Alejandra Oliveras, conocida como Locomotora, es boxeadora profesional con seis títulos mundiales que incluyen las de peso supergallo de la WBC, de peso pluma de la WBA y de peso ligero de la WBC. Además, posee dos récords Guinness.
“Salí campeona por primera vez en 2006 y mi último cinturón lo gané en 2019. Gané todas las peleas por nocaut”, recordó la excampeona.
Además del boxeo, brinda charlas motivacionales a jóvenes con foco en el deporte como estilo de vida. También creó un grupo solidario con el cual realiza trabajo social en barrios carenciados e incursionó en política.
Su historia es un ejemplo de superación y esfuerzo. En la infancia estaba sumida en la pobreza y aún en el peor de los escenarios imaginaba un futuro esperanzador. “Estaba atrás de un sueño y eso era lo que me mantenía feliz. Siempre fui así. “Siempre voy para adelante”, reconoció.
Cuando formó su propia familia, sufrió violencia por parte de su pareja y tuvo que huir de su propia casa. Ese fue el impulso que la acercó al boxeo, disciplina que la llevó a lo más alto del ranking mundial. Hoy, a los 45 años, sigue proyectando su futuro, vinculada al deporte que la apasiona.
Al nivel de Mayweather
A diferencia de lo que ocurre con los deportistas hombres, Locomotora explica que las mujeres no suelen ser reconocidas al mismo nivel aun teniendo logros similares. En este caso mencionó al boxeo, pero aseguró que esta situación se repite en casi todas las disciplinas. A lo largo de su carrera Alejandra ostenta 33 peleas, 6 títulos mundiales, 3 derrotas y 2 empates.
Leo: —¿Te sentís reconocida dentro del boxeo en Argentina?
Locomotora: —Me siento reconocida por la gente. Todo el tiempo porque por las charlas viajo por todo el país y la gente me quiere, me abraza porque yo le doy fuerza. Les digo que la vida es una pelea, los golpes de la vida duelen más que una piña arriba del ring. Y yo que arriba del ring recibí un montón de piñas, te puedo decir que los golpes de la vida me han dolido más. Pero tenés que levantarte y no tirar la toalla. Por eso me quiere la gente porque soy un ejemplo de verdad. Soy un ejemplo de superación.
Leo: —¿Y a nivel deportivo te sentís reconocida?
Locomotora: —Los que deberían reconocerme no lo hacen. Yo salí campeona mundial en 2006 y mi último cinturón lo gané en 2019. ¿Cuántos años tengo de campeona del mundo? Tengo 6 cinturones. ¿Cuántos gobiernos pasaron? Y ojo que no hablo de política. Pero ningún presidente me recibió. Ninguno me recibió y me dijo: “Te felicito Locomotora. Sos un ejemplo”.
Leo: —¿Los deportistas, los pares te admiran?
Locomotora: —Sí, por supuesto. Porque nos conocemos entre deportistas y nos admiramos mucho porque sabemos que no te regalan nada en el deporte. Pero a nivel Federación Argentina de Box, periodismo de boxeo, no. Yo soy Mayweather. Gané los mismos cinco títulos que tiene él. Teníamos el mismo peso en la balanza. Yo gané por nocaut, al piso todas. Él lo ganó por puntos. Y no es lo mismo goleada que penales. Sin embargo, no me han dado ni siquiera un premio a nivel local. ¿Sabés quien me reconoció? Inglaterra, Londres. Nuestros enemigos. Tengo el récord Guinness como la mejor boxeadora de la historia. Pero la gente sabe quién soy y yo se quién soy. Yo hice historia. Sería mucho más lindo que me reconozcan y que valoren lo que hizo una mujer en el mundo del boxeo, donde antes solo había hombres.
Leo: —Que sea más equitativo en cuestión económica también, ¿no?
Locomotora: —A nosotros nos dan 1.500 dólares por un título mundial; mientras que el hombre gana 30 palos verdes. Nos chorean porque la plata está. Se quedan con nuestro dinero. Es una cuestión machista. ¿Por qué ellos ganan millones de dólares y yo gano monedas?
Una historia de superación
Alejandra nació en Jujuy en el seno de una familia pobre que se esforzó incansablemente para tratar de salir adelante. Sus anécdotas de la niñez describen cómo se forjó el carácter imbatible de Locomotora y sus ganas desesperadas de estar viva y de ser feliz.
Leo: —¿Cómo fue tu infancia?
Locomotora: —Yo creo que nacemos para ser felices. Nadie nació para sufrir. Siempre lo supe, desde chiquitita, cuando tenía hambre y me dolía la panza y la cabeza y no encontraba comida ni siquiera un pedazo de pan duro. Mataba palomas para comer. Ahora me parte el alma veo una paloma y digo pucha yo cuando era chica tenía hambre y me las comía porque no tenía otra cosa.
Leo: —¿Qué edad tenías en ese momento?
Locomotora: —5 o 6 años.
Leo: —¿Sufriste en la niñez?
Locomotora: —Sí, tuve hambre. Pero yo decía: “Algún día voy a comer lo que quiera. Algún día voy a tener una casa, un auto”. Yo soñaba con tener zapatillas. Toda mi niñez la pasé de alpargatas porque mi papá no tenía plata para comprarnos zapatillas. Pero yo soñaba con que algún día iba a tener todo. Soñaba que iba a tener todo y que iba a ser feliz. Decía que iba a tener cinco profesiones. Estaba atrás de un sueño y eso era lo que me mantenía feliz. Siempre fui así. Siempre dije: “Nací paras ser feliz”. Todos nacimos para ser felices. Que la vida te golpea y que no elegís a donde nacer es cierto. Pero la decisión de cómo enfrentas la vida, de cómo la peleas o el enfoque que le das es tuyo.
Maternidad y violencia
Cuando inició su vida en pareja y tuvo a su primer hijo sufrió violencia de género. Salir de ese hogar para salvar su vida y la de su bebé la acercó al boxeo. Ese deporte se transformó en una herramienta que le abrió numerosas puertas y cambió su realidad.
Leo: —¿A qué edad fuiste mamá?
Locomotora: —A los 14 estaba embarazada y fui mamá a los 15. Quise ser mamá.
Leo: —¿Con el papá de tu hijo sufriste violencia?
Locomotora: —Sí, soporté hasta que dije: “Vas a sentir lo mismo que siento yo”. Yo puedo.
Leo: —¿Cuánto tiempo pasó desde que te empezó a pegar hasta que te defendiste?
Locomotora: —Dos años y medio de sufrimiento, de un infierno. Tenía miedo a todo. A despertarme y mirarlo porque si no le gusta tu mirada o tu respiración… Una vez respire distinto y me pegó. Tenés miedo a todo y te sentís una basura, que no vales nada. A veces yo decía: “Dios llévame, no quiero estar viva”. Porque todo sufrimiento.
Leo: —¿Y cuándo dijiste: “Hasta acá”?
Locomotora: —Cuando le pegó a nuestro hijo. Ahí le dije: “Basta asesino, criminal”. Me golpeó fuerte. Y yo dije: “Esta es la última vez, me voy a defender”.
Leo: —¿Te empezaste a preparar como podías?
Locomotora: —Vivía en la miseria con él. Me empecé a entrenar, pero es psicológico el tema. Es el miedo que no te deja actuar, que te paraliza. Y yo enfrenté mi miedo y me defendí.
Leo: —¿Ahí empezaste a saber quién era Locomotora Oliveras? ¿Crees que ese es el momento en el que nació todo?
Locomotora: —Yo creo que fue una construcción que empecé desde que era chiquita y tenía hambre y nos fuimos a trabajar en el campo. Ahí empezamos a estar mejor económicamente y lo logramos. Después el tema de la violencia de género. Poder salir de ese infierno que muchas mujeres han muerto y no solo muere esa mujer, sino toda la familia porque destruyen para siempre la vida de miles de personas con un feminicidio. Yo creo que me superé con las diferentes piñas y los nocauts que me dio la vida.
Leo: —En las charlas que das contando tu historia de vida ¿las mujeres se te acercan a decirte que a ellas también las golpean?
Locomotora: —Sí, mujeres y hombres también. Siempre les digo defendete y separate.
Leo: —¿A las mujeres les cuesta más?
Locomotora: —Sí, por la cultura que tenemos todavía de que el hombre es el fuerte, de que la mujer tiene que estar sí o sí con su pareja para toda la vida. Pero está cambiando. Es cuestión de que te quieras nada más. Si vos te queres no vas a permitir que te peguen, que te lastimen, que te maltraten ni en tu casa, ni con tu familia, tus amigos o en el trabajo. Es quererte. Y si vos te querés, te vas a entrenar para estar fuerte, lindo para cuidar tu capital. Que sos vos mismo.
¿Se nace o se construye?
La habilidad deportiva es la principal característica de quienes se destacan en el deporte. Sin embargo, a quienes creen que ese talento es innato, otros que consideran que con buena instrucción y constancia se puede lograr; y un tercer camino busca un poco de ambas para alcanzar el éxito en cualquier disciplina.
Leo: —¿Cualquiera puede ser boxeador o al que le pasan estas cosas lo nutren de un combustible que para ser boxeador es aún mejor?
Locomotora: —Yo creo que se nace porque hay muchos que viven en la pobreza, la miseria, la vida los ha golpeado, pero por más que lo intenten y entrenen no llegan. Se nace, pero también tiene que tener hambre de querer ser alguien en la vida, de querer superarte, de querer tener lo tuyo, de auto respetarte. El 99% de los boxeadores y las boxeadoras venimos del mismo lugar del hambre, de la pobreza, de la miseria. Acá en Europa, en EEUU, en México, en todos lados. Pero esas ganas de salir adelante son las que te llevan a ser campeón.
Leo: —Si tengo todas esas ganas, me pasó todo eso, callejeramente no soy buen peleador, pero me instruyo y tengo disciplina. ¿Puedo llegar a ser un buen boxeador?
Locomotora: —Por supuesto. Yo en la calle nunca peleé. Jamás. La única piña que di para defenderme fue a mi pareja, pero ni siquiera era de boxeadora porque yo no sabía ni pararme.
Leo: —La piña del corazón de una nena de 15 años goleada por su pareja saliendo en defensa suya y de su hijito.
Locomotora: —Cuando estás entre la vida y la muerte sacas fuerzas del alma. Y la tenés. Todos la tenemos.
Leo: —Esa fue tu única piña “de civil”. ¿Las demás fueron todas en el ring?
Locomotora: —Sí todas en el ring. La primera vez que subí mi entrenador me dijo: “Vos no servís ni para pelear con tu sombra”.
Leo: —¿Siempre fuiste decidida?
Locomotora: —Sí, yo me la juego. En el amor y en todo. Imaginate a los 14 años dije: “Quiero ser mamá”.
Leo: —¿Cuántos hijos tenés?
Locomotora: —Dos varones. El mayor es modelo. Tiene 30 años. Están los dos trabajando en mi gimnasio en Santo Tomé. El más chico está estudiando para chef, le encanta cocinar. Los dos entrenan, estudian y trabajan.
Leo: —¿Fuiste buena madre?
Locomotora: —Yo creo que di lo mejor. Di todo lo que pude dar. No podés calificarte porque ¿cómo se aprende a ser mamá? No hay un libro o no vas a la universidad a aprenderlo. Y aparte siendo mamá y papá es mucho más difícil. Son buenos chicos y yo le agradezco a la vida que no hayan tenido mala junta o que se hayan metido en cosas raras. Aman la vida y lo agradezco. Si me tengo que poner una calificación es 7 porque no existe la mamá perfecta.
Cuestionario Random
Leo: —¿Película favorita?
Locomotora: —¡Rocky! Me encanta.
Leo: —¿Comida favorita?
Locomotora: —Asado.
Leo: —¿Preferirías ser inmortal o invisible?
Locomotora: —No, ninguna de las dos. Sería horrible. ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Para qué voy a estudiar si voy a ser inmortal?, ¿Para que voy a laburar si voy a ser inmortal? El sentido de la vida es eso: que nos morimos.
Leo: —¿Preferirías ser infiel o que te sean infiel?
Locomotora: —¡Ninguna de las dos! No me gusta que gorren y por eso tampoco lo voy a hacer yo. Aclaro que gorrear es que te engañen con otra persona.
Leo: —¿Y la mentira? ¿Preferirías mentir o que te mientan?
Locomotora: —No tampoco. Ninguna de las dos. Me da bronca. Nunca más me vas a creer si te enterás que te mentí. Se pierde el respeto, la confianza.
Leo: —¿Preferirías tener tres piernas o tres brazos?
Locomotora: —Tres patas para correr más rápido.
Leo: —¿Te gusta vacacionar?
Locomotora: —Sí, me encanta.
Leo: —¿Playa o montaña?
Locomotora: —Me gustan las dos, pero ponele montaña porque me gusta escalar, me gusta que hay muchos bichos: víboras, hormigas…
Leo: —¿Un ídolo?
Locomotora: —(Mike) Tyson. Por él empecé boxeo. Por ver sus peleas, ver a ese animal. Ese salvaje que de una sola piña tumbaba a cualquiera.
Leo: —Si le tuviéramos que poner un valor económico a uno de los seis cinturones, ¿Cuánto valen para vos?
Locomotora: —100 millones de dólares. (Floyd) Mayweather hizo una exhibición con un chino por 100 palos verdes… Y sus peleas valen mil millones de dólares por el Pay Per View. Él cobra un porcentaje de todos lo que pagan para verlo y el mundo entero paga para ver sus peleas. Por eso no tiene ningún sponsor en su ropa porque ¿Qué sponsor le va a poner mil millones de dólares? Yo estoy a altura de él así que te dije 100 palos no mil porque no soy ambiciosa (risas).
Leo: —¿Arriba o abajo?
Locomotora: ¡Arriba! Abajo te dejé. Arriba para todo.
Leo: —¿Sexo salvaje todos los días hasta los 60 años o una vez por semana hasta los 90?
Locomotora: —Una vez por semana, pero me puede durar una semana. Un día entero… Hacer el amor es una pelea. Puede durar 12 rounds, 7... Uno tiene que estar entrenado para hacer el amor. Hay que entrenar para hacer el amor, para dar lo mejor. Hay que entrenar el corazón.
Leo: —¿Por plata o por gloria?
Locomotora: —Tengo 6 títulos mundiales, 20 años de mi vida a trompadas, entrenando 10 horas por día por dos monedas. Nunca pude comprarme ni siquiera un auto con mis cinturones. Lo que yo tengo, que gracias a Dios tengo todo, auto, casa, mi gimnasio y mucho laburo es porque, paralelamente al boxeo, doy charlas motivacionales, soy entrenadora y hago publicidades. Toda mi vida lo hice por gloria. Y hay hombres campeones del mundo que les decís: “Tomá, te doy mil dólares pelea una vez al año el título del mundo”. Y no te saltan ni la soga. Esto es gloria realmente, lo que hacemos nosotras las mujeres.
Leo: —Completa la frase con lo primero que se te venga a la mente. Yo nunca…
Locomotora: —Nunca robé. Jamás en mi vida.
Leo: —Cuando sea grande quiero ser…
Locomotora: —Feliz. Siempre quiero ser feliz.
Leo: —A veces…
Locomotora: —Meto la pata y me equivoco. Hay que reconocerlo.
Leo: —¿Tenés relación con otras boxeadoras?
Locomotora: — Hay un abismo entre las compañeras y yo. No todas, pero es como que estamos en la vereda de enfrente. Yo lucho por la igualdad porque ganemos lo mismo que los hombres o que se parezcan las bolsas. Lucho por estar mejor y mis compañeras no me acompañan. Fui la primera mujer en hacer el título del mundo a 12 round de 3 minutos. Ninguna boxeadora me apoyó, al contrario. “Está bien que peleemos 10 round de 3 minutos”, decían. ¿Queremos igualdad? Tenemos que hacer lo mismo. El hombre pelea 12 rounds de 3 minutos. Yo lo hice el 11 de mayo que fue mi última pelea y gané por Nocaut en el octavo asalto.
Leo: —¿Una palabra que te identifique?
Locomotora: —Vos podés.
Leo: —¿Ya lograste todo o te falta algo?
Locomotora: —Me falta algo que quiero que lo hagas conmigo: la película. Rocky mujer. Quiero que vos seas uno de los boxeadores. El sueño que tengo es hacer la película de mi vida porque es resiliencia pura. Esa película va a ayudar a quien la mire a saber que puede con todo. Yo pude, vos también podés.