Leandro Santoro, en La entrevista informal: “El poder en la Argentina le perdona muchas cosas al PRO”

El precandidato a jefe de gobierno porteño participó del ciclo que convoca a jóvenes a hablar con políticos que participarán este año en las elecciones. Habló de su recuerdo de Alfonsín, de la problemática de la vivienda, del Presidente y de su paso como docente en una cárcel. Un diálogo diferente

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El diputado Santoro va a competir en la interna por la coalición Unión por la Patria en la ciudad de Buenos Aires

Leandro Santoro es diputado nacional, se reconoce alfonsinista pero hace una década milita con la misma pasión en las filas de los que se identifican con Cristina Kirchner. Supo ser amigo cercano de Alberto Fernández, pero la Presidencia los alejó y ahora se lanzó sin ese apoyo o padrinazgo por el sueño de ser el jefe de gobierno porteño.

Fue una charla con características singulares. Santoro habló de todo con los jóvenes que participaron de La entrevista informal, el ciclo de conversaciones que busca conectar a precandidatos y personalidades políticas con un público que, en general, es ajeno a los avatares electorales.

El diputado se enfrentará por el kirchnerismo con varios precandidatos que se anotaron para pelear la interna porteña. Es una batalla desigual contra el PRO que, después de dos mandatos de Mauricio Macri y los últimos dos de Horacio Rodríguez Larreta -16 años ininterrumpidos- supo blindar un sistema político y de poder difícil de doblegar. En las últimas horas no sólo ratificó que competirá -”voy a ser candidato en la ciudad”, dijo- sino que puso online sus principales propuestas, con foco en “humanizar la ciudad de Buenos Aires” y resolver uno de los problemas urbanos más persistentes: la vivienda.

En la charla, Santoro recordó su experiencia como profesor de una cárcel donde estaban detenidos de represores -condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar- a violadores, como el caso de Jorge Mangeri, el portero que fue condenado por un mortal intento de abuso sexual contra la adolescente Ángeles Rawson. Y el drama moral de defender los derechos humanos y tener que optar por darles o no clases.

“¿Por qué el PRO tuvo que buscar al primo de Mauricio Macri para ser candidato en la Ciudad?”, ”Patricia Bullrich es la expresión de la trumpización del PRO”, “el PRO siente que los errores políticos no tienen costos”, “las elecciones las pierden los oficialismos más que las ganan la oposición”, fueron algunas de las definiciones que dio el precandidato en la charla con los jóvenes invitados.

En la undécima edición de La entrevista informal participaron Martina Wachs, 23 años, estudiante; Camila Navas, 26 años, profesora; Candela Pereiras, 21 años, periodista y estudiante; Virginia Santeusanio, 22 años, estudiante; Franco Casetta, 21 años, estudiante; Leandra Levine, 24 años, activista trans y trabajadora sexual; Victoria Konovalov, 21 años, estudiante y creadora de contenido en redes sociales; Imanol Lostra Kolb, 21 años, estudiante; y Micaela Maidana, 23 años, periodista y estudiante.

La entrevista informal

Desde la izquierda. Victoria, Franco, Virginia, Leandra, Leandro Santoro, Imanol, Candela y Camila. Delante, Micaela y Martina.
Desde la izquierda. Victoria, Franco, Virginia, Leandra, Leandro Santoro, Imanol, Candela y Camila. Delante, Micaela y Martina.

-Virginia: Te quería consultar ¿Alfonsín estaría orgulloso de vos? ¿Qué creés que pensaría de vos?

-Qué linda pregunta. Me gustaría pensar que sí. Para mí es muy importante imaginar... te iba a hablar en presente, te iba a decir para mí es muy importante lo que “piensa” Raúl. Pero siempre me pregunto qué haría Raúl en mi lugar. Creo que Raúl entendería que tratamos de ser consecuentes con nuestras convicciones en un contexto muy difícil y creo que estaría orgulloso de que no me traicioné.

Porque cuando uno es chico tiene un montón de sueños y, a medida que va creciendo en la vida, se va enfrentando a una realidad que muchas veces no es como la que te imaginaste. Mantener la esencia creo que es lo más importante y creo que las convicciones que tenía ese pibe que lo conoció cuando era muy chico son las mismas que tengo ahora. Así que creo que estaría orgulloso.

-Martina: Estoy próxima a recibirme de Ciencias Políticas en la UBA, así que somos casi colegas (risas).

-¿No te preguntan todos, “de qué vas a trabajar”?

-Pregunta difícil. Soy del Conurbano y un tema que está muy en boga acá en Capital es el tema de los alquileres y del acceso a la vivienda y vos estás muy comprometido con el tema. El tema es que también en provincia hay mucho problema con los alquileres. No sólo hay poca oferta, mucha demanda, es difícil acceder y si accedés es en dólares. ¿No creés que el problema también pasa por la economía del gobierno actual?

-Obvio sí. Creo que hay dos determinantes para este problema: el primero es la inflación y el segundo es la Ley de Alquileres, porque distorsionó mucho el mercado y no trajo los resultados que se esperaban, está claro. Es un problema global, pasa en todas las capitales del mundo, pasa en Lisboa, pasa en Madrid, pasa en París. En la provincia de Buenos Aires seguramente depende qué municipio. Hay municipios donde es más fácil, otros donde es más difícil.

Me parece una locura que los alquileres estén en dólares, es inaccesible para cualquiera. Lo que sí creo es que casi todas las capitales del mundo que estudié, que son pujantes como la Ciudad de Buenos Aires, no se lamentan frente al problema sin proponer soluciones, tienen políticas públicas concretas. Que complementan las políticas nacionales y que, muchas veces, son más importantes que las políticas nacionales.

Berlín tomó una decisión súper importante como estatizar 300.000 departamentos para intervenir en el mercado de viviendas de alquiler. Cuando fui a Alemania y hablé con los Verdes para preguntarles cómo habían hecho me sorprendieron con la respuesta: me dijeron “es que nos pusimos de acuerdo con el Partido Conservador. Los conservadores, los verdes y los socialdemócratas entendían que había que tomar una medida drástica para intervenir sobre un mercado muy complejo, porque si no lo hacían, la gente no iba a poder renovar su contrato de alquiler y se iba a quedar en la calle. Y tomaron esa decisión.

Como esa decisión, que es de las más drásticas que yo vi que está operando hoy en el mundo, casi todas las ciudades tomaron decisiones en esa dirección, parecidas, algunas más intensas, otras menos, pero todas las ciudades comprometiéndose con lo que le pasa a su gente. Acá noto que hay poca preocupación por ese tema.

Santoro habló sobre su pasado radical y por qué dejó la UCR y se integró al kirchnerismo
Santoro habló sobre su pasado radical y por qué dejó la UCR y se integró al kirchnerismo

-Imanol: Hoy Leandro, soy estudiante y milito en la Juventud Radical, en la Comuna 5 de la Capital Federal. Quería consultarte acerca de los espacios de militancia. ¿Creés que hay similitudes y diferencias, y cuáles, entre las juventudes peronistas y de la Unión Cívica Radical?

-Lo que pasa es que yo hace mucho que le perdí el rastro a la JR. Cuando era militante de la Juventud teníamos un código compartido con el peronismo, porque la militancia en ese momento era defender los paredones, era pelearse por las esquinas para ver quién ocupaba más espacio con las banderas. Y a diferencia de lo que pasaba a principios de los 80, a principios de los 90 ya había un respeto entre las fuerzas políticas.

Siempre milité en Caballito y era tradicional que el radicalismo se ponía en José María Moreno y Rivadavia y el peronismo en Acoyte. Y cuando venía algún “factor externo”, algún trosko o alguna campaña rara, qué sé yo, y venía a ocupar los espacios, entre las dos fuerzas políticas nos reconocíamos el esfuerzo de haber estado durante muchos años ese lugar y nos defendíamos mutuamente. Y competíamos, porque en ese momento el radicalismo y el peronismo tenían posiciones muy encontradas. Y sin embargo entre la militancia había un código común.

Hoy se me perdió. Me gustaría preguntarte a vos cómo la ves vos. Sí te voy a ser franco, creo que dentro de la JP hay muchas similitudes con la mística organizacional de la Coordinadora, que fue de alguna manera el movimiento político que me forma a mí. Yo empiezo a militar en el 89 y mi local era un local muy importante de la Coordinadora. Estaba Jesús Rodríguez, que era uno de los jefes de la agrupación juvenil y era ministro de Economía. Y el tipo venía a pintar con nosotros, siendo ministro de Economía.

Mirá el compromiso que tenía Jesús Rodríguez. Desde ese lugar siempre me sentí muy identificado con compañeros que militan tanto en la izquierda como en el peronismo, porque teníamos una cultura muy parecida de poner el cuerpo y de ponerle mucho amor a las cosas que uno hace.

-¿Y por esa cultura tal vez encontrada entre ambos partidos fue que decidiste cambiarte de bando, por así decirlo?

-Es que hablamos el mismo lenguaje. Yo empecé a sentir con el radicalismo que hablábamos lenguajes distintos. Que había una agenda nueva que al radicalismo le iba por el costado. Fue muy fuerte para nosotros, como militantes de aquel radicalismo que fue derrotado políticamente -no sólo electoralmente- en la Alianza ver que el peronismo levantaba las banderas de los derechos humanos, de la integración latinoamericana, muchas cosas que nosotros sosteníamos, pero que no habíamos podido concretar en ese gobierno.

Siendo muy joven veía cómo el radicalismo era la continuidad de las políticas neoliberales. Y de hecho me acuerdo que salíamos a pintar: “Esto no es radicalismo”, siendo militantes orgánicos, porque veíamos que había una derechización de la línea política. Econtré en aquel Frente para la Victoria un lugar donde a pesar de que hay diferencias metodológicas y de cultura política, que inclusive están presentes hoy, se me respetaba lo más importante, que eran los valores, las utopías, las ideas, y encontraba gente que tenía más similitudes, habiendo militado en un partido diferente al mío, que mis viejos correligionarios que entendían que después del acuerdo de Gualeguaychú, había que acordar con el PRO.

Otros tiempos. Santoro y Alberto Fernández, cuando la relación era más cercana.
Otros tiempos. Santoro y Alberto Fernández, cuando la relación era más cercana.

-¿Y hoy, ya en el Frente de Todos, te sentís traicionado de algún modo por Alberto Fernández?

-No, traicionado no. La palabra traición es una palabra muy pesada.

-¿Seguís siendo amigo de él?

-Sí, pero tengo menos cotidianeidad de la que tenía cuando no era presidente.

-Micaela: Como alguien que es parte del oficialismo y que aparte tenés una relación bastante cercana con el presidente Alberto Fernández, ¿en la intimidad o estando a solas le hacés una crítica un poco más dura, más que nada respecto al 40% de pobres?

-Hace bastante que no estoy hablando con él, pero desde el inicio muchas, sí. Lo de la pobreza es consecuencia de una serie de desaciertos y de un contexto que lo excede a Alberto. Hay que ser justos. Después de haber pasado por todo lo que pasó la Argentina. Lo que siempre se dice: la pandemia, la guerra, todo esto condiciona mucho. Y hubo muchos errores que cometió el gobierno.

Creo que es imprudente hacerlo público mientras el gobierno está en ejercicio, porque eso debilita la gobernabilidad del presidente y favorece los intereses de la oposición. Yo no soy periodista, yo soy un militante. Ahora, si tu pregunta es si en alguna oportunidad me he sentado a decirle cosas frontales y difíciles de escuchar al presidente: sí, muchas veces lo hice.

-Candela: Hoy en día se habla mucho del consenso y de la charla, la conversación, hablando de cerrar la grieta. Vos como parte del Congreso y si llegás a ser jefe de Gobierno ¿hay algún sector o algún político en particular con quien no estás dispuesto a consensuar?

-A hablar, con todo el mundo. Me cuesta imaginarme consensuando con Milei. ¿Por qué? Porque lo noto muy autoritario, muy prepotente, muy agresivo, muy violento. Y además creo que él construye una mística de ese no dialogar. Y me parece que eso es un problema. Pero incluso si al tipo le interesara saber mi opinión, suponiendo que le vaya bien en política, sí por supuesto me sentaría a dialogar. Me cuesta encontrar puntos de acuerdo porque es el sector político con el que más diferencias siento.

-Franco: Quería preguntarte qué te da miedo y si es lo mismo que hace cuatro años.

-Cuando sos papá lo primero que te da miedo es que les pase algo a tus hijas, lo primero. Despué,s cuando vas creciendo, lo segundo que te da miedo es que le pase algo a tu vieja. Y después te da miedo lo que les pasa a los demás. Me da miedo el odio. Me da miedo la violencia. Me da miedo la naturalización del odio y la violencia. Me da miedo el egoísmo. Una sociedad egoísta, que naturaliza la bronca, el híper individualismo, el sálvese quien pueda, me da miedo.

-Pensando en esto y tus preocupaciones con el país, quería preguntarte por algo estuvo en el discurso público en el último tiempo y que mencionaste vos, sobre que a Milei los medios le dan mucho espacio y pocas repreguntas. Para nosotros, los jóvenes que estamos preocupados por la libertad de expresión. ¿Cómo ves ese tema? ¿Y no pensás que capaz estamos permitiendo algunas ideas y otras no? ¿Cómo podríamos entenderlo?

-Javier hace referencia muchas veces a un reportaje que me escuchó a mí donde yo hacía referencia a un reportaje que le habían hecho a él, donde en una corrida cambiaria, en el programa creo que de Juana Viale o de Mirtha Legrand salió a decir que si él tuviese dinero en el banco lo retiraría. Y eso es una irresponsabilidad. Si vos ocupás un lugar de poder o de prestigio en la sociedad, tenés que ser responsable con tus palabras. No es lo mismo lo que te puede pasar a vos o a cualquiera de ustedes, con lo que me puede pasar a mí siendo ya una persona pública si tomo la decisión de hacer una recomendación de esa naturaleza, porque podés generar mucho daño.

Santoro admitió que con Javier Milei es con quien tiene las diferencias más profundas, pero aclaró que estaría dispuesto a tener un diálogo con él
Santoro admitió que con Javier Milei es con quien tiene las diferencias más profundas, pero aclaró que estaría dispuesto a tener un diálogo con él

-¿Y qué pensas de las redes sociales, donde actualmente cualquiera puede preguntar y decir lo que quiera?

-Es un tema. Si me preguntás, creo que es imposible. Hoy por lo menos es imposible regular. Sí se habla mucho de que la gente se haga responsable por los perfiles truchos, y sé que hay mucha gente -fundamentalmente mucha gente joven- que sufre por el bullying en las redes sociales, por las cosas que se dicen. Yo ya hace mucho tiempo que no me lo tomo en serio, pero sé que hay mucha gente que le duele.

-Victoria: Estoy en TikTok y veo videos que subió gente que está presa y digo ¿cómo pueden tener celular estas personas? ¿Qué hacemos con eso? Porque no es justo, para mí una persona que está cumpliendo una condena, por algo la cumple, no puede tener dispositivos móviles.

-Sí, pero vamos por partes. Fui durante 10 años docente de UBA XXII, de educación en cárceles, así que entiendo un poco de la problemática y sé muchas veces cómo operan los prejuicios sobre este sector de la sociedad, que está privado de su libertad. Quien está privado de su libertad está privado solamente del derecho a la libertad ambulatoria.

Igual, me parece un error enorme que se filtre la posibilidad de tener celulares en las cárceles, no tanto por la joda del TikTok, sino porque muchas veces los utilizan para cometer otros delitos, amenazar a sus víctimas. En contexto, me parece que está mal, eso no debería estar permitido. Debería haber un control muy férreo sobre eso.

No soy de los que creen que al preso lo tenés que tratar como un perro. Que no hay que darle televisión, hay que darle de comer una sola vez por día y si se puede torturarlo. Eso, venganza, conmigo no va. Creo que las personas tienen que estar en la cárcel -como dice la Constitución Nacional- para resocializarse. La cárcel no es para castigo del reo, tiene y cumple otra función.

-¿Y por qué hoy en día no se implementa nada de eso?

-Es terrible. Se violan los derechos humanos en la Argentina actual, en las cárceles argentinas. Y se violan con este gobierno, con el anterior, con el anterior. Tuve la suerte de decírselo a varios presidentes. Me parece que es una asignatura pendiente de la democracia.

El diputado habló sobre la problemática de los alquileres y de sus propuestas para la ciudad de Buenos Aires
El diputado habló sobre la problemática de los alquileres y de sus propuestas para la ciudad de Buenos Aires

-Micaela: Retomando un poco el tópico de los presos. Yo sé que vos fuiste profesor dentro de una cárcel y también escuché que fuiste profesor de genocidas. Te quería preguntar cómo fue mirar a un genocida a los ojos y explicarle algo, darle clases.

-Terrible. Terrible. Y también fui profesor de Mangeri. Pero me pasó -primera vez que voy a dar clases- esta es una historia hermosa... Primera vez que voy a dar clases, Marcos Paz. La cárcel de Marcos Paz, Pabellón Nº 5, pabellón de fuerza. Ustedes saben que los presos está dividida: la población común, los RIF (resguardo de integridad física) que son los violadores, presos por delitos sexuales, y los de fuerzas de seguridad, donde están los genocidas, que son milicos, o que puede ser gente de alguna Fuerza de Seguridad, que no haya sido parte de la dictadura, pero están todos en el mismo lugar.

En la cárcel de Marcos Paz, cuando yo iba a dar clases, el aula de la UBA estaba dentro del Pabellón Nº 5. Llegamos, Aula Magna de la facultad, 200 presos, todos metidos y me dicen “Profesor, antes de que empiece su clase le quiero avisar que estamos en una asamblea”. Les respondo: “Está bien, espero acá afuera, les doy cinco, diez minutos”. Para que se den una idea lo que sería el Servicio Penitenciario queda afuera de eso. Te cierran y quedaste solo ahí. Yo primer día de clases no sabía si me iban a cagar a trompadas, los temores que tiene cualquiera que va el primer día. 200 muchachos ahí todos discutiendo. La conversación se alarga, agarran y me dicen “¿Santoro, querés pasar a dar tu opinión?”. Llego ahí y me dicen “Profesor, estamos discutiendo -yo no sabía quién era quién, quién era de RIF, quién era de población común, quién era de alguna fuerza- estamos discutiendo porque hay un conflicto en la Universidad alrededor de la posibilidad de que la UBA les dé clases o no a los presos de lesa humanidad, ¿usted qué piensa hacer?”.

Me transfieren esa responsabilidad y yo digo “ay, la puta madre”... Te imaginás, toda la vida militante de los derechos humanos, tenía una foto de las Madres de Plaza de Mayo colgada en mi habitación cuando era pibe. Pensando, pensando y hablarles a 200 -primer día de clases te estoy diciendo- y les digo “miren muchachos, les voy a decir la verdad, yo les voy a dar a todos”. Y reaccionan “¿Cómo que le va a dar a todos?”... yo les seguí diciendo “muchachos, yo juez no soy, para mí ustedes son todos inocentes, porque si no no vengo. Si me tocara tener que discernir si le doy a uno de lesa o no... si al de lesa no le doy, después puede venir uno y decir ¿le vas a dar a un violador?... “Y no, a un violador tampoco”. “Ah, entonces no le das a un violador, no le das al de lesa y sí a un asesino”. Cuando vos tomás la decisión de dar clases en la cárcel son todos iguales y son todos inocentes.

Salí de ahí y me fui llorando. Y lo llamé a Horacio Pietragalla y a Ricardo Gil Lavedra, a los dos, para preguntarles qué opinaban. Y los dos me dijeron que estaba bien. Y con el tiempo, le pude preguntar a Hebe de Bonafini, porque me seguía quedando la duda. Les di clases. En ese momento había muchos profes de la UBA que se declaraban objetores de conciencia y no les daban a los presos de lesa. Y un día estaba tomando mate con Hebe de Bonafini y le pregunto “Hebe, tomé esta decisión. ¿A usted qué le parece?”, “Está bien”, me dijo. A diferencia de lo que uno puede suponer, por el prejuicio que opera muchas veces o que operaba en ese momento cuando Hebe estaba viva, me dijo que estaba de acuerdo.

Y lo mismo me pasó con Mangeri. Tres o cuatro años después, lo llamé a Juan Carr, me acuerdo, y le pregunté también. Lo de Mangeri también fue muy fuerte. Además Mangeri es un tipo cuando lo ves súper agradable. Y lo de Ángeles Rawson estaba muy fresco todavía y es un caso que nos conmovió a todos. Ustedes son chicos pero nos conmovió a todos. Y lo veo ahí, salgo y digo “che, le pregunto a una de las chicas que hacía el Servicio”, le digo “¿éste es Mangeri?”, me dicen “Sí, si no querés darle...” Y recordé lo otro. Y les dije, “voy a hacer que son todos inocentes”. Pero te impacta eso. Si tomás la decisión de dar clases en la cárcel, para cualquiera de ustedes, sepan que esto les puede pasar y creo que lo más conveniente es no pensar y laburar como corresponde, para darles una oportunidad a aquellas personas que pueden aprovecharla.

Leandro Santoro en la marcha por el Día de la Memoria, el 24 de marzo pasado
Leandro Santoro en la marcha por el Día de la Memoria, el 24 de marzo pasado

-Camila: ¿Creés en el perdón?

-Sí, a full.

-¿Y te arrepentís de algo que hiciste en tu vida alguna vez?

-Obvio. Soy muy culposo, tengo ahí la culpa judeocristiana. Sí, por supuesto. Quién no cree en el perdón o dice que no se equivocó en nada, es un cínico. A ver, quien dice que no se equivocó en nada y no se arrepiente de nada es un cínico. Todos nos arrepentimos de cosas. Y quien no sabe perdonar es una mala persona.

-Tengo una pregunta nada que ver.

-¿A ver?

-Qué crees de la eutanasia.

-A favor.

-¿Estás a favor? ¿Y le tenés miedo a la muerte?

-De la mía, no. Es casi te diría algo que pienso muy seguido. Pero sí tengo inquietudes. Tengo terror por la muerte de las personas que quiero. Terror. Inclusive si no hay posibilidades de muerte inminente, viste el mambo de cada uno. A una hija tuya le pasa algo y ya pensás que le puede pasar lo peor. Eso me queda de la bobe. Que le puede pasar lo peor. Pero en términos personales, como tengo la suerte de ser una persona de fe, no me desespera tanto. Me preocupa, me angustia, lo trato en terapia, pero no me inmoviliza, no me paraliza.

Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. Los dos fueron jefes de gobierno. Uno llegó a presidente. El otro, quiere cumplir el mismo objetivo
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. Los dos fueron jefes de gobierno. Uno llegó a presidente. El otro, quiere cumplir el mismo objetivo

-Camila: Volviendo un poquito a la política. Me genera como cierta, digamos, fascinación cómo el partido del PRO puede estar gobernando 16 años. ¿Cuál es el encanto que tienen que todavía…?

-Es una combinación de factores. Primero, en Ciencias Políticas solemos decir que las elecciones las pierden los oficialismos más que ganarlas la oposición. Y en general, en la Argentina, cuando un partido político llega a una gobernación es difícil que se vaya rápido. Preguntales a los radicales de Formosa lo que les está costando reemplazarlo a Insfrán. Es algo común en nuestra cultura política.

En segundo lugar, hay algo que vengo diciendo hace mucho tiempo: creo que el poder en la Argentina le perdona muchas cosas al PRO de la Ciudad porque tienen la sensación que si pierde las elecciones desaparece como partido y creen que es un elemento de compensación necesario para el peronismo. Fundamentalmente para el peronismo de la provincia de Buenos Aires.

Obviamente, creo que eso es un error, porque eso ha hecho que el PRO sienta que los errores políticos no tienen costos. Entonces, puede pasar lo que pasó con Marcelo D’Alessandro, por ejemplo, que era ministro de Seguridad que se lo enganchó haciendo todo tipo de tropelías, desde cobrarles coimas a los de la grúa hasta, no sé, prestarles autos públicos a los funcionarios, y sin embargo todo el gobierno protegiéndolo y el sistema de medios en su mayoría, no todos pero en su mayoría, haciéndose los zonzos con ese tema durante tres meses. ¿Por qué sucedió eso? Porque si a cualquier otro gobierno provincial le hubiese pasado un escándalo de semejante naturaleza, era un escándalo nacional. Creo que porque hay una intención de protegerlo.

Y en tercer lugar -dos cosas más te voy a decir- creo que los tipos son muy inteligentes, que construyeron un partido político profesional, que saben lo que le pasa a la gente, que tienen focus que miden la opinión pública que son muy hábiles para dar respuestas cortas. Y por último creo que es un fenómeno global también.

-Leandra: Mi pregunta es sobre algo que me preocupa, sobre mi acceso a derechos como trabajadora sexual independiente. Te quería consultar en el caso de un día debatirse en Diputados la creación de una ley que dé un marco legal para los derechos de las trabajadoras sexuales que elegimos este trabajo y también la prevención de la trata. ¿Estarías a favor de esta ley?

-Obvio. Si una persona decide ese trabajo, haciendo todas las distinciones que acabás de hacer vos en tu pregunta, soy de los que creen que hay que respetarlo. El concepto, la verdad es difícil porque sé que hay muchas chicas que están comprometidas en la lucha contra la posibilidad de ejercer el trabajo. Pero mi percepción es que si una persona es libre, tiene todo el derecho del mundo a decidir, en libertad, qué hacer con su vida.

-Sé que el año pasado te han agredido.

-Sí, por este tema.

-Exacto. ¿Por qué pensás que estas chicas decidieron escupirte en el bar en que estabas?

-Fue muy loco porque me escupieron y después entendí. Porque yo la había recibido, ¿cómo se llama, Orellana?

-Georgina Orellana.

-A Georgina. Y me había sacado una foto con ella. Me había ido a hacer un planteo que me pareció respetable. Nunca me imaginé que podía generar la bronca de un sector del movimiento feminista más radicalizado. Te soy franco, nunca pagué por sexo. Si me preguntás si me parece mal que alguien lo haga... si hay acuerdo y consenso, no, para nada. Lo que pasa es que sé que hay mucha gente que cae en esa situación, no por decisión propia, sino por llevada por circunstancias particulares o manipulada. Y entiendo que hay un sector del feminismo que cuestiona eso, la libertad de la persona efectiva de decidir sobre su vida.

-Martina: ¿Te enoja que haya un candidato con altas chances de ganar que no sea de Capital, te genera enojo?

-No.

-¿No?

-No, para nada. Me genera enojo que lo naturalicemos. ¿Decís por lo de Jorge? Por lo de Jorge Macri.

Leandro Santoro y Jorge Macri compartieron un debate en la Feria del Libro 2023
Leandro Santoro y Jorge Macri compartieron un debate en la Feria del Libro 2023

-Sí, sí.

-No, no, enojo no. Es más, me parece un cuadro político el tipo. Tuve un debate con él y es una persona formada. Lo que me parece es que está mal que lo naturalicemos. Habla de algo que está pasando y que me parece que como sociedad deberíamos meditar un poco. ¿Qué pasa que una fuerza política tan importante como el PRO, que tiene tantos cuadros brillantes como el PRO, tiene que ir a buscar al intendente de Vicente López, primo hermano de Macri, para ser candidato acá? Avivémonos que algo está pasando. Pero después...

-¿Y por qué entonces el gobernador de la provincia de Buenos Aires es de Capital?

-En la provincia pasó muchas veces eso, que me parece mal. Todos los casos de cambio de distrito me parecen mal. Pero pasó con Axel, pasó con Vidal, pasó con Scioli. Después que den cuenta los bonaerenses de a quién eligen como gobernador.

-Camila: Te siento como una persona muy terrenal en política y eso me lleva a preguntarme si vos dentro de 5 o 10 años te ves como presidente. ¿Te gustaría ser presidente?

-Es una fantasía que todo militante tiene, pero creeme que me pasó después de entrar a la Quinta de Olivos y en la Casa Rosada y ver la gestión de este presidente que es algo por lo cual no sé si me gustaría pasar. Porque la gente te trata distinto. Esos primeros meses donde la sociedad se dio cuenta que yo era amigo de Alberto, me llamaron personas que hacía años que no me llamaban, me paraban por la calle porque todos veían una oportunidad. La gente me trataba distinto. Los periodistas me trataban distinto. Fueron dos meses, dos, tres meses donde fue una cosa insoportable.

Como militante político uno supone que los cargos son responsabilidades que asumís en función de algo que te trasciende. Si te toca serlo, lo vas a tener que hacer porque es una vocación de servicio y hay que tener responsabilidad. Si alguna vez me tocara hacerlo, lo haría con amor y con orgullo. Pero es algo que después de haber vivido la experiencia que viví... perdió un poco de interés en mí. Me parece que es una carga pública. La gente no se da cuenta lo difícil que es tener sobre tus hombros la responsabilidad de los sueños de muchísimos. Y ser una persona común al mismo tiempo. No sé. No sé.

-¿Te gustaría que Patricia sea presidenta?

-¿Patricia Bullrich?

Patricia Bullrich también participó de La entrevista informal. Santoro la elogió, pero aclaró que no quiere que sea la próxima presidenta
Patricia Bullrich también participó de La entrevista informal. Santoro la elogió, pero aclaró que no quiere que sea la próxima presidenta

-Sí.

-No! Pobre Patricia, pero no. No personalizo yo en política. Me parece un cuadro Patricia Bullrich. También tengo respeto porque es una mina de la política, con lo cual no tengo nada que decir en ese sentido. Es una persona que tiene muchos años de formación, etcétera. Ahora, no coincido con casi nada de lo que dice y me preocupa la trumpización, de Donald Trump, de la línea política de un sector del PRO sí me preocupa mucho. Y ella es la expresión de esa línea dura.

-Virginia: Leandro te quería consultar cuánto cobrás.

-700 lucas.

-¿Te alcanza?

-Ahí. A ver, tengo que pasarles a las dos madres de mis hijas. Tengo que darle a mi mamá. No te podés quejar porque casi nadie gana 700 lucas.

-Nadie. Solo los diputados.

-No, no, a ver, en blanco y en negro, es una discusión esa. La gran mayoría gana menos de 700 lucas. Ahora, conozco poca gente que viva con 700 lucas de la política.

-¿Y alguna vez pensaste en bajar tu sueldo?

-No es algo que definimos nosotros. Eso va por escala. Ahora el Congreso lo ató a la paritaria general de los empleados. La verdad es que yo tengo que financiar casi te diría tres casas. O dos casas y media.

-¿Y alguna vez te ofrecieron alguna coima?

-No. Eso supongo que pasa en el Ejecutivo, en el Legislativo no pasa.

-Victoria: ¿Dejarías que Cristina cuide a tus hijos? A tus hijas, perdón.

-Sí, obvio.

-Imanol: ¿Tu relación con ella es buena?

-Sí, re buena.

-Candela: De la política y de los políticos siempre se habla como que hay muchos egos o muchos intereses propios que capaz se ponen por delante del país. ¿Vos cómo lo vivís estando adentro de lo que es la política?

-Demasiado ego, diría Charly. Mucho ego. Es un problema enorme que genera muchas confusiones también y problemas innecesarios. Mucho.

-Imanol: ¿Vos tenés ego?

-Obvio.

-¿Pero el necesario como para aspirar a cierto puesto tal vez?

-Pero como tengo ego y culpa, eso se equilibra un poco. Primero ¿quién no tiene ego? Todos tenemos ego, no vamos a ser hipócritas. Segundo quien está expuesto públicamente también tiene una cuota de narcisismo y de vanidad importante. Ahora, el tema es saber limitarse o auto limitarse. Yo tengo un compromiso ético, también, que me permite auto limitar eso. O que creo que me permite. Hay que ser más modesto en la vida.

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Producción Periodística: Lara Lukaszewicz, Rocío Klipphan y Agustina Mauderli

Postproducción: Lihueel Althabe, Cecilia Arizaga y Javier Golpe

Dirección de cámaras: Samuel Cejas

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La serie completa de La entrevista informal

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Sandra Mihanovich: “Apoyo los cambios, pero en este barrer con todo, se hace daño y no se cuida a la gente”

Franco Torchia: “La población LGBTIQ+ es víctima de un gobierno que sostiene una especie de homofobia de Estado”

El periodista y escritor cree que no hubo en los últimos tiempos una marcha del orgullo más urgente que la de este sábado. Será, por cuarta vez consecutiva, uno de los conductores del encuentro de la comunidad gay en la ciudad de Buenos Aires. “Todo el discurso oficial nos animaliza, nos inferioriza, nos liga a la idea de que sobramos, de que somos un excedente”, critica
Franco Torchia: “La población LGBTIQ+ es víctima de un gobierno que sostiene una especie de homofobia de Estado”
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