Brenda Di Aloy en Segunda Generación: “Cuando mi mamá dejó de ser vedette fue super positivo para mi”

La conductora, modelo, influencer e hija de Yuyito Gonzalez pasó por el ciclo de Infobae. Contó cómo vivió el escándalo que generaron los rumores de infidelidad por parte de su novio; cómo fue la reinvención de su madre, en los medios y qué significa la fe en su vida.

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Segunda generación - Brenda Di Aloy - Reinvención y Fe de Yuyito Gonzalez

Brenda Di Aloy es hija de la famosa actriz y actual conductora de televisión Yuyito González y de César Di Aloy. Es Licenciada en Comunicación y saltó a la fama como azafata en el programa de Guido Kaczka. Después se convirtió en conductora en Quiero Música donde se ganó el cariño del público.

Es modelo y se destaca como influencer en las redes sociales, donde tiene un gran número de seguidores. También lleva adelante un podcast llamado Sin Mirar a los Costados, donde abre su corazón y cuenta sus experiencias más íntimas relacionadas a su familia, amigos, su trabajo y su fe.

Brenda: “De chiquita me shockeaba ver a mi mamá tan ligera de ropa en algunos espectáculos o revistas” (Franco Fafasuli)
Brenda: “De chiquita me shockeaba ver a mi mamá tan ligera de ropa en algunos espectáculos o revistas” (Franco Fafasuli)

—¿Quién es Brenda Di Aloy?

—Es una chica común y corriente de 26 años. Nací acá, en Buenos Aires. Soy de una familia, para mí, super típica, normal. Puedo decir que soy conductora de televisión, modelo, influencer, que no sé si me gusta mucho la palabra, pero tengo una gran comunidad de seguidores y trabajo mucho con las redes. Tengo un podcast y soy comunicadora también.

—Tu mamá es Yuyito González, una reconocida figura en los medios, ¿cómo fue convivir con ella y con esa exposición?

—Mi mamá es conocida en el país sobre todo en la época de los 80, 90, después tomó otro camino y se diluyó un poco esa fama tan fuerte que tuvo en esos años. Así que cuando yo viví mi infancia, ella ya no era tan famosa como antes. Si bien lo era, yo viví una infancia super normal. Para mí era común estar con ella y que le pidan una foto o ir a los canales de televisión o al teatro porque nací con eso. No es que fue de repente. Nací en esa familia, con esa madre, y para mí fue algo normal. De todos modos, en el colegio sí me preguntaban cosas de mi mamá, y eso no era normal. A veces era un poco incómodo.

—¿En qué momento decidiste seguir la carrera de comunicación y trabajar en los medios como tu mamá?

—Yo desde que soy muy chica quise acompañarla a ella en todos sus proyectos laborales. Si tenía que ir a un programa de televisión yo le decía: “Ma, te acompaño, voy con vos”. También la acompañaba al teatro, me pasaba horas en los camarines, me hacía amiga de los otros actores o actrices. Desde que soy chica que mamé eso, que me vi en ese ambiente y siempre me deslumbró, siempre me gustó. Creo que desde ese momento yo sabía qué era lo que quería hacer. Yo en mi casa le hacía los shows a mi familia, me ponía las canciones que a mí me gustaban y ensayaba en el living. Siempre me gustó todo ese mundo del espectáculo y lo artístico. Pero tengo mi hermana, Barbie Coppola que es hija de Guillermo, que por ejemplo ella también nació con esa normalidad de tener una madre famosa, de las luces, las cámaras y todo; y huyó. Se dedica a otra cosa.

—¿Cuándo dijiste “quiero hacer esto” y cómo se lo contaste a tu mamá?

—Creo que fue a los seis años. Escuché en el colegio que una compañera mía iba a castings de publicidades y dije: “Yo también lo quiero hacer”. Le dije a mi mamá: “Yo también quiero estar en la tele”, pero mi mamá no tenía ni idea, no sabía con quién hablar para saber de dónde surgía un casting. La carrera de una vedette no tiene nada que ver con un niño que quiere estar en la televisión. No sabía con quién hablar, qué hacer, entonces le preguntamos a la madre de esta chica que iba conmigo al colegio y ahí nos pasó la data. Todo el mundo puede ir a castineras, lo buscan en Google y aparece. Y así es como empecé a hacer mis primeros castings.

“Mi mamá es el claro ejemplo de que existe reinventarse", expresó Brenda. (@yuyitogonzalezok)
“Mi mamá es el claro ejemplo de que existe reinventarse", expresó Brenda. (@yuyitogonzalezok)

—¿Tu mamá te daba algún consejo para los castings? ¿Qué era lo que más te gustaba de los castings y lo que más te costaba?

— Mi mamá no me dio consejos en esa época de castings, era como más bien: “Andá y divertite; y si quedás, quedás, y si no, no pasa nada”. Para mí fue como una gran escuela de perseverancia desde tan chiquita enfrentarme a los “no”, porque yo quería quedar con todo mi corazón y no quedaba. Siento que eso me hizo ser muy fuerte, esa perseverancia de: “No importa. Me dicen no, pero yo sigo yendo”.

—¿Sentiste el prejuicio de ser “la hija de” en algún momento?

—No, la verdad es que mi mamá a mí nunca me facilitó ningún contacto, pero porque ella tampoco es que los tenía, o sea los lugares en los que yo quería estar mi mamá no tenía idea de cómo hacer para ayudarme. Y yo lo que digo siempre es que si un hijo tiene a su padre médico y el hijo quiere ser médico, obviamente le va a decir: “Pa, ayúdame a entrar en tal hospital” y yo desde mi lugar también hice eso de decirle: “Ma, quiero trabajar ahí, ¿cómo puedo hacer?”. No tuve la facilidad de que me diga: “Tomá este contacto y hacé esto”. Siempre fue hacer casting y si no quedás, no quedás. Hice muchos castings, no quedé en muchísimas cosas, en otras tal vez sí, pero desde ese lado no tuve ningún prejuicio.

Si me preguntás en qué me ha pesado ser hija de Yuyito González puedo decirte que de chiquita me shockeaba ver a mi mamá tan ligera de ropa en algunos espectáculos o revistas y que después tal vez era el comentario en el colegio. Eso sí me incomodaba de chica, ya después de grande lo fui normalizando. Siento que mi mamá también vio una incomodidad en sus hijos, en mí y en mi hermano mellizo, y para ella también ya no era lo mismo estar ligera de ropa a los 20 años que a los 45. Ahí es cuando ella decide dar su giro laboral. Dejó de ser vedette y se inclinó a otras cosas. Yo siento que para mí eso fue super positivo.

—¿Qué te incomodaba? ¿Las críticas de tus compañeritos? ¿Qué te decían?

—No le llegué a decir a mi mamá: “Che, dejá de hacer esto” porque yo entendía que era su trabajo. Era lo que a ella le gustaba, entonces nunca le dije: “Má, no me gusta que salgas en bolas”. Pero sí internamente. Yo era muy chica, tenía 5, 6, 7, 8 años. No sé si lo pensaba tanto, pero me acuerdo el sentimiento de verla en el teatro y que ella hacía todos sus espectáculos como vedette, ligera de ropa, y después con cada vez menos ropa. A medida que fui más grande tal vez era como que me iba generando un poco de confusión, como que me imagino que no es normal para todos los nenes ver a sus padres ligeros de ropa. Entiendo que es normal y que en ese momento era algo artístico, era totalmente distinto, hoy en día creo que a la mujer se la cuida mucho más que en ese momento y hay como otra concientización. Pero en ese momento yo me acuerdo como nena que me lo empecé a cuestionar.

“De chiquita me shokeaba ver a mi mamá tan ligera de ropa en algunos espectáculos o revistas y que después sea el comentario en el colegio”

Segunda generación con Brenda Di Aloy - ¿A la hija de Yuyiyo González le pesaba que su mamá fuese vedette?

Amalia “Yuyito” González siempre había soñado estar en la televisión y cuando tuvo la oportunidad, la aprovechó sin dudar. Sin embargo, a lo largo de los años sintió la necesidad de darle un giro a su historia.

Se alejó de su rol como vedette, estudió periodismo y se acercó a la iglesia evangélica para sanar sus emociones. A partir de allí su vida cambió rotundamente.

—¿Tu mamá habló sobre ese giro que hizo en su carrera y en su vida? ¿O vino un día y dijo “a partir de ahora cambio de vida”?

—Mi mamá cambió su estilo de vida en el 2005 cuando hizo la última temporada de teatro como vedette. Me acuerdo perfecto ese verano. Yo tenía 8 años, notaba que ella no se sentía cómoda con su cuerpo, es esto que te digo que no es lo mismo para una chica de 20 años que para una señora de 45 estar exponiendo su cuerpo. Mentalmente también ahí hay una madurez, otra cabeza, no es lo mismo la cabeza de una jovencita que de una señora madre de familia. En ese momento ella ya no disfrutaba tanto de hacer temporada. Me acuerdo de que volvimos después de tres meses en Mar del Plata y a ella le agarró una depresión, una crisis existencial, después de tantos años. Su identidad era ser vedette, por eso era conocida, por eso había construido todo lo que construyó. Imaginate llegar a los 45 y esa identidad que tenés ya no se siente acorde y afín. Ahí se replanteó: “¿Qué hago con mi vida?”, y en ese replantearse fue cuando vino una crisis. Ella nunca se mostró vulnerable con nosotros, pero sí me acuerdo de que volvió afectada esa temporada y ahí fue cuando fue el giro.

—¿Y cómo fue transitar ese giro con mamá?

—Lo recuerdo como un cambio muy radical, porque dejó de trabajar de lo que había trabajado toda su vida. Cerró la persiana de los medios y necesitó oxigenarse. Lo entiendo así hoy en día. Empezó a decir que no a todas las propuestas laborales y eso afectó económicamente a la familia, o sea a lo que yo estaba acostumbrada antes. Me tuve que cambiar de colegio, yo iba a un colegio bilingüe que me quedaba al lado de mi casa, me tuve que cambiar a otro que era más económico, recuerdo que quería cosas y ya no podía tenerlas. Entonces, desde mis 9 años más o menos empezamos a vivir una vida en la que mi mamá empezó a decirnos que no en ciertas cosas materiales o que anhelábamos como nenes. Pero hoy en día también lo veo como positivo, porque con mi hermano aprendimos de mi mamá ese ejemplo de luchadora, que no todo nos llueve del cielo sino que hay que laburar y que se puede salir adelante igual y uno puede reinventarse. Mi mamá es el claro ejemplo de que se puede reinventarse si en un momento de tu vida ya no te sentís cómoda con todo lo que ya habías construido antes.

—¿Y cómo se reinventó?

—En ese momento de crisis se aferró mucho a la fe. Ella buscó, como una persona que necesita,busca por todos lados, en todo lo que puede llegar a existir desde el plano espiritual, terrenal, donde sea buscar respuestas, y la única respuesta que la llenó y le hizo bien fue refugiarse en Dios. Entonces yo también lo viví en mi casa, imaginate que en mi casa se hablaba de Dios en Navidad o en Pascuas, después no se hablaba. No era algo normal. Y ahí recuerdo que se aferró tanto a Dios que en mi casa empezó a ser algo fuerte y yo pude ver que a partir de ese momento cambió su vida entera. Ya nunca más la vi con depresión, sí obviamente le preocupaba el: “¿Qué voy a hacer con mi vida?”, pero su fe la ayudó a ser la mujer que es hoy y a salir adelante, a dejar todos los patrones que tenía antes con el alcohol, a salir con tipos, la inestabilidad emocional, un montón de cosas con las que ella vivía.

—¿Cómo salieron adelante?

—La verdad yo hoy en día lo pienso y digo: “Fue un milagro cómo salió adelante” porque es muy difícil dejar el trabajo y decir: “Me las rebusco como puedo, con lo que tengo, me agoto mis recursos, mis ahorros, cambio mi estilo de vida, dejo el auto”, pero lo hizo y así fue.

Brenda: “Todo lo que construí fue con pasitos de hormiga, sin exposición mediática y sin entrar en ningún lío” (Franco Fafasuli)
Brenda: “Todo lo que construí fue con pasitos de hormiga, sin exposición mediática y sin entrar en ningún lío” (Franco Fafasuli)

—En ese momento vos y tu hermano eran chicos, ¿cuál fue tu primer trabajo?

—Mi primer trabajo fue apenas salí del colegio. Yo terminé el colegio con 18 años y en esto me ayudó mucho el no tener todo tan fácil, tan servido en bandeja. Yo sabía que apenas termine el colegio tenía que ponerme a laburar de lo que sea. De hecho me acuerdo de que fui a una entrevista para trabajar en un call center. Yo quería tener mi plata, no quería que mi papá ni mi mamá saquen de sus bolsillos porque no tenían. Ellos hacían lo que podían y no me podían dar las cosas que yo anhelaba. Yo quería estas cosas que quieren los jóvenes: cambiar el teléfono o irme a la playa en vacaciones. Quería cosas que no podía hacer con mis papás, entonces apenas termino el colegio, hago esta entrevista en el call center, no quedé en esa, pero seguía con el objetivo. Dije: “Quiero trabajar, ¿qué puedo hacer?”. Me metí en todas las páginas a ver dónde podía laburar hasta que fui a una entrevista a una Pyme que era de iluminación y empecé a trabajar ahí. Trabajé tres años ahí como recepcionista, después me ascendieron a ventas y empecé a crecer en esa Pyme, pero no era lo que me gustaba. Era un laburo de 9 a 18, pero me terminaba dando lo que yo necesitaba que era la plata. Entonces, en ese momento me hice independiente al 100 por ciento. Obviamente, seguía viviendo con mi mamá, pero en ese momento me acuerdo de que las salidas me las empezaba a bancar yo, las cosas que quería y ellos no podían darme, me las compraba yo. Ahorraba, empecé a tener mi propio manejo con la plata y eso me hizo muy libre.

—¿Cómo te llevás con las exparejas de tu mamá, que también son famosos, como es el caso de Guillermo Coppola? Y con todos los chismes o rumores que se dicen de otras relaciones,¿cómo te llevás con eso?

—Mi mamá siempre fue muy respetuosa de a quien trae a casa, de hecho, puedo decirte que nunca conocí a un novio de mi mamá, nunca. Desde que se separó de mi papá nunca volvió a tener una relación seria, para que diga: “Se lo presento a mis hijos”. Yo le he presentado en este lugar de luces a mi gente, porque yo siempre quise que mi mamá vuelva a estar enamorada. Pero ella está tan bien sola que no quiere a cualquiera. Es como que ella analiza mucho. Yo sé que va a llegar pronto el idóneo de mi mamá, pero no conocí exparejas. Ahora ella ya está trabajando como conductora, que yo desde chiquita sé que es su gran sueño. Desde que nací que la escucho diciendo: “Yo quiero tener mi propio programa, conducir mi programa, mi magazine de mañana”. Y se le dio. Así que está super feliz. Yo fui conductora de tele antes que ella. Ella fue conductora más en los 90, pero en esta nueva etapa, reinventada digamos, siempre fue su sueño y se le dio ahora, así que ella me pedía consejos a mí. Y yo le decía: “Sé vos”. Esa es la mejor respuesta que le podía dar. Así que está muy feliz, la veo muy bien y es el claro ejemplo de que todo llega.

—¿Cómo fue la primera experiencia tuya en la televisión, en los medios masivos?

—La primera vez que trabajé en la tele fue en lo de Guido Kaczka, que en realidad no hablaba demasiado, yo estaba atrás parada con una copa en la mano y se la acercaba a Guido cuando quería o a los participantes. Abría las puertas para que entre la gente. Era como una secretaria. En ese rol no me descubrí tanto como artista o como conductora, era más bien modelo. La verdad es que lo disfruté porque ahí calladita atrás pude ver cómo se llevaba a cabo un programa tan importante como es el de Guido, y verlo a él como conductor. Aprendí muchísimo de él, me parece el número uno. Verlo a él en ese rol, la producción, las luces, todo me fascinaba y era como confirmar que era el lugar a donde quería estar. Ahí no aprendí a ser conductora, después hice un casting para entrar en “Quiero música”, que es un canal de música de cable, y esa fue mi primera experiencia hablándole a cámara. La verdad es que ves los primeros programas y son un desastre, pero doy gracias que esa gente apostó por mí y dijo: “Te quedás”. Así fui aprendiendo con la práctica y puedo decir que fue una de las mejores experiencias laborales que tuve. El ambiente fue muy hermoso, ahí conocí a Cris que fue mi novio.

“Mi mamá siempre fue muy respetuosa de a quien trae a casa, de hecho, puedo decirte que nunca conocí a un novio de mi mamá, nunca”

Brenda Di Aloy junto a Cris Vanadiía. (@crisvanadia)
Brenda Di Aloy junto a Cris Vanadiía. (@crisvanadia)

A comienzos de enero, Brenda hizo un posteo en sus redes sociales para anunciar su separación del influencer Cris Vanadía con quien llevaban cuatro años de relación. La noticia no había tenido mucha trascendencia hasta que involucró a Coti Romero como la supuesta tercera en discordia. A partir de allí la ruptura se transformó en un escándalo mediático.

—¿Cómo nació la relación con Cristian Vanadía?

—Nosotros nos conocimos ahí en “Quiero música”. Trabajamos durante muchos años y hoy en día muchos medios me están preguntando: “¿Qué onda nuestra relación?, ¿qué somos?, si cortamos, si estamos juntos”. La realidad es que no respondo porque no tengo una respuesta clara para dar. Estoy en ese momento de estar viendo qué hacemos entre nosotros. Nos queremos mucho, tenemos muchos recuerdos compartidos, el amor está y cuando no pasa nada malo es difícil cortar, porque si hubiese habido una infidelidad de por medio, como se dijo, o cosas malas, uno corta y es más fácil. Pero como no pasó nada malo es difícil dejar ir a una persona tan importante. Estamos bien entre nosotros, no hay nada malo, no hay ningún rencor. A mí me afectó un poco en su momento, en un momento tan frágil, la decisión de él de hacer esa coreografía en el “Bailando” (donde se besó con Coti Romero), pero ya dejamos ir todo rencor. Hoy en día estamos bien, estamos viendo cómo continuamos.

—¿Cómo te manejás con las críticas? ¿Cómo hacés para no enloquecer o no perder la calma?

—Yo no estaba acostumbrada para nada a que se hable de mí. Todo lo que construí fue con pasitos de hormiga, sin exposición mediática, sin entrar en ningún lío. Nunca la vi ni siquiera a mi mamá metida en cosas así, así que siempre fue muy ajeno a mí la exposición mediática y que la gente opine de tu vida, y me enfrenté. Fue un shock que me afectó, porque es muy duro que la gente opine, hable, diga mentiras. También me afectó mucho que en la tele se hable así, porque la gente cree todo lo que dicen y hay muchas suposiciones y muchos “me dijeron”, “me llegó”, todas cosas así que no siento que hayan sido positivas para mi salud mental y para la de Cris. La verdad es que nos afectó un montón, pero sí puedo decirte que aprendimos. Hoy en día lo veo como algo positivo,porque ya sabemos que también en los medios lo ven como un show. Capaz a uno le afecta porque es la vida privada, pero nada es personal, lo que rescato es eso, entender que nada es personal y que si yo estoy bien en mi vida privada con él, no importa lo que se diga, no importa lo que opinen, no importa lo que digan en las redes, lo importante es mi paz interior y mental.

“Me afectó mucho que en la tele se hable así de mí y de Cris, porque la gente cree todo lo que dicen. No siento que hayan sido positivas para mi salud mental y para la de él”.

Segunda generación - Brenda Di Aloy - ¿Por qué Dios salvó a la hija de Yuyito González?

Ver la reinvención de su madre en el ámbito laboral, pero también en la vida personal, hizo que Brenda quisiera saber más sobre Dios y la fe; y hoy expresa sus sensaciones sin importar el qué dirán.

—Esta reflexión te costó un poco de paz interior. En ese momento que se armó el caos ¿a quién recurriste?¿Le pediste ayuda a tu mamá? ¿Quién fue tu salvavidas en ese momento?

—Lo recuerdo como algo que fue bastante contaminante para mi mente. En ese momento mi mamá y Cris, los dos estaban en la misma que yo, diciendo: “¿Qué hacemos con todo esto que se desbordó y ya no sabemos cómo manejarlo?”. Ahí entendí que mi mamá no me podía dar ninguna respuesta, con Cris nos apoyamos emocionalmente en decir: “Acá estoy, estoy para vos, seamos fuertes, que nada nos venga a corromper lo que construimos, lo que somos”. Pero sonará a cliché, a mucha gente no le gustará, pero yo voy a decir que mi salvavidas siempre fue refugiarme en Dios, orar, pedirle paz, decirle que me ayude a que no me importen las opiniones y refugiarme en Él diariamente con mucha intención. Me hizo libre de todas las opiniones y lo recuerdo como algo muy tóxico, pero fueron unas semanas y después se terminó. Me enfoqué en lo que me tenía que enfocar y seguí.

—¿Qué significa Dios en tu vida?

—Es mi sostén diario, es decir pase lo que pase, en las buenas, en las malas, estoy arriba, estoy abajo, lo que sea, sé que Dios está ahí incondicional, fiel. También entiendo que mucha gente piensa: “Ah, ella que cree en Dios, se hace la santa”. He leído muchas de esas cosas y la realidad es que Dios no es para santos, no es para gente que es perfecta, todo lo contrario, Dios está ahí para las personas que están más rotas y yo considero que no soy perfecta, que soy muy imperfecta, que tengo muchas cosas que cambiar. Considero que estuve rota en ese momento en el que pasó todo lo mediático. Estuve muy rota por dentro y es en esos momentos en los que uno más se tiene que refugiar en Dios para decir: “Vení a cambiar todo lo que no esté bien en mí”. Yo por muchos años decidí no exponerlo, o sea mostraba todo de mi vida, todo, mis días, mis novios, mis viajes, todo, pero esa parte mía espiritual no la mostraba porque me daba mucho miedo el qué dirán. Y un día dije: “Yo estoy mostrando todo, soy influencer de mi vida y no estoy mostrando lo más importante de mi vida ¿por qué?”. Un día dije: “Voy a hacer un video a ver qué onda, porque quiero contar lo que yo creo” y fue un cambio de 180° el ver cómo la gente que capaz estaba mal dijo: “Estaba re mal, vi tu video y me hizo bien, gracias”.

—¿Cuál fue la mayor mentira que dijeron de vos?

—Una gran mentira que escuché en la televisión fue que Cris y yo éramos tóxicos. Para nada, fue la relación más sana, más hermosa, sin celos, sin toxicidad que experimenté jamás y que se diga en la televisión que éramos tóxicos, que yo hacía escenas de celos, que él a mí, todo eso es como que digo: “Qué capacidad de inventar con tal de tener un punto de rating”, porque sentí que estaban ensuciando algo que para mí fue muy preciado, es muy preciado. También la gente que nos sigue y nos conoce sabe que nosotros siempre tuvimos una relación muy sana, muy hermosa. Pero hay gente que capaz no nos conoce y se lo cree, entonces dije: “¡Guau! Cuánta mentira que puede llegar a haber”.

—¿Cuál es tu sueño?

—Mi sueño es vivir de lo que amo, trabajar de lo que me gusta. He trabajado en un lugar solamente por el pan para vivir, para tener mi plata, pero no lo disfrutaba y era empezar el lunes esperando a que llegue el viernes para terminar de trabajar y no era vida para mí. Era querer escapar de la vida, entonces eso es algo que deseo y le pido mucho a Dios, que ojalá no me pase nunca más. Doy gracias de estar trabajando de todo lo que me gusta, trabajar con marcas increíbles, de vivir experiencias laborales muy hermosas, así que mi sueño es poder seguir trabajando de lo que me gusta y, obviamente, para mí, mi prioridad es mi vida personal más allá de lo laboral. Sueño con casarme, con tener hijos, con formar una familia, obviamente eso es como el sueño número uno.

“Mi salvavidas siempre fue refugiarme en Dios, orar, pedirle paz, decirle que me ayude a que no me importen las críticas”

—¿Qué mensaje te gustaría dejar o decirle a las próximas generaciones?

—El mensaje que me gustaría dejar en base a mi propia experiencia es que todo llega, lo que uno se propone, lo que uno quiere, pero hay que trabaja por eso. Siento que hoy en día, esta última generación, es como que se sienta mucho en el sillón a esperar que pasen las cosas, y uno puede soñar y decir todo llega, pero uno también tiene que trabajar para que esas cosas lleguen y sucedan. No importa que lo hagas y falles, tenés que seguir trabajando por las cosas que querés lograr y si tenés un trabajo de 9 a 18, pero tenés otro sueño, dedicale la noche a ese sueño, todo llega si hay mucho trabajo de por medio.

Mirá la entrevista completa:

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