Ariel Puchetta de Ráfaga con María Laura Santillán: “Nos contrataban porque no íbamos ni drogados ni borrachos”

Empezaron de muy abajo y hoy sus canciones son un clásico. El grupo de amigos de Villa Fiorito que desde hace 26 años hace giras por el mundo y anima las fiestas privadas más exclusivas. En qué lugares les ofrecían la droga. Los prejuicios de los chetos con la cumbia. Los que quieren festejar estar vivos después de la pandemia. La historia de Ariel, que perdió a casi toda la familia en pocos años y volvió a empezar

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María Laura Santillán Con Ariel Puchetta

Las canciones de Ráfaga atraviesan varias generaciones. Los temas se convirtieron en clásicos, son parte del repertorio de todas las fiestas. “Mentirosa”, es un éxito mundial. “La luna y tu”, “Ráfaga de amor”, “Agüita”, son algunos de los hits, desde la primera presentación del grupo desde 1996, hasta hoy. Ariel Puchetta, el cantante histórico de Ráfaga, se fue en algunos años para lanzar su carrera solista, pero lo llamaron y volvió. Todo empezó en el barrio, en Villa Fiorito.

— Me fui y volví. Sí, éramos una banda de amigos que teníamos un grupo en el barrio. Íbamos a tocar a las sociedades de fomento, nos costaba grabar un disco, un casete en ese momento. Teníamos 19, 18. Hoy estamos todos los mismos de esa época.

— Eran 8 y siguen siendo los mismos. ¿Todos del mismo barrio?

— Algunos de Villa Fiorito. De Villa Albertina. De toda la zona de Lomas de Zamora. Somos vecinos del maestro Antonio Ríos que fue quien me llevó a mí al grupo. Tocábamos en la zona. En los cumpleaños de los familiares, actos que se hacían en los barrios. Siempre salíamos a tocar.

“En Rumania teníamos custodia las 24 horas, éramos los Rolling Stones. Fueron 100.000 a vernos”

"En Rumania nos conocían mucho. Cuando llegamos teníamos custodia las 24 horas", dijo Ariel Puchetta en entrevista con María Laura Santillán (Franco Fafasuli)
"En Rumania nos conocían mucho. Cuando llegamos teníamos custodia las 24 horas", dijo Ariel Puchetta en entrevista con María Laura Santillán (Franco Fafasuli)

— El grupo tiene una energía poderosa y desde hace años toca en casamientos, en cumpleaños famosos. Hasta tocaron en el cumpleaños del diseñador Jean Paul Gaultier. Llegaron a todo el mundo.

— Sí, en Europa nos fue muy bien. Primero el éxito en las Islas Canarias, luego Galicia, después Asturias. Y lo que más nos llamó la atención fue Rumania que no era un país de habla hispana. Decíamos ¿qué vamos a hacer acá, tantos latinos hay por acá? Porque en Italia, Suiza, Suecia, Francia, fuimos a tocar para las colonias latinas. Y en Rumania nos conocían mucho. Cuando llegamos teníamos custodia las 24 horas, los Rolling Stones parecíamos. Fueron 100.000 personas a vernos. Estábamos nosotros solos, no era un festival.

— Ahora tienen el mismo éxito que al principio o más, se convirtieron en un clásico.

— Sí. Eso es lo más difícil creo. Nosotros decimos siempre, el clásico mata moda (risas). Somos privilegiados. Creo que la base fundamental de que nosotros sigamos existiendo con mucho trabajo y giras, se debe a las canciones.

— Las canciones son muy pegadizas y muy alegres.

— Y son distintas una de la otra. “Mentirosa” es el hit mundial más conocido, cada vez se va viralizando más en TikTok con una coreografía que empezó de una forma y fueron modificando. Gianluca Vacchi, el millonario italiano, hizo la coreografía, eso nos ayudó un montón en Italia y en el mundo porque él es conocido. Hay marines de los Estados Unidos haciendo la coreografía. Nos llegan bailarines de Japón, de Corea. En Rusia. Es increíble lo que pasa con las redes hoy.

— Empecemos a entender el fenómeno del grupo.

— Creo que la base fundamental son las canciones y el permanecer a través de las modas siempre con el mismo estilo.

— Grupos de cumbia en los 90 había muchos. Ustedes nunca estuvieron en un escándalo.

— No, por suerte.

María Laura Santillán con Ariel Puchetta

“Nos venían a ofrecer droga en todos los lugares”

— Porque la movida tropical tenía de todo. Había droga, por ejemplo.

— Sí. En el momento que nos tocó vivir, también. Nos pasó de cerca todo. Pero teníamos un núcleo muy bueno, desde los representantes y los músicos mismos que no se permitían ciertas amistades. A ver, nos han venido a ofrecer en todos los lugares que fuimos, en el exterior también… te venían a ofrecer si querías droga, pero nosotros teníamos un escudo protector entre nosotros.

— ¿Los ocho músicos del grupo siempre estaban de acuerdo?

— Nos llevábamos muy bien.

“La gente romantiza la pobreza, la droga”

— Cuando se acercaban a ofrecerles droga ninguno de los ocho aceptó.

— Ninguno. Nosotros venimos de un barrio muy, muy humilde, Villa Fiorito. Yo vivía a unas cuadras, estábamos todos cerca, y hemos visto de todo en el barrio. Pasa que a veces la gente romantiza la pobreza, la droga. “Porque es pobre”, todas esas cosas. Nosotros siempre queríamos ser un grupo de barrio, no nos olvidamos. Tengo a mi familia en el mismo barrio donde nací. Eso no nos cambia a nosotros. Lo que queríamos mostrar como artistas eran cosas diferentes y fuimos aprendiendo un montón. Imaginate salir de la nada, algunos terminaron la secundaria, algunos no terminamos la secundaria. Era muy difícil.

"Nosotros venimos de un barrio muy, muy humilde, Villa Fiorito. Yo vivía a unas cuadras, estábamos todos cerca, y hemos visto de todo en el barrio", contó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Nosotros venimos de un barrio muy, muy humilde, Villa Fiorito. Yo vivía a unas cuadras, estábamos todos cerca, y hemos visto de todo en el barrio", contó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

En los ‘90 agarraban cuatro pibes facheros, les ponían los instrumentos y los mandaban a los programas”

— ¿Lo que querían era mostrarse profesionales?

— Claro, mostrarnos profesionales, eso desde el comienzo. Como decís vos, en los 90 había un montón de artistas, había un montón de grupos y cada uno era el número 1 en su estilo. Se llenaban los boliches, había miles de boliches, pero nosotros queríamos mantener siempre una estructura, una buena vestimenta, ser profesionales. No porque vivamos en un barrio tenemos que salir vestidos mal. Ese es el estilo que nosotros adquirimos unánimemente casi sin pensarlo tanto tampoco. En los 90 había muchos grupos. Agarraban tres, cuatro pibes facheros, les ponían los instrumentos, les hacían la producción y los mandaban a los programas.

— ¿Ustedes eran músicos, decís? ¿No eran puro marketing?

— Claro, nosotros dijimos vamos a hacer un grupo. Exactamente.

— En esa época hacían muchos shows por noche, era una locura.

— Era una locura. Hoy uno lo ve a la distancia… Nosotros hacíamos diez shows por noche. Diez. Algunos hacían más que nosotros. Era una locura andar en el aire prácticamente. Hoy no lo haríamos de ningún modo.

— ¿Qué es “andar en el aire”? ¿De un show a otro?

— Íbamos en una combi de un show a otro.

— ¿Hasta qué hora?

— Arrancábamos a las diez, once de la noche, y terminábamos a las siete de la mañana. Hacíamos una recorrida por todo Buenos Aires. Un fin de semana hacíamos zona Sur, todos los boliches de zona Sur que están más o menos cerca. Otro zona Oeste. Zona Norte.

María Laura Santillán con Ariel Puchetta

“Los chetos no decían que escuchaban cumbia”

— En ese tiempo había prejuicios con la cumbia.

— Claro, los chetos que no decían que escuchaban cumbia, pero escuchaban. Porque a nosotros nos tocó estar en un montón de lugares desde el comienzo.

— ¿En esos tiempos?

— En esos tiempos, sí. Pero se formaba como un prejuicio. En ese momento no hubiesen dicho que escuchaban a Pablito Lezcano y hoy Pablito es el ídolo. Pablito es un crack, es el que inventó la cumbia villera.

— ¿Cuándo los empezaron a contratar para fiestas?

— Cuando sacamos los temas más conocidos empezamos a ir a fiestas de políticos, de jugadores de fútbol. Fuimos mucho a las fiestas del Boca campeón de Bianchi. Nos habíamos hecho amigos de Martín Palermo, de la Bruja Verón y ellos pedían que fuéramos nosotros, íbamos a todas las fiestas de Boca.

“Contrataban a Ráfaga porque no venían ni drogados ni borrachos. Nos hicieron saber eso”

— ¿Los chetos cuándo empezaron a llamar para contratarlos?

— Los chetos vinieron solos. De repente. En el 99 cuando “La luna y tú” se empezó a escuchar, empezamos a ser más conocidos y ya nos contrataban. Además, nos hizo saber la gente con el tiempo, que contrataban a Ráfaga, venían todos bien peinaditos, no venían drogados ni borrachos. Porque como te dije, buscábamos ser artistas profesionales.

"Fuimos mucho a las fiestas del Boca campeón de Bianchi", aseguró Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Fuimos mucho a las fiestas del Boca campeón de Bianchi", aseguró Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

— ¿Vos decís que eso pesó?

— Sí, eso pesó un montón. Yo obviamente me di cuenta de un montón de cosas, pero nunca me sentí discriminado así directamente. Sí, uno escucha cosas, hoy serían los haters. Al principio no teníamos mucha plata para hacer la ropa y la hacía una vecina modista. Nosotros agarrábamos una guita y la invertíamos para tener mejor ropa. Hemos pasado por una ropa que era para el olvido, unas calzas blancas Oxford...Por suerte no hay casi imágenes (risas)

— Yo los asocio con las lentejuelas, con los brillos.

— Claro. Se usaba eso. Después empezamos con trajes largos, más largos que lo normal, hasta que ganamos una moneda y pudimos ir a Tito de Matices. Y después llegamos hasta Jorge Ibáñez.

— A los mejores diseñadores.

— Claro. Jorge Ibáñez que fue la primera vez que hacía ropa para hombres. Todas esas hermosuras que hacía él con los bordados. Jorge que era un divino.

— ¿Ariel, es tiempo de fiestas privadas ahora?

— Ahora está todo muy enfocado en las fiestas privadas. Es lo que más hacemos. Los boliches de bailanta cambiaron un montón, son más consumidores de la música de los más jóvenes, la música de L-Gante por ejemplo. Los que nos seguían a nosotros por ahí están en una discoteca. Tratamos de hacer siempre festivales.

"Los boliches de bailanta cambiaron un montón, son más consumidores de la música de los más jóvenes, la música de L-Gante por ejemplo", explicó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Los boliches de bailanta cambiaron un montón, son más consumidores de la música de los más jóvenes, la música de L-Gante por ejemplo", explicó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

— ¿Cuáles son las fiestas más locas en que los contratan?

— Una de las fiestas divertidas es la Bizarren. A la Bizarren va toda la gente disfrazada. Es divino porque hacemos las canciones más viejas, la gente conoce todas las canciones.

“DESPUÉS DE LA PANDEMIA NOS DECÍAN: QUIERO HACER UNA FIESTA PARA FESTEJAR QUE ESTOY VIVO”

— ¿Y fiestas privadas, cumpleaños, casamientos, despedidas de solteros?

— Sí, eso es lo que más hacemos. Despedidas de solteros no, pero sí hemos tocado en fiestas en que nos dijeron “estamos festejando la vida”. Cuando nosotros llegamos a un salón privado donde se está festejando algo, no sabemos con anticipación de qué se trata. Nos ha pasado, sobre todo después de la pandemia, que gente con mucho poder adquisitivo decía: quiero hacer una fiesta porque quiero festejar que estoy vivo. Festejar que estamos vivos, que estamos bien. Gente que por más que tenía dinero ha sufrido lo mismo que todos.

— No pasó una sola vez.

— No, unas cuantas. Hemos ido por lo menos a cuatro fiestas así. Y después hay de todo. Hace poco estuvimos en el cumpleaños de un hombre en Tigre y parecía un festival tremendo. Tocaban Los Pericos, Turf, Ráfaga y Kapanga.

— En algún momento se borraron las resistencias y empezaron a ser un grupo para todos.

— Sí. La semana pasada estuve en una fiesta de una empresa, un aniversario, una fiesta enorme. Y tocaba Damas Gratis. Los invitados estábamos de traje, todos de traje. Era de gala la fiesta. Eso pasa ya hace rato, antes por ahí no pasaba.

— ¿Cuándo te diste cuenta que las canciones las sabíamos todos?

— Con el tercer disco, que es donde está “Mentirosa”. “La luna y tú”, “Mentirosa”, “Maldito corazón” que es una canción que si la tocamos en Perú, en Bolivia explota como si fuese “Mentirosa”. Tenemos que ir cambiando los shows según a dónde vamos porque las canciones están bastante repartidas.

María Laura Santillán con Ariel Puchetta

“En Miami andaban en jet ski. Y nosotros con los barrenadores. Nos reíamos tanto...”

— Empezaron muy de abajo. ¿Cómo fue para ustedes entrar a otros mundos?

— En el 97 se hace un Vive Latinoamericano en Miami, nosotros vamos. Imaginate, lo máximo que había juntado para llevar yo eran 400 dólares, que era un montón. Nosotros estábamos en la playa en Miami, imaginate, hacía un año que habíamos salido del barrio.

— De Fiorito.

— Estábamos en la playa y venía el grupo Red, que también fue. Ellos ya estaban trabajando desde antes, venían mucho mejor que nosotros. Andaban en jet ski y nosotros estábamos con los barrenadores. Nos reíamos tanto… teníamos barrenadores para andar ahí.

— ¿Los de telgopor?

— Sí. Todos raspados. (risas). Era muy gracioso.

— Otra característica de los músicos del grupo es el pelo bien largo de todos. Es muy extraño ahora verte con pelo corto.

— Me lo dicen bastante. Es como que no me conocen. En la calle me dicen.

— Te pareces al de Ráfaga.

— Sí, me parezco al de Ráfaga. Yo no creí que iba a ser tanto, hacía tiempo que andaba con el rodete. ahora no me reconocen. Todos se fueron cortando el pelo. El único que queda es Richard, él no tiene pensado cortarse.

"Cuando volví a Ráfaga y empezamos a trabajar les dije a todos: firmamos contratos, todo lo que quieran, pero si yo me siento mal me vuelvo a ir", contó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Cuando volví a Ráfaga y empezamos a trabajar les dije a todos: firmamos contratos, todo lo que quieran, pero si yo me siento mal me vuelvo a ir", contó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

— En algún momento dejaste Ráfaga ¿Qué pasaba en ese momento?

— Estaba bastante agotado, empezamos a no ponernos de acuerdo en un montón de cosas con los músicos. Nunca, por suerte tuvimos problemas con nada entre nosotros, nunca nos peleamos. Hemos discutido, pero nunca nos agarramos a piñas. Lejos de eso. Entonces llegó un punto donde estábamos bastante…

“Por más plata que haya no puedo estar en un lugar donde estoy incómodo”

— ¿Tensos?

— Tensos. Y sobre todo yo que soy bastante emocional. No puedo estar en un lugar, por más plata que haya, por más trabajo seguro que tenga, no puedo estar en un lugar donde estoy incómodo. No puedo trabajar directamente. Es algo bueno y algo malo a la vez. Porque cuando volví a Ráfaga y empezamos a trabajar les dije a todos: firmamos contratos, todo lo que quieran, pero si yo me siento mal me vuelvo a ir. Porque no puedo estar, no puedo trabajar. Me cuesta mucho.

— ¿Cómo están ahora?

— Estamos bárbaro. Ahora las charlas son para contarnos algún problema personal. Los hijos. Todos tenemos hijos.

“Me dijo: ¿te gustaría volver? Se hizo un silencio. Ninguno hablaba”

— ¿Cómo fue volver?

— Fue algo orgánico. A mí me preguntabas antes de que me llamaran, una hora antes, diez minutos antes, ¿volverías a Ráfaga? Te hubiese dicho que no. Cuando me llamó uno de la banda, Ulises, no entendía por qué me llamaba. Pensé que quería invitarme a una fiesta, a salir por ahí, en ese momento yo estaba soltero, y lo había invitado a mi cumpleaños. Y me dijo: vos sabés que no te voy a andar con vueltas, hablamos con los chicos, se va a ir Rodrigo. ¿Te gustaría volver? Se hizo un silencio. Pero silencio, silencio. Ninguno de los dos hablaba. Y le dije: sí, dale. ¿Cuándo nos juntamos?

— Pero no era algo que estabas pensando.

— No, nunca pensé en volver. De hecho me preguntaban y no, no. Pero yo amé siempre a Ráfaga, siempre fue parte mía. Todo lo que conseguí lo conseguí a través y gracias a Ráfaga.

— ¿Los años que no estuviste en el grupo sufrías ?

— ¿Con respecto a Ráfaga? No, yo estaba decidido y no me importaba. Quería que les fuera bien, pero no estaba atrás. Sí tuvimos un par de roces cuando me fui porque donde me presentaba decían: Ariel de Ráfaga. El empresario que me contrataba decía: hoy con nosotros Ariel Puchetta, Ráfaga. Ellos se enteraban y pensaban que yo lo hacía a propósito, que yo me vendía como Ráfaga. Ahí tuvimos un par de cruces. Pero yo no me anunciaba. De hecho cuando subía al escenario le aclaraba a la gente: soy el ex cantante de Ráfaga, después se entendió. Y cuando volví, volvimos todos a la normalidad, con las mismas bromas, con la misma forma de hablar. Y ahora estamos bárbaro.

"Yo amé siempre a Ráfaga, siempre fue parte mía. Todo lo que conseguí lo conseguí a través y gracias a Ráfaga", expresó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Yo amé siempre a Ráfaga, siempre fue parte mía. Todo lo que conseguí lo conseguí a través y gracias a Ráfaga", expresó Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

“Cuando me fui de Ráfaga estuve un año sin trabajar

— Y durante esos años que no estuviste en el grupo además te pasaron muchas cosas personales, te separaste y empezaste todo de nuevo.

— Sí. Tengo una hija de 20 años, y ahora tengo dos chiquitos, uno de 4 y uno de 10 meses. Cuando yo me fui de Ráfaga, me iba a ir a Estados Unidos, iba a hacer una producción. Y justo se empezaron a fusionar compañías y no querían apostar a lo nuevo. Me quedé un año sin trabajar. Por el proyecto que estaba esperando, me perdí todo el año. No es que salí de Ráfaga y fui a trabajar y a seguir fomentando lo que había hecho. Ese año me pegó mal. Después grabé un disco solista y no me fue bien y empezó a caer el trabajo, y se empezaron a vender las cosas. Los ahorros. Me había separado, tuve que dividir y después invertir en mí, y tampoco me fue bien. En un momento me empezó a ir mejor, mejor, mejor, empecé a crecer de nuevo. Y justo me llama Ráfaga. Cuando me llamaron ya estaba bien. Yo cuento la historia de que la pasé mal y les digo a ellos: a ver ustedes, cuéntenme. “Y sí, sabés cómo la pasamos nosotros al principio…”

— ¿Sin vos?

— Claro. Al principio les costó. Unos años atrás la remaron en dulce de leche. Nos reímos de esas cosas, de todo lo que nos pasó.

— ¿Se impone ahora grabar con otros artistas?

— Sí. Ahora salió hace unos días una canción de Ricky Maravilla, se llama “Caramelo de limón”. Grabamos con la Sole por ejemplo. Grabamos con Luck Ra. Grabamos con Américo, de Chile. Hace poquito también grabamos con LiL CaKe, otro chico que también nos sorprende. 19 años, produce todo, la tiene clara. Canciones nuevas también. Empezamos a grabar la semana pasada canciones inéditas que nos mandaron algunos de estos chicos. A mí me gusta siempre cantar “Mentirosa”, sé que va a explotar, pero cuando hago canciones nuevas me cargan más de energía.

“Perdí el 75% de mi familia original. De repente nos quedamos mi hermana y yo, los dos solos”

— Hace un tiempo contaste públicamente lo que pasó con tu familia. Perdiste a casi toda tu familia en muy pocos años.

— En un año perdí el 75% de la familia original. Porque mi papá falleció el 27 de septiembre del 2019, pre pandemia. Tenía diabetes. Y después al mes falleció mi hermana mayor, Lili, fue una sorpresa. Mi papá andaba medio mal y no se había cuidado, ya había tenido episodios, sabíamos que podía pasar. Pero lo de mi hermana fue más sorpresivo. Muy doloroso. Quedamos mi hermana Kari, yo y mi mamá. Y empezó la pandemia. Yo vivo en Capital, no podía cruzar la provincia. Uno no sabía ni dónde estaba parado en ese momento de la pandemia. La única vez que pude cruzar fue el día de la madre, después de casi un año. Pero no la vi bien, después supe que tenía Covid. La pude ver internada. No podían saber bien qué pasaba. Se fue deteriorando, deteriorando. A través de contactos, la saqué del lugar porque no me gustaba la atención y la llevé al Hospital de Clínicas. Pero ya la llevé bastante mal, estuvo unos días y falleció. Quedamos mi hermana y yo, los dos. Nosotros siempre fuimos una familia muy unida, de juntarnos todos los domingos a comer asado. Mi viejo siempre fue músico, yo cantaba con mi viejo todo el tiempo. Y de repente, nos quedamos mi hermana y yo, los dos solos.

"Quedamos mi hermana y yo, los dos. Nosotros siempre fuimos una familia muy unida, de juntarnos todos los domingos a comer asado", dijo Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Quedamos mi hermana y yo, los dos. Nosotros siempre fuimos una familia muy unida, de juntarnos todos los domingos a comer asado", dijo Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

— ¿Se ven, se frecuentan?

— Sí, nos juntamos a comer. Este último tiempo también tuve un año bastante complicado. El último nacimiento de mi hijo fue complicado, en el embarazo mi mujer primero estuvo con pérdidas y en reposo total hasta el mes cinco. Cuando salió del reposo le detectaron diabetes gestacional, así que también fue todo un lío.

— Desde hace tres años que no tenés descanso con las enfermedades.

— No. Hace poco fui a repartir cosas a un hospital, al Garrahan, y ver las pantallas me da… porque lo viví con mi papá, lo viví con mi mamá y lo viví con mi hermana. Estar en el hospital me causa una sensación horrible, que está todo mal siempre. Porque todas las experiencias…

— Terminaron mal.

— Las mías terminaron mal. Yo entré cuando mi papá se estaba muriendo y vi como se apagaba. Fue terrible. Fue terrible. Y cuando mi hermana estuvo un tiempo internada yo entraba todos los días, hablaba con los médicos. Tenía fe en que se iba a salvar. Me fui de gira y me llamaron por teléfono para decirme que había fallecido. Fue duro.

“Muchos me dicen: ¿cómo estás en pie?”

— También atravesar un embarazo de riesgo con diabetes gestacional debe haber sido muy movilizante.

— Tremendo. El último mes yo tenía una gira en Estados Unidos que estaba por suspender porque mi mujer no estaba bien. Lo charlamos. Me dijo: yo voy a estar bien, si total acá está toda la familia. Me fui a Estados Unidos y a los dos días la internaron. Muchos me dicen: ¿cómo estás en pie? No sé. También fui a hacer terapia. Obviamente. Eso me ayudó un montón. Fue jodido porque yo nunca había hecho terapia. Tuve la suerte de contar con un profesional que me ayudó para poder estar bien. Yo soy comúnmente medio frío, o sea, no soy fácil de sorprender.

— ¿Sos controlado?

— Sí, muy controlado.

— ¿Racional?

— Eso, sí. Eso también. Trato inmediatamente de ver: me pasó esto, ¿qué hacemos? La terapia me ayudó un montón.

"Tuve la suerte de contar con un profesional que me ayudó para poder estar bien", reveló Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)
"Tuve la suerte de contar con un profesional que me ayudó para poder estar bien", reveló Ariel Puchetta (Franco Fafasuli)

— ¿La terapia terminó?

— No, no terminó pero no fui más (risas).

— (Risas) ¿Por qué?

— No tengo tiempo con el bebé, con todo. Pobre More, mi mujer, yo me voy de gira y estar con los dos en una casa grande se complica. Y no tenemos niñeras y todas esas cosas. No es porque yo no quiera, a mí me encantaría. Pero ella prefiere estar y también es respetable.

— ¿Encargarse sola?

— Claro. Es muy protectora de los nenes.

— ¿Está todo bien ahora Ariel?

— Sí, por suerte sí. Estoy disfrutando.

“Tengo bastantes vidas en una”

— Disfrutar que venga tanto por delante, además.

— Sí, eso es lo más lindo. A mí me encanta estar activo, ir a trabajar, ir a hacer los shows, ir a grabar. Juntarme con los chicos los fines de semana cuando nos toca hacer una promoción o si estamos de gira. La pasamos bien.

— Decís: “me encanta estar activo”, como si tuvieras más de 80 años.

— (Risas) Sí. Tengo bastantes vidas en una, así como pasaron las cosas malas pasé muchas cosas buenas también. Tuve una infancia donde no sobró nunca nada, mi viejo se ha esforzado, nos ha enseñado a trabajar, que es lo más importante que te puede enseñar un padre. El respeto y el trabajo.

— Ariel, te propongo que te hagas una peluca con el clásico pelo de Ráfaga.

— Todavía tengo el pelo. Me la podría armar ¿no? Con el mismo, el mío.

— De golpe te la pones en el medio del show y estalla el público.

— Lo vamos a pensar (risas). Lo tengo ahí en una bolsa. Es muy importante para mí.

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