La precandidata presidencial Patricia Bullrich habló sobre sus planes de gobierno, la disputa con su principal rival en la interna opositora, Horacio Rodríguez Larreta, la relación con Mauricio Macri, el caso Santiago Maldonado y hasta ensayó un diálogo imaginario con “la Pato de los 20 años”. Fue una charla intensa, donde los jóvenes convocados al ciclo de charlas de Infobae con dirigentes políticos compartieron inquietudes, dudas y una mirada sobre el futuro de la Argentina.
El encuentro ocurrió en momentos en que Juntos por el Cambio ingresa en la etapa final de la definición de candidatos y cuando está a punto de largarse la campaña de cara a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto. Ese día, Patricia Bullrich deberá enfrentar en las urnas a su adversario directo, el jefe de gobierno porteño, con quien mantiene una relación tirante.
De hecho, en un momento de La entrevista informal Patricia Bullrich contó un “secreto” del día en que se encontraron con Larreta y le blanqueó su intención de ser candidata. Ese pasaje y el recuerdo de la infancia, cuando “cazaba pajaritos y palomitas” fueron momentos especiales de la charla. Pero no fue los únicos: “Le diría a la Pato de 20 años nunca usar la violencia, siempre ser democrático. Siempre entender que hay una ley que está por encima tuyo. Nunca creerte el poder”, sorprendió la ex ministra de Seguridad.
En la conversación, la precandidata también anticipó que su idea de sacar el cepo dependerá de “tener el control de las variables económicas”, y que la eliminación de las limitaciones cambiarias dependerán de lograr, antes, esa estabilización. Sin embargo, advirtió que el rumbo será ir a un “bimonetarismo, que se pueda utilizar el peso y el dólar”, y evitar “el error gravísimo” de la gestión de Cambiemos, que fue, según su opinión, “el gradualismo”.
“Tenemos que derogar 500 leyes, son más que las que vamos a votar”, aseguró Patricia Bullrich. “Santiago Maldonado se ahogó, hay que cortar el relato”, Rodríguez Larreta “tiene una personalidad de administrador no un liderazgo capaz de cambiar la matriz de la Argentina”, “hay que proteger a los policías que protegen a la sociedad”, fueron sólo algunas de las definiciones que brindó en los estudios de Infobae.
En la novena edición de La entrevista informal participaron Martina Wachs, 23 años, estudiante; Muriel Nicolás, 23 años, programadora; Felipe Aquino, 22 años, estudiante y empleado; Virginia Santeusanio, 22 años, estudiante; Franco Casetta, 21 años, estudiante; Victoria Casas, 23 años, licenciada; Leandra Levine, 24 años, activista trans y trabajadora sexual independiente; Victoria Konovalov, 21 años, estudiante de música y creadora de contenido en redes sociales; Fausto Fernández, 19 años, estudiante y empleado; Micaela Maidana, 23 años, periodista y estudiante; Candela Pereira, 21 años, estudiante.
La entrevista informal
-Virginia: Sos la primera mujer que se sienta en esa silla en este espacio. ¿Qué se siente ser la única candidata a presidenta mujer hasta ahora?
-Que las mujeres no necesitamos el empujón de nadie. Que si realmente trabajamos, estudiamos, nos esforzamos, tenemos nuestras capacidades y nuestra personalidad no tenemos que tener esta capitis deminutio de que a la mujer siempre hay que empujarla. Así que eso también es una demostración.
-Victoria Casas: De la mano de eso te quería preguntar en tu largo trayecto en la política ¿viviste alguna situación de discriminación, de desigualdad o sentiste que tal vez no fuiste escuchada por el simple hecho de ser mujer?
-Me acuerdo que la primera vez que entré a la Cámara de Diputados en 1993, me acuerdo que había un cordobés constitucionalista -yo estaba en la Comisión de Asuntos Constitucionales- me dice “vos no te preocupes que yo te voy a ayudar“. Le dije “vos no te preocupes, porque yo te voy a ayudar”. Le contesté, con las mismas palabras. Era como una manera de decirte “bueno, llegás a un lugar que no es apto para vos”. Después arranqué con todo en la Cámara.
-Martina: Mi pregunta apunta a la contienda presidencial. ¿Qué diferencias y similitudes ves con Larreta?
-Yo no soy pelada...
-Buen punto.
-En un momento normal de la Argentina, un administrador está bien. En un momento de una crisis más existencial, de la idea que tienen los argentinos que la Argentina se nos va de las manos, que la estamos perdiendo, hace falta un liderazgo que sea capaz de cambiar total y absolutamente la matriz sobre la que está asentada la Argentina. Es una personalidad de administrador versus un liderazgo capaz de cambiar esa matriz. Y creo que por eso en este momento mi personalidad, mi carácter, está siendo tomado por la gente.
-Hablando también de otra personalidad con carácter ¿en qué te diferenciás con Milei?
-No sé si tiene carácter. El carácter se prueba en las acciones. Y he demostrado carácter en la acción. Todavía Milei no está probado.
-Franco: Vos en tu carrera estuviste cerca de gente que ejerció la Presidencia. Quería preguntarte si vos pensás que ese rol los cambió. Y si te puede pasar a vos.
-Qué buena pregunta. La tensión del poder por ver cómo vos tomás el poder y cómo te acomodás en el poder -o si el poder te acomoda a vos- es una tensión muy fuerte. Lo primero que tenés que hacer es luchar toda la vida, hasta en los lugares más… en los primeros escalones que quizás estás, para luchar contra la tensión de que el poder no te cambie. El poder te transforma a vos y -como diría Ortega y Gasset- a todas tus circunstancias, a todo el mundo que te rodea. Y sobre todo en un país con tan bajo nivel de institucionalidad.
¿Por qué pasa esto? Porque todos creen que la única manera de tener algo es a través de tener un amigo en el poder y el presidente de la Nación es “el más” que podés tener. Entonces sí, sí, yo creo que hay gente que ha cambiado mucho con el poder. Y ahí viene la corrupción o más la parálisis, quizás el no poder tomar decisiones, que también es otra característica que te sucede en el poder.
Hay que tener muy claro, muy claro, lo que significa el poder en la historia no tuya personal, sino en la historia de la humanidad, y cómo te va a impactar a vos para que ese poder no te cambie.
-Quiero preguntarte por ese peso que tiene el poder. Vemos algunos presidentes que vos ves cuatro años que pasan y parece que envejecen diez.
-No me digas eso porque me voy. Por fa...
-No, no. Quería preguntarte si en tu experiencia ejerciendo cargos importantes y con mucha responsabilidad, sentís que la Presidencia puede ser una gran responsabilidad que alguien tiene que llevar -aunque sea un peso muy grande- o que te puede transmitir una cierta tranquilidad que seas vos quien tenga el control de esa gran responsabilidad.
-Sí, sí, es así. No tanto cuando fui ministra de Seguridad, que ya venía con más seguridad, valga la redundancia y el juego de palabras. Pero cuando fui al Ministerio de Trabajo (NdR: en octubre del año 2000), yo sentía que era como un mundo que no era el mundo donde yo me sentía más cómoda, porque nunca había trabajado sobre temas laborales, había trabajado sobre otros temas. Pero de entrada, me di cuenta cómo me tenía que parar ahí, que además era un mundo rudo, muy fuerte.
Creo que cómo te parás es donde vos ganás esa tranquilidad y esa paz. Tenés que ser un poquito oriental. Tener esa paz dentro para poder tomar decisiones, las más difíciles o las más fáciles. Pero también las más difíciles.
-Candela: Te quería preguntar si vos tenés un arma. Si es tu forma de defensa o pensás que la tenés por algo que pueda pasar.
-En el campo tengo un arma de toda la vida, sí. Desde rifles comprimidos de toda la vida. Escopetas que tenía mi abuelo. Pero de chiquita las usaba. Íbamos a cazar pajaritos, palomitas. Ahora no. Ahora no se me ocurre.
-La pregunta del arma es porque te escucho hablar mucho de la seguridad y Gendarmería, la Policía y a mí es un tema que me genera miedo. Pienso en más violencia por parte de la Policía, Gendarmería, fuerzas. ¿Qué me dirías, a mí y a los jóvenes que pueden tener este mismo miedo de que pueda pasar algo por las Fuerzas en la calle?
-Yo razoné al revés, fui por un pensamiento lateral. Cuando vi que el policía tenía miedo a lo que le podía pasar si utilizaba el arma y que los mataban por no usar el arma a tiempo, o dejaban indefenso a un ciudadano por no usar el arma a tiempo, me di cuenta que la inseguridad del policía se transmitía a la comunidad y que entonces el policía no terminaba cumpliendo el rol que la ciudadanía le había otorgado.
¿Y qué pensaba la ciudadanía? Es impunidad. Porque si el policía está frente a un delincuente que está robando y no protege al ciudadano ¿qué es, cómplice de ese criminal o de ese chorro? Lo que tenés que hacer es que el policía sienta que su trabajo tiene una red de protección legal y una red de protección emocional -porque también es emocional- entonces es mejor policía. Matan menos al policía en el momento de un enfrentamiento y él mata menos civiles.
Cuando llegué al Ministerio de Seguridad habían muerto más de 100 policías el año anterior, en el 2015. Vos decís ¿cómo puede ser que aceptemos que maten a 100 policías? Cuando en Estados Unidos matan un policía -acá también yo lo hice- izan la bandera o la ponen a media asta, porque es todo un tema... mataste a un funcionario que te cuida.
Comencé a entender profundamente esa psicología, esa sociología de masas, esa psicología social, y entendí que si le das al policía la fortaleza de entender que él tiene que proteger a la ciudadanía y tiene que protegerse él, que no lo maten, pasamos de más de 100 policías asesinados llegando a sus casas, en una moto, a 24 en cuatro años. ¿Y qué pasó entonces con los civiles? Bajaron las muertes de civiles exactamente en la misma proporción.
Por eso es tan ridícula la idea de las pistolas Taser, porque si el policía lo que tiene, además, es la capacidad de criterio de decidir usar un arma que es mortal -es letal, te mata- o un arma que no es letal, tengo la capacidad de pensar en ese momento “¿qué hago, qué saco?” Vas a poder tener una capacidad de elegir y de analizar el momento para saber qué es lo que vas a utilizar.
-Muriel: Vi casos en los que uno presencia un robo en la calle y hay policías pero cuando uno se acerca a decirles “che, ahí están robando”, o “esa persona se robó tal cosa”, la respuesta es “no puedo hacer nada”. No es que el policía no quiera arriesgarse o no quiera arriesgarse a matar al otro, sino una cosa como de desgano, de “es lo que hay”. ¿Qué puede cambiar esa idea de que el policía no va a ayudarme?
-Es importante lo que vos decís, porque ese “no puedo hacer nada” viene de algún lado. Viene de algo que le pasa al policía. Ese desgano tiene que ver con una discusión más de fondo que con algo burocrático. Y por otro lado está el “no me meto”.
Aunque no lo percibas en ese momento el “no me meto” es porque la consecuencia de meterme puede ser peor que la consecuencia de no meterme. Si no me meto, me pueden decir “che, por qué no te metiste”. ¿Pero qué sanción tiene un policía que no se mete frente a un delito, legalmente? Ninguna. ¿Qué sanción tiene un policía que se mete? Lo pueden terminar acusando de exceso en la defensa, de homicidio. Hablamos siempre de policías que hacen las cosas correctamente.
El “no me meto” tiene más protección legal que el “me meto”, se pierde esa esencia. Por eso, cuando fui ministra de Seguridad les dije “el que no se mete, pierde... acá el que se mete a defender a la gente, el que se mete a defender a la sociedad, es el que va a estar premiado”.
Lo importante es cambiar el chip de las fuerzas de seguridad respecto a que él es un funcionario del Estado y que se presume, siempre, que va a hacer las cosas correctamente. No se presume -como pasó en la Argentina y nosotros lo cortamos, pero ahora volvió- que siempre va a hacer las cosas mal.
-¿Y en concreto qué medida podría ayudar a todo esto que estás diciendo?
-Hay que cambiar, por ejemplo, el artículo 34 del Código Penal, que lo acaban de cambiar Uruguay y Chile, donde perfeccionaron la legítima defensa de un policía. No es lo mismo la legítima defensa de un policía, que siempre está obligado a defender a la gente -esté o no en actividad- a la legítima defensa de un ciudadano.
Si el Estado no le da una pistola Taser es un problema del Estado. Va a tener que utilizar el arma que tiene -si requiere utilizar armas- porque sino pone en riesgo su vida. Acuérdense del caso del Museo Malba. Un policía no quería sacar el arma, había una persona totalmente desquiciada, fuera de sí, que venía con un cuchillo, avanzaba y tenía mucha fuerza, y el policía lo dejó acercarse... Le ponía la mano, como si eso frenase a una persona que está totalmente fuera de sus cabales. Y llega el ciudadano y lo mata al policía y el policía, en última instancia, ya cuando está en el piso, saca el arma y tira. Pero ya era tarde, estaba moribundo. Esa situación de la parálisis es lo que hace que sigan muriendo policías, cuando vos los tenés que custodiar y proteger.
-Micaela: Creo que para la sociedad argentina es muy difícil cambiar el chip, porque vivimos dictaduras y hubo varios momentos en los que, cuando estaban las Fuerzas Armadas, hubo mucha violencia. ¿Cómo un ciudadano común puede aceptar y tomarlo como natural que haya más militarización, que haya más Gendarmería?
-¿Qué hacés vos si estás frente a un delincuente y tenés un policía cerca?
-Le aviso.
-Le avisás. Tu primera reacción es avisarle a ese miembro de las fuerzas de seguridad. Es tu reacción que ese “pedacito de Estado” te va a ayudar frente a una situación de violencia que vos estás viviendo. Lo que hay que entender es separar la historia de las crisis argentinas en las que ha habido participación militar, participación civil, ha habido enfrentamientos entre sectores de la sociedad que estaban de un lado y del otro y que las Fuerzas Armadas estuvieron en el medio. Otra cosa es pensar que vamos 40 años de democracia. Creo que en la Argentina hubo mucha utilización política de lo que sucedió. Mucha utilización política. Porque yo viví ese momento...
-Pero sucedió. Hubo desapariciones.
-Sí, por supuesto. Pero viví ese momento y creo que a todos los que vienen después de ese momento no los podés poner en el mismo lugar. Si vos los ponés en el mismo lugar, no les das la posibilidad de respirar democracia a las Fuerzas de Seguridad o a las Fuerzas Armadas.
El pasado fue un momento histórico que está predeterminado por condiciones específicas. Si vos estás en otro momento, donde tenés democracia, donde tenés otras condiciones, tenés que permitir a los que están en este momento histórico que puedan absorber el tiempo histórico en el que están viviendo y no seguir respirando el tiempo del pasado.
Eso es muy importante como concepto, porque sino vas como anulando sectores de la sociedad producto de la historia. En la Argentina la cancelación sería de todos. Absolutamente todos.
-Pasa que siguen habiendo hechos relativamente recientes de abuso de autoridad. ¿Cómo se puede garantizar que no va a haber casos como el de Santiago Maldonado cuando esté implicada la Gendarmería?
-Vos contás una historia que no es la verdad. La verdad es que Santiago Maldonado participó de una manifestación. Se escapó de las fuerzas de seguridad cuando se podía haber entregado. Quiso cruzar un río muy difícil y se ahogó. Y no tuvo nada, absolutamente ni un gendarme, cerca. Y eso lo dijeron 55 peritos y lo dijeron tres jueces y la Cámara. Así que hay que cortar el relato. Es decir, vos tenés que cortar con el relato de lo que vos creés que pasó con Maldonado para ir a lo que efectivamente pasó. Porque sino, la construcción del relato sobre Maldonado va a seguir en tu cabeza, cuando en realidad, lo que pasó con Maldonado fue otra cosa. Hay que salirse de ese lugar.
-Victoria Konovalov: Te quería preguntar algo más personal saliendo de todo esto. ¿Cómo es tu relación con Mauricio Macri?
-Eso no es personal, eso es político. Personal si me preguntás de mi marido, qué sé yo (risas).
-Pregunto si son amigos. Más personal en ese sentido, no digo políticamente.
-Todo bien. Tenemos una buena relación. Quizás profundizamos la relación cuando, de golpe, este año me invitó a su casa en el Sur y fuimos con mi marido, nos quedamos a dormir y estuvimos desayunando, almorzando, caminando. Pero la relación fundamentalmente es una relación de debate y de discusión. No es que yo voy todos los fines de semana a almorzar a su casa. Él más bien tiene sus amigos, que son como sus amigos del colegio, sus amigos del deporte. Pero tengo una buena relación, muy buena. También con Juliana, y también Guille, mi marido, pegó onda con Juliana -onda en el buen sentido, sino Mauricio me mata- pero pegó onda. Y la verdad es que me llevo bien con él.
-Perfecto. ¿Y sentís que si el día de mañana llegás a ser presidenta puede cambiar esa relación? Ponele que él te maneje como un títere, como se dice por ahí.
-Si alguien piensa que a mí me pueden manejar como un títere, alguien... pero no solamente Mauricio, cualquier persona, no me conoce. Lo he demostrado a lo largo de mi vida. No sé de dónde salí, si es el origen prusiano, una mezcla de origen prusiano y vasco, prusiano digo alemán, porque mi apellido es alemán. A mí no me maneja absolutamente nadie.
No soy una necia de no aceptar cosas que me dicen. Pero la Presidencia es única y es de una persona y las decisiones importantes las tenés que tomar en soledad. Sé que voy a tener un ex presidente con quien poder hablar, intercambiar cosas, pero las decisiones son absolutamente personales. Las decisiones, cuando vos tenés la mitad de la gente de tu equipo que te dice una cosa, la mitad de tu equipo que te dice la otra, y vos tenés que tomar una decisión. El dilema. El dilema te aparece permanentemente. Y ahí la decisión es muy personal.
-Franco: Te quería hacer una pregunta de economía, que es el tema que a todos nos preocupa en el momento. ¿Por qué nos propondrías votar por una fuerza como Juntos por el Cambio en la que hay tanta diversidad de opiniones sobre economía?
-No hay diversidad, lo que hay es ritmos y decisiones de cuál va a ser la forma en que vas a tomar las medidas. El gran tema de las medidas es no ir para atrás y animarte a tomarlas. Vamos a trabajar sobre los puntos centrales de un modelo económico que es equilibrio fiscal y bajar el peso del Estado sobre la economía. Pensá que el Estado creció 100% del 2003 al 2023 y no creció 100% en calidad de servicios. Por el contrario, es una burocracia que cada vez impide más que la gente esté más cerca del servicio. Es más total y absolutamente burocracia, pura burocracia ese 100%.
Es necesario bajar el déficit pero no solamente el déficit que va a dejar ahora el ministro de Economía, sino algo más estructural, donde no haya trece provincias argentinas que tienen más empleo público que privado. Donde el mundo privado, el de las empresas, el de los emprendedores, el mundo del trabajo y las posibilidades, sea mucho mayor que el Estado.
El Estado tiene que ser un porcentaje predeterminado, que administre de manera razonable los bienes públicos que tiene que administrar. Hay que terminar con el cepo. No se puede tener una economía donde el dinero que entra no sale. Eso es imposible. Entonces un solo tipo de moneda. Nosotros vamos al bimonetarismo, es decir, que se pueda utilizar el peso y el dólar. Tener equilibrio fiscal. Eso es fundamental para bajar la inflación. Con equilibrio fiscal y superávit fiscal, es decir bajar el peso del Estado sobre la economía, vas a poder empezar a bajar impuestos y vas a ser un país competitivo. No te estoy hablando de Pakistán, porque no vamos a competir con Pakistán, que tiene precios mucho más bajos, con Brasil te digo, como un país que tampoco es una perfección.
Hoy la Argentina es 30% más cara. Fijate, es más barata porque está devaluada. Vienen los chilenos, vienen los uruguayos a comprar. Pero es más cara en costos. Es muy importante ordenar la economía para bajar la inflación, generar condiciones para la inversión, que la inversión sienta seguridad, que no se puedan cambiar las reglas todos los días. ¿Sabés cuántas normas tenemos para derogar? 500 leyes. Vamos a derogar más de las que vamos a votar. Porque son todas normas que en algún momento meten la mano en algún tipo de regulación que te paraliza totalmente un proceso productivo.
-Esa hoja de ruta es muy clara pero también está la perspectiva de que en la gestión anterior el peso del Estado, ese porcentaje de la economía aumentó y que también ese cepo estuvo y se implementó. Pregunto por las diferencias en esa hoja de ruta dentro de Juntos por el Cambio.
-Vamos por partes. En primer lugar, el Estado aumentó el primer año en 2 puntos en la gestión de Cambiemos. Error gravísimo. Gravísimo error. Yo no voy a cometer ese error. ¿Por qué? Porque tuviste que endeudarte para mantener el crecimiento del Estado. Y después te vino una devaluación y tuviste que bajar el costo del Estado, bajamos de 42 a 37, de una manera abrupta y terminaste perdiendo total y absoluta confianza.
Sacaste el cepo el primer día y lo pusiste el último. Entonces tuviste que ir para atrás. Tenés que tomar una decisión y esa decisión tiene que ser desde el principio. Sacás el cepo en el momento en que vos sentís que tenés tomadas las riendas de la economía. Si no tenés tomadas las riendas de la economía no lo vas a hacer. Tomás la decisión de bajar el costo del Estado desde el primer día. No como hicimos nosotros, que lo subimos para después bajarlo. Y después cuando lo bajamos a 37, es decir que bajamos 5 puntos de déficit -quedamos con 0,5- ya era tarde, ya los efectos negativos habían sido absorbidos por la población como negativos. Esa mirada que hubo en ese momento, llamada hoy gradualismo, no va a ser lo que yo voy a hacer .
-Fausto: Ya te preguntaron sobre Mauricio, quería preguntarte sobre Cristina. Una persona tan diferente a vos en lo político, si ves que tengan alguna virtud en común y cuáles serían las diferencias también.
-Cristina ha sabido mantener un liderazgo sobre su fuerza política, que hoy está achicado pero que lo ha mantenido. Creo que desde una perspectiva, que no es la perspectiva correcta, porque es de alguna manera la talibanización de la gente. La gente toma una mirada casi religiosa y creo que eso no es bueno en democracia. Los liderazgos tienen que ser más racionales, pueden ser emocionales pero no con una emocionalidad que te anule el pensamiento. Y creo que ese modelo de conducción es un modelo equivocado.
Ella ha logrado eso. Primero Néstor, después ella, lograron ese liderazgo. Es así que hoy, cuando vos preguntás en la fuerza política del kirchnerismo a quién votaría, el 100% de la gente te diría primero Cristina. Es decir que su liderazgo ahí es un liderazgo importante.
-Y también te quería consultar por tu compañero, que antes lo nombraron también a Horacio. ¿Se podría decir que es un mano a mano entre ustedes dos dentro del PRO? Y si ustedes hablan sobre eso, sobre quién tiene más posibilidades, quién menos. Y si hicieron alguna apuesta.
-Te voy a contar un secreto. Cuando yo le fui a decir a Horacio que iba a ser candidata, me miró y me dijo “no, el candidato soy yo”. Esto fue en febrero del 2020, unos días antes del encierro. Ya después fue difícil verse por un tiempo largo. Tenía una relación más cómoda con él. Desde que yo aparecí en ese momento y empecé a tener realmente posibilidades ciertas y crecientes, esa incomodidad fue creciendo. Nosotros somos parte de una misma coalición y a la vez competimos en las primarias. Todos tenemos encuestas y la principal encuesta es la calle. Podríamos ir un día, le podemos proponer a Infobae... va Horacio por una vereda, sin Fanta (risas), y yo voy por la otra. Y vemos cómo nos va.
-Leandra: Como trabajadora sexual independiente me preocupan las que no eligen esto como trabajo. Quería preguntarte cómo considerarías que se podría solucionar el problema de la trata de personas.
-En el Ministerio de Seguridad trabajé muchísimo contra la trata, pero muchísimo. Hicimos protocolos muy fuertes de reconocimiento de situaciones de trata. Formamos a las fuerzas de seguridad. Recuerdo que uno de los lugares donde más casos tuvimos fue con la Policía de Seguridad Aeroportuaria para reconocer y poder perfilar a las personas que estaban llevadas de una manera no buscada o no querida.
Y trabajamos mucho con las fronteras en las que había pasos ilegales o pasos informales. Formamos a las fuerzas de seguridad para poder detectar los casos en los que había chicas jóvenes con hombres grandes, para ver qué es lo que estaba pasando. Y es muy importante que haya una conciencia social y poder detectar a tiempo es lo más importante.
-¿Estarías a favor de una ley que defina claramente cuál es el trabajo sexual voluntario y que penalice la trata para que esto sea más efectiva al lucha?
-Sí, podría pensarlo, creo que en el mundo es así y en la Argentina también era así. Quizás por costumbre nunca se terminó de tratar una ley, quizás por el peso de la religión, y es importante tratarlo en el marco de la libertad.
-Virginia: Para cerrar te quería preguntar ¿qué le dirías a la Pato de 20 años y qué recomendación te daría ella a vos para la batalla presidencial?
-A la Pato de 20 años le diría gracias porque me diste la fuerza, el impulso que tengo ahora y el no ser políticamente correcta. El siempre tratar de pensar desde afuera de la caja. Y desde hoy le diría a la Pato de 20 años, nunca usar la violencia, siempre ser democrático. Siempre entender que hay una ley que está por encima tuyo. Nunca creerte el poder.
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Producción Periodística: Lara Lukaszewicz, Rocío Klipphan y Agustina Mauderli
Postproducción: Lihueel Althabe, Cecilia Arizaga y Javier Golpe
Dirección de cámaras: Samuel Cejas
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