Victoria nació y se crió en Tucumán y se descubrió cholula cuando era chiquita. Se asumió cholula y logró encontrar su lugar en los medios de Buenos Aires. Es diseñadora gráfica y estudió comunicación social. Empezó en televisión con Jorge Rial, fue panelista de Bendita TV y cocinó en Masterchef celebrity. Después fue host en Gran Hernano y hoy trabaja en Masterchef y Cortá por Lozano. Antes de cumplir los 30 le detectaron un tumor maligno de mama, todavía recibe medicación oncológica.
— Usas anteojos muy grandes, ¿son para ver o por coquetería?
— Soy diseñadora gráfica y al estar mucho tiempo en la computadora uso un mínimo aumento para descansar la vista. Cuando empecé a hacer videos lo hacía desde el lugar donde trabajaba, decidí dejarme los anteojos. Un símbolo, qué sé yo. Inspirado en Polino con los anteojos, el moño (risas).
— Te hiciste conocida porque stalkeabas a los famosos y descubrías cosas... ¿Empezaste a hacerlo por por cholula?
— Sí, por cholula siempre. Siempre fui cholula. Desde… no registro cuán chica era tan cholula. Los empecé a stalkear y dije che, nadie está diciendo nada sobre esto. Y vi el lugar para meterme.
— ¿Cholula indiscriminada de la categoría “famoso” o de determinado rubro?
— Siempre quería saber los chismes de la farándula. La veía como algo muy lejano, en Tucumán no ves famosos caminando por la calle. Cuando venía alguien a Buenos Aires yo siempre le decía, ¿a qué famoso viste? Y cómo es? Para mí la farándula era algo maravilloso, alejado, glamoroso. Fantástico.
— ¿Y ahora que la conociste qué pensás de la farándula?
— (Risas) ¿Y ahora? Sigue siendo todavía. No te conocía a vos por ejemplo, una famosa más que conozco. Lo sigo viviendo de esa manera.
— Seguís siendo tan cholula como antes.
— Sí. Trato de disimularlo un poco más pero sí, soy muy cholula. Soy muy cholula. Voy a lugares nuevos, conozco famosos nuevos y me quedo como… El Martin Fierro para mí es como la Bresh, es una fiesta.
— No te estoy viendo stalkear.
— Ya no. Lo sigo haciendo en las redes pero creo que los famosos también se han avivado bastante, dejaron de subir cosas para poder stalkearlos.
— Vos veías quién seguía a quién, por ejemplo.
— Exacto. Antes no se imaginaban que había una loca del otro lado que podía saber que Jimena Barón no tenía parquet en la casa… Si de repente subía fotos en un piso con parquet yo decía: ojo que no está en su casa. Y empezaba a buscar quién tenía parquet. Así empezó la locura.
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— ¿Qué es lo más “importante” que descubriste?
— Stefi Roitman y Ricky Montaner juntos. La separación de Tini y Yatra. Karina la princesita con el ex novio. En un momento eran un montón, pero porque los famosos se expresan por Instagram, hablan a través del Instagram. Hace unos años ni se daban cuenta las barbaridades que hacían y yo estaba ahí para capturar todo.
— ¿A qué llamamos barbaridades?
— Que estás en el sillón de esta persona, de este famoso. Que le pusiste me gusta, le comentaste algo, lo borraste, lo subiste. Historias.
“UNA INFIDELIDAD DE UNA PERSONA QUE ESTÁ COMPROMETIDA O CASADA NO LA HAGO”
— ¿Hay un límite sobre lo que se debe contar de los famosos para vos?
— A mí me gusta mucho el chimento y cuando empecé a hacerlo dije: lo hago desde lo que los mismos famosos hacen público, lo tomo y lo muestro. Cuando veo cosas que son delicadas o más privadas, soy muy culposa y no lo hago. Por ejemplo, una infidelidad de una persona que está comprometida o casada no la hago. Eso no me gusta.
— ¿Romances sí?
— Romances sí. Cuando sé que tampoco es algo dañino. Me imagino que si un famoso está subiendo fotos en el sillón de otra persona no tendría mucho problema en que lo vean, lo están viendo un montón de personas. O muchos likes, hay likeadores seriales, tiqui, tiqui, tiqui. Decís, éste está likeando mucho a esta.
— ¿Ponen like para acercarse? ¿Para proponer?
— Y claro, es un “acá estoy, hola”. Es llamativo. Likean y no siguen. Entra una persona a likearte pero no te sigue.
— ¿Eso qué significa?
— Eso significa que te está stalkeando, está mirando la foto, está likeando y te está llamando la atención.
— Vos sabés así quién gusta de quién.
— O quién está atrás de quién.
“ME PARECIÓ FEO QUE CONTARA LO DE WANDA. YO TRANSITÉ UNA ENFERMEDAD Y SÉ LO DELICADO QUE ES PROCESARLO”
— Cuando Jorge Lanata dio a conocer que Wanda estaba enferma, ¿qué te pareció?
— No, no me gustó. Me pareció feo. No tiene nada que ver. Yo transité una enfermedad y también sé lo delicado que es también para el entorno, para uno procesarlo. Y me parece que tampoco le suma mucho decirlo. Me gusta la idea de cuidar un poco también, no porque sean famosos hay que decir cualquier cosa, como diciendo “sos famoso bancátela”. Él habla de las enfermedades, que hay que normalizarlas… Hablar de las enfermedades está perfecto. Pero la persona tiene que querer hablar sobre la enfermedad, no el otro.
“NO PORQUE SEAN FAMOSOS HAY QUE DECIR CUALQUIER COSA”
— Es un derecho privado.
— Totalmente.
— Compartimos vos y yo el año pasado una campaña para concientizar sobre el cáncer de mama. Las dos tuvimos cáncer de mama. Eras muy joven cuando apareció la enfermedad.
— Sí, era raro y no tenía antecedentes familiares. Fue un hallazgo, me toqué un bultito y fui a ver al médico. Pero nunca me imaginé que podía llegar a ser cáncer de mama. Jamás. Fue algo totalmente inesperado para mí, para mi familia, para todos. Rarísimo. Ahí empezaron los tratamientos, la operación y todo.
“ME ASUSTÉ. ERA CÁNCER, MALIGNO”
— Reaccionaste rápido.
— Muy rápido. Sí, por suerte. Muchas chicas me escriben que tienen miedo. Dicen: me toqué pero me da pánico, no quiero ir. Yo fui rapidísimo, me asusté. Realmente la detección temprana te salva la vida porque llegamos a tiempo. Era cáncer, maligno, y se pudo tratar con medicación, con los rayos, con la operación, no dejarlo avanzar. También hacerse los chequeos anuales o cada seis meses.
“CONTARLO ES MUY ÍNTIMO. EL MOMENTO EN QUE LO QUERÉS CONTAR, CÓMO LO QUERÉS CONTAR Y DE QUÉ MANERA”
— Cuando a uno lo sorprende una enfermedad, no está listo para contarlo. Ni siquiera uno lo acepta.
— No, es un proceso muy largo. Incluso después de que vas transitando la enfermedad. Yo ya llevo siete años casi desde que me operé y recién ahora estoy empezando a pensarlo desde otro lugar, es un shock muy grande. Es un shock para tu cuerpo, para tu mente, para tu entorno. Por eso contarlo me parece que es muy íntimo. Muy íntimo, en el momento que lo querés contar, cómo lo querés contar, de qué manera.
“LO PRIMERO QUE PENSÁS CUANDO TE DICEN CÁNCER ES MUERTE”
— Hay que convivir con mucho miedo. Con miedo de morir.
— Totalmente. Y sí, la palabra es fuerte. Lo primero que pensás cuando te dicen cáncer es muerte. Por lo menos en mi mente estaba asociada en ese momento. Entonces procesarlo, decir “esto es lo que tengo, qué va a pasar”. Por suerte estuve muy contenida por los médicos, me dijeron: no pensés, actúa, tenés que hacer esto, esto, esto. No pienses, hacelo. Y fui así, dije listo, lo hago.
— Menos de 30 tenías, eras chica.
— Es que ni siquiera me había hecho antes una ecografía mamaria por ejemplo. Iba a la ginecóloga y nunca me pedían ecografía mamaria. Y sí, fue un shock muy grande. Además estando acá en Buenos Aires con toda mi familia en Tucumán tener que agarrar por teléfono, decirlo. Por suerte estaba acá con Gustavo, mi marido, mi compañero, que fue el sostén absoluto. Pero fue difícil los dos solitos acá afrontando toda esa situación, era un peso muy grande.
— Después vinieron la operación y el tratamiento, rayos y medicación oncológica.
— Exacto. Y después estuve cinco años en menopausia, con las inyecciones que me daba cada tres meses. Ahora sigo tomando tamoxifeno, la pastilla hormonal, supuestamente dicen 5, 10 años. La seguimos tomando por el momento.
— ¿Se puede pensar en tener hijos?
— Se puede pensar en esta instancia, pasando un tiempo considerable. Yo congelé óvulos antes de empezar el tratamiento. Me aconsejaron hacerlo. Pero sí, después de todo ese proceso ahora uno empieza a relajarse un poco más. Nunca una se termina de relajar del todo, pero se da la oportunidad de pensar la posibilidad. Sí.
— También te relaja saber que congelaste óvulos.
— Sí, también. En ese momento, antes de empezar el tratamiento, ni me importó. Ni siquiera tengo el registro ni el recuerdo de cómo fueron las inyecciones para congelar óvulos, pero menos mal que lo hice. Menos mal que me lo aconsejaron bien porque están ahí y es una seguridad.
— Hay un tiempo en que uno ni piensa.
— En nada.
EL TERROR DE CADA SEIS MESES VOLVER A HACER LOS CHEQUEOS. ¿Y SI ESTÁ TODO MAL?
— Sabe que tiene que atravesar algo largo, que es muy incómodo y doloroso.
— Sí, sí. Y el terror de cada seis meses volverte a hacer los chequeos, que vuelven los fantasmas. Un mes antes de los chequeos sin dormir. Con ansiedad. Con miedo. Porque una vez que te pasó que te cambia la vida en un segundo… Uno se va a hacer una ecografía mamaria y de repente: no me gusta esta imagen. Ese segundo te cambió la vida por completo. Porque a mí me cambió los planes, me cambió la vida, me cambió la forma de pensar. Fue como un terremoto. Ahora camino un poquito más segura, pero al principio tenés que empezar a sostener lo que se va cayendo porque es duro. No es fácil. Si bien lo llevé con optimismo, el proceso interno es duro, es difícil. ¿Y si me voy a hacer el próximo chequeo y está todo mal? O sea, es como tener ese bichito. En un segundo te cambia, para bien y para mal. Te sirve porque decís: hay que disfrutar, hay que vivir, hay que hacer lo que uno quiere porque es un segundo.
— Igual nos sigue pasando cuando nos hacemos una ecografía.
— No sé si te pasa a vos, yo voy a hacerme chequeos y pienso que cualquier cosa puede…
— Que puede ser malo.
— Exacto. Con las ecografías yo estoy con el corazón a mil, miro la pantalla como si entendiera lo que está pasando ahí. Sí, es feo ese momento. Y cuando termina y te dicen que está todo bien, tengo seis meses más de changüí para estar tranquila.
“TUVISTE CÁNCER BOLUDA, ¿CÓMO TE VAS A PREOCUPAR POR ESTO?”
— Qué aprendiste de lo que pasaste y lo que seguís pasando?
— Al principio me exigía mucho con esto de.. qué aprendí? ¿Qué tengo que aprender? Es un peso muy grande pensar que tengo que aprender algo. Me tocó afrontar cosas duras en mi vida y siempre pensé que para algo tienen que servir. Mi viejo falleció en 2007, para mí fue algo terrible y me acuerdo pensar: la muerte de mi padre tiene que enseñarme algo. Y lo mismo me pasó con el cáncer, algo tiene que dejarme. Siento que el cáncer hoy es mi cable a tierra, me dejó algo positivo. Yo veo la cicatriz y me saca todos los problemas banales o superficiales. Digo: tuviste cáncer boluda, cómo te vas a preocupar por esto? Me vuelve a traer a tierra. Si un día me pasó algo, veo la cicatriz cuando me voy a bañar y digo: esto es lo importante. Esto es lo grave, lo que pasó. Entonces ya está. Lo demás pasa, ya está.
— Hay un idioma, el tucumano, que tiene determinadas palabras, modismos, tonadas, y vos por Instagram lo enseñabas.
— Claro. Les enseñaba a los porteños o a la gente que no era de Tucumán.
— ¿Cada cuánto vas a Tucumán a ver a tu familia?
— Ahora poco, voy dos veces al año. Muy poco. Empecé en la pandemia a trabajar full en Bendita, después me surgió lo de MasterChef. Fue muy maratónico. Una locura, para mí una locura todo. La primera persona que me llama para estar en la tele es Rial, voy a Intrusos. Hago una columna ahí nueve meses en el 2019 y ahí me llaman de Bendita. Estuve dos años en Bendita y ahí me llaman para MasterChef. También una locura.
— Directamente al horario central de Telefé.
— Yo no lo podía creer. Imaginate que me llaman de Intrusos. Siesta, Tucumán, era ver Intrusos. Mediodía, Mirtha Legrand. Tenía toda la grilla de la televisión, de la farándula. Y dije: imaginate si me llama Rial para trabajar. Y me llama Rial. Después dije, me encantaría estar en Bendita. Y me llaman de Bendita. Y después: si tengo que pensar a dónde me gustaría ir a MasterChef.
— ¿Vos cocinabas?
— No cocinaba profesionalmente ni nada por el estilo pero siempre me gustó mucho la cocina.
— ¿Qué te define hoy, qué trabajo? ¿A dónde te gustaría estar?
— Me gusta mucho el humor.
“SIGO STALKEANDO A LOS FAMOSOS, ES MÁS FUERTE QUE YO”
— ¿Los chimentos no?
— Los chimentos también. Siempre tomé los chimentos del lado del humor. Nunca los tomé como algo serio. Sigo stalkeando, es más fuerte que yo. Ahora va a salir dentro de poco una embarazada, yo ya no lo digo pero para mí está embarazada.
— ¿Cómo te diste cuenta?
— Porque empiezan a seguir obstetras, cuentas de bebés.
“NO ME GUSTA DECIR EMBARAZOS, QUE LO DIGA LA PROTAGONISTA”
— ¿Por qué no lo das a conocer?
— Porque aprendí que no me gusta decir embarazos, que lo diga la protagonista, qué sé yo. No me suma. Es un tema también lindo para que lo cuente ella.
— Conoces ahora muchos famosos, elegí uno entre todos.
— ¿Pero para qué, para decir bien, mal? Ay, que difícil. Ay no sé. ¿Uno tengo que decir? Para mí es muy difícil pensarlo porque yo los admiraba, los admiro. Con las personas que trabajé a la mayoría admiraba profundamente. Vero Lozano es una mujer que admiré siempre. Es una gran conductora. Me parece divertida. Siempre dije que quería conocer a Mirtha por ejemplo. No la conozco personalmente. A Mirtha y a Elvira. A las dos. Al primero que conocí es a Rial cuando me llama para estar en Intrusos, fui a una reunión pensando que iba a encontrarme con los productores y estaba él. Fue el más impactante, lo veo desde que soy muy chica. Wanda puede ser una famosa que quería conocer. La conocí. Pero es difícil elegir uno porque soy muy cholula (risas).
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“¿ME PUEDO SACAR UNA FOTO CON VOS POLINO? ME MIRO Y ME DIJO: NO”
— Sos cholula indiscriminada.
— Soy cholula indiscriminada, exactamente. Yo en una época conocía a todos los bailarines de Showmatch, era una loca. Toda la farándula me gusta (risas). Todos los que salían en la tele. Al primer famoso que conocí por la calle fue a Polino y me impactó mucho. Entré rápidamente a sacarme una foto y Polino se asustó. Estábamos en una rotisería y le dije ¿me puedo sacar una foto con vos Polino? Me miró y me dijo: no. Me fui re enojada, él se fue al auto a buscar los anteojos y me llamó para sacarme la foto. Y yo dije no, ahora no quiero. Y me fui. Qué atrevida.
— Él es coqueto.
— Re. Ahora lo entiendo (risas). Tengo una foto con Marley, cuando tenía 15 años lo vi en una playa y me fui corriendo a sacarme una. Soy cholula de toda la vida. No sé hasta cuándo me va a durar este trabajo, necesito tener todo el registro. Así que me saco con todos.
— Duró, sigue durando.
— Sigue durando. Sí. Pensé que en algún momento se iban a dar cuenta y yo me iba para mi casa (risas).
“NO ME CONSIDERO INFLUENCER NI FAMOSA. SIENTO QUE ESTOY DEL LADO DE LOS QUE ME ESCRIBEN”
— Sos buena para comunicarte con la gente. Anfitriona, cercana, empática. ¿Tucumana?
— Me gusta. No me considero ni influencer ni me considero famosa. Estoy trabajando en la tele, tengo seguidores en las redes. Entonces siento que estoy del lado de los que me escriben, pero que llegó a la tele. Entonces necesito contarles, o escribirles, o contestarles los mensajes. Es algo compartido. Los que me siguen me escriben de esa manera, los pone contentos que estés trabajando ahí.
— Sos una de ellos que sigue espiando.
— Claro, exacto (risas). Tengan cuidado.
— En Gran Hermano tenías que opinar. ¿Cómo fue eso?
— En Gran Hermano tenía que opinar. Tremendo porque estuve del otro lado, fui muy fanática de Gran Hermano. Entonces entiendo el fanatismo del otro lado. En el stream se rompieron todos los récords, en la tele ni hablar. En el stream fue una locura, eran un montón de personas. Imaginate que en la final tuvimos 400.000 personas mirando. Pero te enfrentabas con todo lo que esa locura lleva, muchos comentarios, mucha gente. No me dejé llevar por los comentarios, pero sabía que iban a existir y eran muchos.
— ¿Qué pasa entre Julieta y Marcos?
— Y, para mí pasan cosas. Todavía no lo pude descifrar. No les pude sacar la ficha en Instagram. Pero para mí es tipo están ahí boludeando un poco.
— ¿En qué te basas?
— En las contestaciones de ella cuando le preguntan, se pone nerviosa y dice: “no, somos amigos” y se ríe. Viajan juntos. Hace poquito estuvieron juntos, suben fotos separados, pero en el mismo lugar.
— Están trabajando.
— Sí, pero si vos te vas por trabajo conmigo yo no me saco fotos en la misma mesa. Ellos es como que no blanquean, pero suben fotos. Sí, yo creo que algo pasa. No sé si es algo serio ,pero algo pasa.
— Al final terminas siendo una chismosa.
— Sí. Siempre salí del closet del chisme. Nunca dije que no me interesa el chisme, siempre lo blanqueé.
“AHORA NO TENGO CERCA EL CELULAR Y ME ESTÁN TRANSPIRANDO LAS MANOS”
— La vida te llevó a estar con los dispositivos en la mano todo el tiempo.
— Todo el tiempo. Sí, una extensión. Es más, ahora no lo tengo cerca y me están transpirando las manos. Siento que siempre tengo que estar informada, viendo lo que pasa.
— Pero hay un marido. ¿Qué hacemos cuando el marido quiere comer, quiere salir, quiere compartir un largo rato sin el teléfono?
— Es un problema, pero tratamos de resolverlo hablándolo. Él me lo dice, che, estás mucho con el celular. Y tiene razón. Es como el tercero en discordia. Yo me voy de vacaciones y Wanda Nara pone una historia diciendo “otra familia que te cargaste por zorra”. Te acordás cuando fue lo de la China? Yo estaba en la playa y dije, tengo que saber qué pasa. Y ahí hubo un problema … Hay conflictos con el celular. A la noche, por ejemplo, me levanto y tengo que ver Instagram. “Apaga el celular, la luz’. Trato de manejarlo pero sí, es terrible.
— Hay que aclarar que tu marido es médico.
— Es médico. Es urólogo.
— Está en otra cosa. Hace cosas importantes (risas).
— Está en otra cosa. Odia las redes sociales. Odia la televisión. Pero se divierte mucho con las cosas que le cuento. No tiene idea de lo que le estoy hablando a veces.
— Gracias por este rato Juáriu.
— No, gracias a vos. Me encantó conocerte. Nos sacamos una foto después (risas).
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