Lucía Galán con María Laura Santillán: “Hay amigas que se enganchan con cualquiera para no estar solas. Yo sé estar sola”

Dice que le gustaría estar en pareja pero que no es una condición urgente. La salud mental de los cantantes, cómo es salir de un estadio lleno y estar sola en una habitación vacía inmediatamente después. El momento en que hay que pedir ayuda. Cuáles son las señales que recibe, las presencias sobrenaturales y la necesidad de creer

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María Laura Santillán Con Lucía Galán

Esta entrevista es posible gracias a un minucioso trabajo de arquitectura en la agenda de una estrella internacional, sin exagerar. Lucía Galán está sólo una semana en Buenos Aires en medio de la gira del dúo Pimpinela por el mundo. Una vida entera en aviones, hoteles, estadios, teatros… Para aproximarnos a este fenómeno, éstas son sólo algunas de las ciudades donde se presentaron en 2023: Monterrey, Nueva York, New Jersey, Houston, Miami, Los Ángeles, San Diego, Orlando, Chicago, México, Mérida, Puerto Rico, Santo Domingo, Madrid, Marbella, Huelva, Valladolid, Valencia, Barcelona, Canarias, y hay muchas más. Desde hace más de cuatro décadas los Pimpinela son artistas mundiales y los que hablamos en español, grandes y chicos, sabemos sus canciones de memoria. Lucía es, además de muy talentosa, una mujer encantadora.

– En los 80, cuando salió el video de “Pega la vuelta”, que fue y es nuestro caballito de batalla, estuvimos cinco años viajando exclusivamente para promoción. ¿Eso qué significa? Significa que si tu canción sonaba en New York, la compañía discográfica te pagaba el pasaje a New York para hacer la promoción allá. Después el tema despegó en California y fuimos para allá. Ahora, con la globalización, hacés un programa de televisión y te ven en todos lados. Fuimos abriendo mercados cuatro o cinco años sin cobrar, porque eso no te lo pagan, no tenés un sueldo, no cobras un cachet. Son presentaciones, prensa, es abrir camino. Gracias a eso que sembramos tenemos la posibilidad de ir a más de 18 países y de seguir sumando. Ahora se están sumando Suiza, Dinamarca, Alemania, lugares a los que no fuimos nunca.

– Son cuatro décadas de éxito ininterrumpido, es un fenómeno. ¿Cómo se logra atravesar generaciones?

QUE DOS HERMANOS CANTEN ESTE TIPO DE CANCIONES SIGUE SIENDO MEDIO PARA TERAPIA”

– Se siguen sumando nenes, porque no hay manera de perdurar 40 años si no se van agregando generaciones. No fue algo planificado. Sabíamos que queríamos hacer algo diferente que no se hubiera visto y sabíamos también que estábamos al borde del ridículo, que dos hermanos canten este tipo de canciones era medio para terapia, sigue siendo. Pero después se fueron agregando otras historias, otro tipo de canciones, no solo las de pelea. Hemos comprobado que en todos los países viene a vernos a nuestros conciertos la familia entera.

"Hemos comprobado que en todos los países viene a vernos a nuestros conciertos la familia entera", dijo Lucía Galán (Fotos Franco Fafasuli)
"Hemos comprobado que en todos los países viene a vernos a nuestros conciertos la familia entera", dijo Lucía Galán (Fotos Franco Fafasuli)

– Para llevar adelante una vida entera de presentaciones, de giras, de conciertos, de grabaciones, se necesita mucha disciplina. ¿Cuáles son tus costumbres?

– La primera y principal es que desde que comenzamos rodearnos de gente buena, de un equipo de gente sana, honesta. No es que somos dos budistas pero tenemos nuestras disciplinas cada uno, somos muy distintos. Termina el show, comemos y a las 12 de la noche ya estamos durmiendo porque al día siguiente tenemos otro vuelo para ir a otra ciudad. Nos cuidamos la voz. Si tengo dos shows seguidos, la noche anterior no voy a comer con el staff porque si no hablo, o grito. Tengo que descansar mínimo ocho horas.

– Además, profesora de canto, siempre.

– Sí , la tengo a Katy Viqueira, que donde estoy y a cualquier hora aparece online y me zamarrea.

– Con tanta actividad existe en algún momento la posibilidad de: chau, desenchufo y me borro del mundo?

– Nosotros ponemos en la agenda espacios libres, sobre todo desde que Rocío, mi hija, vive en Madrid. Cada dos meses voy a ver a mi hija, mañana lunes voy. Y en marzo vuelvo otros 20 días. Cada tres meses, tres semanas.

– Forzosas. ¿Joaquín haría esto?

– No, no, él es un workaholic tremendo, es el que maneja el dúo. Él nunca se ha tomado. Si se tomó es porque yo me fui, porque no le quedó más remedio. Se queda planificando las grabaciones, él compone todas las canciones también. Quizás se ve menos, pero es el que arma las giras, el que hace el management de todo, compone, graba.

– Vos sos la estrella.

– Yo soy la estrella, yo te subo y te canto.

– Prioridad Rocío

– Sí, acompañarla. Aguantarme y seguirla como una madre súper cool que no la quiere molestar en absoluto y que espera al lado del teléfono, cero ansiosa (risas)… ¿Hacemos algo a la tarde?

"Nosotros ponemos en la agenda espacios libres, sobre todo desde que Rocío, mi hija, vive en Madrid. Cada dos meses voy a ver a mi hija", contó Lucía Galán
"Nosotros ponemos en la agenda espacios libres, sobre todo desde que Rocío, mi hija, vive en Madrid. Cada dos meses voy a ver a mi hija", contó Lucía Galán

– ¿Seguirla sin que ella lo note?

– Claro, disimuladamente. Para mí es la prioridad número uno. No hay otra cosa. A veces eso presiona a la otra persona, pero ella lo maneja muy bien y yo estoy aprendiendo a manejarlo bien. Fue difícil que se fuera. Como para cualquier madre, cuando se te van tus hijos. Pero la acompaño en lo que puedo.

– ¿Sabe que para vos ella es lo único importante en el mundo?

– Si, la presiona un poquito esa situación. Lo hemos hablado. Le dije: que no te condicione, no es que tenés que estar al lado mío sentada y yo estoy esperando a que vos decidas y yo no tengo vida. Quedó muy claro eso pero también es un amor. Somos muy amigas, somos muy compañeras, viajamos mucho juntas, pero tenemos nuestros espacios. Yo le doy el espacio.

– ¿Por qué se quedó vivir en España?

– Teníamos un manager, Damián, que trabajaba con nosotros y se puso de novio con mi hija. O sea, se conocieron en la gira y se la llevó descaradamente. Ella quería probar desde hace mucho vivir en España, es nuestro segundo país. Mi familia vive allá, mis primos, nuestros padres son de allá. Fue al jardín de infantes cuando vivíamos allá.

– ¿Cómo te llevás con el paso de los años?

– Me llevo muy bien. No me es una carga para mí. Me gusta cuidarme, pero no soy una obsesiva de las cirugías. Me gusta usar buenas cremas, hacerme tratamientos, pero no estoy planificando cuál será la próxima cirugía.

"Me gusta cuidarme, pero no soy una obsesiva de las cirugías", reveló Lucía Galán en entrevista con María Laura Santillán
"Me gusta cuidarme, pero no soy una obsesiva de las cirugías", reveló Lucía Galán en entrevista con María Laura Santillán

– Asociaste la pregunta del paso del tiempo con la belleza.

– Sí, tenés razón, porque la salud me la controlo siempre, sobre todo desde que tuve el accidente cerebrovascular en el 2006.

“BAILO A LA PAR DE UNA CHICA DE 25 Y POR OTRO LADO ME SIENTO MÁS SABIA”.

– ¿Te sentís más sabia o los años te pesan? Están los que dicen que es muy lindo este tiempo y los que están muy agotados.

– Yo en ese orden, o sea, las dos cosas. Por momentos me digo: no me cambiaría a 20 años atrás, estoy perfecto con la edad que tengo, 62, me siento bien, me siento jovial, me gusta. Cuando terminamos una gira, nos vamos todos a bailar. Bailo a la par de la chica del coro y bailarina que tiene 25. Y por otro lado, me siento más sabia. Sé lo que quiero. Sé lo que no quiero. Selecciono las cosas, dónde voy, con quién estoy, qué hago. Me priorizo, hago meditación, hago todo lo que tenga que hacer para enriquecer mi camino.

“VEO A LA GENTE QUEJARSE POR ESTUPIDECES. SOMOS UN PAÍS MUY QUEJOSO”.

– ¿Hay cosas que ya no importan más?

– Sí. Hay cosas que no. Te das cuenta del significado real de las cosas importantes y de donde tenés que poner el peso. Yo me ocupo del hogar Pimpinela, eso me baja mucho a tierra, las historias que veo de los niños y niñas son un cable a tierra muy grande para mí y para todos los que formamos parte del hogar. Veo a la gente a veces quejarse por estupideces y digo, no tenés ni idea de lo que tenés y de lo agradecido que hay que ser, porque siempre hay cosas para agradecer. Hay gente que se vuelca más para la queja, la queja y la víctima. Somos un país muy quejoso, no vemos todo lo demás, nos instalamos ahí y lo único que vamos a seguir teniendo es eso.

– El Hogar Pimpinela ya lleva 27 años. ¿Te trae a la realidad los problemas reales?

– Me pone con la realidad cruel, con las historias que aparecen en los noticieros. Yo las veo todos los días.

– Pero no sos un amor todo el tiempo, seguramente hay cosas que te enojan.

– No soy un amor en absoluto. Me molesta la mediocridad. La gente que hace las cosas sin pasión y los que te mienten. ¿Si vos sabés que este vaso tiene que estar acá por tal razón? Nosotros no somos de pedir las toallas bordadas con nuestras iniciales y esas pelotudeces, no, pero que haya un espejo lógico… O sea, me molesta la gente que sabe que cosas tienen que estar y no lo hace por desidia o porque no le importó. Yo pongo el 100% en mi trabajo y en mis afectos. Uno va seleccionando amigos: este ya no más, este sí, este me aporta, este me hizo algo malo. Vas esquivando.

“ME ENCANTA IR A BAILAR, PERO ACÁ EL MÁS GRANDE TIENE 30 AÑOS”.

– Te he visto en una fiesta bailar, te bailás todo. ¿Qué hacés para estar así?

– Soy el alma de las fiestas. Ruego al cielo que alguien ponga un un lugar para bailar para gente de mi edad. Antes había en Argentina, en España hay. A mí me encanta bailar, me gusta escuchar música y me gusta bailar. Pero acá, por ejemplo, el más grande tiene 30 años. ¿Entonces, qué hago?

María Laura Santillán con Lucía Galán

– ¿En España vas al boliche a bailar?

– Hay lugares, he ido. Sí, voy bastante. Tengo amigas allá, y sí, hay gente de toda edad y no es para levante, es para escuchar música divertida. Que uno pueda bailar, divertirse, tomar algo. Son lugares buenos que existen y acá no existen. Estoy buscando. La Bresh no tengo ni idea que es, tengo amigos que van, más grandecitos y me encantaría conocerla.

– O sea, ¿te gustaría que cuando vuelvas a Buenos Aires, alguien te invitara a la Bresh? Cuando una está sola las amigas te quieren enganchar...

– No hay nada que me rompa más. Tuve esas citas dos veces, porque dos amigas mías me insistieron para tener encuentros con dos hombres que no conocía. No me gusta. Fui porque son amigas mías del colegio “por favor, por favor, por favor”. Fracaso total. No me gusta.

– Un bailarín tiene chances con vos entonces, un tipo al que le guste salir a bailar.

– Sí, claro. Hay que encontrar el lugar para ir a bailar. Por favor. Es un llamado de emergencia. Como la canción de Daddy Yankee.

– Estás muy bien sola, ¿no?

– Sí, estoy bien sola. Igual un compañero está bueno.

“HAY AMIGAS QUE SE ENGANCHAN CON CUALQUIERA POR NO ESTAR SOLAS. YO SÉ ESTAR SOLA, LA PASO BIEN”.

– ¿Extrañas tener un compañero?

– Sí, por momentos. Compartir charlas, viajar. Pero cada uno en su casa y con los espacios necesarios. Pero sí, me gusta estar en pareja. También conozco amigas que se enganchan con cualquiera por no estar solas. A mí no me pasa eso, yo sé estar sola, aprendí a estar sola y lo paso bien sola. Entonces no es una condición urgente.

"Todos me quieren enganchar. Yo me resisto. Las cosas cuando se tienen que dar, se van a dar", expresó Lucía Galán
"Todos me quieren enganchar. Yo me resisto. Las cosas cuando se tienen que dar, se van a dar", expresó Lucía Galán

– Estás sola hace más de tres años, ¿no?

– Sí, lo más bien. Y todos me quieren enganchar. Yo me resisto. Las cosas cuando se tienen que dar, se van a dar. Ya va a aparecer. Tengo que salir un poco más, nada más, porque a no ser que me toque el timbre en mi casa…

– Hace algunos meses le hice una nota a Pablo Alarcón, y cuando habla de vos pareciera seguir enamorado, esperando que en algún momento de amigarse.

– Pero creo que está en pareja ahora. Tenemos muy buena relación, nos queremos mucho, es un excelente, una excelente persona y hemos compartido momentos maravillosos durante muchos años. Pero las cosas llegan a un punto final a veces.

– Sí, te quería contar que cuando te nombra se le iluminan los ojos y se lo ve en estado de enamoramiento.

– Él es fantástico. Fue y es una persona muy importante en mi vida.

– Estás muy cerca del Hogar Pimpinela, de cada historia, ¿cómo es ahora viviendo tanto tiempo en el exterior?

– Cuando estoy en Buenos Aires voy prácticamente todos los días y cuando estoy de viaje por zoom, videollamadas, estoy conectada con cada historia, porque es una responsabilidad muy grande. Por eso lo pusimos a nombre nuestro, porque nos hacemos cargo.

– Son chicos derivados de juzgados que después son re vinculados, con historias muy duras. ¿Cuántos pasaron por el Hogar?

– Más de 1200, que han sido adoptados. De los 1200 ninguno volvió con un vínculo familiar.

"En la pandemia cerramos el hogar y nos repartimos a todos los nenes entre los que trabajamos ahí", contó Lucía Galán
"En la pandemia cerramos el hogar y nos repartimos a todos los nenes entre los que trabajamos ahí", contó Lucía Galán

– Durante la pandemia llevaste a un chico a vivir tu casa.

– Sí, vivió con nosotras, con Rocío y conmigo. Un nene que había entrado al hogar hacía tres meses con trasplante de hígado. En la pandemia cerramos el hogar y nos repartimos a todos los nenes entre los que trabajamos ahí y yo me lo traje a él porque era más complicado el tema de la dieta, los cuidados, las pastillas, todo. Vivió conmigo lo que duró la pandemia, 11 meses. Y ahora soy su madrina.

– No es la única historia muy cercana.

– No. Hay otra, Mercedes, que fue la primera que entró. Cuando abrimos el hogar entró un grupo de seis hermanos. Antes las adopciones no tenían un tiempo límite. No es como ahora que tenés que decidir sí o sí qué vas a hacer con la criatura, antes podían estar de por vida en un hogar. Mercedes siempre quiso tener una familia, sus hermanos también y el juez nunca lo autorizó. Perdió a dos de sus hermanos en el accidente que tuvimos en 2001, cuando los chicos iban de vacaciones al sur. Le hicimos la fiesta de 15 en un salón, creció, empezó a estudiar la facultad, le pagamos la carrera. Vivió en el hogar, hicimos una habitación para ella sola, después la ayudamos a alquilar. Tiene esposo, dos hijas maravillosas, también soy la madrina. Hay muchas historias cercanas. Vienen chicos a los conciertos con sus familias.

– Te devuelve mucho el hogar, pero también se debe llevar mucho de vos, porque las situaciones que vivieron los chicos son muy traumáticas.

– Sí, muy traumáticas. Son chicos abusados sexualmente, chicos de dos años. Tuvimos mellizos de 11 meses con sífilis. Tuvimos nenes de tres años con abstinencia crónica porque la madre se drogaba durante el embarazo y le daba al bebé cuando nació. Madres que clavaban tenedores en la pierna de su hija… pasan y todos los días.

“MUCHAS VECES HE VUELTO A MI CASA LLORANDO DE IMPOTENCIA PORQUE UN JUEZ NO REACCIONA”.

– ¿Cómo se sobrelleva?

– A veces me la banco mejor que otras. Somos un equipo excelente, un grupo de mujeres que ponen el alma, pasión y vida por cada uno de los chicos. Muchas veces me he vuelto manejando a mi casa llorando de impotencia o porque un juez no reacciona a una situación que tiene que acelerar, o porque no da pelota, o porque otro sí hace lo que tiene que hacer y se conmueve con la historia de alguien y acelera los trámites.

"Hay muchos chicos grandes, de nueve años, para arriba que están esperando y la gente cree que son chicos complicados o que su historia no la van a revertir o que les van a arruinar la vida. Es todo lo contrario", aseguró Lucía Galán
"Hay muchos chicos grandes, de nueve años, para arriba que están esperando y la gente cree que son chicos complicados o que su historia no la van a revertir o que les van a arruinar la vida. Es todo lo contrario", aseguró Lucía Galán

– ¿Pensaste en adoptar alguna vez?

– No, yo tenía miedo a no ser igual como madre con mi hija biológica y mi hijo adoptivo. Hay que nacer con ese amor incondicional. Hay gente que cree que lo tiene, se anota y después no lo tiene, Se anota engañándose. Por eso hay que tenerlo muy claro. Hay muchos chicos grandes, de nueve años, para arriba que están esperando y la gente cree que son chicos complicados o que su historia no la van a revertir o que les van a arruinar la vida. Es todo lo contrario. Pero nunca me decidí a adoptar.

– ¿Hiciste terapia?

– Por supuesto.

“ES IMPORTANTE PEDIR AYUDA CUANDO UNO SIENTE QUE NO PUEDE CON LA PRESIÓN DE ESTA PROFESIÓN”.

– La cara dice “toda la vida”.

– Por supuesto. Hice terapia durante 14 años. O sea, con interrupciones. Y ahora hago. Tengo dos terapeutas. Uno que es más zen, más tipo constelaciones familiares y transpersonal. Y tengo un lacaniano que me da con un hacha cuando lo necesito. Últimamente vengo bastante seguidito, una vez por semana. Veo que la cuestión de la salud mental surge ahora en los cantantes jóvenes, creo que hay una parte desatendida y que es importante reconocerla. Es importante pedir ayuda cuando uno siente que no puede con determinadas cosas, con la presión de esta profesión o de cualquiera. Nuestra profesión es muy estresante y tiene mucha presión, pero después hay una recompensa que es lo que nos pagan, que podemos pagar las cuentas a fin de mes. Mucha más presión y mucho más estrés es cuando alguien no llega a pagar las cuentas y no le alcanza para alimentar a sus hijos. Entonces, dentro de ese privilegio que tenemos, obviamente tenemos que cuidarnos en ese aspecto.

“SALÍS DEL ESTADIO LLENO Y TE METÉS EN UNA HABITACIÓN A COMER SOLA. SI NO LO MANEJÁS BIEN TENÉS QUE PEDIR AYUDA”.

– Uno imagina que a esta altura estás más allá del bien y del mal, sin embargo dijiste: últimamente estoy necesitando la terapia seguidito.

– Sí, porque es un escape para hablar de lo que a uno le pasa, desde una estupidez hasta una discusión con mi hermano, decir “estoy cansada”, “cómo sigo”, “amo lo que hago, pero…” Y por los contrastes. Es verdad, llenamos estadios, pero inmediatamente después que salimos del estadio te metés en una habitación sola, a comer, mirando La ley y el orden, entendés? Esos contrastes son muy marcados. Si no los manejás bien, tenés que pedir ayuda.

María Laura Santillán con Lucía Galán

– Imagino que viste a Duki cuando lloró, y hablo de su salud mental.

– Sí, es importante. No sé si yo lo hablaría arriba de un escenario, por ahí tienen un tipo de público que empatiza, por esas edades. Es importante porque a veces la gente que está abajo nos idealiza y cree que a nosotros no nos pasan nunca esas cosas. Que vivimos una vida maravillosa y somos recontra felices. Y el barco y las vacaciones. Entonces sí creo que es bueno comunicarlo. Pero también es bueno dar el mensaje de que se puede, de que hay que hacer cosas con uno. Terapia, meditación, yoga, lo que sea, Hay dos millones de cosas ahora para hacer, para encontrar el camino, para encontrar tu eje. Cuando sos tan joven y entrás en esto y de golpe tenés una fama inusitada, es muy difícil manejarla y es muy difícil rodearte de gente buena que te apoye y que te diga: “mirá, te estás, te estás zarpando”. “Ojo con eso, ojo con lo otro”. “¿Por qué no vas dejando esto?”. “No te acerques a aquel”. “Se te arriman los que fomentan esa parte de vanidad y de orgullo tuyo”.

– Más lo que dijiste, ese contraste entre la ovación y estar totalmente solo después.

–Hay que procesar eso. Tener un compañero o llamar por teléfono a una amiga o quedarse tomando algo en el lobby del hotel como para bajar un poco. Porque hay cosas que querés compartir con alguien. Después de 43 años de profesión que 14.000 personas en Madrid o en Nueva York quieran ir a verte es una cosa todavía… son 43 años, no son cinco, no empezamos recién con una canción que explotó. Es muy fuerte eso.

“YO CREO EN LAS PRESENCIAS”

– Vi en tu Instagram que se te mueven los muebles. Además de esa capacidad tuya sobrenatural de hablar tipo médium, recibir mensajes.

– Se me movió el sillón. Empecé a hacer un Instagram y de golpe vi por atrás que un sillón giratorio grande, pesado se movía y no llamé la atención porque dije: por ahí es alguna bisagra del sofá. Fue el día de todos los muertos, en México hacen una fiesta tremenda. Empezó a moverse despacio para un lado, pero de golpe frenó y se empezó a mover para el otro lado. Entonces dije: esto no es una bisagra ni es una corriente de aire porque las ventanas están cerradas. Sí, yo creo en las presencias, lo que pasa es que la palabra fantasma ha tenido muy mala prensa siempre, uno la lleva para el lado de de las películas de ciencia ficción tipo Poltergeist, que vienen a sacarte de la tumba. Yo necesito creer en que los seres queridos que partieron están. Necesito creer y está absolutamente comprobado.

– El sillón, se movió. Para un lado y para otro, muy loco.

– Era muy gracioso porque la gente decía en los comentarios: hay un nene sentado. Había una cabeza de peluca con un postizo que a veces me pongo y entonces se veía algo apoyado. Hubo muchísimos comentarios de gente que recibe señales. Ya te va a pasar a vos y me vas a llamar por teléfono.

– ¿Recibís muchas señales?

– Recibo señales, sí, estoy atenta y me encanta. Estoy planeando una docuserie o documental de la vida después de la muerte en alguna plataforma. Yo como anfitriona, no como entrevistada. Conozco médiums en muchas partes del mundo y voy a explicar a la gente común con un lenguaje común. Y el que crea bárbaro y el que no crea peor para él.

– ¿Aquí hay que estar atento también, ya que estamos, por si acaso?

– Hay que estar muy atento. A vos te deben pasar muchas cosas, lo que pasa es que no le das bola.

María Laura Santillán con Lucía Galán

– Se apagó una luz en este momento!

– ¿Ok? (se ríe) ¿Se apaga habitualmente la luz?

– Nunca, nunca se había apagado.

– ¿Viste?

– Yo no creo en nada.

– ¡Pero no! ¿Por qué? ¡Por qué! ¿No te gustaría pensar que cuando no estés más, vas a encontrarte con tus seres que han partido?

– Me encantaría creer en todo, pero no creo en nada. Nunca creí.

– Como decía Chopra: si ponés la energía en no creer, ponela en creer que es lo mismo. ¿Y dónde crees que vamos cuando nos morimos?

– A ningún lado. Una pena. Pero es la verdad.

– No. Es tu verdad.

—¿Así que vamos a un lugar divino?

– Sí. Pero hay testimonios en todo el mundo. Neurocirujanos, especialistas. No una cantante como yo. O sea, gente profesional que ha estudiado medicina y que ha comprobado… Elisabeth Kübler-Ross y gente que ha dado su vida por comprobar lo que vos estás negando. María Laura, te pido por favor.

"Como decía Chopra: si ponés la energía en no creer, ponela en creer que es lo mismo", dijo Lucía Galán (Franco Fafasuli)
"Como decía Chopra: si ponés la energía en no creer, ponela en creer que es lo mismo", dijo Lucía Galán (Franco Fafasuli)

– Voy a intentarlo, pero no, me parece que es una decisión: elegir creer. Que no es real, no es verdad, no es empírico, no es científico.

– Sí es científico. Ya es científico. Me extraña alguien tan inteligente como vos

– Listo, como vos digas (risas) Porque ya te estás enojando. Hay una pregunta tipo chisme que necesito hacerte. Estabas en la mesa de Mirtha cuando se conocieron Milei y Fátima…

– Siempre estamos en el medio de algo los Pimpinela. O arman videos con nuestras canciones que nosotros no tenemos ni idea ni nadie nos pide permiso, como la de “Se van” y todo eso.

– ¿Qué viste vos que ves más allá?

– (risas) No vi nada raro. Vi que se trataban. No vi a nadie muertito atrás (risas) Ellos, relajados. No intuí nada. Ni dije: “ay, yo sabía que esto iba a pasar”. Evidentemente hubo una charla después. A mí nunca me pasó que después de un almuerzo con Mirtha, alguien charlara y me pidiera el teléfono.

– Pero puede pasar todavía. Mirtha es inmortal.

– Puede pasar. Tengo que ir a muchos almuerzos. Y armar yo la lista de los invitados.

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