Nicolás Vázquez, conocido popularmente como Nico Vázquez, tiene una destacada carrera artística en cine, televisión y teatro, tanto en actuación como en producción y dirección. Su versatilidad lo llevó a hacer doblajes de reconocidas películas e incluso a grabar tres discos junto al staff de Casi Ángeles.
Actualmente, se luce como protagonista en la obra de teatro “Tootsie” que fue la más vista del 2023, con más de 100 mil espectadores y se alzó con cuatro premios Ace. Nico ganó en la categoría mejor actor de comedia.
“Estamos felices por todo lo que sucedió y muy agradecidos. Esperamos que vengan de todo el país porque es un obra imposible de mover. Yo soy bastante conocido por hacer gira, pero por una cuestión de tamaños nos vamos a quedar en Buenos Aires”, explicó.
La segunda temporada inició este jueves 11 de enero, y las funciones son de jueves a domingo en el Teatro Lola Membrives. “Es un buen momento para que vengan de todo el país y del exterior también”.
La amistad con Messi
Su fanatismo por el crac del fútbol mundial es de público conocimiento, pero poco se sabe de cómo fue ese primer acercamiento a su ídolo, cuáles fueron sus emociones y qué le dijo.
Pollo: —¿Cómo conoces a Messi?
Nico: —Yo lo conozco el día del 4 a 3 a Brasil, en New Jersey. Estoy en el ascensor y alguien dice: “Ahí baja el enano”. Se abre el ascensor antes del partido y estaba el Kun Agüero, Mascherano. Yo no los vi. Se blureo todo alrededor de él (risas). Lo vi a él solo como con un halo de luz. Yo estaba entregado. Como desnudo diciendo: “Soy tuyo”(risas).
Pollo: —¿Qué le dijiste?
Nico: —Yo lo miro y lo primero que le digo es: “Hola, perdoname. Puede ser una foto”. Él me dice: “Obvio, boludo”. Después de la foto, me dice: “Nos vemos después”. Y se lo llevan…
Pollo: —¿Y qué pasó?
Nico: —”¿A dónde nos vemos?”, digo yo. Y empiezo a caminar siguiéndolo. Se suben al micro para ir a la cancha. Yo me voy en un remis a ver el partido, que me habían invitado en unos lugares espectaculares que estaba tan cerca de los jugadores que les podía hablar. Eran lugares de familiares. Subo la foto a Twitter contando que lo conocí; y en la semana me llama Adrián (Suar). Me dice: “¿Qué pasó?”. Yo no entendía y le digo: “¿Con qué?”. Y me cuenta: “Me llamó Messi que nos vamos a juntar a comer y me dijo: ‘Invitalo a Nico Vázquez’”. Así fue. Directo.
Familia y amor
Habiéndose cumplido siete años del fallecimiento de su hermano Santiago, Nico lo recordó con amor y destacó la importancia de aprender a convivir con ello para poder afrontar ese difícil momento.
Pollo: —¿Qué es en tu vida la familia?
Nico: —Prioridad absoluta. Lo fue desde siempre. Lo que pasa es que, a lo mejor, lo de mi hermano lo sacó a relucir un poco más porque me tocó justo perder a alguien que era prioridad en mi vida, que era mi persona favorita.
Pollo: —¿Eran mejores amigos? ¿Estaban todo el día juntos?
Nico: —Todo el día juntos.
Pollo: —¿Eso está curado?
Nico: —Sí, está aceptado más que nada. Hay que desmitificar un poquito el tema de la muerte.
Pollo: —¿Cómo sería eso?
Nico: —Hay que amigarse. Empezar a entender que siguen con vos. Tenés que dejar de lado el egoísmo para darte cuenta de que, desde otro plano, están. Pero no te lo digo para convencerme o convencerte. Tenés señales, los sentís, los soñás, que no es soñar en realidad es que te hablen por intermedio de los sueños. Eso te hace amigar mucho más con lo que le sucedió. Empiezo a disfrutar y a recordarlo con una sonrisa todo el tiempo. Eso es la resiliencia también.
Pollo: —¿Con qué cosas lo recordás?
Nico: —Cada vez que viene un aniversario de él o su cumpleaños lo recuerdo en las redes sociales, que en realidad recordarlo lo recordás todo el tiempo todo los días, yo lo hago apropósito. Es como un tributo a él. Y te voy a contar algo que nunca conté. Cada vez que lo hago, me explotan las redes sociales de gente que lo conoció y que me cuentan historias nuevas que yo no sabía. Me mandan fotos, me dicen: “Tu hermano me ayudó en tal cosa”. Y eso a mí me hace muy bien, porque es seguir estando con él presente, y sé que él hubiera hecho lo mismo conmigo. Es una forma de recordarlo, pero cuando se van hay que ocuparse más de los que están acá, que también lo hago. Mis amigos, que son la familia que elijo, mi pareja, mis padres, mi hermana. Es importante.
Con Gimena Accardi cumplieron siete años de matrimonio. Comparten no sólo sus vidas sino también la profesión, proyectos laborales y un profundo amor por el teatro.
Pollo: —¿Qué significa Gime en tu vida?
Nico: —Es mi todo. Mi persona favorita en el mundo. Mi complemento. Siempre digo que me hizo mucho mejor persona. Es mi equilibrio. Las cosas más increíbles me pasaron a partir de estar al lado de ella y parte también de estar de pie tiene que ver con ella. Ella es fantástica, es un hada, es mágica. Es una gran persona, una gran mujer y la admiro mucho.
Pollo: —¿Se acompañan mucho?
Nico: —Muchísimo. Nos admiramos, que es algo muy importante en una pareja, admirarse, respetarse. Ella es mi debilidad. La adoro. Es alguien especial.
El día que se percibió famoso
Pollo: —¿Cuál fue el momento en el que te diste cuenta de que te volviste famoso?
Nico: —Me acuerdo perfectamente. Fui con mi hermano a uno shopping en Martínez, de los más conocidos. Yo vivía a siete cuadras de ahí. Había hecho una participación en verano del ‘98 y después me quedé. Fuimos a comer una hamburguesa, Santi era muy chico y en la cola se complicó de la cantidad de gente que empezó a saludar. Fue la primera vez que me di cuenta de que me conocían de la tele, aunque no sabían ni como me llamaba. Después la vez que me empecé a sentir famoso fue cuando hice “Son Amores”. Ahí sí me empezaban a decir “Nico Vázquez”, porque me fue muy bien con el personaje de Pato Villar.
Pollo: —El representante de jugadores que tenía dos teléfonos.
Nico: —Claro, ese. Era lógico porque era un programa con 40 puntos de rating, gané dos premios. Ahí es donde sentí que me conocía mucha más gente, me hacían notas…
En números
Pollo: —¿Hace cuántos días no tenés sexo?
Nico: —Tuve anoche. Estoy en cero. Venía de muchos días sin nada porque Gime estaba en sus días y muy dolorida. Contaba todo, todo (risas).
Pollo: —¿Es normal esa frecuencia de ustedes?
Nico: —Me gusta el sexo (risas).
Pollo: —Pero si están hace mil años juntos… No me digas esto, me exponés.
Nico: —Se dicen de vos muchas cosas… El otro día estabas en una lista de frecuentes (risas).
Pollo: —Me dio vergüenza.
Nico: —Y bueno. Es que se dio justo. Hice el amor ayer.
Pollo: —¿Sos un tipo sexual?
Nico: —Sí, soy muy sexual.
Pollo: —¿Cuánto te costó lo más caro que te compraste?
Nico: —Cuando nos compramos la casa con Gime. Es donde uno apuesta más y de a poquito le fuimos haciendo cosas, modificándola. Recién ahora la empezamos a ver como la habíamos soñado.
Pollo: —¿Cuándo lloraste en los últimos 30 días? Si es que lloraste…
Nico: —Me emocioné mucho de felicidad el 31 de diciembre y el 1° de enero, mucho más que en Navidad. La pasé con amigos, tuvimos muchas charlas profundas en el Sur y eso hizo que vibráramos la misma energía. Fue muy lindo.
Pollo: —¿Cuántos boxers tenés?
Nico: —Muchos porque a mí me gustan mucho de colores, pero para el teatro necesitás de color negro porque cuando te estás vistiendo tenés que esconderte… Para este personaje exageré y compré entre 15 o 20 negros porque van entre el teatro y casa. Pero si tengo que elegir me gustan con colores, con dibujos.
El juego del millón
Con el único requisito de que todo el dinero de la valija sea gastado, Nico dividió el dinero en tres partes y se animó a fantasear con un sueño futbolero.
Pollo: —¿En qué gastarías un millón de dólares?
Nico: —No soy de darle bola a las cosas materiales. Lo que más me importa y sí disfruto mucho es mi templo, mi casa. Pero me gustaría dárselo a mi familia.
Pollo: —¿Cuánto?
Nico: —200 a mi hermana para que tenga tranquilidad y que a mis sobrinas no les falte nada.
Pollo: —Quedan 800 mil.
Nico: —200 para mamá y papá, también.
Pollo: —Muy bien. Nos quedan 600 mil. ¿Qué hacemos con eso?
Nico: —Lo quiero terminar con un sueño y como un chiste para compartir con vos. Vamos a comprar un club de fútbol
Pollo: —Uy, me vuelvo loco.
Nico: — Vamos a comprar un club de fútbol, chiquito. Vamos a esperar que él termine de jugar tranquilo, que juegue todo lo que tenga que jugar porque le falta un montón. Lo voy a llamar y le voy a decir: “Leo, un ratito nada más. Dos partidos nada más. Bancame hasta que entren los sponsors y después nos dejás”.
Pollo: —¿Vos decís que lo vas a llevar a Leo?
Nico: — Lo vamos a llevar a Leo. Le vamos a pedir un favor.
Pollo: —¿Pero cuando tenga cuántos años?
Nico: — No importa, no importa porque a él le falta un montón.
Pollo: —Pero ¿puede venir a los 51?
Nico: — Está dolarizado esto así que no va a cambiar. Lo vamos a guardar para cuando sea el momento.
Pollo: —No creo que con 600 venga. Perdón que baje el proyecto.
Nico: — No, no. Él vendría de onda. La cosa es así. Nosotros compramos un club y le decimos “Leo: Vení, jugá un partido y te vas”.
Pollo: —Es un favor que le vamos a pedir…
Nico: — Los vamos a dormir (risas). Hasta que entren los sponsors. Una vez que entran, nos acomodamos un poquito. Vamos a jugar algo. No sé en qué liga. No importa, lo que sea. North Champs, la Intercountry (risas). Pero nos vamos a dar un gusto.