Yayo Guridi con María Laura Santillán: “Milei parecía un integrante más del elenco de ‘Sin Codificar’ ”

Cómo fue que Milei se acopló al delirio del programa y lo supo aprovechar. La otra vida de Yayo: es licenciado en economía, fue admirador de Cavallo y trabajó como funcionario público en Córdoba. El abuelo Yayo que está muerto de amor y descubrió un mundo impensado. La ‘máquina’ a los 60 ¿responde como antes? Por qué hoy elige y con quiénes trabaja

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María Laura Santillán Con Yayo

Yayo, sabemos todos, estuvo durante muchos años en programas de televisión en horario central muy exitosos: Videomatch y Sin Codificar. Hoy se destaca en Olga, por streaming, donde interactúa con el personaje de Julián Kartun ‘Caro Pardíaco’. Yayo es José Carlos Guridi, licenciado en Economía. Se recibió en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, fue asesor de la Subsecretaría de Ingresos Públicos y está acá para hablarnos de la economía del país, de cómo estamos atravesando la economía.

– (risas) Podemos decir que el dólar va a estar entre los 100 y los 2.000 $ mañana y quedamos bárbaro.

Durante su etapa de estudiante en Córdoba, Yayo seguía al profesor Domingo Cavallo, antes de que fuera ministro de economía del gobierno de Carlos Menem.

– La cosa fue así. La carrera nuestra en la década del 80 tenía pocos años y uno de los profesores era Domingo Felipe. El problema fue que cuando nosotros llegamos a la instancia de tenerlo se lo trajo Menem para acá a Capital para que se hiciera cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Así que no lo pudimos agarrar. Tenerlo como docente, esa era la historia.

– Tuviste dos vidas.

– Paralelas. Y en un momento hubo que cortar y dedicarse a full a la otra vida para ser profesionales.

– Hoy, ¿mirás las cotizaciones de la bolsa? ¿Seguís las teorías económicas?

– Sí, leo, me informo sobre todo. Por ahí me agarra la etapa de ponerme a leer y a lo mejor me como tres, cuatro libros en un mes.

El quiebre fue en el 93, 94, cuando empezó en Videomatch. A partir de ahí nunca más paró. En Videomatch y Sin codificar, dos programas que son parte de la historia de la tele.

– Ahí ya estaba cama adentro, directamente. Le pudimos dar una continuidad de trabajo. Viniendo del interior es muy importante que Buenos Aires nos abra los brazos de esa forma.

"Yo decía que cuando fuera
"Yo decía que cuando fuera un poquito más grande quería tener la oportunidad de vivir en Buenos Aires", dijo Yayo Guridi (Fotos Nicolás Stulberg)

– ¿Fantaseabas con venir a Buenos Aires?

– Sí. A mí siempre me gustó Buenos Aires, nos hacíamos escapadas en la década de los 80, cuando venían músicos muy importantes de afuera, nos veníamos en el tren a Retiro, Pat Metheny, Chick Corea por ejemplo. Me encontré con una ciudad que me encantó. Yo decía que cuando fuera un poquito más grande quería tener la oportunidad de vivir en Buenos Aires. Nos creíamos en un mundo distópico, como se le dice ahora, se nos empezó a meter el cuarteto, pero a la vez teníamos muchos amigotes que estudiaban en una escuela emblema del jazz, La colmena, donde surgieron los músicos del Centro que grabaron con Litto Nebbia, o estaban en la banda Jade de Spinetta, músicos muy importantes. Teníamos el cuarteto y el jazz al mismo tiempo.

– Cordobés, nacido en Villa María, hincha de Belgrano de Córdoba y dueño de una tonada que nunca se modificó. Cordobés, pura cepa.

– Cuando vuelvo a Córdoba me doy cuenta que mis amigos están muy cordobeses. A mí se me ha ido un poquito, se me ha lavado. Sin darte cuenta lo vas perdiendo. Te vas contaminando con los personajes y se te va lavando el acento. Viene de los comechingones que tenían esa cadencia. Los españoles, enseñaron el español a los comechingones, pero ellos conservaron el acento. De ahí sacan la conclusión de que uno aprende un idioma nuevo, pero sigue conservando la tonada de su lugar original.

Yayo creó incontables personajes y sketches inolvidables y es dueño de una capacidad de improvisación y de una gestualidad única. Pero además parodia muy bien a los músicos.

– Pero también sos muy famoso porque te tentás cuando estás trabajando. Digamos que la tentación es un plus.

– Sí, no la puedo contener. Nos hemos criado a los cachetazos en la nuca. No venimos de un palo formal de Conservatorio o de alguna institución importante donde te enseñan a contener un poco tus emociones. A mí no me pasa, no puedo. Algo que me tienta, me tienta y no tomo dimensión de dónde estoy. Puedo estar en un auditorio en silencio y si algo pasa no lo puedo contener. Y además, con los compañeros con que uno labura es imposible, es muy difícil.

– Te tentás todo el tiempo. Es tu marca registrada también.

– No es buscada. No, no, no, me surge.

"Algo que me tienta, me
"Algo que me tienta, me tienta y no tomo dimensión de dónde estoy. Puedo estar en un auditorio en silencio y si algo pasa no lo puedo contener", contó Yayo Guridi en entrevista con María Laura Santillán

– Tu tentación es un chiste en sí mismo. ¿Quién te tienta más de todos tus compañeros?

– No, no puedo elegir. Son muchos, no se merecen que los deje afuera. Pero sí, todos los compañeros ‘Sin codificar’. En el streaming de Olga que estoy haciendo los pibes me pueden por todos lados. Ya saben a dónde ir a buscarme. Van directo ahí, a los tobillos o a las rodillas. Entonces, más me doblo.

– Cuando habla el personaje Caro Pardíaco no podés ni hablar

– No, directamente no puedo hablar. Ya la veo venir. La veo entrar y ya es empezar a morderme los labios.

– Te reís tanto ¡que se te ve llorar cada vez que habla! Es muy simpático. Hay que tener talento para reírse.

– Es incontenible. Aparte te saben… en la primera saben que te golpearon y en vez de retirarse van a buscar el otro golpe y así llega una seguidilla… Si aguantaste la uno y la dos, la tres no la aguantás.

– A pesar de que te conocemos todos, porque además las nuevas generaciones conocen tus sketches que hoy se repiten por las redes, poco y nada supimos y sabemos de tu historia y de tu vida privada. Mantuviste un perfil muy bajo. Tuve que investigar para saber, por ejemplo, que estás con la misma mujer desde hace 42 años.

NOS CONOCIMOS EN CUARTO GRADO Y ACÁ ESTAMOS”.

– Dejame sacar el cálculo. Está bien sacado, año 82. Ya a esta altura es más una socia de la vida. Hemos compartido hijos, una nieta, queda mucho por andar todavía. Nos conocimos en el colegio, en Villa María, allá por 4º grado. Y acá estamos.

– ¿Es muy difícil después de tantos años elegir una cosa de las que más te gustan de ella? Dale, quedá bien con ella.

– Tiene todas las vacunas puestas, no hace falta que le diga nada. Me conoce, nos conocemos mucho, mucho más ella a mí.

–¿Con nada la conmoverías públicamente?

– ¿Públicamente? No, por ese lado no me la voy a ganar.

– Tienen dos hijos y una nieta que imagino que te rompió la cabeza. Hizo el dibujo que se ve en la remera que tenés puesta. ¿Ámbar?

– Ámbar, lo hizo cuando tenía cuatro años, están muy buenos los colores que usa. Sí, es descubrir un mundo impensado. A lo largo de toda tu vida vos no estás pensando que vas a ser abuelo. Es totalmente sorpresa la relación que empezás a tener con los nietos. Tuve la gran suerte de poder tenerla cerca y empezar a construir una relación muy especial. Ya somos amigotes, compinches. Una o dos veces a la semana la veo.

María Laura Santillán con Yayo - EL ABUELO QUE ESTÁ MUERTO DE AMOR: "MI NIETA ME DICE YAYO, ES DESCUBRIR UN MUNDO IMPENSADO”

–¿La vas a visitar?

– Sí. O viene ella, tenemos una continuidad. Y si no nos vemos está la tecnología de por medio, la señorita hace videollamada por alguna aplicación.

– ¿Cómo te dice a vos tu nieta?

– Yayo (sonríe)

– Estás muerto de amor. La cara que no pusiste cuando te pregunté por tu mujer buscando una emoción se encontró acá muy fácilmente.

– Sí, es que es otra historia ser abuelo. Lo lindo es la devolución que uno va teniendo del otro lado, que es impensada también. Vos decís: tiene su mundo, una edad tan distante de la de uno, y sin embargo constantemente está tratando de buscar que nos hablemos, que nos veamos.

– ¿Qué tienen en común?¿Hacen alguna actividad juntos?

– Sí, dibujamos, escuchamos música, armamos playlist. Tiene una playlist que ya tiene tres o cuatro años donde vamos compilando todos los temas que está escuchando. Le vamos agregando temas o le vamos sacando porque algunos ya no le gustan. Estuve en el momento en que nació, la tuve en brazos al otro día, hasta hoy que tiene seis años.

– ¿Te ve en la tele, en Instagram, en los shows?

– Sí. Lo último con que se enganchó fue cuando en 2022, hicimos ‘¿Quién es la máscara?’ en Telefe. El momento en que me saco la cabeza del traje de ogro, no sé cuantas veces lo habrá visto. No sé qué le ve, pero entra en un loop de verlo al abuelo sacándose la máscara de ogro. Ahora está entrando en una etapa donde las cosas muy infantiles ya no le llaman tanto la atención, va creciendo la señorita.

– ¿Es difícil hacer humor con los nuevos códigos? Muchas cosas ya no se hacen, hay un doble sentido que ya no se usa, hay cosas que ya no se dicen. Por ejemplo, no se habla de los cuerpos en este tiempo. ¿Hay cosas que hay que replantearse?

– Uno que no tiene la licencia de la juventud, perdió ese gustito a pibe atorrante, desde ese punto, sÍ, te tenés que replantear. Pero se siguen haciendo ahora, se harán por otros canales, serán más privados, más de nicho, con menos intensidad tal vez. Se siguen haciendo. Pasa que a uno ya no le cabe. Yo voy a cumplir 60 años, ya no causa gracias lo que yo podía hacer a los 25 o a los 30.

“HAY COSAS QUE A UNO YA NO LE CABEN. POR MÁS QUE LA GENTE TE DÉ EL CRÉDITO QUEDO COMO UN VIEJO CHOTO VERDE”.

– ¿Qué es lo que no podés hacer a esta edad?

– El humor que hacíamos en el 2000, 2001. Por más que la gente te dé el crédito ya no se pueden hacer. Hagamos un paralelo con lo que hacíamos en esa época, hablando claro yo quedo como un viejo choto verde. Ya no tengo ese handicap, no tengo ese crédito.

"La ropa te habrás dado
"La ropa te habrás dado cuenta que es algo que no me interesa mucho en esta vida", expresó Yayo Guridi

– De viejo no tenés nada.

– ¿No? Mientras uno no pierda la espontaneidad, que no sea algo forzado, que sea un toque, vaya y pase. ¿Pero buscar deliberadamente hacer esos chistes? No, no da. Los personajes que a mí me encantaban en la época de los 70 y 80 los intentan hacer después de tanto tiempo y ya no es lo mismo.

– Te autopercibís ‘grande’, pero en el look que elegís tener no se te ve grande. ¿Te cuidás?

– Me cuido mucho (risas) No, la verdad que no. La ropa te habrás dado cuenta que es algo que no me interesa mucho en esta vida. Me voy vistiendo con lo que me regala mi nieta o los hinchas de Belgrano. No es algo que me preocupe la ropa. Es muy probable que todo lo que tenga puesto sea regalado.

– Si tenés un evento, ¿qué haces?

– O me prestan ropa, o más o menos me armo para zafar. Me han gastado un montón de veces. Un diseñador me agarró una vez en un evento y me volvió loco.

– ¿Te cargan por cómo estás vestido y no te importa nada?

— Nada.

– ¿No te cuidás? Hay una edad en que uno se da cuenta que no va a ser eterno.

– No es que te cuides, ya la máquina no te empieza a responder como antes, esa es la historia. Entonces sí o sí te tenés que cuidar. El tema de Rodrigo dice ‘se para el lunes porque hay que descansar de todo lo que bailamos. Y el martes en caravana otra vez’. Nosotros a los 20 años hacíamos esa vida de martes a domingo y se paraba el lunes. Esa vida no se puede hacer más hoy en día. Y no es que te estés cuidando, no te da la máquina, no te da la máquina. Y empiezan a jugar otros componentes. Poder disfrutar de tu familia el mayor tiempo posible.

“EMPECÉ A ELEGIR LOS TRABAJOS PORQUE SÉ QUE ME VOY A DIVERTIR CON LA GENTE QUE TENGO ALREDEDOR”

– ¿Trabajar menos?

– Claro, empecé a decidir los trabajos porque sé que me voy a divertir con la gente que tengo alrededor. En el teatro estamos con ‘Tom, Dick y Harry’. Yo de teatro no entiendo nada y me presentan una comida inglesa. Imagínate leer un libro de dos autores ingleses, qué sé yo si es buena o mala, si nunca hice teatro. Cuando vi el elenco y la gente que iba a trabajar, dije: ¿por qué no? No puede salir nada malo de esto. Decido por la calidad de la gente que va a estar, porque sé que la voy a pasar bien. Es más para errarle que para embocarle, porque si no sería muy fácil esta carrera. Pero la estamos embocando.

María Laura Santillán con yayo - ENTRÁS EN RITMO Y DECÍS: ¡MIRÁ, ME DA LA MÁQUINA TODAVÍA!

– Te describías recién a vos mismo trabajando menos, haciendo una vida más reposada. Sin embargo, estás en el teatro todas las noches, estás haciendo streaming, estás en las redes con cosas propias. No parece que estuvieras reposando.

– ¿Viste que te van llevando sin que te des cuenta? Has elegido bien, entrás en un ritmo y decís: mirá! me da la máquina todavía!

– Empecemos de nuevo. ¿Cómo estás de la máquina?

– (risas) Aguanta, aguanta.

– Hace un ratito estabas hecho pelota. Dijiste que estaba grande.

– Laburar con gente con buena leche hace que te dé más energía de la que vos pensabas.

– Extraño ´Sin codificar’. ¿Vos?

– Indudablemente, indudablemente. Pero por ahí hay cositas que hay que dejarlas descansar y a lo mejor buscar que vuelva al teatro ‘Sin codificar’. Por el lado de la tele dejarlo descansar. 12 años. Con años muy intensos.

– Los años en Telefe fueron muy intensos.

– En un año hemos quemado casi cuatro años de material. El primer año, sobre todo.

“JAVIER MILEI TENÍA UN ESPECTÁCULO TEATRAL Y EL PROGRAMA LE VENÍA BÁRBARO. TENÍA QUE QUEDAR EN ‘SIN CODIFICAR’ SÍ O SÍ”

– A ‘Sin codificar’, fue Javier Milei, el presidente. No una, ni dos, por lo menos tres veces. ¿Cómo llega Javier Milei a hacer su show en el programa?

– Javier venía haciendo ruido en el ambiente de la política. No sé si te acordás que él tenía una especie de espectáculo teatral.

– Pero no invitaban ustedes a políticos.

– Es que no tenía ese rótulo de político, tenía el rótulo de un outsider que venía a romper con todo lo preestablecido. Muy bien sostenido por un discurso sólido, no es que estaba tirando cohetes y a ver qué se me ocurre, que digo para ver qué impacto logro. El tipo estaba muy bien basado. Y el programa le venía bárbaro y le vino bárbaro porque después los resultados fueron fantásticos. Era una persona que en algún momento tenía que quedar en ‘Sin codificar’ sí o sí.

María Laura Santillán con Yayo - MILEI PARECÍA UN INTEGRANTE MÁS DE SIN CODIFICAR
“MILEI SE ACOPLÓ DE UNA AL DELIRIO DEL PROGRAMA, NO HUBO QUE EXPLICARLE NADA LO QUE HABÍA QUE HACER”

– Él dijo: este programa delirante me puede servir, evidentemente.

– E indudablemente sí, pero aparte lo supo aprovechar el mismo, porque se acopló de una al delirio del programa, no hubo que explicarle nada lo que había que hacer. Mirá que era una parada jodida, una gran tribuna en vivo. Éramos cinco o seis personajes dándole vuelta alrededor, y el tipo supo manejar en todo momento a donde íbamos, a donde quería ir él. Manejar esa locura del momento. Aunque parezca sencillo, había que meterse ahí. El loco parecía un integrante más del elenco, entendió todo desde el momento cero.

“EL LOCO PARECÍA UN INTEGRANTE MAS DEL ELENCO. ENTENDIÓ TODO DESDE EL MOMENTO CERO”.

– ¿Alguien hizo lazo con Milei en ese momento? ¿Quedó buena onda?

– Sí. A tal punto que estuvo volviendo durante tres años. Después no hicimos más el programa. Hemos recibido algún rebote, ‘mándenles saludos”, quedó una relación muy buena. Como con todos los invitados que pasaron por el programa, por suerte siempre hemos tenido esa virtud.

– Cuando se presentó como candidato a presidente ¿qué pensaste?

– Que realmente tenía posibilidades. Porque ya venía con un refresco que no tenían las otras opciones políticas.

– ¿De decir lo que no se decía?

– Si, exactamente. Yo creo que en gran parte era eso y en cierta forma estos primeros meses está mostrando la voluntad de cumplir con lo que venía pregonando a lo largo de todos estos años. Creo que eso es lo que rescata a la gente, algo de legítimo.

– Irreverente sigue siendo.

– No perdió esa virtud, no la ha perdido. Y como todo nuevo proyecto, te guste o no te guste el partido que esté gobernando, hay que desearle que le vaya lo mejor. Si le va bien a él eso se va a reflejar a nivel país.

– Dijiste que es una virtud ser irreverente. ¿Es una virtud?

– Es una virtud saber cuándo hacerse el irreverente. Andar por la vida y ser irreverente en lugares donde no hay que serlo puede jugar en contra, pasás a ser un desubicado. Yo creo que hay que saber el lugar y el momento, ahí sí el irreverente cobra calidad ¿Qué lindo lo que dije, no? (risas) Sonó hermoso (risas)

"Es una virtud saber cuándo
"Es una virtud saber cuándo hacerse el irreverente", aseguró Yayo Guridi

– ¿Ya lo seguías a Milei? Sos economista. Hacías un sketch en ‘Sin Codificar’, en un programa delirante, con el que hoy es presidente. Y escuchabas lo que decía de economía como economista que sos. ¿Vos entendés el delirio que estamos planteando? O sea que una parte tuya, además de hacer el sketch, escuchaba lo que tiraba el tipo.

– Y claro, lo tenía que escuchar porque por ahí me daba pie para un ‘quiero retruco”.

– ¿Milei sabía que vos eras economista?

– Sí, él sabía.

– Había un ida y vuelta con eso.

LO INÉDITO ES QUE NOSOTROS NO QUERÍAMOS POLÍTICOS EN EL PROGRAMA, RECIBIMOS MUCHA PRESIÓN PARA TENER A POLÍTICOS”

– Claro. Lo inédito era que nosotros no queríamos políticos en el programa, pero él venía de un palo que no era político. Recibimos mucha presión para tener a políticos y siempre dijimos que no.

– ¿La presión de dónde venía?

– Te llega de diferentes formas. Alguien de arriba te dice que estuvo con tal y que estaría bueno que apareciera en el programa justo tres meses antes de un año de elecciones. Y nos pusimos firmes entre nosotros y dijimos no, cero político.

– ¿Sabés lo yo pagaría si me dieras los nombres de los políticos que querían aparecer en ‘Sin codificar’ con un micrófono?

– Sí, me los acordara te los diría. Era una vorágine diaria, ya ni te acordás quiénes eran. Era muy gracioso porque te decían: los hijos de tal persona son fanáticos del programa, quieren saber si pueden venir al programa. Claro, ¿cómo no? Pueden venir. Los domingos al programa venían colegios de Temperley, de Remedios de Escalada, de Lomas de Zamora, de todas partes. ‘El padre quiere saber si puede acompañar a los hijos’. Sí, cómo no, que venga. ‘El padre quiere saber si además de acompañar le pueden dar un micrófono para decir…’ O sea, ¿qué es lo que quería? Quería hacer un discurso en el programa nuestro. Si entrábamos en esa, rompíamos el programa. Y por suerte la piloteamos bastante bien, entendieron que no queríamos a políticos en el programa.

– El único que estuvo fue Milei.

– Claro, pero no como político. Venía como un outsider muy interesante. Al programa le venía fantástico.

"Es muy meritorio todo este
"Es muy meritorio todo este tiempo que estamos en la calle Corrientes y la obra se lo merece porque está muy buena", dijo Yayo Guridi (Fotos Nicolás Stulberg)

– ¿Tenés esperanza en este gobierno?

– Yo siempre tengo esperanza. Siempre se renueva. No las podés perder. Hay momentos, altibajos, que decís ‘loco, de mi parte ya estaría’... Pero tenés que estar buscando cositas, pequeñas lucecitas o como lo quieras llamar y agarrarte para que se renueve la esperanza, porque sino, no vamos a ningún lado.

– Una de las cositas de las que te agarrás es que hace más de un año que estás en teatro, en una comedia inglesa.

– 16 meses llevamos ya. Teniendo en cuenta la situación, el lugar, la calle Corrientes... No te espera tanto tiempo la calle Corrientes. Es un elenco bastante inédito porque venimos cada uno de un palo muy diferente y un director que debuta. Nico Cabré que es un hallazgo, si se dedica le espera una carrera como director brillante. Era más para no apostar que pa’ ponerle unas moneditas. Es muy meritorio todo este tiempo que estamos en la calle Corrientes y la obra se lo merece porque está muy buena.

– Tenés una gran capacidad de repentización, sos un improvisador. Esto es lo contrario, hoy hacés el mismo texto todos los días.

– Es aprender una actividad nueva. Acá al teatro se viene a repetir, sobre todo en este tipo de obras.

– Se me ocurre que Nico Cabré debe ser muy disciplinado, muy estricto.

– Y sí, porque nosotros le damos motivo para que sea así, porque si nos levanta la pata 15 días empezamos a irnos a la banquina. Por suerte él sigue estando ahí, corrigiendo. Y las clava en las correcciones que hace, tiene razón. No te das cuenta que te estás desviando y el loco te vuelve a poner en carril.

– ¿Te pongo en un aprieto si te pregunto con quién creés que vas a seguir siendo amigo? No me digas con todos.

– Es que es así, es con todos. Puedo compartir más tiempo con alguien que con otro por una cuestión de afinidad o por una cuestión hasta familiar, por ejemplo, con Mariano.

– Mariano Martínez.

– Los dos primeros hijos de Mariano son sobrinos míos, entonces hay una relación más estrecha con él. Pero a la hora de los bifes, salimos a comer todos juntos, festejamos lo mismo todos. Es un grupo.

– ¿Pensaste en invitarlo a Milei a Olga al programa nuevo?

– No estaría mal. No lo había pensado porque yo soy muy nuevito todavía. Aparte, semejante invitado ¿Por qué no?

– Yo creo que va si lo invitás.

– ¿Por qué no? Pero dame tiempo porque recién arranco. Vamos despacito.

– Incluso le podés preguntar de economía. Somos vecinos ahora Yayo, estamos cerca. Infobae está enfrente de Olga

– Una calle nos separaaaaaa. Así como me crucé yo te podés cruzar vos allá.

– Lástima que no pudimos hablar de economía, José Carlos.

– ¿Quién te dice que antes de fin de año no nos volvamos a encontrar y vemos qué pasa?

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