Paula Cahen D’Anvers con María Laura Santillán: “Le perdí el miedo a la muerte, está acá, al lado mío”

La famosa diseñadora confiesa el terror que sintió antes de operarse de cáncer de mama. El diagnóstico que fue un cachetazo, un giro necesario y la oportunidad de una vida nueva. Por qué hoy se siente otra persona. Como fue cuando descubrió que era más valiosa de lo que creía ser

María Laura Santillán Con Paula Cahen D'anvers

Es diseñadora y también empresaria. Desde muy joven creó marcas de ropa emblemáticas que siempre fueron tendencia. Via Vai, que marcó la moda de los 80, Paula Cahen D’ Anvers fundada en 1994, y Etiqueta Negra, desde 2003. Hay un antes y un después desde que en 2006 atravesó un cáncer de mama. Desde entonces su vida dio un vuelco, cambió, nada fue como antes.

— Yo no soy “el trabajo”. Tengo un montón de otras cosas más y el trabajo no me define. En un momento de mi vida sí me definía, por suerte trascendió y solté eso. Soy mucho más que lo que hago laburando. Me gusta la ropa desde chiquita, el mundo de las formas, me apasiona. Soy una creadora de espacios estéticos, me hace muy bien la armonía, el equilibrio. Lo hago por mí, lo hago porque me gusta y me doy cuenta que funciona.

Nos enseñaron que la ropa es una manera de presentarnos, de mandar mensajes y la moda va cambiando según las épocas. La pandemia cambió costumbres, por ejemplo usamos zapatillas incluso para ir a trabajar. ¿Vas cambiando las colecciones de acuerdo a la época?

— Yo soy parte de la época, no me separo de lo que hago, respondo a la cultura en la que estoy, en la que vivo. También tiene mucho que ver con mis procesos de crecimiento, Vía Vai respondió en su momento a algo más adolescente. Lo hicimos entre los 20 y los 30. Después llegó Paula, la época en que fui mamá y sacamos Paula Niños. Las marcas en que trabajé fueron reflejo de lo que yo estaba haciendo, siendo.

— Es muy loco que tengas una marca con tu nombre y que no sea tuya. ¿Cómo es cuando pasás por una vidriera con tu nombre?

— Una locura. Ahora, ya lo solté, es una marca y está separada de quien soy yo. Pero en su momento costó muchisisísimo.

"Las marcas en que trabajé fueron reflejo de lo que yo estaba haciendo, siendo", contó Paula Cahen D'Anvers (Gustavo Gavotti)

—¿Qué cambió en estos últimos años? ¿Qué de la época describe la ropa que usamos hoy?

— Hay mayor libertad. La gente está en una búsqueda de ser quien es. Durante mucho tiempo la moda uniformó y hoy hay miles de marcas. Yo no te puedo decir que se usa y que no se usa porque sería ridículo. Lo que a vos te hace bien, lo que lo que a vos te gusta.

—¿A vos qué te gusta?

— Me gusta lo sencillo, me gusta lo cómodo. Me gustan los materiales nobles. Me gusta la idea de que la ropa te acompañe, que no sea descartable. Comprarte algo que te dure y que pase a tener tu identidad. Me gusta la idea de ayudar a la gente a encontrarse, y que mezcle la ropa como le gusta. Que digas: ah, mirá, María Laura con este traje es ella, no es la marca. Eso que dura una vida.

“NECESITAMOS MUCHO MENOS DE LO QUE CREEMOS NECESITAR”

— Hay quienes sienten que si usan algo de otros años es ropa vieja.

— Sí, pero porque estamos seteados, programados para eso. Hay un aparato comercial que te invita a que creas en eso, pero vos podés salirte de ahí y consumir lo que necesites. Vamos a ese lugar, a conectar con que necesitamos mucho menos de lo que creemos necesitar. Nosotros creemos en eso y trabajamos para que así suceda.

— ¿Cómo es emprender en la Argentina hoy?

— Dificilísimo. Dificilísimo. Trabajar en la Argentina es surfear una ola mega gigante. Estás todo el tiempo reinventándote. Tenés que estar muy atento, no podés proyectar. Es muy difícil.

María Laura Santillán con Paula Cahen D'anvers
“TE LA JUGÁS. NO SABÉS QUE VA A PASAR EN UN AÑO EN LA ARGENTINA. DECÍS ‘VAMOS A CREER”

— Trabajas con materiales nobles; lino, algodón… nada sintético. Son materiales caros. Si no podés proyectar, ¿cómo lo planteás?

Te la jugás. En la moda tenés que trabajar con un año y medio mínimo de anticipación, y no sabés qué va a pasar dentro de un año en la Argentina. Es parte del negocio arriesgarte y decir ‘vamos a creer’, no queda otra.

“ARGENTINA HOY ES UN TERREMOTO”

—¿Cada año te la jugás? ¿Cada temporada?

— Hay años más estables que otros. Pero hoy es un… terremoto.

— Son muchas las dificultades. Por ejemplo, no hay costureras.

— En Argentina, sobre todo. Porque además los talleres se funden y no llega la tecnología necesaria para armar una prenda como la que querés. La industria nacional en nuestro rubro está bastante bastardeada.

"Los talleres se funden y no llega la tecnología necesaria para armar una prenda como la que querés", dijo Paula Cahen D'Anvers en entrevista con María Laura Santillán (Gustavo Gavotti)

— ¿La gente entra y sale en el rubro?

— Claro, los talleres se desarman, cierran, vuelven a abrir, gente nueva. Es difícil.

—¿Cuando planteás una colección, a quién escuchás? ¿Qué ves? ¿A qué estás atenta?

De todo. Estoy despierta. Observo, viajo. Miro las redes, miro películas de cine. Nunca sabés por dónde llega la inspiración. Uno es el resultado de todo lo que ya se hizo. Yo no creo en la creación de la nada. Uno responde a la línea que viene por detrás, a lo que está sucediendo, al inconsciente colectivo, a lo que captás desde un lugar que no sabes de dónde viene. Yo creo mucho en la intuición. Y creo en una información que está disponible, vos conectás, la bajás y la materializás. Y funciona.

— A veces repetís ropa, la volvés a hacer.

— Por supuesto que sí. Creo muchísimo en los clásicos.

— Dijiste que el trabajo no es lo que te define. ¿Qué te define?

— No me define nada.

"Me encanta ser mamá y lo agradezco tremendamente porque me costó mucho, para mí es casi milagroso tener dos hijos. Pero también creo que mis hijos son hijos de la vida", aseguró Paula Cahen D'Anvers (Gustavo Gavotti)

Sos mamá.

— Si soy mamá, pero también soy otras cosas. Me encanta ser mamá y lo agradezco tremendamente porque me costó mucho, para mí es casi milagroso tener dos hijos. Pero también creo que mis hijos son hijos de la vida. No es que sean míos.

“LA ENFERMEDAD ME TRAJO UN MONTÓN DE COSAS LINDAS QUE ME AYUDARON A SER QUIEN SOY HOY”

— En 2006 tuviste cáncer de mama. Seguramente eso también te marcó.

— Un montón. La enfermedad me trajo un montón de cosas lindas que me ayudaron a ser quien soy hoy. Si no hubiese atravesado la enfermedad, no sé si hubiese hecho el cambio que hice. Vos sola no podés hacer esos cambios, entonces viene la vida a ayudarte con una cachetada o una cosa fuerte para que vos te muevas. En lo personal lo sentí así. Desde ya que me costó un tiempo poder verlo de esa manera mientras lo estaba atravesando. Fue horrible. O sea, tuve mucho miedo. Tenía hijos muy chiquitos.

“TUVE MUCHÍSIMO MIEDO, NO SABÍA SI ERA CÁNCER ENCAPSULADO O SI TENÍA METÁSTASIS”

¿Te acordás cómo fue cuando te enteraste?

— Me acuerdo perfecto todo. Tuve muchísimo miedo porque además no sabía si era cáncer encapsulado o si tenía metástasis. Hasta que no te operan no lo sabés. Así que esos días previos son de terror, son horribles. Me acuerdo de apretar los dientes, no podía hablar. También me acuerdo sentir una fuerza y una certeza de que me iba a curar. Sentí la certeza de que me iba a curar y que iba a hacer todo para curarme. Eso me empoderó mucho.

María Laura Santillán con Paula Cahen D'anvers
“LE PERDÍ EL MIEDO A LA MUERTE. LA MUERTE ESTÁ ACÁ AL LADO, CAMINANDO CONMIGO”

— Hasta ese momento, hasta que a una no le dicen que tiene cáncer de mama, no existe el miedo a la muerte. No existe, no aparece. Pero la posibilidad siempre está.

— Está acá al lado, está caminando conmigo al lado y está. Hoy no tengo cáncer de mama y está al lado mío. Estamos muy disociados de la muerte, y la muerte nos acompaña. La muerte es la única certeza de lo que nos va a pasar a todos, no escapamos de ahí. La verdad que le he perdido bastante miedo a la muerte.

María Laura Santillán con Paula Cahen D'anvers

¿Cómo hiciste?

— Porque entiendo que es un viaje, que es un pasaje. Es un umbral que pasa a otra dimensión. Verdaderamente creo que somos seres espirituales que venimos a tener una experiencia en la Tierra, creo que cuando la trascendemos volvemos un poco a la fuente, a quien somos verdaderamente.

— Cuando tu tía, Mónica Cahen D’ Anvers, tuvo cáncer de mama, contó que para ella fue un mazazo. Yo podría contar lo mismo, para mí fue un mazazo. ¿Cómo hiciste para sacar lo bueno de ese tiempo tan límite?

SOY COMPLETAMENTE OTRA PERSONA DE LA QUE FUI ANTES DEL CÁNCER DE MAMA”

— Si me hubieses preguntado en el momento en que lo estaba atravesando, no era esta persona. Pasaron un montón de años, soy completamente otra persona que la que fui en el 2006.

— ¿Cómo eras antes?

— Estaba mucho más conectada con lo que se esperaba de mí, con la mirada externa, con los logros, con, con, con. Necesitaba todo eso para sentir que formaba parte de un sistema y estaba aportando algo. Hoy en día también, no es que estoy superada, pero sé que hay algo que me trasciende y eso me trae mucha paz.

— ¿Estabas distraída de vos? ¿Mirando más para afuera que para adentro?

— Sí, estaba más dormida.

"No es que estoy superada, pero sé que hay algo que me trasciende y eso me trae mucha paz", reveló Paula Cahen D'Anvers en entrevista con María Laura Santillán (Gustavo Gavotti)

— ¿Y ahora?

— Intento. No estoy despierta. Estoy tratando de ser lo más coherente posible.

— Para algunas mujeres lo más duro es la quimioterapia, para otras, es el miedo el tiempo previo a extirpar el tumor. También hay mucho miedo después, miedo de que el cáncer vuelva a aparecer. ¿El terror te apareció antes de la operación.

— Si. Después ya estaba en el proceso de sanación, ya me habían sacado el cáncer, ya me estaba sanando. Era otra etapa.

— ¿Cómo les explicamos a las mujeres que eluden los controles que si los hacen pueden salvar sus vidas? Que el 90% de los cánceres de mama se salvan, como nos sucedió a nosotras? ¿Cómo hacemos? ¿Por qué hay que hacerse los controles?

— Porque es clave. La medicina preventiva es la medicina del futuro. Creo mucho en que nosotros mismos nos enfermamos y que nosotros mismos tenemos la capacidad de curarnos. La medicina está ahí disponible para que nos hagamos los controles.

— Estamos vivas por el diagnóstico precoz. Si hubiéramos esperado unos meses para controlarnos, quizás hoy no la estábamos contando.

— No lo estábamos contando, seguramente. Es raro que el miedo te detenga a un miedo muchísimo mayor que es estar enfermo, tarde. Háganlo todos los años.

— Hiciste campañas para divulgar la importancia del diagnóstico precoz. Tu marca fabricó remeras conmemorativas que colaboraron para solventar estudios médicos en el Hospital Austral y fuiste madrina de la unidad móvil de diagnóstico de la Liga Argentina de lucha contra el Cáncer, Lalcec. Yo soy embajadora de Estée Lauder Companies, una marca icónica que desde hace 31 años, cuando el cáncer era una palabra tabú, lleva adelante una campaña pionera en la prevención de la enfermedad. El diagnóstico precoz salva vidas. Hay una necesidad nuestra de sacudir al otro.

"Me parece clave, si ayuda en algo, poder contar tu experiencia y que al otro le sirva. No tengo miedo de hablar de la enfermedad. O sea, me gusta", explicó Paula Cahen D'Anvers (Gustavo Gavotti)

— SÍ. Me parece clave, si ayuda en algo, poder contar tu experiencia y que al otro le sirva. No tengo miedo de hablar de la enfermedad. O sea, me gusta.

— Las campañas permiten además que haya presupuesto para ofrecer mamografías gratuitas a quienes no tienen obra social o no tienen fácil acceso a instituciones. El cáncer de mama es la causa principal de muerte por cáncer en las mujeres, según la Organización Mundial de la Salud.

— Es un datazo muy fuerte para escucharlo y hacer algo con eso.

— ¿Cómo fue que después de la enfermedad la vida cambió para bien?

— Gran parte tiene que ver con el cachetazo del diagnóstico. De repente un volantazo. Giraste a otro lado. Y aparece algo que quizás es más verdadero que lo que venías haciendo. Algo que nace, que es nuevo, que está lleno de riqueza.

— Cambiaron muchas cosas en tu vida. Cambiaste costumbres, cambiaste marido, cambiaste relaciones.

ANTES NO CREÍA EN NADA. HICE UN RECORRIDO ESPIRITUAL, NO RELIGIOSO”

— Básicamente la diferencia es que antes no creía en nada. Era una persona completamente atea y creía que el paso era este, que se terminaba. Hice un recorrido espiritual, no religioso. Me metí en meditación, me metí en retiros, miles de cosas que fueron completamente nuevas para mí y hoy es lo que me interesa. Quiero seguir recorriendo ese camino.

"Hice un recorrido espiritual, no religioso. Me metí en meditación, me metí en retiros, miles de cosas que fueron completamente nuevas para mí y hoy es lo que me interesa", contó Paula Cahen D'Anvers (Gustavo Gavotti)

— O sea que hay un tiempo que está dedicado a cuestiones trascendentes. Pero lo que no trascendente también se movió.

¿SE MOVIÓ TODO? SI, PORQUE ME MOVÍ YO”

— Sí, por supuesto.¿Se movió todo? Sí. Porque me moví yo. Si cambiás vos cambia el mundo. No tiene que ver con el afuera, sino conmigo, yo cambié. Entonces empecé a mirar todo con otros ojos. Me acepto un poco más, no soy tan exigente. Era tremendamente exigente y sigo siéndolo. ¿Con qué? Con todo. Muy exigente conmigo, con lo que debía ser, con no sé qué historia. Un cuento rarísimo que me armé. Yo me contaba un cuento y hoy me cuento otro. Escuché por ahí que la gente que tiene cáncer en general es muy exigente. Es una enfermedad asociada a la exigencia tremenda que uno tiene con uno mismo.

—¿Cómo hacés para manejar ahora esa exigencia?

— Ser consciente para empezar. ‘No está mal como sos’.

— ¿Los amigos siguen siendo los mismos o eso también cambió?

— Tengo amigos de siempre. Tengo amigos nuevos, de ahora. Voy a cumplir 60 años, no vas cambiando, vas encontrando. Uno es como magnético, depende de lo que estás resonando, el afuera te va a reflejar de una manera distinta.

“ME ANGUSTIO IGUAL QUE ANTES, LA DIFERENCIA ES QUE AHORA PUEDO SALIR UN POQUITO MÁS RÁPIDO”

¿Qué es lo que te angustia ahora que tenés esta perspectiva?

De todo, porque me meto en la cosa chiquita, en la cosa más imbécil del mundo y me angustio igual. Igual, igual. La diferencia es que puedo salir un poquito más rápido, antes me quedaba más tiempo pegada a eso. Hoy vuelvo, me traigo de vuelta, pero caigo una y otra vez. No es que ya aprendí, no aprendí nada.

"Soy lo que soy. Me abrazo como soy y me acepto. Me acepto con más amor. El amor propio es todo. Todo pasa por ahí. Quererse. Aceptarse. Amarse", dijo Paula Cahen D'Anvers (Gustavo Gavotti)

— No es que uno sale entendiendo todo.

— Yo por lo menos no, ojalá. Veo otra gente que sale más. No quiero ser exigente conmigo, vuelvo a ser exigente. Que no aprendí, que no sé qué. Soy lo que soy. Me abrazo como soy y me acepto. Me acepto con más amor. El amor propio es todo. Todo pasa por ahí. Quererse. Aceptarse. Amarse.

— Cuando me angustio mucho por algo, me remito a esa sensación del tiempo en cuando tuve cáncer, la vivencia de que me podía morir. Trato de recordar qué era lo que me parecía crucial en ese momento. Lo hago como ejercicio, recordar lo que sí es verdaderamente importante, para soltar otras angustias. Uno se engancha todo el tiempo con cosas menores.

Completamente menores. Estamos aprendiendo, y cada uno encuentra una verdad distinta. No creo que yo te pueda darte un consejo a vos.

— Mónica dice también que puede ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Eso la llena de vitalidad y de optimismo.

— Guau, yo quiero ver el vaso lleno. Es un aprendizaje para mí. Yo tiendo a ver el vaso vacío. Y estoy aprendiendo a ver el vaso lleno, porque estoy además rodeada de una abundancia que quiero conectar.

“LES AGRADECEMOS A ESAS ENFERMEDADES PORQUE DESCUBRIMOS QUE SOMOS MÁS VALIOSAS DE LO QUE CREÍAMOS”

— Es muy generoso de tu parte hablar tan sinceramente al haber atravesado un momento de tanto dolor, de tanto terror, que lo compartas.

Tenemos muchísimo más poder de lo que creemos. Muchisisisisimo más poder de lo que creemos. Entonces creétela, confiá en vos, confiá en la vida que también juega a tu favor. La enfermedad a veces es funcional al camino que tengas que hacer. Quizás desde el ego es incomodísimo, es incomprensible, pero desde otro lugar es lo que necesitás. Necesitás ese viraje, necesitás pasar por ahí a veces. Les agradecemos a esas enfermedades porque descubrimos que somos más valiosas de lo que creíamos. Un montón de cosas lindas pueden surgir a partir de la enfermedad. Así que si te toca, también hay que abrazarla y aceptarla.

— Y manos a la obra.

Manos a la obra para sanarte.

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