Dante Gebel con María Laura Santillán: “Si pudiera ayudar siendo presidente, lo haría”

Convoca multitudes y quiere tener más herramientas para ayudar a la gente. Dice que nadie muere ateo bajo fuego, que todos necesitamos creer en Dios los últimos instantes de la vida. Por qué los que llegaron muy alto sienten un profundo vacío existencial. El influencer espiritual con síndrome de Asperger que tuvo que aprender a leer las emociones y que siente que trabajar es como estar de vacaciones en el Caribe

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María Laura Santillán Con Dante Gebel

Dante Gebel no se describe a sí mismo como pastor. Se define como conferencista, como influencer espiritual, como conductor, como actor, pero no como pastor. Dante también es pastor y con su show llena los estadios más grandes. Una y otra vez, convoca multitudes en todo el mundo. Simpático, carismático, inconfundiblemente argentino, nació en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. Desde hace dieciséis años vive en los Estados Unidos y allí tiene su propia iglesia, ‘River church’. Hace pocas horas se presentó en Buenos Aires, se agotaron rápidamente las localidades para verlo.

– Lo que te define es lo que te hace sentir más cómodo. Los argentinos además tenemos muchos prejuicios, solemos englobar todo en una palabra. Siempre digo que no todos los periodistas son corruptos, no todos los curas son abusadores y no todos los pastores están detrás del dinero de la gente, pero siempre está ese tufillo o ese prejuicio. ‘Uh, no me digas, ¿sos pastor? Vos sos como …’ Entonces yo empecé a decir: no, pará ¿si eso no me define a mí? Si bien puedo hacer una tarea pastoral, de guía, o tratar de mostrar un torpe ejemplo, no me considero necesariamente un pastor.

“A MÍ NO ME DEFINE SER PASTOR, NO ME CONSIDERO NECESARIAMENTE UN PASTOR”.

– Los prejuicios tienen que ver con los pastores que por televisión en portugués te dicen…

– ‘Pare de sufrir’ (risas). Los argentinos somos de generalizar mucho, sí. Pensamos que el periodismo que hace chimentos es un género necesariamente un periodismo menor, o el actor de reparto lo es de por vida o el actor que gana premios… Me parece que el espectro es más amplio, es más ecléctico.

– Tenés tu iglesia, te hiciste cargo de una iglesia, un poco pastor, sos.

– (risas) Un poco pastor, pero no me defino, no. Porque cuando uno pone ‘soy pastor’, inmediatamente la otra persona te pone en otra situación.

"Si bien puedo hacer una tarea pastoral, de guía, o tratar de mostrar un torpe ejemplo, no me considero necesariamente un pastor", dijo Dante Gebel en entrevista con María Laura Santillán (Fotos Franco Fafasuli)
"Si bien puedo hacer una tarea pastoral, de guía, o tratar de mostrar un torpe ejemplo, no me considero necesariamente un pastor", dijo Dante Gebel en entrevista con María Laura Santillán (Fotos Franco Fafasuli)

– PresiDante no sos, como el título de tu último espectáculo.

– No, PresiDante, es la excusa para hilvanar un montón de temas. Estaba también con Danterapia, jugar con la palabra.

– ¿No es que querés ser presidente?

– ¿Así nomás? No. Tampoco quiero ser presidente porque sería mesiánico. Sería totalmente faltar el respeto a quienes hacen una carrera.

“¿SER PRESIDENTE? HACE DIEZ AÑOS TE HUBIERA DICHO QUE NO. HOY NO LO CONSIDERO TAN HIPOTÉTICO”.

– No hay más carrera.

– (risas) No hay más carrera. Hace diez años te hubiese dicho de plano ‘no, no, es una locura. La política ensucia todo, es tirar la honra a los perros, dicen por ahí’. Hoy no lo veo tan, tan hipotético. No lo veo como una quimera, no digo ‘eso es imposible’, porque creo que cuando la gente buena no hace nada, esa omisión es peor que simplemente ponerse la vereda de enfrente y criticar. Si la vida, si la providencia divina se diera de manera tal que yo pudiera hacer algo más oficial, pero orgánico, yo estaría dispuesto hoy. Mi respuesta sería: sí, me gustaría, no necesariamente ser presidente, pero me gustaría hacer algo más oficial.

María Laura Santillán Con Dante Gebel - ¿Dante Gebel quiere ser presidente? “HACE 10 AÑOS TE HUBIESE DICHO QUE NO. HOY NO LO VEO IMPOSIBLE“

– ¿Tener el poder para definir políticas por el bienestar de la gente?

– Lo que me dé más herramientas para hacer más. Hacemos mucho. Yo vivo muy lejos, ayudamos mucho. Cuando nos enteramos de lo que había ocurrido en Bahía Blanca y que no iban a tener ayuda del Estado, inmediatamente ayudamos.

– En la pandemia también.

– En la pandemia mandamos un montón de dinero. Pero lo hacemos como se debe hacer, sin hacer la alharaca o el branding de eso. Pienso que si está resuelto el problema del ego porque no es que yo quiero que me vean hacerlo, desde otra posición podría ayudar más. Mi intención es que sí, que estaría bueno.

– Algo empezó a cambiar. Los presidentes no surgen únicamente de los partidos políticos tradicionales, mucha gente los busca en otro lado.

– Cambió porque hay más outsiders en toda América Latina, porque antes era un nicho muy cerrado, tenías que hacer toda una campaña desde la unidad básica, desde la militancia. La política, a mi humilde criterio, es un palo embarrado, para decirlo de un modo muy fino, enjabonado, si se quiere. Cuanto de más abajo empezás, más sucio llegás. Por componendas, por ciertas transas, porque no me quedó otra. En teoría no debería ser así, pero hay cosas que te empiezan a salpicar. De outsiders hemos tenido aquí ejemplos. Reutemann, Scioli, que venía de la Motonáutica. Son intentos fallidos, o no, pero al saltar desde otra disciplina van directo a una posición más alta.

– Donde presentás tu show, llenás. Llenás estadios en Argentina desde el 90 y pico, llenás estadios en las principales ciudades de los Estados Unidos, y en muchos otros lugares del mundo. Sin embargo te presentás todos los domingos en tu iglesia. ¿Cómo es tu vida? ¿Cómo hacés? ¿Vivís arriba de un avión?

–Si, no falto desde hace 15 años. Porque ése es el alma mater. Tengo el compromiso de no faltar, porque es lo que sostiene todo. Ante una eventualidad financiera para ayudar a alguna parte del mundo, como hacemos con África o la India, eso es lo que nos sostiene. No es la gira, la gira es algo personal. Entonces trato de cuidar ese sitio. Los domingos, mientras la salud me lo permite, trato de estar ahí siempre.

"Hacemos shows, la gente viene a los espectáculos y se llevan un contenido espiritual, un mensaje", explicó Dante Gebel
"Hacemos shows, la gente viene a los espectáculos y se llevan un contenido espiritual, un mensaje", explicó Dante Gebel

– De estar en tu iglesia. ¿Se llama iglesia?

– No, teológicamente la iglesia es la gente, si vamos a la Biblia. Jesús dijo: la iglesia es la gente, ahí está mi iglesia, mis hijos. Hay una deformación de llamar iglesia al edificio, a la basílica. Cuando me dicen ¿tenés una iglesia? No, tengo una arena, hacemos conciertos ahí. Estaría siendo un hereje si se hacen conciertos en un lugar santo. No, es una arena.

– ¿Ahí haces los shows?

– Claro, hacemos shows, la gente viene a los espectáculos y se llevan un contenido espiritual, un mensaje.

– ¿En algún momento decidiste que los shows tenían que tener un mensaje?

– Si. Siempre estuvo inherente al show. Yo hacía radio allá por los 90 siempre dejando un mensaje, aunque había humor, siempre dejando una cosita. Y dije: acá hay algo. ¿Y si convoco a los oyentes? Te estoy hablando del tiempo en que por cada llamado telefónico se calculaba que había cien oyentes, así se medía el share, el encendido. No había otra forma de medir la audiencia. Yo estaba a la una de la madrugada, los convocamos al teatro Astral y vinieron 5000 personas. Hacíamos un programa muy divertido, Línea abierta se llamaba, pero al final siempre había una reflexión de dos o tres minutos, como después me tocó hacer en otros medios.

“LO HE COMPROBADO: NADIE MUERE ATEO EN UNA GUERRA”.

– Si tuvieras que resumir cuál es tu mensaje en pocas palabras, ¿qué dirías?

– Es el mismo que transmito por ejemplo en esta gira, PresiDante. Muy buena pregunta. El mensaje es que nadie muere ateo bajo fuego, nadie. Yo lo he comprobado, nadie muere ateo en una guerra. He estado en decenas de camas de hospital acompañando en la estación final a las personas que se están yendo, no importa si fue musulmán, católico, evangélico, ateo o agnóstico. Nadie dice: no, no hagas un rezo por mí, no hagas una oración final, a mí que me coman los gusanos. En esos momentos yo he visto flaquear la rodilla al más fuerte. Cuando sabés que te estás yendo al otro lado, ante la duda de que haya una eternidad o no, dicen: por favor, quiero saber si estoy bien con mis hijos y con Dios. Pero no con la religión, quieren saber si están bien con Dios. No sé qué es lo que pasa en ese momento, pero no es tan parecido a lo que decía Víctor Sueiro, el túnel, elegir volver. Cuando sabés que te estás yendo, querés arreglar tu vida, querés saber si todo estuvo en condiciones. Ése es el mensaje.

– El mensaje es que todos somos todos creyentes entonces, y que nos damos cuenta inevitablemente en ese momento.

– Lamentablemente. Esperamos al momento en que el médico encuentra una mancha en el pulmón, en un lunar extraño en donde no tiene que estar para decir: yo quiero vivir. O nos acordamos ante un avión que se mueve. Yo tuve un despegue de Tel-Aviv trágico, impactó un rayo al avión cuando estaba despegando, antes de subir altura crucero y todo el avión se puso a rezar. Unos mirando hacia la Meca, otros agarrando un rosario, otros gritaban. No había nadie diciendo ‘bueno, sí, hay que morir…’ Y ese día descubrí que nadie muere ateo bajo fuego.

“AL NO CREER EN UN PROPÓSITO MAYOR LA VIDA EMPIEZA A RESULTAR VACÍA”.

– Mi psicóloga solía decirme que si yo creyera en Dios, tendría mucho resuelto. ¿Por qué sirve creer en Dios?

– Porque si no creemos en Dios no le encontramos el propósito a la vida. No sé qué hay en la cima que asusta tanto, pero me ha tocado estar con muchos actores acá y de Hollywood que tienen todo lo que la mayoría sueña tener, una gran casa y cuatro Oscar sobre la chimenea, una casa en Beverly Hills y se sienten vacíos. Se quitan la vida porque no encuentran un propósito de este lado del sol. Entonces, al no creer en un propósito mayor, al no creer que tenemos que dejar una huella de modo que todos sepan que estuvimos aquí, se produce un vacío. Y la gente termina en adicciones o buscando el entretenimiento, ese que no termina nunca y después vuelve a entrar en un ciclo que termina siendo envolvente. Yo digo, si uno no cree en Dios, la vida de este lado empieza a resultar vacía.

– Dios sería igual a trascender, digamos.

– Es. Porque la vida es muy cortita, son tres días y ya vamos dos. Entonces no hay que esperar a tener una enfermedad terminal. Yo digo que tengo más pasado que futuro. Cuando llegamos a esta etapa, empezamos a cuestionarnos lo realmente importante. Uno se hace más minimalista. Como decía Facundo Cabral, uno se da cuenta de que rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.

“LA ÚNICA FORMA DE VALORAR LA VIDA ES RECONCILIÁNDOSE CON LA MUERTE”

– Te despojás.

– Dudo que vos, María Laura, digas ‘yo quiero una casa cada vez más grande, mantener más mascotas y quiero tener una jirafa y una nutria que pase por atrás. ¿No querés eso por qué? Ya tuviste confort, lo que hacés ahora es achicarte. Eso es buscar algo que esté más allá del sol. Tiene que haber algo más.

– ¿Hablás de la muerte para que pensemos en la vida?

– Tal cual, la única forma de valorar la vida es reconciliándote con la muerte, que va a pasar.

María Laura Santillán Con Dante Gebel - “LA ÚNICA FORMA DE VALORAR LA VIDA ES RECONCILIANDOTE CON LA MUERTE"

– Vos sabés que todos creemos que somos inmortales. Es muy difícil aceptar la muerte.

– Bueno, menos mal. Ahí la teología dice que Dios puso eternidad en el corazón del hombre. No lo tienen los animales, no tienen la conciencia de la finitud. Y nosotros tenemos eternidad. Nosotros siempre pensamos que vamos a ser eternos.

– Pero eso está mal.

– No, está bien, porque de otro modo no saldríamos a trabajar, no tendríamos hijos, no tendríamos pareja, no haríamos nada. Si total me voy a morir. Si supiéramos que nos vamos a morir cuándo vamos a morir… Imaginate que viniéramos con fecha de vencimiento, como los yogures, y uno dice: ¿a ver cuándo venzo? ¡No vivís más!

– En algún momento uno atraviesa algo difícil y se da cuenta que no es eterno.

– Sí, pero cuando atravesás esos momentos difíciles, ¿no te pasa que tus prioridades se ordenan? ¿Los patitos se te ordenan de modo que ya no hacés un escándalo por las mismas pavadas de antes de ese punto álgido? Yo digo siempre: mostrame una persona que sobrevivió al cáncer, por darte un ejemplo, y es una persona que no te hace más un problema por las miguitas de la mesa, porque hay tránsito. O sea, es una persona que trascendió, que estaba sintiendo el aliento de la muerte y empezó a preocuparse por problemas reales. Son muy pocos los problemas reales.

– ¿Por qué suponés que cada vez más gente te escucha y dice: ¿es por ahí? ¿Porque usás el humor como herramienta?

– Yo uso mucho el humor, sí. A mí me ayudó mucho el trauma de la pandemia, porque de pronto nos recordó que las reglas eran parejas para todos, que se podían morir el actor y el indigente, el millonario y el pobre, el ganador del Oscar, el de la Liga europea y el cartonero. Cuando descubrimos que las reglas eran parejas para todos y que se nos podía cerrar la canilla del aire en cualquier momento a todos ahí aplaudimos desde los balcones, rezábamos, cantábamos Color esperanza y Celebra la vida. Fíjate que tres mocos en el aire nos pusieron a reflexionar sobre lo que deberíamos reflexionar siempre, por las buenas. Pero obviamente somos hijos del rigor. Entonces necesitamos una pandemia para decir: uy, somos mortales de verdad. Es una generación posguerra. Cuando una generación sobrevive, lo que sobrevivimos el 2020 está muy sensible, muy sensible a escuchar este tipo de temas, porque no todo el mundo sobrevivió una enfermedad.

“TENGO SÍNDROME DE ASPERGER. TUVE QUE APRENDER A LEER LAS EMOCIONES”.

– Vi una entrevista en la que le contabas a Mario Pergolini, que tenés un autismo leve. Que tenés el síndrome de Asperger.

– El Asperger es un autismo de alto funcionamiento, dentro de todo el espectro no se lo puede clasificar exactamente. Hay algunos que se les nota más.

– A vos no se te nota.

– Yo lo tengo un poquito más resuelto. Sí, pero me cuesta. Me cuesta. Tuve que aprender a leer las emociones.

"Tuve que aprender las ironías, no las entendía", contó Dante Gebel
"Tuve que aprender las ironías, no las entendía", contó Dante Gebel

– ¿Cómo es eso?

– A leerte. ¿Qué me estás diciendo? ¿Qué intentás preguntarme? Tuve que aprender las ironías, no las entendía.

“¿MIS VACACIONES? TRABAJAR. ES COMO SI ESTUVIERA EN EL CARIBE”.

– La literalidad.

– La literalidad. Eso te da un bonus, te da algo que a la gente le produce mucha risa. Porque yo a veces explico lo obvio. Y también es un poco egoísta tener un enfoque por encima de la media. Mi vacación es trabajar.

– ¿Cómo ‘trabajar’?

– Para mí hacer esto son mis vacaciones, como si estuviera en el Caribe.

– Disfrute puro. ¿No hay vacaciones clásicas, la playa o la montaña?

– Me cuesta mucho. Me cuesta mucho. Siento que estoy perdiendo tiempo. Eso es parte del síndrome.

– ¿Y qué haces? ¿Trabajás todo el tiempo y mientras tu familia disfruta otras vacaciones?

– Y sí.

– Ser Asperger también te hace muy eficiente, por esto de hacer foco.

– Es una habilidad compensatoria. Yo la agradezco. Si pudiera volver el tiempo atrás y elegir, la elegiría porque a mí me da un enfoque por encima de la media. Yo te hago un espectáculo o un mensaje, aunque esté enfermo con COVID, deprimido, con problemas anímicos. Yo cambio el chip. Yo digo que soy el tipo más profesional que conozco, no conocí a un tipo más profesional que yo. Yo llego primero que todos, me voy último que todos. Soy el tipo más enfocado y profesional que he conocido. No conozco otro. Suena petulante, lo sé, pero no es falsa modestia. No conozco a alguien más enfocado.

– Estás tan concentrado que tu comunicación es buena, el éxito de la comunicación es la concentración y la empatía.

– Sí. Y en la oratoria yo funjo de antihéroe, me gusta mucho. No me pongo en ese coach que dice ‘te voy a enseñar. María Laura cómo tenés que vivir’. Porque la gente inmediatamente levanta una barrera que después me cuesta mucho derribar. Yo te cuento mis torpezas, cómo a mí me cuesta todo en la vida e inmediatamente empatizo. Es una herramienta maravillosa. Y el humor, la ironía, eso también es una anestesia para decir cosas muy profundas y duras.

– Entendiste desde el minuto uno que había que comunicar desde los medios, que ése era el lugar. Ahora en las redes. Que había que abrir por ahí los caminos.

– Sí, que te permite llegar a ser un ciudadano del mundo y a comunicar. Hemos hecho giras en lugares que yo jamás ni soñé que iba a viajar. Todo vendido, sold out.

"No hablo nada inglés. Porque como Asperger decidí no aprender inglés", reveló Dante Gebel
"No hablo nada inglés. Porque como Asperger decidí no aprender inglés", reveló Dante Gebel

– ¿Siempre en español?

– En español siempre.

– Hace muchos años que vivís en Estados Unidos

– 16 años. No hablo nada inglés. Porque como Asperger decidí no aprender inglés.

– Pero ya es hora…

– ¿Para qué?

– ¿No te sirve para nada?

– ¿Para vivir? Para el alojamiento es: two nights, today and tomorrow. O sea, yo me comunico a lo indio y la noche la paso ahí. Como y duermo donde quiero con el poquito inglés que sé.

– No te interesa.

– No, nada. No porque mi mundo es en español. Y porque el rico español, el idioma de Cervantes puro, se te empieza a contaminar porque el inglés tiende a resumir. Entonces yo conozco un montón de hispanos que te dicen: te llamo pa’ atrás, te aparté de la troca, te watsappeo. Empezás a usar el spanglish, que es espantoso.

– Vamos a hablar de tu faceta pastoral. ¿Sos protestante, evangelista, cristiano? ¿Cómo te definís?

– Cristiano. Sí, claro. Cristiano o no cristiano es una cuestión de fe, es lo que sos. Después, si vas al edificio a congregarte con otra gente es otra historia. Cristianos porque creen en Cristo. A mí me identifica mucho el ser cristiano, porque, insisto, no levanta esas barreras.

María Laura Santillán Con Dante Gebel - POR QUÉ CREE EN EL VOTO DE CASTIDAD PARA LOS JÓVENES: “NO REGALARTE, NO ENTREGARTE PORQUE TODOS LO HACEN“

– ¿Por qué proponés la castidad de los jóvenes? ¿Cuál es la explicación?

– Yo no la veo como una cuestión teológica o religiosa necesariamente, sino con una actitud de vida, de hacerte respetar, de no tener una amplitud que a veces termina siendo un esnobismo, ‘lo voy a hacer porque otros lo hacen’. Cuando uno tiene 11 o 12 años, recuerdo mi adolescencia, pensás ‘a ver si empiezo a fumar porque todos fuman’, ‘a ver si tengo relaciones sexuales porque me dicen que tengo 13 y todavía soy virgen’. Eso es lo que yo siempre promoví, que el sexo tendría que ser un pacto con una persona. No regalarte, no entregarte antes de un tiempo porque todos lo hacen. Yo nunca me encontré con jóvenes con convicciones que digan ‘lo hago porque me divierte’, no. ‘Lo hice porque las chicas me decían’. Ése fue mi mensaje en el 96.

“NO LE DIRÍA A NADIE ALGO QUE NO LES DIGA A MIS HIJOS”

– ¿Sostenés este mensaje en el 2024? ¿El voto de castidad?

– No le diría a nadie algo que no le diga a mis hijos. No le diría a mi hija ‘andá, tené sexo todo lo que puedas, divertite mucho, fíjate nomás que no te embarace, no te agarres una enfermedad’. Yo le diría, ¿por qué no te aseguras que realmente estás enamorada, que querés estar con esta persona?

– ¿Sexo no por deseo? ¿No por ganas?

– Porque considero que es algo demasiado profundo. Aunque peque de pacatería o de ser antiguo, yo siento que es algo demasiado profundo y que además está reservado para cierto marco, no para decir ‘lo regalo’, como si fueran caramelos.

– En estos tiempos el sexo está asociado al deseo, al goce y no sólo al matrimonio y al amor.

— Y en estos tiempos también se le dice a un nene de ocho años que puede decidir qué sexo quiere tener, cómo se autopercibe esta mañana. Y en este tiempo también se dice que al nene no hay que criarlo ni como nene, ni como nena, ni vestirlo de rosita ni de celeste, porque la genitalidad no dice que sea necesariamente un varón. Entonces yo me preocupo, porque digo es un nene, es una nena.

– ¿Hablás de eso también en los espectáculos? ¿Desde tu punto de vista?

– Claro, yo no estoy diciendo que esto debería ser la norma de la ley. Siendo papá me preocupa mucho que un nene de un año o de dos te diga según cómo se autopercibe cómo lo voy a vestir. Estoy hablando de la línea de pensamiento de lo que en este tiempo se estila.

"Siendo papá me preocupa mucho que un nene de un año o de dos te diga según cómo se autopercibe como lo voy a vestir", planteó Dante Gebel
"Siendo papá me preocupa mucho que un nene de un año o de dos te diga según cómo se autopercibe como lo voy a vestir", planteó Dante Gebel

– Estás extremando un poco lo que en este tiempo se estila. Más bien se le da permiso a determinadas identidades que aparecen.

– Claro, está bien, pero me parece peligroso transitar en una ruta que no sé si tiene vuelta atrás. El menor es chiquito o chiquita. Después tiene una edad madurativa para tomar decisiones. Me parece perfecto.

– Hay un montón de frases coloquiales que hemos escuchado y no sé si nos hacen bien o nos hacen mal. Dios aprieta pero no ahorca. ¿Aprieta Dios? Frases que hablan de un Dios que castiga también.

– Sí, ayúdate que te ayudaré, dice Dios y tampoco está en la Biblia, son modismos coloquiales.

“SI GANO LA LOTERÍA TUVE SUERTE. SI ME PASA ALGO MALO PUEDE SER QUE DIOS NO ME AME…”

– La pregunta es si para vos Dios castiga.

– No, lo entendés cuando sos un papá. Vos podés corregir a tus hijos chiquitos y a veces te estás aguantando la risa en la corrección. ¿Estás castigando? No, amo, y como amo, a veces tengo que disciplinar.

– Para no imaginar ese Dios malo que te castiga cuando te equivocás.

– O lo hacemos cargo de las cosas que nos pasan a nosotros. Decimos, ¿y cómo Dios permite tal cosa? No, somos nosotros. Hacemos lo que queremos, después tenemos las consecuencias de esa siembra y lo culpamos a Dios. O sea, si gano la lotería tuve suerte. Si me pasa algo malo puede ser que Dios no me ame.

– En esos momentos buenos vos pensás que está Dios presente.

– Siempre. ¿Sabés cuál es el campo fértil donde nadie te va a decir que no a Dios, a una oración? Es un hospital de niños. Cuando la gente dice ‘Argentina no cree en nada’ o ‘Uruguay es un país ateo’, les digo, ¿fuiste al hospital de niños? Cuando ves los papis y las mamis que están ahí hace seis meses con un chiquito, con los cañitos, con tubo endotraqueal, con sondas pleurales y le decís, ¿me deja hacer una oración? Sí, por favor. No te pregunta la religión. ‘Haga un rezo, haga una oración, por favor’. No hay un padre ateo. Nadie es ateo bajo fuego. Unos minutos antes, si la mente sobrevivió el cuerpo, uno se acuerda de Dios.

"Tengo una conferencia de una hora o un poquito menos, la cambio todas las semanas. La gente hace fila desde las 7 de la mañana para estar y se va muy feliz", dijo Dante Gebel (Fotos Franco Fafasuli)
"Tengo una conferencia de una hora o un poquito menos, la cambio todas las semanas. La gente hace fila desde las 7 de la mañana para estar y se va muy feliz", dijo Dante Gebel (Fotos Franco Fafasuli)

– ¿Cómo es la arena en Los Ángeles en la que vos das tu show? ¿Hay cruces en ese momento? ¿Hay símbolos?

– ¡No! ¡No es una religión!

– Es un show.

– Sí, aunque a algunos les puede dar urticaria que diga que es un show, pero la gente va, escucha unos músicos extraordinarios, es un espectáculo. Son los mejores músicos, han tocado con Bublé, con Luis Miguel.

– ¿Le cantas a Dios?

– Claro, la gente le canta a Dios, dice lo que hay en su corazón. Después tengo una conferencia de una hora o un poquito menos, la cambio todas las semanas. La gente hace fila desde las 7 de la mañana para estar y se va muy feliz. Por eso a mí no me gusta etiquetarlo porque alguno te dice ‘ah, no, a mí los shows no me gustan’, ‘a mí la religión no me gusta’, no es una religión.

– ¿Qué les decimos que es?

– Vengan a la reunión, a la experiencia.

– ¿Esa es tu intención, que se vayan contentos y optimistas?

– No, si no sería un comediante nada más, sino que puedan conectar con cosas profundas de la vida, tomar resoluciones intencionales, cambiar, cambiar rumbos de sus vidas. ‘Sí, la verdad que no estaba pensando en eso, no estaba valorando a mis hijos’, ‘no estaba valorando el tiempo que me queda de vida’. ‘La verdad que había hecho caso omiso a mi espiritualidad’. La gente tiene un encuentro con Dios, con su espiritualidad, con cosas profundas durante esa hora, pero con humor. No se van a encontrar con una retórica religiosa. ¿Qué quiso decir? Eso no va a pasar.

– ¿Te ningunean las instituciones religiosas? Es lo que suelen hacer.

– Siempre.

– ¿Alguno entendió y se acercó?

– Si, van. Yo tengo un doctorado honoris causa de teología y tengo las credenciales que corresponde. O sea que si pertenezco al establishment. Siempre hay gente que te dice ‘te escucho’, especialmente ahora que estoy más grande. O ‘me parece acertado’. Pastores, curas, rabinos, sí, eso ocurre. Porque lo que permanece a través del tiempo te da esa longevidad, resistir un archivo en cuanto a tu retórica. Decías lo mismo hace 30 años, seguís haciendo lo mismo. Uno se va reinventando en la forma, en la manera de comunicar, pero la esencia es la misma. 30 años atrás yo era más tímido y con un léxico más limitado, pero siempre haciendo lo mismo.

“SI PENSARA EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES TENDRÍA QUE ESTAR VIVIENDO EN ARGENTINA EN ENERO DE 2025″

– Si te presentas en algún momento a elecciones vas a tener que venir a vivir a Argentina de nuevo.

– Estás hablando de un terreno hipotético.

– Claro.

– Teóricamente la Constitución dice que tendría que si pensara, por ejemplo, en las próximas elecciones, tendría que estar viviendo en Argentina a partir enero del 2025.

– No va a pasar. ¿O sí?

– No descarto nada. Basta el día con su afán. Vivo un día a la vez.

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