Magalí Videla con María Laura Santillán: “Cuando tuve la recaída se me cayó el mundo, no me quería levantar de la cama”

La lucha de Magalí: la futbolista está en tratamiento de quimioterapia y entrena tres veces por semana para volver a jugar en Primera y en la Selección. Cuando cumplía 17 le diagnosticaron cáncer, Linfoma de Hodgkin. Cómo fue volver a dejar de jugar. De dónde sacó la fuerza para levantarse

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María Laura Santillán Con Magalí Videla

La fuerza de Magalí Videla es conmovedora. Y la belleza de su expresión tranquila pero fuerte, equilibrada y guerrera a la vez, es impactante. Tan chiquita, todavía no cumplió 20 años, y tan sabia. Magalí es jugadora de fútbol desde los 8 años. Empezó jugando en el campo y a los 14 decidió ser arquera. Estuvo en la selección Sub 15, en la selección Sub 17 y en Primera, pero un día la vida le cambió para siempre. Tenía solo 16 años cuando le dijeron que tenía cáncer. Linfoma de Hodgkin.

— 16. Cuando me cae la noticia, justo era mi cumpleaños. Cumplía 17, así que no fue un buen regalo. Yo ya venía teniendo síntomas. Me acerco al médico y me empezaron a hacer estudios. Todo daba mal. Estaba sola en ese momento, fui al médico sola porque tenía a mi familia lejos. Yo vivía en provincia pero entrenaba en Capital. Estaba sola.

— ¿Te sentías mal?

— Sí, con las defensas bajas. Iba de estudio en estudio y terminé internada. Y fue cuando me hicieron una biopsia, me diagnosticaron cáncer. Linfoma de Hodgkin. Estaba sola, y me dijeron que podía tener una enfermedad grave y que por eso iba a quedar internada, para hacer unos estudios. Ahí es cuando la cabeza entra en juego, una enfermedad grave, puedo tener millones. Cuando tuve los resultados ya estaba con mi familia.

"Cuando me cae la noticia, justo era mi cumpleaños. Cumplía 17", dijo Magalí Videla en entrevista con María Laura Santillán (Fotos Gustavo Gavotti)
"Cuando me cae la noticia, justo era mi cumpleaños. Cumplía 17", dijo Magalí Videla en entrevista con María Laura Santillán (Fotos Gustavo Gavotti)

— Pero vas a curarte y vas a volver a jugar.

— Sí, ya arranqué por ese camino..

“LA FUERZA QUE TUVE DURANTE TODO ESTE TIEMPO FUE PARA PODER VOLVER A JUGAR”

— ¿Ése es tu sueño?

— Sí, el de siempre. Y no va a cambiar nada. Nunca cambió nada. O sea, la fuerza que yo tuve durante todo este tiempo fue básicamente para poder volver. Es lo primero que pienso cada vez que me caigo, cada vez que tengo una recaída. Que me tengo que levantar, porque tengo un sueño y lo quiero cumplir.

María Laura Santillán Con Magalí Videla

— Entre los ocho y los 16 jugaste al fútbol sin parar, te querían varios clubes.

— Cuando entrás a la Selección cambian un poco los planes. Porque cuando entré a la selección tenía 15 años. Yo jugaba en un club de la B y de la nada entré a la Selección, que es algo muy arriba, y me empezaron a llamar de todos lados.

— Jugabas en el club de Camioneros. ¿Cómo llegaste ahí?

— Llegué porque era el único club que me quedaba cerca y era una opción para salir del barrio, básicamente. Ahí empezó todo. Después de entrar a la Selección tomé la decisión de ir a Platense. Por compañeras de la Selección también me acerqué a ellos.

— Hay una etapa entre los ocho y los 16 y otra etapa desde que estabas por cumplir 17 hasta ahora en que tenés casi 20 años. Estás yendo y viniendo entre el fútbol y la enfermedad, peleándola, para poder jugar al fútbol.

— Sí, yendo, viniendo para todos lados. Vivo ahora en provincia, en Monte Grande, y todo queda lejos. Hasta el médico me queda lejos. Es una lucha todo.

— ¿Qué sería todo?

— Viajar, el tiempo. Cuando entrenás, dejás de hacer ciertas cosas. Es alejarse de la familia, de los amigos, perderse cosas por lo que uno elige. Yo elegía en ese momento perderme esas cosas por un sueño que ahora no se me estaría dando. Cuando tuve la recaída y no pude seguir entrenando, me tomé ese tiempo para estar con mi familia y mis amigos, ese tiempo no lo tenía hacía muchísimo. Sea bueno o malo siempre le busco el lado positivo a todo.

“CUANDO TUVE LA RECAÍDA SE ME CAYÓ EL MUNDO. NO ME QUERÍA LEVANTAR DE LA CAMA”

— ¿Tuviste un momento de bajón?

— Sí, el bajón lo tuve hace poco. Cuando me enfermé, ni siquiera sé de dónde saqué las fuerzas para no bajonearme en el momento. Le puse el pecho y fui. Y cuando terminé todos mis tratamientos tuve dos meses de felicidad porque me había curado. Pero a los dos meses tuve una recaída. Y ahí es cuando se me cayó el mundo. Cuando tuve la recaída vino el bajón fuerte.

— A partir de que escuchamos la palabra cáncer, los que lo sufrimos en algún momento nos venimos abajo. Cada uno tiene su momento. Sentís que te caés, que no podés más, que no te querés levantar.

— Sí, yo estuve un mes así. Un mes en que no me quería levantar ni de la cama. Amigos y familia pudieron levantarme. Porque esto no es una lucha individual sino que es grupal, porque es de todos. Porque me afecta mucho a mí, pero también a la gente que tengo cerca. Entendí también que si no podía levantarme ese día por mí, tenía que hacerlo por ellos. Me agarré eso y me levanté.

María Laura Santillán Con Magalí Videla

— Empezaste a comunicarte por las redes sociales, posiblemente eso tambien te ayudó.

— Sí, es que mucha gente me escribía para hablar, para charlar sobre cómo iban mis tratamientos, cómo iban los suyos y eso me motivó a tener una red social donde contarlo. Y donde la gente que no esté pasando por lo mismo se entere de cómo es la enfermedad y lo que uno tiene que pasar cuando hace los tratamientos.

— ¿Hablar con otros enfermos también?

— Sí, tuve la oportunidad de hablar con Celeste Ianelli y con un montón de personas. Me dediqué especialmente a eso y eso me ayudó un montón.

—- Hubo etapas. Una etapa en la que te dijeron que estabas curada, muy cortita. Después vino la recaída y después el trasplante. ¿Y más quimioterapia?

— Primero, al inicio de todo, tuve quimioterapia. Era un tratamiento de seis meses, pero a los tres meses dejó de funcionar y me dieron otro de quimioterapias más fuertes pero cortas, y después el trasplante. Después vinieron los rayos y ahí fue cuando me curé por unos días. Cuando tuve la recaída volvieron las quimioterapias.

“ME QUEDA UN AÑO Y MEDIO PARA FINALIZAR LAS QUIMIOTERAPIAS PERO ESTOY VOLVIENDO A LOS ENTRENAMIENTOS”

— Seguís en tratamiento ¿Cuántos años desde el diagnóstico?

— Van dos años y medio. Me queda un año, un año y medio para finalizar las quimioterapias. Aunque uno eso nunca lo sabe, fue un promedio que me dieron los médicos. Pero ahora, en esta etapa de la vida, las quimios que estoy recibiendo me hacen tener una vida mejor y estoy volviendo a los entrenamientos, a jugar de a poco. Sí, hace poco tiempo estoy en un club chico, pero estoy ahí volviendo y retomando.

"Me queda un año, un año y medio para finalizar las quimioterapias", contó Magalí Videla
"Me queda un año, un año y medio para finalizar las quimioterapias", contó Magalí Videla

— ¿Cómo hacés?

— El médico me dijo que haga una vida normal. Los entrenamientos son según yo me sienta físicamente así que ahora estoy entrenando dos o tres veces por semana, muy de a poco.

— Lo que no cambió es tu decisión de seguir con el fútbol, sin ninguna duda. ¿Qué sí cambió?

— Pensamientos. Y la vida. La vida cotidiana que yo tenía me cambió por completo. Entrenaba siempre de lunes a lunes y de repente me encontré que no lo podía hacer más, que me tenía que quedar en mi casa. Decía, pero ¿qué hago en mi casa? Porque nunca tuve tanto tiempo libre. Mi vida diaria cambió un montón.

“ENTENDÍ QUE SI ME SENTABA A LLORAR Y A PATALEAR NO IBA A CAMBIAR NADA”

— Estás acostumbrada a cambiar. Después de ocho años de jugar como delantera dijiste, ¿a ver cómo es ser arquera? Y te gustó. Estás bastante abierta a lo que te depare la vida, ¿no? Y aceptás lo que pasa.

— Sí, me voy acoplando a las situaciones. Con el tiempo entendí que si me sentaba a llorar o a patalear no iba a cambiar nada, que no podía ponerme a llorar para que algo cambie porque no iba a ser así. Había que cambiarlo desde otro lado, desde la actitud, la voluntad.

María Laura Santillán Con Magalí Videla

— ¿Tenés psicólogo?

— Pasé por muchos psicólogos. Ahora no, pero sí tuve bastantes. Tuve psicólogos deportivos y después, en la clínica, me dieron uno.

— ¿Sos tu propio sostén hoy?

— Sí. A veces uno necesita la ayuda. Y yo la agarro de amigos, de familia, de la gente cercana.

— Cuando te dijeron que ibas a tener que hacer quimioterapia te rapaste, para no esperar a que se cayera el pelo. Cuánta fortaleza para esa decisión.

— Sí, yo trataba de ir un paso más adelante de todo, trataba de pensar en qué podía ganar. Cuando me dijeron que el pelo se me iba a caer tenía el pelo larguísimo. Siempre tuve ganas de querer cortármelo, pero nunca me animé, nunca. Y dije: es la oportunidad ahora, salí del médico y lo hice. Mi familia me decía que no, quizás tenemos la posibilidad de que no se te caiga. ¿Pero, y si se me cae? Ya está, hay que hacerlo. Y lo hice.

— ¿Qué pasa ahora cuando te ves en el espejo?

— Me gusta mucho más así. Así que fue un cambio para bien.

—- ¿Alguna vez te propusieron ser modelo, hacer publicidad? Sos muy fotogénica.

— Sí, de chica. Mi familia quería. Pero el fútbol siempre estuvo primero. Nunca se me dio, pero estaría bueno.

"Hay cosas que se cortan durante los tratamientos y a veces es un bajón para uno porque ves al resto haciendo las cosas que querés hacer y no podés", expresó Magali Videla en el reportaje
"Hay cosas que se cortan durante los tratamientos y a veces es un bajón para uno porque ves al resto haciendo las cosas que querés hacer y no podés", expresó Magali Videla en el reportaje

— ¿Qué te está dejando de aprendizaje lo que estás atravesando?

— Aprender a valorar las cosas, a valorar las oportunidades que la vida nos da. A compartir con la familia. A pasar tiempos lindos. Yo creo que valorar es lo que más me está enseñando.

— ¿Tenés una mirada distinta a partir de ese tiempo en que estuviste fuera de la actividad? Así como no se ve lo mismo jugando en medio de la cancha que desde el arco, tuviste y tenés que quedarte más quietita con tanta quimioterapia.

— Sí, hay cosas que se cortan durante los tratamientos y a veces es un bajón para uno porque ves al resto haciendo las cosas que querés hacer y no podés. Pero también pienso que por algo las cosas son así y que cuando me toque me va a ir muy bien. Y estoy esperando ese momento.

— No bajaste los brazos nunca.

— No. Creo en cada cada pasito que puedo dar para prepararme, para el momento que sea volver, entrar a una cancha, volver a ser profesional. Siempre agarro esa oportunidad porque quiero estar bien preparada para cuando llegue el momento.

— ¿Pudiste disfrutar o sufriste el Mundial Femenino de fútbol?

— Mitad y mitad. Estaba muy orgullosa por las chicas. Ir al Mundial es un paso muy grande. En lo individual me dolía, porque es el sueño de toda jugadora poder estar en ese momento, me dolía no poder estar ahí. Me dolió bastante.

— Estuviste en la Selección, en distintos equipos, habrás fantaseado mucho con jugar en ese campeonato.

— Sí. Las cosas están yendo bien donde estoy, pero uno siempre tiene la cabeza en querer progresar, en en querer jugar en otro lado, en jugar afuera. Los dos años que estuve en la Selección siempre soñé con poder jugar un Mundial. Siempre son objetivos.

— Escribiste mucho en redes. Recuerdo la frase: te odio, cáncer y no voy a parar hasta que no salgas de mí. ¿Te daba y te da ánimo?

— Siempre escribo. Volvemos al psicólogo. Ellos me enseñaron a escribir. Escribir las cosas que me hacen mal o las cosas que me hacen bien. Como soy una persona que no puedo expresarme mucho con la gente o abrirme, me dieron la posibilidad de escribir y me hacía bien. Y desde ese momento siempre escribo todo.

"Tengo muy pocos amigos. Valoro mucho el sentarte a tomar mates. Y hablar, charlar, eso para mí es un amigo, no ir a joder", reveló Magalí Videla
"Tengo muy pocos amigos. Valoro mucho el sentarte a tomar mates. Y hablar, charlar, eso para mí es un amigo, no ir a joder", reveló Magalí Videla

— ¿Cuánto escribís?

— Un montón. Cosas buenas, lo escribo. Si me pasa algo malo me bajoneo y también lo escribo y eso me ayuda.

— Dijiste: me cuesta abrirme.

— ¿Con la gente? Sí. Si estoy pasando por un mal momento no me sale contártelo. Quizás si no me preguntás, no te lo voy a decir.

— ¿Cuál es la importancia de los amigos ahora? Porque seguramente hubo momentos en que te perdiste encuentros y juntadas, un poco por el fútbol y otro poco por los tratamientos.

— Tengo muy pocos amigos. Valoro mucho el sentarte a tomar mates. Y hablar, charlar, eso para mí es un amigo, no ir a joder.

— ¿De joda no salís?

— Sí, salimos, pero para la joda hay un montón de amigos.

— Ahora que estás haciendo vida normal. ¿Salís con los amigos? ¿Al boliche? ¿Juntadas?

— Sí. Juntarme con amigos a la noche. Antes salía un poquito más. Ahora cuando retomé los entrenamientos, lo dejé. Salgo una vez cada tanto.

— Decís que no te abrís a los demás, pero en Instagram tu nombre es @linfoma.de.hodgkin. Te abriste de par en par.

— Sí, el tema enfermedad me hace bien hablarlo. Tal vez ese tema, pero otros no.

"El tema enfermedad me hace bien hablarlo. Tal vez ese tema, pero otros no", expresó Magalí Videla
"El tema enfermedad me hace bien hablarlo. Tal vez ese tema, pero otros no", expresó Magalí Videla

— ¿Qué es lo que más te hace bien de todo ese ida y vuelta con la gente?

— A mí me hace muy bien recibir. Recibí muchos mensajes de gente que pasaba por lo mismo y admiraba las fuerzas que yo tenía. Me decían que ellos quisieran tener las mismas fuerzas. Me hace bien charlar y motivar a la otra persona. Me hace bien que la gente sepa el día a día de la enfermedad, mi día a día.

— Sos fuerte y valiente.

— Sí, en el momento es durísimo, muy duro. Pero cuando pasaste por todo el proceso me dio una satisfacción tremenda. Porque fue duro. Ahora que estoy recibiendo unos tratamientos más leves. Aunque no terminó el tratamiento, me pone feliz porque no estoy sufriendo como sí sufría la quimioterapia fuerte.

— Cuando la quimioterapia es muy fuerte es como si te pasara un camión por encima.

— Sí. No sabría explicarte. Es un dolor en todo el cuerpo.

— Que te aplasta.

— De la cabeza a los pies. Es un dolor que no se terminaba más.

— Eso ya pasó y ahora hay un norte, un objetivo.

— Me propuse volver de a poco a los entrenamientos, lo que queda del año y del año que viene. Tratar de estar en cualquier club que me dé la oportunidad de estar de 11 y retomar carrera de vuelta. Yo sé que es difícil porque ya lo pasé, pero con las ganas uno siempre puede.

— ¿Qué es lo más difícil?

— Es mucho estado físico, mental y un montón de cosas. No es sólo ir a entrenar y jugar. Lleva un montón de disciplina. Estoy dispuesta, sé que va a costar, pero creo que en algún momento va a llegar la oportunidad de volver a estar en Primera, de poder ser profesional, de jugar afuera, de volver a la Selección.

"Sé que va a costar, pero creo que en algún momento va a llegar la oportunidad de volver a estar en Primera, de poder ser profesional, de jugar afuera, de volver a la Selección", dijo Magali Videla (Fotos Gustavo Gavotti)
"Sé que va a costar, pero creo que en algún momento va a llegar la oportunidad de volver a estar en Primera, de poder ser profesional, de jugar afuera, de volver a la Selección", dijo Magali Videla (Fotos Gustavo Gavotti)

— ¿Estás en pareja?

— Sí. Desde hace poco, pero hace mucho a la vez porque es mi compañera de siempre. Ella me acompaña a todos lados, a las quimios al pie de cañón, y siempre a los entrenamientos. Ella es mi sostén. Tenemos una relación hace bastante tiempo.

— ¿Eran amigas?

— Claro, y hace poco somos pareja.

— ¿Vas a seguir contando lo que vivís cada día?

— Sí, en Instagram. Hasta el día que se termine todo. Sí.

— ¿Hasta que termine la enfermedad?

— Después va a quedar un Instagram donde figure que pasé muchas cosas malas. El día que tenga un bajón o me pase algo lo voy a ver y voy a decir: acá dice que yo estuve peor. Así que lo que me toque vivir no va a ser nada comparado con eso. Que quede ahí como un registro.

— ¿Me invitás cuando juegues el primer partido?

— Sí.

— ¿Te vas a acordar?

— Me acuerdo.

— Que sea pronto.

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