Julieta cambió. Ya no quiere cumplir con las expectativas de todos, ya no es la princesita perfecta que no se permite errores. Ahora cuenta lo que quiere contar y opina aunque incomode lo que dice. Julieta creció. Empezó a trabajar a los 7 años en cine, después llegó la televisión, otra película, una obra de teatro. Pero desde que buscó darle un empujón a su carrera y se presentó en el casting de Gran Hermano la conoce todo el país. A los 22 años, es modelo, actriz, profesora de baile, conductora, influencer y tiene todo por delante.
– Sentía que me faltaba ese empujoncito mediático para poder seguir en los medios, me sentía un poco estancada. En la adolescencia, cuando no terminás de crecer y sos menor de 18 vas a los castings pero tenés que ser mayor para que te contraten. Me dieron ganas de bajar los brazos. Yo amo ver los realities, amo los personajes y soñaba con tener mi presentación de reality. Mandé el casting como un casting más. Mis amigos y mi familia me decían que me anotara.
– Eras modelo y profesora de baile, pero necesitabas crecer. Se cumplió un año desde que saliste de la casa de Gran Hermano.
– Un año de ese día que fue para mí un shock. Salí de esa casa sin saber nada, sin esperar que toda esa gente nos recibiera en esa pasarela azul. Fue una locura, un sueño.
– Cambió la vida para siempre. Hay un antes y un después.
– Sí. También de la cabeza. Yo creo que a todos nos cambió. Es una experiencia muy fuerte.
“CRECÍ UN MONTÓN. ANTES DE GRAN HERMANO ERA MÁS INOCENTE. NO ESTABA HERIDA POR COSAS QUE TUVE QUE ATRAVESAR.”
– Te independizaste, te fuiste a vivir sola.
– Crecí un montón. Cuando me veo en videítos, era otra Julieta, más nenita de mamá, más inocente. No estaba herida por algunas cosas que tuve que atravesar. Crecí un montón, maduré muchísimo.
““ME COSTÓ MUCHO LA SOLEDAD. SIEMPRE DE NOVIA, SIEMPRE COMER CON ALGUIEN.”
– ¿Cómo fue la decisión de irte a vivir sola?
– A mí siempre me costó mucho la soledad, siempre necesitaba estar en pareja. Siempre de novia, siempre comer con alguien, llamar a una amiga, hacer videollamada. Pero desde que me mudé sola encontré como una paz. Hay una energía que guardo cuando estoy sola y que cuando estoy con gente me dan ganas de compartir. Es no absorber la energía de tu mamá, de tu perro, de tu hermana, de los quilombos de tu casa. Es un espacio tuyo, me siento mejor.
– Ahora hay más tareas. Hay que pagar las cuentas, hay que comprar comida o cocinar, hay que ordenar.
– Existen las viandas también. El tiempo lo organizás como vos querés. Ordenás cuando querés, comés cuando querés y si no querés comer, no comés. Si quieres invitar a alguien, lo invitás y si quieres echar a alguien lo echás. Yo lo he hecho, porque no tengo drama.
– ¿Cómo lo echás?
– Por ejemplo, ‘te podés ir yendo’.
– ¿Así nomás?
–Sí, así nomás. No se lo toman a mal porque saben que soy muy sincera.
– Sos muy linda Julieta. ¿Eso te juega en contra? ¿Te jugó en contra en Gran Hermano? Las más lindas sufren muchos prejuicios.
– Sí, hay prejuicio con las lindas y las rubias. También me tildaron mucho de ‘Mili Pili’. Quizás sí fui un poquito Mili Pili, pero demostré otras cosas. La gente valoró mi sinceridad, que diga las cosas de frente, la lealtad. En mi edición de Gran Hermano jugó mucho la lealtad, ahora no es un factor que la gente apoye. Siempre fui muy leal a los que quería, a mis amigos.
– Cuando saliste de la casa las marcas quisieron acompañarte y los productores te llamaron. Todos querían estar con vos.
– Sí, creo que fue como un casting para mí también. El primer trabajo que hice fue en ‘Fuerza bruta’. Sentía que tenía que demostrar todo lo que estudié, que trabajé y romper ese prejuicio del reality para poder empezar a trabajar mi carrera después de la casa. Aprendí un montón, estuvo increíble.
–¿Qué fue lo peor que te pasó cuando saliste de Gran Hermano?
– Lo peor en su momento fue el hate. No lo podía entender. Me costaba mucho procesarlo porque yo soy una persona que jamás en la vida podría atreverme a escribir ‘qué fea nariz que tenés’, por ejemplo. Hay comentarios tan hirientes, comentarios tan duros…
– ¿Qué te decían?
– Cosas horribles, cosas muy feas sobre mi físico, sobre mi manera de hablar, te critican todo. Miles de cosas feas. Mi voz me la critican mucho y es la voz que tengo. Yo amo mi voz, tengo nódulos, me los podría operar y cambiar mi voz, pero a mí me encanta.
– ¿Todo esto por escrito o también te lo dijeron?
– También, y los que más se zarpan en persona son los noteros.
“EL AÑO PASADO LLORABA TODO EL TIEMPO. ME ACOSTABA LLORANDO, ME LEVANTABA LLORANDO.”
– Sufriste trastornos de ansiedad. ¿Qué fue lo que los disparó? ¿En qué momento te diste cuenta?
– Fue el año pasado, fue uno de los momentos más feos que viví en mi vida. Nada de lo que hacía, ni estar en la obra de teatro ‘Coqueluche’ trabajando, ni tener a mis amigos, ni tener la fama que siempre había querido me bastaba. No me bastaba nada. Estaba mal, lloraba todo el tiempo, me acostaba llorando, me levantaba llorando. A veces sentía tanta presión, hay tanta mirada, que te llegás a creer las cosas que te dicen si vos estás débil.
– ¿Te despertabas llorando y no sabías por qué?
– Estaba mal y no sabía por qué. Creo que fue una etapa en que también estuve mal en el amor, tenía poca autoestima, porque estuve con dos chicos que fueron de lo peor. Me tocaron los dos juntos. El otro vino para terminar de pisotear mi autoestima. Uno después de otro, dos malas rachas. Estaba como rara, me comparaba con otras chicas.
“UN DIA ESTABA TAN TRISTE QUE ARME UN GRUPO Y LES MANDE UN MENSAJE: NO PUEDO MÁS, ESTOY MUY MAL.”
– ¿No lo hablabas con nadie?
– Mi familia lo sabía. Llegó un día que estaba tan triste que les mandé un mensaje. Armé un grupo y les dije: no puedo más, estoy muy mal. No sé cómo hacer para salir de esto. Me acuerdo que estaba en ‘Coqueluche’, por salir a escena. Estaba muy triste y no sabía por qué era. Empecé terapia y me ayudó un montón. Mi familia también me ayudó un montón. Fue un momento muy feo.
“A VECES TE CREÉS QUE SOS ESO QUE LA GENTE QUIERE VER.”
–¿Qué encontraste y qué descubriste en terapia?
– Me ayudó mucho a separar la Julieta para la gente, la Julieta de los medios, la Julieta de las redes para afuera de la Julieta real. A veces se te confunde, se te mezcla en la mente, y te creés que sos eso que la gente quiere ver. Que siempre hay que estar bien, que hay que responder, que no podés tener un día malo o decir ‘ahora una foto, no’. Es la presión de la princesita perfecta, lo que la gente quiere ver. Se te confunde un poco eso en la cabeza.
“ME ENCANTA LA PLATA, ME ENCANTA TRABAJAR.”
– Sos cumplidora, profesional, te tomás el trabajo muy en serio ¿No te permitías un error?
– No podés parar tampoco. Decís, estoy comprando un departamento, tengo que trabajar, tengo que pagar, tengo que ahorrar, tengo que aprovechar el momento.Todo el mundo te dice ‘aprovechá el momento, aprovechá el momento’, y decís: no puedo parar. No me tomé vacaciones hasta la semana pasada en que me fui a Mendoza, estuve trabajando mucho sin parar. Me encanta la plata, me encanta trabajar y trabajo de lo que me gusta. Pero sí, a veces la cabeza necesita parar un poquito.
– ¿Cuánto tiempo estuviste con trastornos de ansiedad? ¿Llorando a cada rato?
– Dos meses. Primero fue más leve, estaba muy pendiente de las redes sociales o del qué dirán. O por ejemplo, quería decir mi opinión en una nota y no lo hacía. ‘No, no voy a decir esto porque van a pensar que me quiero colgar de tal o que lo digo para aprovechar la situación’. En un momento dije: basta. Fue la terapia la que me ayudó a ser más transparente.
“TENGO DERECHO A CONTAR LAS COSAS QUE PASÉ Y HABLAR DE UNA HISTORIA QUE TAMBIÉN FUE MÍA.”
– Dijiste: soy así, aunque no les guste. ¿Qué empezaste a mostrar?
– Aprendí a respetar mis momentos. Si estoy comiendo con mi familia en un lugar y alguien me pide una foto, le digo, ‘¿nos podemos sacar después?’ Antes nunca respetaba esos momentos para mí, para mis amigos, para mi familia. Lo hacía para no quedar mal o para evitar que alguien se ofenda o se lleve una mala impresión mía. También ahora doy las opiniones que quiero. Las cosas que antes no me animaba a contar ahora las cuento. Porque es mi vida, tengo derecho a contar las cosas que pasé y hablar de una historia que también fue mía.
– Lo primero que pensé fue en el romance con Marcos.
– Y sí. La gente te dice ‘ay, te querés colgar’ ¿De qué me voy a querer colgar si yo también soy parte de la historia?
– ¿Dicen que te querés colgar de tu propia historia?
– Claro. O de Marcos por ser el ganador ¿Qué sentido tiene? ¿Cómo me voy a querer colgar de alguien con quien yo también tuve una historia?
– Tardaste en contarlo.
– Sí, obvio. Por respeto.
– ¿Por respeto a algo que habían acordado? ¿Era un código entre ustedes?
– Era un código entre nosotros que se respetó en su momento porque no teníamos ganas de que se pinche o que nos hagan preguntas.
“LO QUE VIVIMOS CON MARCOS LO CONTÉ CUANDO LO SANÉ.”
– Pero en algún momento sentiste que necesitabas contarlo
– Yo lo conté cuando lo sané. Ya está, ya está. Fue algo que viví, algo que también me pertenece y que puedo hablar libremente porque fue parte de mi historia también. ¿Cómo me voy a querer colgar de él que es mi amigo? ¿Para qué necesitaría colgarme él si a mí no me llaman para un trabajo o para una nota por él?
– ¿Te lo dicen mucho?
– Me lo dicen muchísimo. ¿Él nunca dijo su parte, entendés? Porque quizás es más reservado, porque no le gustan los medios, entonces dan a entender que yo me lo hubiera inventado o que me aprovecho de la situación para contarlo. No sé, una tontería.
– ¿Esta relación te dejó dolor también?
– Sí, sí.
– Dijiste ‘cuando sané’.
– Sí, fue difícil también esa etapa.
– Porque había tanta expectativa y después se pinchó el globo.
– Sí, de verdad era mucha la expectativa. Gente grande, gente chiquita, gente en la calle que me preguntaba. Alrededor de eso se generó algo raro conmigo, que siento que a otras personas mediáticas no les pasa, que es mucho interés en saber con quién salgo, con quién duermo, con quién me voy de vacaciones. Yo creo que es por eso, porque no se supera el Marculi.
– Lo importante es tu propia expectativa, imagino que también vos creías que la romperían si estaban juntos. Son complementarios.
– Sí, es verdad, pero ya está. Ya lo sané, ya eso terminó para mí. O sea, es una etapa cerrada, súper linda, algo súper único y especial que viví.
– ¿Qué tal ahora la soltería?
– Excelente, me encanta la soltería, soy nueva de verdad. Nunca estuve soltera mucho tiempo. Ya son como nueve meses. Me divierte.
““YO VOY AL BOLICHE A BAILAR, A MOVER EL CULO, NO A HACERME LA LINDA.”
– Solés decir lo que nadie dice: cómo me gusta la joda.
– Es como una debilidad. Me encanta prepararme, estrenar la ropa, maquillarme, juntarme con mis amigas, hacer previa, bailar. Yo voy al boliche a bailar. Nada de ir a hacerme la linda. No, a bailar y a mover el culo.
– ¿A tomar alcohol?
–Sí, también, Fernet.
– ¿Cuántos?
– Me di cuenta que es un trago que no me hace tener resaca, si tomás Fernet toda la noche y no mezclás.
– ¿A qué hora empieza la noche para vos?
– A mí me gusta temprano porque me aburro. Si termino de comer y no hago nada, me voy a dormir. Caemos temprano, si no hay mucha gente, no importa. Yo soy ansiosa, soy muy ansiosa, muy.
– ¿Qué es lo más divertido? ¿Bailar entre amigas es el plan o es conocer a alguien?
– Conocer a alguien no me gusta hacerlo con mis amigas. Me gusta la cita, soy más clásica. ‘Pásame a buscar. Te conozco y si me caíste bien te doy otra oportunidad. Si no me caíste bien no hay vuelta atrás’. Yo soy de la primera impresión, de la intuición, y no me falla con nadie. Ni con los pibes, ni con la gente, ni con los lugares. Confío mucho en mi intuición.
– Tu intuición funcionó con tus compañeros de Gran Hermano.
– Sí, re, solo me falló con una.
– ¿Con el resto son muy amigos?
– Sí, mal. No me quedaron tantos tampoco, pero de los que soy amiga… es tan fuerte lo que vivimos que te une de una manera especial. Te conocés en todos los estados, podés estar así sin hablar, la convivencia te genera una confianza increíble.
– Contaste que atravesaste algo extraño que se llama parálisis del sueño este último tiempo después de salir de Gran Hermano.
– Nunca me había pasado. Mi mejor amiga me había contado que le pasaba y que era re feo. Yo decía, ¿pero qué es? Y lo viví. Fue muy extraño. Estás despierto, consciente de tu cuerpo, de que estás ahí, del lugar. Estaba con mi hermana durmiendo la siesta después de un ensayo y quería tocarla, moverme, despertarme y no podía. Hasta que me concentré con todas mis fuerzas giré para un costado y ahí me pude despertar.
– Viniste hoy a Infobae con un montón de gente, son más de cinco personas...
– ¿Sabés que siempre ando así? Yo siempre ando así con mi gente.
– En caravana.
– Con mi estilista Lucas Mata, que además es uno de mis mejores amigos, con mi mamá, con mi hermana, con Lau, la asistente de Lucas, con Sebastian… Es un team sano que me cuida un montón, que me acompaña y los quiero mucho.
“EN EL MEDIO HAY UN MONTÓN DE PERSONAS QUE TE QUIEREN CAGAR, QUE TE TRATAN DE BOLUDA.”
– Vas acompañada de tu mamá a cada trabajo, a cada entrevista. ¿Cómo es esto de ir con ella a todos lados?
– Estoy acostumbrada. Mi mamá siempre estuvo, siempre me llevaba a los castings. Me pasaba a buscar por el cole, me hacía una peinadita y nos íbamos para los castings. A cada lugar que voy todos me dicen; ‘qué lindo que te acompañe tu mamá.’ ‘Qué lindo que tengas a tu mamá que te cuida’. Y yo digo: por algo será que me lo dicen muchas veces. En el medio me di cuenta que hay un montón de personas que te quieren cagar, que te tratan de boluda, que te quieren meter una letra chica. Si estás con tu mamá representa otra seguridad, otra firmeza. Mi mamá es capricorniana igual que yo y es muy capa para los negocios. Es manager.
“LA GENTE TE QUIERE CAGAR, LOS REPRESENTANTES SE QUIEREN QUEDAR CON COMISIONES QUE CIERRAN POR ATRÁS.”
– ¿Cómo es eso de que te quieren cagar? ¿Lo descubriste antes o después de Gran Hermano?
– Ahora más, porque ahora firmo más contratos, cierro más números. Trabajo mucho como influencer. Y mamá me ayuda con la agenda, a organizarme. La gente te quiere cagar. Los representantes muchas veces se quieren quedar con más, parte de las comisiones las cierran por detrás.
“CON LA PLATA YO SOY ASÍ: DOY, DOY, DOY…”
– Este equipo que te acompaña hay que pagarlo.
– Sí, hay que pagarlo. No tengo drama, con la plata yo soy así: doy, doy, doy. Sé que me vuelve.
– Sos una pyme.
– Sí. También le pago a mi peluquero, Mau. Es re lindo tener tu team. Te sentís más seguro.
– Estuviste en un streaming y ahora trabajás como panelista de Gran Hermano.
– Me siento más cómoda conduciendo que siendo panelista. Ser panelista te condiciona mucho porque hay tanta gente que opina tantas cosas distintas… Se me viene en contra este público si digo esto, si digo lo otro. Tuve mi primera experiencia como conductora la primera noche de Gran Hermano junto a Santi. Éramos nosotros dos nada más y estaba tan nerviosa pero tan nerviosa que antes de empezar me puse a llorar. Dije: basta, voy a actuar que soy conductora, me voy a creer que soy conductora y ya está. ‘Soy conductora, soy conductora’. Y me salían solas las preguntas, me había anotado cosas pero no necesité nada. Me re divertí.
“LLORO DE GOLPE. ME ENCANTA LLORAR. SOY MUY LLORONA.”
– Hay un momento en que te ponés a llorar.
– Sí, yo lloro de golpe, es como una lloradita. Tengo ahí la lágrima. Siempre, siempre. Me encanta llorar.
– ¿No se corre el maquillaje?
– Tengo muy buena piel, piel mate, me lo absorbe. Lloro un poquito y sigo. Soy muy llorona.
– ¿Después de meses de vivir con cámaras que te graban todo el tiempo, no te queda la sensación de que te están mirando?
– No es eso lo que te queda, pero sí que cuando voy a bailar o voy a dar un concierto sentís que la gente te filma.
– ¿Y te cuesta ser espontáneo?
– Sos espontáneo, pero si voy a comer con un chico me saca fotos la gente. O estoy en un boliche y me graban. Tenés ojos en la espalda y estás más atento a todo. Es una sensación RE fea sentir que te están grabando. A nadie le gusta que lo graben.
– ¿Te pasa todo el tiempo?
– Sí, me ha pasado y me pasa en el shopping, me pasa en el boliche.
– ¿Tener una cita en un bar?
– Es mi vida. Lo hago igual. Si yo estoy soltera, que me filmen comiendo con un chico. Puede ser un chico un día, otro día puede ser otro chico.
– ¿No necesitás una intimidad para conocerlo?
– Obvio, para conocerlo quizás sí. Pero después si tengo ganas de tener una cita, no me voy a andar ocultando. Yo lo que quiero con mi vida privada. No tengo drama de ir a un bar. Si me quieren grabar que me graben. Estoy conociendo a un chico. ¿Qué tiene de malo? Estoy soltera, Tengo 22 años. La gente lo ve como algo malo. ‘Miren, miren, Julieta está comiendo con un chico’. Hay eso detrás mío, el tema de los novios. Me quieren poner siempre de novia, todas las semanas un novio nuevo.
– ¿Todavía te pesa lo que digan?
– Sí, ¿a quién no? Me doy cuenta en artistas como Emilia Mernes que es mi ídola. Ella habló también de que estuvo muy mal por el odio en redes sociales, que le pesaba mucho. Hasta los más grandes lo leen. La gente piensa que como sos famoso o porque estás muy atareado no tenés tiempo para leer o para ver lo que opinan sobre vos. Para mí todo el mundo lo ve y quieras o no, dentro tuyo, en tu cabeza, quedan esas cosas.
– ¿Te hubiera gustado que se fuera a Furia cuando estuvo en placa con Catalina?
– A mí me gusta mucho el juego de Furia. Al principio la banqué muchísimo. Me parece una jugadora muy inteligente, supo leer muy bien la casa desde el principio, se notó que vio mucho Gran Hermano, hablaba frente a cámara, se hizo querer. Es graciosa, eso tiene Furia.
– Dijiste recién que como sos panelista si das tu opinión quedás mal con uno o con otro. ¿Vas a decir a esta altura del juego quién preferís que se quede?
– No. Yo la banqué mucho a Furia en un principio. Se estuvo mandando bastante… una lástima, porque venía súper bien. Se creyó que ya estaba en la final, sentirse tan arriba. Eso le jugó en contra.
– Estás empezando ‘Zoom acercate más’, de la mano de Telefé. ¿Por qué es tan importante para vos?
– Zoom es muy importante para mí porque es un proyecto que está destinado a una edad que no tienen nada para ver hoy en día, para todas las edades infanto juveniles. Tiene mensajes súper lindos, mensajes que a mí me hubiera gustado escuchar en la preadolescencia, que te acompañan en el camino de crecer. Que hablan de las emociones, de cómo te sentís con un chico, sobre el ghosteo, sobre la empatía, sobre sentir que todos somos iguales, sobre aceptarse, sobre el respeto. Cosas actuales, hay muchos tutoriales, tutoriales de coreos, tutoriales de maquillaje, cosas que a mí me gusta ver. Hay canciones que son espectaculares. Yo soy profe de danza, de ballet y de jazz, ahora estuve dando muchos seminarios a las chiquitas y me cuesta mucho elegir las canciones. Porque un reguetón tiene palabras fuertes, cosas obscenas que están normalizadas, pero no está tan bueno. Y Zoom tiene canciones movidas, reggaetón, cumbia, pero con un mensaje lindo. Hay cosas que no sé si está bueno que escuchen y que repitan. Estoy súper feliz, es un público que me encanta porque es muy genuino, si te quieren te van a querer siempre y te van a seguir en lo que hagas. Entonces tenerlos de tu lado es hermoso.