quiere’. Te queremos para diputado primero, concejal después dijeron ‘vas para diputado provincial’. Me gusta estar del lado de la gente, sea la bandera que sea. Pero le dije ‘pero seamos prolijos, estoy en Buenos Aires desde hace 30 años, no puedo, esas cosas no me cierran’. Y después me habían ofrecido plata. ‘Hay tanta plata si te presentás, ganes o no ganes’.
“ME HABÍAN OFRECIDO PLATA: ‘HAY TANTA PLATA SI TE PRESENTÁS, GANES O NO GANES’
– ¿Pagaban para que te presentaras?
– Exacto, porque sabían que sacaban votos, quizás.
– ¿No te tentó?
– No, nunca. Y fueron varias veces.
– ¿Distintos partidos?
– Si, hace mucho, en pleno Videomatch, en los 90, para el radicalismo. No llegamos a hablar. Y después, del otro partido.
– ¿El otro sería el peronismo?
– Sí, algo de eso. Era un peronismo medio encubierto, una cosa así.
– ¿Cuál es el ‘peronismo encubierto’?
– (Risas) Tenía otro nombre el partido. Unidos por Santa Fe y Callao (risas). No sé, no me acuerdo que era. Otro nombre.
“UNA VEZ ESTABA LLEGANDO A ROSARIO Y HABÍAN PUESTO UN PASACALLE ‘PACHU GOBERNADOR’ PORQUE IBA SCIOLI . ES MUCHO…”
– ¿Te dio orgullo que pensaran en vos o tampoco?
– Sí. Es más, una vez estaba llegando a Rosario y habían puesto un pasacalle ‘Pachu gobernador’, porque Scioli viajaba a dar una charla antes de las elecciones. Y me causó mucha gracia. Dije, ‘no, es mucho, mucho’.
– Es divertido. ¿Te asustó?
– No, no me asusta para nada. Pero muy loco todo.
– Milei se mostraba en la tele, así que quien te dice...
– Sí, hemos estado juntos en Polémica en el bar, muy simpático. ¡No! Tranqui, tranqui, no es lo mío. No y no.
– Es difícil creerte, pero hacemos el intento.
– Después te doy un cargo (risas).
– Si te sale mal, decís que era una joda.
– Claro, tal cual. Lo que sí me imaginaba si llegaba a ser político es que cuando pusieran las cámaras y me preguntaran ‘¿Qué opina de tal cosa?’ A un tema serio llevarlo para la joda. Eso me hubiese tentado, te juro. Porque cuando estoy hablando algo y empiezo a sanatear, me doy cuenta yo mismo y me tiento. Entonces sería un diputado gracioso. Vendría bien, ¿no? Y que meta un chiste cada tanto en el Congreso.
– Tenemos a Luis Juez que hace humor cordobés. Creo que el humor santafesino necesita estar presente en la Cámara de Diputados.
– (Risas) Dale. Estuvo Miguel del Sel a punto de ser gobernador de la provincia. En mi caso hubiese sido distinto, pero no, obviamente hay temas que no son para joder.
– En todos estos años de mucho trabajo y de tanto éxito. ¿Sentís que te equivocaste en algo o te arrepentís de alguna cuestión?
– Sí, hicimos mucho. A veces me sorprendo viendo cosas que no me acordaba que había hecho. En Videomatch, en No hay dos sin tres. Me sorprenden las cosas que hacíamos, visto hoy en día. Era el humor de antes, era otra cosa. ¿Arrepentir? No, creo que no, si ofendí a alguien le pido disculpas.
– Lo que se hacía antes hoy no se puede hacer claramente.
– Exacto, hemos cambiado, hemos evolucionado.
“HICE MALAS JUGADAS ECONÓMICAS. HE PERDIDO PLATA. INVERTIR MAL.”
– ¿Y en la vida?
– ¿Si me arrepiento de algo? Sí, hice malas jugadas económicas.Y he perdido plata, invertir mal, eso es lo único. Pero ya está, tengo salud y tengo trabajo, así que seguimos. Soy muy testarudo. ¿Viste esas cañerías que tienen pérdida, las tapás y pierden por otro lado?
–¿Perdiste plata?
– Sí, algo de eso.
– ¿Y tu mujer con eso?
– Pasa factura todavía.
– ¿Porque fue mucha plata?
– Sī, pero ya está, ya pasó. ¿Esto lo editan, no? (risas)
– Sí, claro. Lo sacamos todo (risas).
– Pero también viví la vida de soltero. También viajaba con el uno a uno. Nos ofrecían trabajo a Pablo y a mí en el teatro y siempre apostábamos a Videomatch entonces siempre me tomaba un mes sabático y habanos, champagne…
– ¿Manteca al techo?
– Algo de eso. Pero bueno, lo viví.
– ¿Qué te hace feliz hoy?
– Me hace feliz ver a mis hijos con salud, son buena gente, buenos chicos. Con eso me conformo.
– Ponele que están bien ellos. ¿Qué otra cosa te hace feliz?
– Y ir a ver a Newell ‘s, ir a Rosario, a mi ciudad, ver a la selección, juntarme con amigos, rugby. Esos momentos lindos son felicidad, una felicidad muy espontánea que se va rápido. Sé disfrutar de esos pequeños momentos.
– No nombraste el trabajo.
– Sí, obvio. Me hace feliz disfrutar de lo que hago y lo que soñé. El teatro o el streaming o un show con Pablo me hace feliz. Voy con mucho orgullo y dedicación.
“JUBILAR, NO. ME VOY A RETIRAR CUANDO VEA QUE EL PÚBLICO NO ME SALUDA MÁS O NO ME CONOCE MÁS”
– ¿Viste que uno lo dice poco? Uno pone la felicidad fuera del trabajo, como si el trabajo fuera solo una obligación. ¿Te imaginás un tiempo sin trabajar o no? ¿Jubilarte?
– No, no jubilar, no, me voy a retirar solamente cuando vea que el público no me saluda más o no me conoce más, todo tiene un fin. En ese momento creo que me voy a retirar solo, no es que voy a buscar seguir buscando.
– Se va a complicar el retiro porque estás abriendo nuevos públicos. Estás en Luzu desde que empezó. Encontraste un lenguaje nuevo y difícil.
– Sí, llegar a los jóvenes no es fácil. A veces llegan mensajes en vivo, ‘los vemos comiendo en familia’ Y eso era lo que hacíamos cuando yo era chico, nos sentábamos a ver un programa de humor a la noche. Porcel, Olmedo, Operación ja ja, La Tuerca. Nos juntábamos a comer y a ver un programa de TV de humor. Todo este mundo tiene cosas muy parecidas a lo de antes.
– Lo logramos, pudimos hablar en serio en esta nota.
– Muy bien. Te vi en un momento en que estabas…
– Vos también hiciste un esfuerzo porque te tentaste.
– Por eso te digo que no funcionaría en la política. Por lo menos sería honesto. Una risa honesta. ‘Éste se caga de risa de todo el circo’, por ahí podría ser.