Termina la semana y el ex presidente de Chile, Sebastián Piñera, sigue. Mientras anochece en la ciudad de Buenos Aires, brinda entrevistas periodísticas, ajusta la agenda y se prepara para una cena con los otros ex mandatarios con los que compartió el II Encuentro del Grupo Libertad y Democracia. Desde ese think tank de la centroderecha de Iberoamérica, tiene varias urgencias y un objetivo: alertar sobre el riesgo que enfrenta América Latina ante al avance de liderazgos populistas. Explica un diagnóstico y señala las enfermedades que detecta en la política regional. Nombra a Cuba, Venezuela y Nicaragua como el final de un camino que, entiende, están recorriendo varios países. Y por eso agita la bandera de peligro. Lo hace en un tiempo, para Argentina, crítico: queda menos de un mes para las elecciones, cuando se elegirá mucho más que el presidente.
En un mano a mano con Infobae, Piñera habló sobre la actualidad del hemisferio, la política de la Argentina, elogió a Mauricio Macri, se refirió a Javier Milei y su propuesta de dolarización y se pronuncia sobre Sergio Massa. “Se equivoca”, responde cuando se le pregunta por sus cuestionamientos al acuerdo con el Fondo. Pero también se refirió sin medias palabras sobre el presente de su país, que preside Gabriel Boric, con una definición impactante: “Desgraciadamente, hemos perdido el rumbo”.
“El kirchnerismo ha sido una expresión populista que no enfrentó los problemas de fondo de Argentina”, resume en la entrevista y comparte el peor recuerdo que tiene de su relación como presidente con la administración K. Aparece la decisión unilateral de cortar los envíos de gas: “Eso produjo un gran daño económico en Chile y una gran desconfianza”, contó. Es una sombra que se proyecta, todavía, al presente.
El ex presidente participó junto a Macri en el II Encuentro del Grupo Libertad y Democracia, que reunió a 22 ex mandatarios y líderes de centroderecha en la Legislatura porteña. Durante todo el día, en la Legislatura porteña, participaron ex mandatarios y líderes de Iberoamérica convocados por la Fundación Libertad en paneles que abordaron los peligros para el desarrollo y la recuperación económica de la región que representa el avance de los populismos. Después, responde las preguntas de Infobae.
La entrevista con Sebastián Piñera
-Participó del II Encuentro del Grupo Democracia y Libertad. Le pido una reflexión sobre la importancia de este foro. Y los temas que se abordaron allí.
-Lo que vemos es que la democracia y las libertades están en retroceso en el mundo entero, como lo muestran todos los indicadores que miden la libertad y la democracia en el mundo. De hecho, la gran mayoría de los países del mundo no viven en democracia. Y en América Latina también estamos experimentando un retroceso.
Llevamos ya casi ocho años de permanente retroceso. Y no me refiero solo a las dictaduras de Cuba, Nicaragua o Venezuela. Me refiero a muchos otros países que han retrocedido en materia de libertades y democracia, como es el caso de Bolivia, de Perú, de Colombia y muchos más.
El Grupo Libertad y Democracia, que nació en Santiago de Chile, en marzo de este año, nace para organizar a las fuerzas, las voluntades y los corazones de los que queremos defender la libertad y la democracia. Se ha incorporado a más de 22 presidentes y ex presidentes de América Latina. Y nos reunimos para ver las amenazas de la democracia, que son muchas: el populismo, el narcotráfico, el crimen organizado, la corrupción, la incompetencia y muchos más.
-¿Cuando habla de retrocesos, concretamente a qué se está refiriendo? ¿En qué se ven esos retrocesos para los sistemas democráticos de la región y del mundo?
-Hay algunas dictaduras directamente, como la de Miguel Díaz-Canel en Cuba; Nicolás Maduro, en Venezuela; Daniel Ortega, en Nicaragua. Pero también ha habido graves problemas de democracia en Colombia, en Ecuador, en Perú. Se ven actos de violencia y por eso estamos no solamente estamos preocupados sino que ocupados de organizarnos, porque muchos de estos retrocesos son no solo responsabilidad de los enemigos de la democracia, sino que muchas veces la responsabilidad de los defensores de la democracia que no nos organizamos, no actuamos con la suficiente fuerza y voluntad.
-¿Estos estos retrocesos tienen vinculación con la cuestión económica y con los graves problemas que hay en los países de América Latina?
-Sin duda. Cuando las sociedades están progresando, tienden a ser más estables. Cuando están estancadas, tienden a ser más inestables. Como en la década de los 80 fue una década perdida en América Latina. porque el ingreso per cápita estuvo absolutamente estancado, la última década desde el 2013 hasta el 2023, nuevamente ha sido una década perdida.
Las economías latinoamericanas no están creciendo, están estancadas. El mundo está creciendo mucho más que América Latina. Somos uno de los continentes más rezagados en materia de crecimiento y, por tanto, las crisis políticas y las crisis económicas muchas veces van mancomunadas.
-Cada gobierno y cada partido que ha gestionado en la región ¿tienen también su cuotaparte de responsabilidad de este estado de cosas?
-Hay responsabilidades compartidas, sin dudas. Es verdad que los problemas vienen desde siempre, pero se han ido agudizando. Le doy, por ejemplo, el caso de Chile: Chile era un país que en los 90 estaba en la medianía de la tabla, y cuando recuperamos nuestra democracia hicimos un acuerdo, un pacto social en Chile, un acuerdo tácito. Básicamente, era respetar la democracia y los derechos humanos, respetar la economía de mercado libre, abierta, competitiva, y tener un compromiso con mayor equidad social.
Ese pacto nos permitió 30 años de crecimiento y pasamos de la medianía de la tabla a encabezar a América Latina en términos de ingreso per cápita o desarrollo humano. Pero eso, que fue un periodo de mucha bonanza -porque recuperamos la democracia, redujimos la pobreza significativamente, logramos crecer con mucha fuerza, logramos aumentar la red de protección social- todo eso se estancó hace algún tiempo y ahora no estamos creciendo y eso es preocupante.
-Surgieron en América Latina políticos considerados outsider de la política. ¿Qué opina de estos fenómenos? ¿Y después, específicamente, una perspectiva sobre el caso Milei?
-Hay muchos outsider que son populistas, que llegan prometiendo soluciones fáciles a problemas complejos, prometiendo cosas que saben que no pueden cumplir. En el fondo, entregan pan para hoy y hambre para mañana, son populistas, irresponsables, demagogos y que han fracasado estrepitosamente. Hay muchos casos en América Latina de eso, y producen mucho daño, porque al fin y al cabo, la única parte en que la palabra éxito está antes que la palabra trabajo es en el diccionario.
Los países tienen que ser organizados, hacer políticas públicas serias y responsables, se deben preocupar por los equilibrios monetarios y fiscales. Tienen que desarrollar y permitir la innovación, el emprendimiento, la capacidad de crear cosas nuevas. Desatar la fuerza de la libertad, que es el recurso más poderoso y más renovable que tenemos los seres humanos.
Con respecto al caso de Javier Milei, él tiene ideas de libertad que yo creo que son correctas. Muchas de las propuestas que hace él son recuperar mayor libertad para los ciudadanos, pero no basta con buenas ideas, también se requiere equipo de trabajo, tener experiencia, tener apoyo en el Congreso, porque las transformaciones que hay que hacer en Argentina para salir del pantano en el que está son muy grandes y requieren mucho apoyo, mucha madurez, mucha sabiduría y mucha generosidad para poder llevarlas adelante.
Recuerde usted que Argentina comenzó el siglo pasado como el país más rico del mundo. Lo tiene todo: minerales, agricultura, energía, petróleo, gas, gente muy creativa y sin embargo, cerca del 40% de los argentinos vive en pobreza. Eso es un escándalo, un escándalo moral y es culpa o producto de la mala política, del populismo, de la demagogia, de la irresponsabilidad. Por eso creo que Argentina requiere transformaciones muy profundas. Pero las transformaciones profundas requieren buenas ideas, buenos equipos, buena experiencia, responsabilidad, perseverancia. Y eso es algo que creo yo que es muy importante para el cambio que Argentina requiere.
-¿Ahora se puede definir a un dirigente como Javier Milei, pese a que tiene todas estas ideas a favor de la libertad económica, como un populista?
-Tenemos que verlo en acción, porque hasta ahora lo hemos visto solamente en sus propuestas. Yo no me atrevería a calificar, pero sí puedo decir que a mí me simpatizan y tengo mucho compromiso con las ideas de la libertad, y creo que en Argentina lo que falta es más libertad. Hay un Estado que asfixia la innovación, el emprendimiento, la imaginación, la creatividad. En lugar de promoverla, la asfixia y eso no permite que los países se desarrollen. Simpatizo con las ideas de libertad, pero hay muchas áreas en las cuales tengo grandes discrepancias con Javier Milei.
-¿Qué ideas, por ejemplo?
-Algunas de sus afirmaciones. No quiero participar o intervenir en política argentina, pero hay muchas de sus afirmaciones que son, a mi juicio, inviables.
-Se ha planteado el tema de la venta de órganos, el tema de las armas, se ha planteado incluso también el tema del voucher educativo.
-Se ha planteado el tema de terminar con el Banco Central, muchos frentes. Argentina es un país inmensamente rico y tremendamente empobrecido. Argentina es un país que lo tiene todo para ser un país sabio, desarrollado, con libertades, con democracia estable, con progreso, oportunidades, sin pobreza, y no lo ha logrado por la mala calidad de la política.
-Me interesaba abordar el tema de la dolarización, que es uno de los planteos que está impulsando Javier Milei. Le pido su opinión como presidente y como un dirigente importante de la región. ¿Es la dolarización una solución posible?
-Él ha planteado tres grandes ejes: la denuncia de las castas, la dolarización y la “motosierra” para reducir el gasto público. La dolarización es un tema técnicamente complejo. La dolarización requiere tener muchas reservas para poder llevarla adelante y Argentina hoy día no tiene reservas. Al revés, tiene reservas netas negativas. Por tanto, los procesos de dolarización que han ocurrido en el mundo -países como Panamá y Ecuador, que se han dolarizado- es algo muy complejo de realizar y no se puede hacer si no se cuentan con equilibrio fiscal y con reservas internacionales. Y hoy día Argentina no tiene ni equilibrio fiscal ni reservas internacionales.
-Supongamos que tuviera esas condiciones. ¿Cree que es una alternativa viable?
-Hay que ir a las causas de fondo. ¿Por qué la Argentina tiene una inflación galopante que este año va a superar el 150%? Porque Argentina hace mucho tiempo que vive más allá de sus medios, gasta más que lo que produce, especialmente el Estado, quetiene un déficit permanente. El déficit primario en Argentina es de cerca del 4% del Producto Bruto, más los intereses, que son otros 2%, más el cuasi déficit fiscal del Banco Central. Son cifras insostenibles y, por lo tanto, cuando se acaba el crédito, como le ha ocurrido a Argentina, se tiene que recurrir a la emisión. Eso genera inflación y puede conducir a hiperinflación. Por eso es tan importante que las medidas económicas se hagan con mucha responsabilidad, con mucha prudencia, porque es fácil prometer, lo difícil es cumplir.
-Argentina tiene un proceso electoral ya en ciernes. Está la candidatura de Milei, pero también la de Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio. ¿Qué opinión tiene?
-Una muy buena opinión. Creo que es una mujer inteligente, responsable, perseverante, valiente y tiene los equipos, tiene la experiencia y por tanto yo simpatizo con su proyecto para Argentina.
-También estuvo Mauricio Macri en el II Encuentro del Grupo Democracia y Libertad. ¿Cómo lo está viendo a Macri en el rol de ex presidente?
-A Macri le tocó ser presidente en tiempos muy difíciles, porque recibió un país muy deteriorado, muy debilitado económica y políticamente después del gobierno de Cristina Kirchner. Él tampoco tenía mayoría en el Congreso, así que su proyecto de país era, a mi juicio, lo correcto, pero no lo pudo implementar porque no tenía mayoría en el Congreso.
Finalmente, no pudo llegar al puerto que él se había fijado, pero creo que Mauricio Macri es una persona honesta, inteligente y comprometida con Argentina. Es una persona que ha entregado lo mejor de su vida al servicio público, desde el gobierno de la ciudad y posteriormente el gobierno de la Nación. Tengo un gran aprecio y admiración por él.
-La pregunta que le quiero hacer lo involucra a Mauricio Macri y también a usted. ¿Es más difícil ser un buen presidente o un mejor ex presidente?
-A mí me ha tocado ser dos veces presidente de Chile, que es un gran honor y una gran responsabilidad. Y ahora que he dejado de serlo y soy ex presidente, quiero ser un muy buen ex presidente. Colaborar para mejorar la calidad de la política, colaborar para generar más unidad en nuestro país, más diálogo, más acuerdos. Colaborar a mejorar la calidad de las políticas públicas. Todo eso es algo que es parte de mi misión, porque si bien dejé de ser presidente, sigo siendo chileno, comprometido con Chile. Y voy a seguir preocupado y ocupado y comprometido con mi país. Ojalá, hasta el último día de mi vida.
-¿Si usted tuviera que contar a un dirigente político que no conoce mucho la Argentina, qué es el kirchnerismo ¿qué respondería?
-El kirchnerismo ha sido una expresión populista de la política y por lo tanto no ha enfrentado los problemas de fondo de Argentina. Se ha quedado en los síntomas, pero no ha ido a las causas y por eso Argentina está en un mal pie como está hoy día. Piense usted que Argentina hoy día está sin crecimiento, con más del 40% de su población viviendo en pobreza, con más de 150% de inflación probablemente este año, a pesar de ser un país inmensamente rico. Eso es una contradicción y es una inmoralidad, porque el costo del populismo lo pagan los sectores más vulnerables, los sectores más necesitados.
-¿Qué piensa que una persona y un funcionario como el ministro de Economía de este país, que usted está describiendo de este modo, sea candidato a presidente y esté discutiendo la posibilidad de entrar en segunda vuelta.
-Respeto las decisiones que toma cada país. El ministro de Economía, Massa, es candidato, está dentro de las reglas del juego, dentro de las normas legales de Argentina. Lo que a mí me preocupa de fondo es que el costo de los malos gobiernos, de la irresponsabilidad del populismo le han costado un sacrificio gigantesco a toda Argentina. Pero muy especialmente a esos casi 16 o 17 millones de argentinos que viven en la pobreza.
Es impresionante: un país inmensamente rico y un pueblo tremendamente empobrecido.
-El ministro plantea que el gran problema que tiene la Argentina es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que firmó Macri. ¿Qué piensa?
-Creo que está equivocado el ministro Massa, porque el presidente Macri hizo un gran esfuerzo por equilibrar y por recuperar el potencial de Argentina. El endeudamiento con el Fondo fue básicamente para reemplazar otros endeudamientos y, por lo tanto, yo creo que si busca las causas en eso, en mi opinión, no está viendo el verdadero origen del problema, que son las malas políticas públicas, el populismo, el asfixiar la iniciativa privada, el pretender controlarlo todo.
Porque en el fondo, el Estado tiene que promover las capacidades, los talentos de los ciudadanos, fomentar e incentivar su imaginación, creatividad, emprendimiento, innovación. Argentina no hace eso, es un Estado que asfixia con su tamaño, con sus impuestos y con su burocracia las capacidades que tiene el pueblo argentino.
-¿Puede ser que esta situación sea la base para que surja un un liderazgo como el de Milei?
-Es cierto que cuando los países están mal y la gente sufre se busca todo tipo de soluciones. Pero tengo confianza en Argentina, porque es un país bendito por Dios. Es un país maravilloso que tiene oportunidades en todas partes, tiene energía, petróleo, tiene gas, minerales, tiene una agricultura espectacular, gente muy creativa. ¿Usted ha visto las innovaciones que se han hecho en el campo tecnológico?
-Uno de los temas que se abordó en el encuentro fue la seguridad y el narcotráfico. Me interesa su opinión sobre esto, habida cuenta que en Argentina hay un gran problema en Rosario, con un foco de violencia de narcocriminalidad desatada.
-El narcotráfico, el crimen organizado, es como el cáncer. Uno piensa que está localizado, pero no es así. Si usted no lo ataca con toda la fuerza de la sociedad y del Estado, dentro del marco de la ley, se puede transformar en metástasis. Esta idea de que el problema está radicado solamente en Rosario es una forma demasiado ingenua de ver el problema, porque se va a expandir a todo el país: el narcotráfico y el crimen organizado no respeta a nada ni a nadie y cuenta con recursos ilimitados, usa la tecnología en forma muy eficiente y muchas veces se anticipa al Estado.
El narcotráfico y el crimen organizado es un problema gravísimo en Argentina, en Chile, en toda América Latina. Y no queremos terminar como contaba el presidente Felip Calderón de México, que finalmente el narcotráfico termina dominando la sociedad, dominando el Estado y transformándose en narco-estados, como hay muchos países en América Latina en esa situación.
-Le insisto sobre el vínculo entre narcotráfico y populismo, ¿dónde usted detecta ese puente o ese link?
-Son dos cosas distintas: el narcotráfico es un crimen, el populismo es un error. No hay necesariamente un vínculo entre uno y otro, pero naturalmente que muchos gobiernos populistas terminan siendo muy ineficaces en combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
-Entrando en el final de la entrevista, le pido si puede compartir ¿cuál fue la peor experiencia que tuvo con el kirchnerismo siendo presidente?
-La peor experiencia que tuvo Chile fue que teníamos un acuerdo y un contrato de provisión de gas -esto fue en los años 90- y Chile se adecuó y se construyeron los gasoductos y se adecuó las industrias y también las residencias a recibir gas argentino. Y de la noche a la mañana, se cortó el suministro de gas y eso produjo un gran daño económico en Chile y una gran desconfianza. Por eso Chile recurrió a otras fuentes de energía.
Eso dañó la integración entre Chile y Argentina. Pero sumando y restando, Chile y Argentina son dos países hermanos. Nacimos juntos a la vida independiente. El general San Martín fue el que encabezó el Ejército Libertador que cruzó Los Andes y contribuyó decisivamente a la independencia de Chile y después Chile y Argentina organizamos la escuadra libertadora que fue hasta hasta Lima a lograr la independencia de Perú.
Tenemos más de 5.000 kilómetros de frontera y, afortunadamente, nunca hemos tenido una guerra, aunque hemos estado en situaciones complejas. Chile y Argentina tienen una amistad natural, histórica, cultural.
-A pesar de la rivalidad en el fútbol.
-A pesar de la rivalidad en el fútbol. La verdad es que nosotros ganamos.
-Nosotros ganamos la Copa del Mundo.
-Sí. Nosotros no podemos pedir disculpas de haber ganado dos Copas América. Y nos tocó las dos contra Argentina.
-Desgraciadamente para nosotros. Igual, los felicitamos, obvio.
-Pero ustedes tienen una Argentina que es, ni más ni menos, que campeona mundial de fútbol. Y por tercera vez.
-Es verdad. Tercera vez, después del 78, 86 y ahora el 22.
-Estuve en Qatar y vi el partido entre Argentina y Francia, que fue una de las mejores finales que he visto en los mundiales en mucho tiempo.
-Las dos últimas. Si tuviera que contar cómo está Chile ¿Qué diría?
-Chile es un país que hizo un enorme esfuerzo por encaminarse al desarrollo, a través de aumentar la productividad, aumentar la eficiencia, integrarse al mundo, liberar la fuerza de la libertad, y lo estábamos logrando. Desgraciadamente hemos perdido el rumbo y hoy día tenemos un país que está estancado. Esperamos recuperar ese camino que conduce al desarrollo. Pero no cualquier desarrollo, sino un desarrollo integral, material, pero también espiritual, de cultura, valores, desarrollo inclusivo, que los incluya a todos, no que sea el desarrollo para unos pocos. Y desarrollo sustentable, respetuoso de la naturaleza y también respetuoso de las generaciones futuras.
-En Chile también apareció un liderazgo como el de José Antonio Kast, que salió del régimen establecido de la política, de los partidos políticos tradicionales.
-Así fue. Normalmente en Chile había dos grandes fuerzas, una de centroizquierda y otra de centroderecha, que finalmente siempre llegaban a las elecciones cuando había segunda vuelta. Pero la última oportunidad no llegó ni la centroizquierda ni la centroderecha. Fue una situación muy especial y única en nuestra historia.