Sofi Gonet, la Reini, es una influencer muy conocida en redes por vender glamour y mostrar marcas de lujo. Restaurantes carísimos, días de spa y el té de las cinco en hoteles europeos cinco estrellas, viajes por el mundo, outfits sofisticados. Sofi es una chica de Ramos Mejía que vive en un mundo de ricos. Pero hoy vive atrapada por sus dilemas. ¿Está bien lo que hace y lo que cuenta? ¿Cuál es el mensaje que dejan sus posteos a sus seguidoras? ¿Por qué ya no dice los precios de lo que muestra y promociona? ¿Cuáles son los riesgos de hablar libremente de todas sus cirugías estéticas, de hacer humor con un noviazgo con un hombre con mucha plata o de contar que todos los días ve videos porno? Hoy sus mensajes y sus opiniones se corren de la frivolidad.
– No sos millonaria.
– No soy millonaria, soy irresponsable con el dinero, que es distinto. Me gusta mucho gastar la plata, entonces gasto, no ahorro nada. Gasto en estos placeres de la vida instantáneos.
– Por ejemplo, ¿en marcas de lujo?
– En marcas de lujo he gastado en algún momento, con algún sueldo importante. Pero me mandan muchas cosas. Más que nada la parte beauty de las marcas de lujo, la indumentaria y las carteras no llegan. Una cartera tengo que comprarla. Por eso las que tengo me las han regalado ex parejas.
– Mucha gente se imagina que tenés mucha plata.
– Sí, pero yo siempre intento ser bastante honesta. Me va bien, soy muy privilegiada, tengo cubiertas todas mis comodidades, todos mis gustos me los doy, pero no soy millonaria, no nací en cuna de oro, nada de eso.
– ¿Antes hablabas más de plata o me parece a mí?
– Bajé un par de cambios. Al principio era algo que hacía para hacerme notar. Yo jugaba con esa polémica porque sentía que a la gente le recontra llamaba la atención. Ahora prefiero no ser tan directa, evolucioné un poquito en la manera de pensar. Quizás ahora me da un poco de cosa. No juego tanto con eso de decir precios.
– ¿Te da cosa por la difícil situación económica que atraviesa mucha gente?
– Es una mezcla de cosas. Sí, creo que puede ser por la situación económica del país, por comentarios que me han hecho. A veces no es necesario tanto.
– ¿Cuánto de lo que mostras son gustos propios? ¿En qué barrio vivís?
– En Recoleta. Yo tengo esos gustos. A mí me gusta ir a la hora del té, me gusta comprarme una cartera, ir a un spa y salgo a comer seguido. Hago todas esas cosas. Dejé de jugar un poco con lo explícito, que es lo más chocante, deje de decir: esto sale tanto. Dejé de hablar de plata, que era algo muy característico en mi personaje.
– ¿Vivís en un edificio elegante, por ejemplo?
– Si, es muy elegante, muy sofisticado, antiguo. Me gusta eso. Prefiero más que un departamento moderno. Es como una parte de mi esencia.
– ¿En qué sos de Ramos Mejía?
– Sí. En todo. Para mí no hay diferencia entre lo que yo era en Ramos y lo que soy ahora. Yo siempre tuve la misma personalidad, siempre me clavé el tapado de piel sintética, siempre los tacos me los clavé para ir al McDonald ‘s. Nos juntábamos todos mis amigos de todos los colegios en el McDonald ‘s de Ramos y yo iba montada. Y ahora hago lo mismo pero acá, así no hay diferencia.
– Trabajaste como cajera y moza.
– Hice todo, fui comodín, porque mi papá tiene negocios gastronómicos en San Justo. Cuando tenía 16 años me mandó a trabajar, me dijo ‘se te terminó la joda, tenés que laburar’. Y fue lo mejor que me pudo pasar en la vida porque me cambió mucho la cabeza laburar de todas esas cosas, ser comodín, levantarme a las 5 de la mañana. A los 16 años no entendía mucho de cómo se gana la plata y sí, fui moza, fui camarera, fui cajera, hice delivery, fui encargada.
– ¿Cuando te metiste en redes empezaste a hacer lo que realmente te gustaba?
– Arranqué en pandemia, cuando me metí de lleno en redes, en TikTok, a hacer videos, reseñas, todo ese tipo de contenido y me di cuenta que me apasionaba. Desde muy chiquita estoy metida en las redes sociales, desde los 12 o 13, yo estaba enloquecida con Facebook, con fotolog, blogspot, en todas las redes que existían yo intentaba pegarla y me ponía a subir cosas.
“SIEMPRE FUI DE CONTAR TODO. NO ME CALLO. VENTILO MIS COSAS PERSONALES”
– ¿Siempre contaste todo?
– Sí, siempre fui de contar todo, en todos los aspectos de mi vida. Tenía una reunión familiar y me empezaban a hacer preguntas. Y ventilaba. Y así en todos los aspectos de la vida, yo no paraba de contar cosas. No, no me callo.
–¿Seguís así?
– Sigo así. No lo puedo cambiar, te lo juro. Ventilo mucho mis cosas personales, todo lo que tenga que ver conmigo no tengo drama. Pero si son secretos de personas allegadas me quedo bien callada.
– Contaste tus tristezas, tus dolores, tus noviazgos, tus frustraciones. Se te vio llorando unas cuantas veces.
– Se me vio llorando unas cuantas veces. Una vez me puse un vestido que me quedaba mal, me puse a llorar y lo grabé. Creo que cuando compartís con tanta gente te sentís muy acompañado. Y me gusta mostrar que a veces llorás, que a veces te reís. Me guardo algunas cosas, pero siempre que siento que puedo contarlo lo hago.
– ¿Qué te guardás?
– Hay momentos muy íntimos o cosas muy tristes que quizás uno elige no decirlas o todavía no estás listo.
““NO ME MOLESTA QUE ME DIGAN ‘QUÉ PENDEJA BOLUDA’”
– ¿Qué es lo malo de contar todo? ¿Una devolución que te puede doler?
– No me molesta tanto la opinión ajena en cuanto al hate y que me digan ‘che, qué pendeja boluda’, esto o lo otro. Eso a mí no me molesta. Lo que sí me ha pasado es darme cuenta que estaba dando mensajes que eran equivocados. El momento en que decís: tengo que salir a pedir perdón porque no estaba bueno cómo estaba encaminando un tema. Yo hacía muchos chistes con el sugar daddy, que la plata, que el interés en las relaciones era que tenías un…
– ¿Chistes porque tenías un novio con plata?
– Claro, porque tuve un novio que tenía mucha plata. No era un sugar daddy, en realidad era mi pareja, yo estaba enamorada y tuvimos una relación fatal, muy tóxica. Son mis traumas en mis chistes. Yo seguí haciendo humor con esas cosas y muchas chicas se lo tomaban muy en serio, como ‘hay que conseguirse un chabón con plata’. Me pasó que en un hotel que me crucé con una chica que me dijo: che, estoy acá con un chabón con guita que me trajo porque te amo. Dije no, pará. Y salí a hacer un video que decía ‘chicas, esto es humor, sean independientes’. Tuve que cambiar un poco el discurso porque hay personas que se lo toman muy en serio.
– Vos dabas a entender que estabas con él por la plata.
– Hacía chistes. ¿Viste cuando a veces no tomás dimensión del peso que tienen tus palabras en redes? Esto me pasó.
“CUANDO NOS MUDAMOS JUNTOS ARRANCÓ EL INFIERNO”.
– Después contaste lo mal que te fue con este señor.
– A mí la vida me enseñó que no era por ahí. Estuve tres años con él, yo tenía 19 años cuando lo conocí, era muy chica. Él me llevaba 20 años y lo conocí en un momento muy raro de mi vida porque en mi casa estaba todo muy mal. Yo me quería ir de mi casa y no sabía cómo. Me metí a laburar en boliches, lo conocí ahí y me enganché. Para mí fue una protección, una seguridad. Al toque nos mudamos juntos y ahí arrancó el infierno. La gente te dice ‘pero si vos estabas con él por la plata’. Hay un trasfondo mucho más pesado, no es que estuve con alguien por la plata. Cuando no tenés a nadie y encontrás a alguien que te da una mano, pensás que te quiere y lo valorás. Después terminó todo mal.
“TENÍA UNA DEPENDENCIA EMOCIONAL MUY FUERTE CON ÉL. ÉL ERA VIOLENTO”
– ¿Por qué fue un infierno?
– Tuve una relación muy tóxica con él. Me llevaba muchos años, yo era muy chica y tuve una dependencia emocional muy fuerte con él. Él era bastante violento en bastantes situaciones.
– ¿Violento de la boca para afuera?
– Violento a nivel físico. Hubo muchas situaciones así. La pasé bastante mal.
– ¿Lo contabas? ¿Hablabas con alguien?
– No, al principio no contaba nada. Yo estaba metida en una relación que era una locura. Él salía mucho, todos los fines de semana, era un caos, todo un caos. Y yo no contaba nada. Me animé a contarlo después de dos años a mis amigas, cuando me separé. La gota que rebasó el vaso fue cuando me fue infiel, que no era nada a comparación de lo que viví con él. ¿Qué me importaba que me fuese infiel en comparación con todo el maltrato? Recién ahí se lo pude contar a mis papás.
– ¿Les pudiste contar que te maltrató físicamente?
– Sí. Eran situaciones, celos, peleas que arrancaban con un grito y terminaban con un empujón. Y que iban escalando más que nada cuando salía a bailar y estaba en pedo. En ese momento yo estaba tan mal conmigo que normalizaba mucho todo esto. Yo sabía que estaba mal, pero sentía que era todo parte del caos en el que estaba viviendo, no me daba cuenta tanto de la gravedad. Me di cuenta después.
“EN ESE MOMENTO YO PENSABA QUE NO HABÍA MÁS VIDA DESPUÉS DE ESA RELACIÓN”
– Contarlo puede ayudar a quienes estén metidas en este círculo y no puedan salir.
– En ese momento yo pensaba que no había más vida después de esa relación. Yo decía: elegí esto y no puedo salir de acá. Y tenía pánico. No me imaginaba cómo podía hacer para salir de esa situación. Yo no trabajaba, estaba estudiando en la facultad pero no trabajaba, no tenía mis ingresos, dependía mucho de él. Mi mundo se terminaba ahí. Yo decía, ¿cómo hago? Y me las ingenié, pidiendo ayuda, haciendo terapia. Es importante dar el mensaje de que si estás en una relación en la que no te respetan y hay maltrato o hay cualquier cosa que te haga sonar una campanita, te tenés que ir. O sea, no hay otra opción, no hay. Él no va a cambiar, no tenés que seguir y tampoco nunca vas a tener las herramientas para poder sobrellevarlo. Te tenés que ir y es la palabra final.
“SI ESTÁS EN UNA RELACIÓN Y HAY MALTRATO TE TENÉS QUE IR, NO HAY OTRA OPCIÓN”.
– Dijiste que te tocaste la cara muchas veces. ¿Qué te hiciste en la cara?
– La punta de la nariz, me puse ácido hialurónico en los labios. Siempre cuento todo lo que me hice. Esta es otra de las cosas donde tengo el debate, ¿lo cuento o no lo cuento? Porque hay muchas chicas que quieren hacerse todo y no sé si está bueno. Pero tampoco me gusta ocultarlo y decir que no me hice nada cuando claramente sí me hice los labios, me hice la nariz, una rinoplastia. Y una vuelta me hice los “foxy” que te levantan el ojo.
“NUNCA TUVE MIEDO DE LAS CIRUGÍAS ESTÉTICAS. FUI MUY INCONSCIENTE. NO TOMABA NOCIÓN DE LOS RIESGOS”
– ¿Nada de eso te dio miedo?
– No, nunca tuve miedo de las cirugías estéticas, fui muy inconsciente haciéndolas. Era un momento en el que me quería hacer de todo, ni siquiera analizaba. ¿Viste que uno antes de hacerse algo lo piensa un millón de veces? Yo no, me mandaba, no tomaba noción de los riesgos. Y eso me pasó a lo largo de toda mi vida. Nunca fui muy consciente del riesgo de hacer esto, de hacer lo otro. Temas que trato en terapia.
– Se llama ser temerario no tenerle miedo a nada. Sos temeraria entonces no solo con las cirugías estéticas sino con todo. Vos te mandás.
– Soy muy mandada, sí.
“HAY UN DEBATE CONSTANTE ENTRE LO QUE HAGO Y LO QUE DIGO CON LO QUE ESTARÍA BIEN HACER Y DECIR.”
– Hablás muy libremente de sexo. Contaste hace unos meses que ves videos porno todos los días.
– Me arrepiento de decir eso. ¿Por qué me arrepiento? Porque doy mensajes equivocados. Hay una dualidad en mí terrible. Hay un debate constante entre lo que hago y lo que digo, con lo que lo que realmente estaría bien hacer y decir. La industria porno es una industria muy machista que explota a las mujeres, que no enseña nada sobre lo que es realmente el sexo y la sexualidad. También es verdad lo que le conté. Yo vivo en esos dilemas constantemente.
– El tema de la cirugía estética por ejemplo, que pueda inspirar. Ver videos porno cuando la industria es a todas luces condenable.
– Cuento todo lo que me hago porque siento que estaría mal decir que no me hice nada cuando claramente sí, pero al mismo tiempo no quiero promover la industria de la cirugía estética. La industria de la pornografía me parece un horror, pero no dejo de ver porno. También me molesta decir los precios en mis posteos aunque sé que son chocantes y sé que es una realidad muy privilegiada, pero tampoco dejo de darme esos gustos ni dejo de hacer el video.
“NO SE SI HAY ALGO QUE ESTÉ BIEN Y QUE ESTÉ MAL EN ESTA VIDA”
– También contaste los beneficios de tener un novio con plata. Después decís, ¿qué estoy diciendo? Es como si no hubiera filtro.
– Claro, puede ser. Pero también porque soy honesta y porque me gusta mostrar eso. No sé si hay algo que esté bien y que esté mal en la vida. No sé tampoco si alguien es bueno y malo en esta vida. Es parte de mi aprendizaje y estoy decidiendo compartir mi aprendizaje en el momento en que transcurre.
– En las stories últimamente te mandás con opiniones más jugadas.
– Sí, es verdad, hay un equilibrio. Porque a mí me gusta todo, me gusta el glamour, me gusta esto, me gusta lo otro. Y me gusta también hablar.
– Hace muy poco un hombre atacó a dos parejas de mujeres en el barrio de Barracas. Tres de ellas murieron y muy pocos dijeron públicamente que fue un crimen de odio. Vos sí lo dijiste en tus redes.
– Lo dije. Vi el posteo de una cuenta que se llama Lesbo Dramas que contaba lo que había pasado en Barracas. Yo no lo había visto en ningún lado y dije ‘qué raro’. Me parece algo tan grave que no está teniendo el impacto que tendría que tener. Es gravísimo que pase hoy. Y salí a contarlo. Por suerte se hizo muy viral mi video y se le dio una entidad.
“ESTABA DE NOVIA CON UNA CHICA Y AGARRARLA DE LA MANO EN LA CALLE, DARNOS UN BESO ME DABA MIEDO. HAY MUCHOS DISCURSOS DE ODIO”
– No solamente saliste a contarlo, dijiste que te parecía un crimen de odio, algo que no dijo el gobierno. Y dijiste que te daba miedo.
– Dije que me daba miedo, fue lo que sentí. En ese momento estaba de novia con una chica y siempre me daba cosa agarrarla de la mano, caminar de la mano en la calle, darnos un beso. Esas cosas a mí siempre me daban como un toque de cosa, por el miedo a qué hará el otro. Entonces cuando vi esta noticia a mí me recontra impactó porque dije ‘claro, mi miedo no es en vano, estas cosas siguen pasando’. Cuando hoy vemos muchos discursos de odio en todos lados no me parece casualidad que empiecen a aparecer más de estos casos. Nunca me dio vergüenza mostrarme con ella por el hecho de que sea una mujer, sino que me daba miedo el otro, me daba miedo que el otro reaccione, que una persona no lo entienda y que nos diga algo y que nos haga pasar un mal momento.
– ¿Miedo en la calle?
– Más que nada en la calle, sí.
– ¿Y qué hiciste? ¿Dejaste de salir de la mano? ¿Qué pasó después?
– Nada, seguí mi vida normal. Por suerte a mí nunca me pasó nada, pero pasa esto.
“ES GRAVÍSIMO LO QUE PASÓ EN BARRACAS. HAY QUE DARLE VISIBILIDAD SÍ O SÍ.”
– ¿Por qué pensás que tuvo tanta repercusión tu posteo? ¿Qué es lo que creés que impacta más, tu postura frente al caso o que confesaras que sentías miedo?
– Creo que fue una noticia a la que no se le dio la cobertura que se le tendría que haber dado, que tenía la fortaleza necesaria, porque es gravísimo lo que pasó, para que todo el mundo estuviera hablando de eso. Puede ser que haya sido un extra que salí a hablar de eso de la nada, pero no sé.
– La noticia y que vos la contaras.
– Tal cual. Y yo aproveché la llegada, saber más o menos cuánta gente ve un video mío, para decir: hay que darle visibilidad a esto sí o sí. Yo le di el impulso.
– Es un aprendizaje para vos también decir algunas cosas que dejan pensando a la gente.
– Obvio que sí. A mí siempre me gustó nada dar mi opinión sobre lo que esté pasando. No me importa tanto ‘el personaje’ y la marca que se cae. Es el lado más laboral de las redes.
“CUANDO SALÍS A HABLAR DE TEMAS POLÍTICOS ES PROBABLE QUE SE TE CAIGAN CONTRATOS. A LAS MARCAS NO LES GUSTA.”
– ¿Por ejemplo?
– Pasa y es así 100% que cuando salís a hablar de temas políticos o de cualquier cosa de otra índole que no sea moda, es probable que se te caigan contratos. Es probable que cuando mostrás un pensamiento, se caen los laburos. A las marcas no les gusta mucho. Entonces por eso también pasa mucho que uno no se anima. Y también por la opinión del otro, que te van a salir a matar, te van a salir a defender, te van a salir a todo.
– ¿Te pasó que algunas se bajaran?
– No que se bajaran explícitamente porque yo salía a decir algo, pero creo que quizás no estén interesadas en algunos perfiles porque son muy políticos, si 100%.
– Sofi, un momento en que tuviste una socia que te decía que estabas gorda.
“MI EX SOCIA ME DIJO: NO CUENTES TANTO, DEJÁ LA DUDA DE TU SEXUALIDAD PORQUE SI SOS LESBIANA NO VENDÉS”
– Ella arrancó como mi representante y jugaba mucho con mi sueño de convertirme en influencer, yo quería pegarla en las redes, que me fuera bien. Ella me daba consejos sobre cosas que yo tenía que hacer para que me fuera bien. Dentro de esas cosas estaba esto de decirme ‘decí cuánto gastaste’, ‘hacé este plan’, ‘contá este número’. Y también estaba eso de ‘si querés vender ropa tenés que adelgazar’. Cuando conté sobre mi primera novia me dijo ‘no cuentes tanto, dejá la duda de tu sexualidad, porque si sos lesbiana no vendés’. ‘Estás muy machona’, me decía. Siempre esos comentarios. Es muy difícil marcar los límites en una relación laboral cuando la otra persona tiene poder sobre vos. Era mi laburo.
– Se mete con tu cuerpo
– Se metía mucho con mi cuerpo, sí. Me decía: tenés que bajar de peso. Lo de las operaciones ‘también te tenés que hacer esto’, ‘te falta hacerte esto’, ‘te falta hacerte lo otro’. Me sacaba la comida de la boca, yo estaba con ella mucho tiempo. Compartimos veinticuatro siete, todo el día juntas.
– ¿Qué significa que te sacaba la comida de la boca?
– Estabamos comiendo en un restaurante, ella comía y me sacaba la comida de la boca, me dejaba solo un mordisco. Esto es real. Me sacaba la comida de la boca y me decía: ‘¡basta!’ Y yo me quedaba tiesa. Yo tengo un tema con poner límites. Me quedaba tiesa, tipo recalculando y decía: no puedo estar permitiendo esta situación. Y me quedaba callada. Así fui acumulando hasta que me fui.
“A MI ME COSTÓ MUCHO PARARME FIRME, DECIR ‘HASTA ACÁ’, DEBÍA SER ATRACTIVA PARA ESA GENTE QUE DETECTA A LAS PERSONAS VULNERABLES”
– La cuestión es poner límites y bajarse de algo incómodo.
– Creo que tengo un tema con poner límites. También creo que hay gente mala, porque por más que no ponga límites, sacarle la comida a alguien no es normal. Así como volver en pedo y revolear algo o pegar un empujón. Entonces el tema acá era que se juntan el hambre y las ganas de comer. A mí siempre me costó mucho pararme firme, decir ‘hasta acá’ y debía tener una especie de atracción para esta gente que sabe detectar a las personas vulnerables. Creo que había una mezcla de esas cosas.
– ¿Vos trabajás con tu mamá?
– Yo laburo con mi mamá, sí. Ayuda con la agenda. Me ayuda cerrar marcas, contratos. Ella es abogada.
– ¿Cómo es trabajar con la mamá?
– Nos llevamos re bien, recontra bien. No peleamos nada. Ella me entiende. Tengo mucha confianza también. Nos vemos recontra seguido. Se queda a dormir en mi casa, está bueno. Yo no lo cambiaría.
– Porque además tu mamá no intenta colonizarte como los demás.
– Ella no intenta colonizarme y eso para mí es lo más importante. Ella me dice ‘sé libre,viví, decí lo que quieras decir, hacé lo que quieras’. Está bueno.
– Volver a la mamá.
– Volver a la mamá 100%.
– ¿Estás atenta hoy a no elegir personas que traten de manejarte?
– Todavía estoy viendo, creo que es importante. Después de estas experiencias aprendo a detectar las señales de alerta más rápido. La primera que no me gusta, digo ‘no es por acá’. Estoy más atenta con esas cosas. Lo fundamental es la libertad, que nadie te venga con una bajada de línea. Una cosa es que te intenten ayudar y otra cosa es que te pongan prohibiciones. Ahí ya me alejo, corro.
– Sola, sin pareja. ¿Con ganas de tener?
– No, por favor, no quiero parejas, no sé qué me pasa con las relaciones amorosas. Nunca ninguna me sale muy bien. Esta vez terminé muy bien, pero nunca funcionan. El problema debo ser yo. Quiero estar sola.Y quiero experimentar mi libertad. Me pasó que pasé de la relación tóxica a la socia tóxica.
– Nunca sola.
– Hasta ahora. Entonces creo que es un buen momento. Quiero estar completamente sola a la deriva.
“MAÑANA LAS REINIS QUE TANTO ME AMAN SE PUEDEN ABURRIR DE MÍ Y ESTÁ BIEN, YO VOY A ESTAR FELIZ”
– Fantaseemos. ¿Adónde querés llegar, Sofi?
– Ay, no sé. A tantos lugares me gustaría. No sé cuál es mi objetivo. Cuando yo arranqué a hacer esto mi idea era divertirme, ver qué pasaba. Y todos los días me fue sorprendiendo un poco más. El alcance, la llegada, las cosas que iban surgiendo, las propuestas, todo. Te juro, no tengo ningún objetivo. Yo dejo que todo me sorprenda, por eso no espero nada tampoco. Mañana me pueden cancelar, me pueden odiar todas las ‘reinis’ que me aman o se pueden aburrir de mí y está bien, yo voy a estar feliz.
– ¿No le tenés miedo a nada?
– No le tengo miedo a nada y me divierte mucho todo el proceso. Lo disfruto, así que tampoco tengo un objetivo.