Sofía Gonet, conocida popularmente como La Reini, es una influencer que es furor en Instagram y en TikTok gracias a su excéntrico estilo de vida y sus compras de lujo. Sin embargo, detrás de ese personaje que supo acumular adeptos y muchas polémicas, se esconde una joven de 24 años, oriunda de Ramos Mejía, que tiene más de 1 millón y medio de seguidores en las redes sociales.
Como una forma de escape a una relación violencia que vivió años atrás, Sofi creó este personaje que llamó rápidamente la atención por gastos extraordinarios en cenas, prendas de primeras marcas y joyas que, en ese momento, no era un escenario muy alejado de su realidad.
“Me encanta coleccionar carteras, ropa. Me parece un planazo comprar. No soy responsable con la plata y no ahorro un mango. Mañana puedo quedar en bancarrota, pero me voy a amoldar porque siempre salgo adelante”, reconoció.
Pero la historia de La Reini no quedó solo un personaje de redes, empezó a facturar a partir de acuerdos con empresas que se sintieron seducidos por la cantidad de seguidores en las principales plataformas y su estilo único para el storytelling.
Multifacética y consciente de lo efímera que puede ser la fama, Sofi amplió sus formas de negocio. En 2023 lanzó su marca de ropa y recientemente puso a la venta su propia fragancia para continuar el legado de La Reini.
Su familia
A diferencia de lo que podría creerse por ver sus consumos, su estilo de vida y viajes que realiza, el origen de Sofía no es en una mansión ni en cuna de oro. Al contrario, su familia suele reprocharle que se exponga tanto en sus redes sociales y la ostentación que hace a partir de su personaje.
Pollo: —¿Tu familia es acomodada económicamente?
Sofi: —No, mi familia es clase media. Gente super laburadora. Mi viejo tiene comercios. Yo viví toda mi vida en zona oeste.
Pollo: —¿Qué te dice tu viejo cuando ve los videos y todo lo que te compras?
Sofi: —No, mi viejo me quiere matar. Pobre. Ya lo curé de espanto.
Pollo: —¿Por qué te reta?
Sofi: —¿Sabés lo que hace? Todo el tiempo me manda videos de “consejos para un joven que tiene ahorrar”, “mentes emprendedoras”. Todos los días videos sobre cómo ahorrar, cómo invertir…
Pollo: —¿Y cuando ve el video, por ejemplo, en el que contás que un ex novio te regaló un auto? ¿Qué te dice?
Sofi: —El otro día le pregunté qué hace cuándo le aparece algo mío en redes y me dijo que lo saltea, que no los ve. Cuando mira algo y siente que le va a dar bronca, lo pasa.
Pollo: —¿Es verdad que te regalaron esas cosas?
Sofi: —Sí. La historia esa que se volvió bastante viral es de un ex que me regaló un auto para mi cumpleaños. Fue lo mínimo que me tuvo que regalar por todos los males que me hizo pasar… Tuve una relación bastante tóxica con él. Era más grande que yo. Él estaba muy bien económicamente. Ahí es cuando yo empiezo a subir videos a TikTok mostrando cenas, que iba a tal hotel y cuánto gastaba; y empiezo a crear este alter ego.
Pollo: —Dentro de lo mal que la pasaste, de algo te sirvió porque nació un personaje.
Sofi: —Sí, sí. La Reini nació en ese momento.
¿La Reini o Sofi Gonet?
Entre los temas más buscados en Google vinculados a su nombre, aparece “De qué trabaja Sofi Gonet”. Cómo vive una vida de millonaria sin serlo es el gran misterio que envuelve al personaje, pero también a la persona detrás de la pantalla que se dedica a crear contenido.
Pollo: —¿Cuánta diferencia hay entre La Reini y Sofi Gonet?
Sofi: —Abismal. Somos dos personas diferentes. La Reini es un personaje quizás exagerado de algo que en algún momento quise ser.
Pollo: —Pero no sos…
Sofi: —No. Yo en mi vida no voy a caminando por la calle y me meto en un hotel de lujo todo el tiempo como sin nada.
Pollo: —Vos en las vacaciones te vas a Punta del Este, pienso yo, toda la temporada a hotel 5 estrellas o a José Ignacio con camisa de lino. No te veo en San Clemente en un camping.
Sofi: —No, me muero de embole un mes en Punta del Este con lino. Me suelo ir en Año Nuevo a Chapadmalal. Somos 20 monos que alquilamos una casa y ahí se cae el personaje. No hay personaje.
Pollo: —¿Y el personaje vuelve cuando hay que laburar?
Sofi: —Sí, es una parte de mí. Pero no es la que está todo el tiempo.
Pollo: —¿No te estresa vivir con eso?
Sofi: —No, es divertido.
Pollo: —Pero es cara la vida que vos mostrás en las redes. Es carísima...
Sofi: —Sí.
Pollo: —Me estresa un poco. Me preocupa porque llega un momento en la que no se puede sostener.
Sofi: —No es que soy multimillonaria. Yo soy irresponsable con la plata. Ese es el tema. Lo que tengo lo gasto.
Pollo: —¿Y el futuro?
Sofi: —Y bueno. Vendrá.
La imagen de La Reini
Con un look que mezcla marcas tradicionales de la moda internacional, como Chanel, pero con el estilo juvenil moderno de una chica que reside en ciudad de Buenos Aires, causa sensación haciendo “get ready with me” o incluso confesándose en sus episodios de “Storytime”.
Pollo: —¿Cómo surge La Reini?
Sofi: —Yo armé una imagen de esta chica que gasta mucho y compra cosas. Entonces me pasa que hay marcas que me mandan cosas y me dicen: “Decí que gastaste tanta plata en esto”. Y me dicen: “Te estamos mandando 2,5 millones de pesos, decilo”.
Pollo: —Pero ¿no es contraproducente eso?
Sofi: —No lo sé. No existe el mal marketing. La gente piensa que lo compré y no. No lo compré. Es una acción con una marca.
Pollo: —¿Y vos eso después lo devolvés?
Sofi: —No.
Pollo: —¡Ah! ¿Te lo quedás? Más la plata que te pagan por hacerlo…
Sofi: —Obvio. ¿Cómo lo voy a devolver?
Pollo: —No, no tengo ni idea. A veces te mandan algo para que le muestre, pero no es para vos…
Sofi: —No, yo no devuelvo nada (risas). A mí me llegan a decir: “Devolvelo”. Y listo, chau. Bloqueado. ¿Qué te voy a devolver? (risas).
Pollo: —Pero suponete que tengo una joyería y te doy una joya. Te digo: “Haceme esta acción. Mostrá el producto que lo quiero promocionar, pero devolvemelo porque es muy caro”.
Sofi: —Ah no, no. Es un problema. Buscate otra influencer. Yo me quedo todo. Me encanta. También me llegaron propuestas raras que tuve que cancelar.
Pollo: —¿Cuáles por ejemplo?
Sofi: —Sex shops.
Pollo: —¿Y por qué no lo agarraste?
Sofi: —No va con lo que yo quiero mostrar.
¿Qué mira Sofi Gonet?
Algunos optan por aprovechar el tiempo libre viendo una serie, una película o la tv, pero ella va más allá y admite que todos las noches ve un capítulo de algo muy especial para relejarse.
Pollo: —¿Es verdad que sos adicta al porno?
Sofi: —(risas)
Pollo: —Si ya sé. Es fuerte, pero lo leí.
Sofi: —Claro. Una vez lo conté…
Pollo: —Me llamó la atención por eso lo traigo…
Sofi: —Sí, no pasa nada.
Pollo: —¿Cómo es adicta al porno? ¿A ver películas?
Sofi: —Sí, a ver porno. Hacer no hago. Todavía no incursioné en ese negocioso. Por favor. “Dior” me libre de incursionar en esa industria. Pero sí veo porno todos los días.
Pollo: —Todos los días.
Sofi: —Sí, vamos. Acá no se hagan. Todos ustedes que seguro miran también…
Pollo: —Pero ¿estás tomando un cafecito y de pronto ves una película? ¿O como un plan?
Sofi: —Todas las noches.
Pollo: —No es que lo ves como yo miro TyC Sports. Es en plan autosatisfacción.
Sofi: —Claro, miro un videíto todos los días.
Pollo: —¿Y qué te gusta ver?
Sofi: —Miro muchos tríos y me gusta mucho también ver el que están en la habitación y hay alguien viendo de afuera.
Pollo: —Ah, sí. Está muy bueno. Tenés razón.
Sofi: —No sé cuál más. Yo la verdad que voy viendo todas las categorías (risas).
Pollo: —Eso te relaja. En vez de ver Gran Hermano, ves eso.
Sofi: —Claro, sí. Me entretengo un rato y me duermo.
En números
Pollo: —¿Hace cuántos días no tenés sexo?
Sofi: —Uno.
Pollo: —¿Ayer?
Sofi: —Sí, ayer. En el auto.
Pollo: —¿Por qué en el auto?
Sofi: —Porque ¿viste cuando te agarran ganas post salir a comer?
Pollo: —¿De día o de noche?
Sofi: —De noche, en una callecita oscura.
Pollo: —¿Y no podían esperar a llegar a la casa?
Sofi: —No, porque estamos muy lejos (risas).
Pollo: —¿Cuánto te costó lo más caro que compraste?
Sofi: —1.500 dólares. Un IPhone o una cartera.
Pollo: —¿Cuántas veces lloraste en los últimos 30 días?
Sofi: —Cero, no lloro.
Pollo: —Pero ¿es de insensible o no te pinta?
Sofi: —Soy muy sensible, pero es muy difícil que me caiga una lágrima. No sé por qué.
Pollo: —¿Te fijaste si tenés algo mal en el lagrimal?
Sofi: —Tendría que ver (risas).
Pollo: —Pero ¿haz llorado alguna vez en tu vida?
Sofi: —Sí, obvio. En situaciones muy tristes, lloro. Pero no por cualquier cosa.
Pollo: —¿Cuántas bombachas tenés?
Sofi: —Debo tener 20, 30. Pero no soy de usar. No me gusta mucho la ropa interior. Ahora tengo, obviamente, porque vine acá con las cámaras. No voy a ser tan maleducada.
Pollo: —Tenés el estilo: “Libre soy, libre soy”.
Sofi: —Libre soy. Tal cual.
Pollo: —¿Es cómodo?
Sofi: —Re cómodo.
Pollo: —Por eso tenés relaciones sexuales en el auto porque es todo más rápido…
Sofi: —Es más fácil (risas).
El juego del millón
Con una valija llena de billetes, el Pollo le propuso a La Reini gastar todo ese dinero libremente en lo que ella quiera. El único requisito es que debía gastar hasta el último dólar y no podía donarlo. Esto es lo que eligió.
Pollo: —¿En qué gastarías un millón de dólares?
Sofi: —Lo primero que me compraría sería una cartera de Hermès que se llama la Birkin bag. Sale carísima, pero no sé cuánto debe estar hoy. ¿Qué saldrá?
Pollo: —Si es de las más caras de Hermès… 50 lucas debe costar. 50 mil dólares.
Sofi: —No sé si es muy linda, pero yo la quiero tener.
Pollo: —Bien. ¿Qué más comprarías?
Sofi: —Siempre tuve ganas de tener un auto específico. No sé nada de autos igual así que yo te digo y adiviná de cuál te estoy hablando.
Pollo: —Dale, yo te ayudo.
Sofi: —Un Porsche, pero color rosa.
Pollo: —Y calculale unos 400 mil dólares un auto así.
Sofi: —Bueno y después destinaría otros 100 a carteras de otras marcas. Comprarme de Gucci, de Prada… 100 mil dólares serían unas 15 carteras.
Pollo: —Nos quedan 450 mil dólares.
Sofi: —Con lo que resta me iría de viaje.
Pollo: —¿A dónde?
Sofi: —A todos lados. Por el mundo. Me iría hasta que me dure toda esta plata. Me iría mañana mismo y me la quemaría haciendo planes de noche, saliendo de joda…
Pollo: —Pero te quedás sin nada. ¿No vas a invertir en nada?
Sofi: —No, después cuando vuelva me arreglo. No me interesa mucho invertir.
Pollo: —O sea 450 mil dólares en viajes, salidas…
Sofi: —Sí, en vivir la vida un año entero.