Carlos José Retegui, más conocido como Chapa, es un ex jugador de hockey, político y entrenador. Integró la selección argentina durante 17 años, participó en tres Juegos Olímpicos consecutivos y ganó tres medallas de oro y una de plata en los Juegos Panamericanos.
Como entrenador dirigió al Deportivo Terrassa de Barcelona, con el que salió campeón de España y de Europa. En 2008, reemplazó a Sergio Vigil al frente de la selección masculina de hockey en Argentina.
Durante su gestión, el equipo albiceleste obtuvo el tercer lugar en el Champions Trophy de 2008, un histórico tercer puesto en el Campeonato Mundial 2014 y la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 2015. En 2016, el conjunto nacional se consagró campeón olímpico en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
En 2009, se convirtió en el sucesor de Gabriel Minadeo como entrenador de la selección femenina de hockey con la que salió campeón en el Campeonato Mundial 2010 que se disputó en Rosario, tierra de Luciana Aymar.
Al mando de esa selección obtuvo los Champions Trophy 2009, 2010 y 2012, el segundo puesto en 2011, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y el tercer puesto en el Campeonato Mundial 2014.
En 2015, Retegui decidió involucrarse en política. Fue concejal en el Partido de San Fernando, lugar donde nació y se crio, y luego asumió la responsabilidad de ser Secretario de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires.
Es padre orgulloso de la jugadora de hockey sobre césped Micaela Retegui y el futbolista Mateo Retegui, quien actualmente juega para el Genoa Cricket & Football Club y la Selección italiana de fútbol.
Deportistas de selección
Leo: — ¿Qué ves a los deportistas de selección?¿Cómo es su realidad en Argentina?
Chapa: — El deportista le da la vida a la selección. Le da la vida para representar a la Argentina en un Juego Olímpico o en un Mundial. Dejan de jugar y al día siguiente son olvidados. No tenés obra social, no tenés jubilación, no pudiste estudiar porque te preparaste para representar a tu país. La Bandera Argentina flameó en lo más alto, que es la mejor publicidad que le puede dar al país porque que Del Potro gane tal torneo US Open lo ve el mundo. La Bandera Argentina con Juan Martín o con Manu o con Fangio flamea y el mundo los ve.
Leo: — La foto de Messi del mundial en Instagram es la más likeada de la historia de las redes sociales, por ejemplo.
Chapa: — Es la mejor publicidad de la Argentina. La política tiene que tomar de embajadores a los deportistas. Por algo Nelson Mandela pidió a Hugo Porta que sea embajador de Argentina en Sudáfrica. Las glorias del deporte usémoslo para que vean al país y no digan más “Argentina: sudacas”. Yo viví en Europa y cuando me decían “sudaca” me enojaba mucho. Nosotros cuando estamos unidos hacemos las cosas bien, pensamos en equipo, tenemos la mentalidad de no salvarnos solos. Nos preguntamos cómo estamos. Pero también somos un país exitista. Hasta que Lio no ganó la Copa América, la pasaron mal tanto él, como Di María, Higuaín. Hay una frase que dice: “No te dejes criticar por alguien que nunca hizo nada”. Entonces, decís basta y las redes sociales hacen que esto sea para peor. En el caso de Higuín es un chico que podría haber jugados algunos años más en la selección y se retiró por la crítica porque son seres humanos que sienten, que son emocionales, sensibles, que por más que sean megamultimillonarios, eso no tiene nada que ver porque a la hora que vienen a jugar se ponen la celeste y blanca; y te dan la vida. Agüero te da la vida.
Leo: — ¿Se disfruta el deporte de Elite?
Chapa: — Sí, yo lo disfruté en cada espacio en donde estuve, que después estés triste muchas veces, pasa. A lo mejor en el momento de mayor éxito, campeón del mundo 2010, campeón olímpico 2016, los mundiales de 2014, a lo mejor son los momentos de mayor tristeza. Soy una persona sensible y a lo mejor el bajón me pega después de la competencia, pero sí disfruté. Yo no tengo nada de qué quejarme de mi vida. Tengo una vida hermosa, tengo a mis papás, a mis hijos, los puedo disfrutar, los puedo acompañar, tengo salud y agradezco. Soy un tipo agradecido de lo que me pasó en la vida. Sí me tuve que romper el lomo, vengo de una familia de clase media un poquito para abajo. Mis viejos siguen laburando, con 81 y 78 años, siguen laburando, en sus canchitas de fútbol 5 en el Talar de Pacheco. Pero me criaron con tracción al trabajo y no había otra. Hoy puedo estar un poquito más relajado en ese aspecto y acompañar más a Mica y a Matu.
Leo: — ¿Cuándo sos entrenador el compromiso es 24/7?
Chapa: — Sí, el compromiso es 24/7 porque el entrenador piensa todo. No solamente qué táctica va a utilizar, cómo piensa el equipo rival, qué estrategia va a utilizar, la programación de los entrenamientos, la planificación del torneo, si la almohada es buena cuando van a concentrar, la cancha, si la carpeta de la cancha está limpia, los materiales, la bocha, los dirigentes, el desgaste con los jugadores con el equipo técnico. El entrenador tiene que pensar en todo, los viajes, que el vuelo sea corto… yo creo que la suma de detalles es lo que marca la diferencia. Lo que pasa es que uno, viviendo en Argentina, dice: “Es imposible llegar a ser el mejor del mundo”. Y el básquet lo logro, el hockey, el fútbol lo logró, el vóley está cerquita, el rugby en el Seven lo logró. El país necesita infraestructura de deporte, sin ninguna duda. Para los deportes individuales, fundamentalmente, para que los chicos encuentren espejos en atletismo, remo, canotaje, judo, deportes de contacto…
Leo: — Aun con los problemas infraestructurales que tiene históricamente Argentina en materia deportiva, ¿por qué sigue alcanzo logros tan importantes?
Chapa: — Yo estoy convencido de que el recurso humano en Argentina tiene un valor incalculable, como somos los argentinos. Pero no hablo solo del deportista, hablo del científico, del actor, del investigador y del que va a lavar copas a España en la crisis del 2001. Y después de todas las cosas que vivimos y vamos viviendo, incluso lo charlé hace poco con mi hijo Matías, todas las peripecias que uno tiene que hacer para poder llegar yo creo que otros países, sobre todo del hemisferio norte, saquemos a Australia y a Nueva Zelanda, que son otro mundo directamente, eso de luchar, de no bajar los brazos, de la piedra en el camino, de perseverar, de superarse, de que la adversidad es constante en la vida, tener que tomar 3 o 4 bondis, tener 3 o 4 laburos para poder llegar, creo que eso nos hace no diferentes, pero sí nos da un valor agregado en lo que sea.
Política
Retegui incursionó en política en 2015, al ganar las elecciones y asumir como concejal del Partido de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires, cargo que ejerció hasta 2019.
En el periodo 2022-2023, se convirtió en el Secretario de Deportes del gobierno porteño con el objetivo de poder impartir su experiencia deportiva e implementar mejoras en el ámbito deportivo de la ciudad.
Leo: — ¿Con qué chocaste en la política? ¿Qué te gustó y qué no te gustó?
Chapa: — Cuando me llamaron yo dije: “Vengo a sumar y a construir, si me llaman para destruir no cuenten conmigo” porque yo quiero seguir yendo acá al café de la plaza San Fernando, con mi papá y mi mamá, mientras vivan, y que la gente no me putee. Si vos hacés las cosas bien, si le ponés lo mejor, hay cosas para hacer. Siempre falta porque vivimos en la Argentina, que el presupuesto no es infinito ya lo sabemos. Pero uno trata de hacer las cosas mejor para el deporte. Vamos aprendiendo, nos equivocamos… Como les dijo a mis hijos: “Yo soy esto como papá. No fui a la universidad del papá a estudiar cómo es ser padre” (risas). Es día a día y si bien para un cargo te tenés que preparar, que de hecho me he preparado a través de la experiencia y la vida del alto rendimiento y la alta competencia. No es alto gano siempre. Si bien a mí me tocó ganar un montón de veces, también me tocó no ganar un montón de veces y me refiero a la medalla porque después gané siempre. En mi vida gano porque si yo me quedo vacío, si yo te doy mi mejor versión y no dejo ningún detalle librado al azar y juego con las potencias Alemania, Inglaterra y Gran Bretaña, Australia, con los presupuestos siderales que tienen, la infraestructura, la educación que tienen desde que nacen, y nosotros parece que vamos con el freno de mano puesto. Tengo 54 años, espero antes de irme que recapacitemos todos y podamos construir una Argentina que todos sabemos que es hermosa.
Leo: — ¿Es una experiencia positiva la política en tú vida?
Chapa: — Yo creo que pude dar luchas que la política entendió que hay que dar para mejorar la infraestructura, fundamentalmente. La política también entendió el apoyo del trabajo social que va de la mano con la parte educativa, pero hay mil batallas más que dar. A mí me parece que el deporte tiene que ser un pilar fundamental de la sociedad en un país. La educación y el deporte van de la mano; y me parece que si uno ve a las grandes potencias, los países desarrollados, se da cuenta que son simétricos educación y deporte. Hay que hacérselo entender a la política, ni un partido ni del otro, todos los partidos políticos. El deporte saca a los pibes de los malos hábitos, de las malas compañías. Hoy la droga está en todos lados. El deporte contiene, te focaliza. Tenemos que pensar a largo plazo.
La relación con Tevez
Retegui estaba al frente de la Secretaría de Deportes de la Ciudad de Buenos Aires cuando le llegó una propuesta de la mano de Carlitos Tevez para integrar el equipo técnico de Rosario Central, que el Apache comandaría.
Sin embargo, sus compromisos previamente asumidos con la política le impidieron tomar ese nuevo rol deportivo y su baja en el proyecto afectó la relación de amistad que ambos tenían.
Luego de que se conociera que el ex entrador de Las Leonas no se involucraría en el mundo del fútbol, Tévez criticó esa decisión y públicamente lo consideró una traición. “El fútbol no es para cagones, en el fútbol hay que ir al frente”, sentenció en una entrevista.
Leo: — ¿Cómo está hoy la relación con Carlitos Tevez? Porque ustedes son o eran muy amigos...
Chapa: — Muy amigos. Yo lo amo a Carlos. Es una persona que quiero, que valoro.
Leo: — ¿Qué fue lo que pasó?
Chapa: — A lo mejor yo estuve mal en decir que sí al proyecto. Después me di cuenta que no podía acompañarlo. Estábamos trabajando hace un año, preparándonos todo el grupo, con Carlos, con sus hermanos, con los profes, habíamos ido a Europa y cuando surge lo de Rosario Central estábamos en la casa, justo. Y viene el llamado y yo le digo: “Sí, vamos”. Después me doy cuenta que realmente no podía acompañarlo porque tenía un compromiso con mucha gente que estaba trabajando incansablemente, recién agarrábamos la Secretaría de Deporte (de la Ciudad de Buenos Aires), el proyecto iba a ser más para adelante y no dieron los tiempos.
Leo: — ¿Cuándo le dijiste que no podías afrontar el desafío?
Chapa: — Al día siguiente, a la mañana, fui a verlo y le dije: “Carlos no puedo”. Yo lo entiendo, lo entendí. Mis sentimientos con él no van a cambiar. Él sabe que yo no soy ningún cagón. Yo lo quiero y lo que hizo Carlos en el deporte es algo mágico. Está al nivel de Di María, que son pibes extraordinarios a quienes se los critica, vivimos en una sociedad que es una locura.
Leo: — Han criticado a Messi también…
Chapa: — Hasta que no ganó la Copa América era criticado. Entonces, decís: “¿No me van a criticar a mí, a putear? Que no soy nadie”. Putearon a Vila, a Fangio… Pero volviendo al tema, yo tengo palabras de agradecimiento con Carlos porque que él me haya abierto las puertas de su casa, con su familia…
Leo: — ¿Se cortó el vínculo?
Chapa: — No volví a hablar desde el día que hablamos y le dije que no lo podía acompañar. Entiendo su enojo, yo le deseo lo mejor porque lo quiero.
Leo: — ¿Te gustaría volver a hablar o no es necesario?
Chapa: — A los amigos se los quiere como son. A mis amigos no los quiero cambiar. Yo no hablé nunca más con Carlos, pero lo tengo en mi corazón y voy a estar siempre, independientemente de que él no necesite tener un vínculo conmigo. Yo estoy agradecido a Carlos y a sus hermanos, que son unos chicos bárbaros. Lo que viví con él, las charlas, el mano a mano, los viajes, vale mucho más que un enojo en donde yo lamentablemente no lo pude acompañar aunque me moría de ganas.
Leo: — ¿Te gustaría aún hoy meterte en un staff de fútbol?
Chapa: — Sí, yo tengo ganas. Hockey no piso más una cancha, no tengo más ganas, pero fútbol sí.
Cuestionario Random
Leo: — ¿A quién te hubiera gustado enfrentar? Es válido cualquier deporte
Chapa: — A Jordan. Uno contra uno, no le dejo tocar la pelota (risas). Algo iba a ser. No iba a llegar a 25 puntos.
Leo: — ¿A quién te hubiera gustado dirigir?
Chapa: — A Diego Maradona en el momento más difícil de su vida. Cuando tuvo los problemas con el tema de las adicciones. En Napoli porque cuando los jugadores están arriba, están los amigos del campeón y no están los que le dicen que no o los que lo agarran de la mano y lo frenan. A Lio también me hubiera gustado dirigir.
Leo: — ¿A quién te gustaría conocer?
Chapa: — Me gustaría preguntarle hoy a Putin por qué no para la guerra, la invasión. Me gustaría tener una chala con él. Yo creo que una de las personas que podría haber hablado con Putin era Diego. El que sabe las anécdotas del Mundial de Rusia, sabe que con Diego era especial. A mí me gustaría hablar con él y parar la guerra. Hablar con Biden y decirle que termine la pobreza en el mundo. Hablar con Macron, con los grandes lideres del mundo, Xi Jinping y que erradiquen la pobreza del mundo.
Leo: — ¿Con quién te quedarías solo en la luna?
Chapa: — Con mis hijos.
Leo: — ¿Con quién tendrías la última cena de tu vida?¿A quién sentarías en esa mesa?
Chapa: — Mi última cena sería con mis hijos, mis papás, mis hermanos y mi pareja. Con ellos estaría.
Leo: — ¿A quién de ellos elegirías para hablar en tu funeral?
Chapa: — Yo creo que un buen silencio y que me dejen ir en paz y tiren las cenizas en la orilla del río y un poquito en Pinamar y otro poquito en Mar del Plata, en Playa Grande; y me voy feliz. Dono todos los órganos, porque hay que donar, y lo que queda que me tiren en el club San Fernando, en Pinamar y en Mar del Plata. Quiero que me recuerden como un tipo que fue de frente, que fue calentón, pero que fui siempre de frente y que no le tuve nunca miedo al poder, a que me callen, a que me silencien y que siempre fui me mejor versión, con errores. Tuve muchos errores en mi vida, me arrepiento, pido perdón, pero también siempre di lo mejor de corazón.