El ministro de Salud y precandidato a jefe de gobierno porteño, Fernán Quirós, llegó puntual para grabar. Habían pasado pocos minutos de estar frente a las cámaras de un canal de televisión y ya estaba listo para participar de La Entrevista Informal, el ciclo de Infobae que busca conectar las inquietudes, problemáticas y desafíos de los jóvenes con los dirigentes que están llamados a cumplir un rol destacado en este año electoral.
Quirós compite en la ciudad de Buenos Aires con su colega de Gabinete, Jorge Macri, por la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno que está, a su vez, lanzado a la carrera presidencial. De ambos funcionarios porteños saldrá el único nombre con el cual el PRO se presentará en las PASO de la ciudad de Buenos Aires el 13 de agosto próximo.
Ambos rivales de la interna porteña aceptaron que la definición se tome en base a encuestas que ya se terminaron y que, por estas horas, se están procesando. No se descarta que el elegido sea anunciado esta semana. ¿Será Quirós o Jorge Macri? Más allá de esa incógnita, nueve jóvenes de entre 19 y 32 años se reunieron en los estudios de Infobae para hablar con uno de los políticos con mejor imagen de la Argentina.
En la segunda edición de La Entrevista Informal participaron Candela Pereira, Victoria Selem Basualdo, Emanuel Oliva, Micael Bernardo, Micaela Maidana, Emanuel Caracciolo, Ludmila Carrelli. , Virginia Santeusanio. Hablaron sobre adicciones, problemáticas de género, la permanente preocupación de chicas y chicos sub-30 que o no acceden o les cuesta afrontar un alquiler. Pero también sobre Dios, la música, el fútbol y el porno, entre otros temas.
La entrevista informal
- Candela: ¿Te presentás por un espacio que se llama Juntos por el Cambio y que gobierna hace 16 años. ¿Qué cambio creés que merece la Ciudad?
En general el porteño valora muchísimo lo que hizo el PRO estos 16 años. Esta es una ciudad que tenía serias dificultades y se modernizó, se mejoró. La gente disfruta el espacio público, el transporte, la capacidad de vivir en la Ciudad de Buenos Aires. Lo que le puedo aportar es ahora centrar un poco más las políticas públicas en el bienestar integral, en las personas.
Una política más humanista, más centrada en cómo vivís la Ciudad. No solamente cómo está la Ciudad -que está linda- a pesar que hay nuevos desafíos con las dificultades económicas y sociales. Pero es una Ciudad que resolvió muchos problemas estructurales y que se merece ahora ser disfrutada y vivida.
Para eso hay que poner mucho el foco, primero de todo, en la seguridad, para que la gente cuando está en el espacio pública se sienta segura y transite bien. Mucho foco en la educación y preparar a nuestros niños, jóvenes y universitarios para los desafíos que vienen para adelante. Y mucho foco en salud para poder tener acceso a los cuidados necesarios. Por supuesto, trabajar muchísimo en el desarrollo productivo, sobre qué cosas vamos a producir y generar oportunidades de trabajo. Pero, además, cuidando la vida del barrio, volver a la escala humana de la Ciudad en cada barrio, respetando su historia, su cultura, su forma de vivir.
También llevando ahí la educación, la salud, el comercio, tus vínculos, el deporte, todo en un lugar donde se vuelve a reconstruir la relación del vecino y la persona que conocés, que conocés su historia, la familia, que dialogás cuando te lo cruzás en el almacén. Ese es un poco el paraguas general de lo que hay que ponerle como agregado a lo que ya tenemos hoy, que es muy importante.
- Emanuel Oliva: Estuve en una charla con madres que tienen hijos con consumos problemáticos -estaba la madre de Chano- y decían que no se le da la visibilidad que se merece el tema de las adicciones. ¿Qué pensás de eso?
En realidad es más complejo, hay más dimensiones de las que estás trayendo. En buena parte la tendencia a la invisibilidad del consumo problemático es una cuestión social y familiar también. Todos cuando estamos involucrados en ese problema no nos gusta que el conjunto de la sociedad se entere de lo que nos pasa internamente. Es bastante cultural.
Desde las políticas públicas nosotros venimos trabajando mucho en dar respuesta sobre todo en la post pandemia, porque después del COVID vimos empeorar las condiciones emocionales y de la salud mental. También empeoró muchísimo el consumo de sustancias problemáticas, empezando por la más común de todas, que es el alcohol.
Además en la Argentina tenemos ciertas limitaciones porque la Ley de Salud Mental, que vos sabés que se ha discutido mucho, que mejoró muchísimo el marco jurídico para la atención de esta problemática, pero tiene algunos aspectos que todavía hay que mejorar porque trajo nuevos problemas, como son las discusiones de las autonomías relativas o en los momentos difíciles. Hay ahí un punto para mejorar y por eso decididamente estoy de acuerdo con tu comentario: tenemos que seguir trabajando en eso.
- ¿Qué pensás del consumo normalizado de la marihuana hoy en día? Es una realidad, está en la calle. Y segundo, una pregunta más personal: ¿Alguna vez te fumaste un porro y qué experiencia te dejó?
No. Creo que hay que ser muy respetuoso del consumo individual porque es una decisión individual de la persona. Hay que poner todo el foco del cuidado, en el tráfico, en los que viven de eso y que se aprovechan de eso. El secreto es poner más foco del que estamos poniendo, mejorar un poco -y ahí la articulación entre el gobierno nacional y el gobierno regional-, tenemos que trabajar mejor en eso porque todo lo que es la cadena de distribución de las drogas genera mucho dolor y mucha violencia. Hay mucho aprovechamiento de gente que la está pasando muy mal y que encuentra ahí un atajo corto que luego se le viene como un gran drama.
Hay que entender que todo lo que es el tráfico de las sustancias prohibidas genera mucho daño en la sociedad y que ese daño es mucho mayor en los que lo están traficando, lo están transitando, lo están comercializando, lo están llevando, lo están cuidando, a la persona en forma individual. Pero también hay que atender a las personas individuales que requieren o que piden ayuda. Ambas cosas son ciertas.
- ¿Qué pensás del consumo del porno?
Me parece que es una manifestación de la pérdida de sentido de lo que, a mi juicio, es el sexo. En el fondo, mi concepción del sexo es el compartir la intimidad con una persona con la cual disfrutás compartirla. Tiene que ver mucho con que ese compartir la intimidad represente un verdadero sentir, o lo que a decimos “que tenga verdadera piel”. Te da un afecto, una emocionalidad, una conexión que vos también le das a ella.
Ahí está el principal valor, para mí, del vínculo afectivo y del sexo. Luego, la expresión del sexo de otros y, sobre todo, sexo que representan formatos culturales y formatos históricamente machistas o de cualquier otro formato, a mí no me da para consumirlo, pero entiendo que cualquiera lo pueda ver y le puede dar un estímulo. No me parece un gran tema.
- Micael: ¿Qué les podrías decir a amigos trans que en este momento te están mirando y que tienen problemas en sus tratamientos con hormonas para sus transiciones de género?
Primero de todo, Micael, tengo que decirte que el sistema público de la Ciudad de Buenos Aires fue pionero en el acompañamiento del respeto a la diversidad y al cuerpo de las personas. Tenemos al menos dos hospitales con dos centros muy importantes. E incluso de trabajo multidisciplinario pero también de equipos quirúrgicos para acompañar y la hormonización, previa y posterior.
Segundo, si en algún lugar no está habiendo un acceso apropiado mi mail está en la página del Ministerio de Salud de la Ciudad, fquiros@buenosaires.gob.ar. Me indican dónde no está funcionando apropiadamente bien y me ocupo inmediatamente de resolverlo. Queremos dar pleno acceso a los cuidados de salud para todas las condiciones de salud y para todas las personas que consideren que necesitan un cuidado y un tratamiento. Así que estamos para mejorar si en algún lugar no está funcionado.
- Ludmila: Hablaste del sistema de salud. ¿Cómo están hoy los sueldos de los médicos y el personal en general?
Los sueldos en la Argentina perdieron valor en la última década en todas las dimensiones. El sueldo en blanco en la Argentina verdaderamente perdió mucho valor y es motivo por el cual muchas de las personas de la edad de ustedes se van a trabajar a otro país. Es un problema estructural de la Argentina: nos hemos empobrecido y los asalariados representamos cada vez menos la participación de la economía de la Argentina. Y eso hay que resolverlo en términos genéricos.
Los médicos por supuesto, y los trabajadores del sistema de salud, no son la excepción, les pasa exactamente lo mismo. Incluso un poco peor. La inversión en salud va aumentando año a año de manera permanente, porque las nuevas tecnologías, medicamentos y nuevas capacidades que va adquiriendo la ciencia médica, van logrando nuevas intervenciones, pero después hay que pagarlas.
Cada año que viene se dice, en general, que la medicina tiene un 3% arriba de la inflación del país de origen. Cuesta 3% más cada año para hacer lo mismo que venías haciendo antes, entonces se necesita acompañar eso con más presupuesto. Y para eso hay que discutir la ampliación de presupuesto que vaya por acceso a más financiamiento y no por acceso a discutir con el presupuesto actual cómo se redistribuye. Porque ese es el problema por el cual las personas que trabajamos en el sistema de salud vamos siendo dañadas.
- Hoy muchos jóvenes se van del país. ¿Cuál sería tu propuesta para que no se vayan, para que se queden acá en Argentina?
Un eje de la propuesta que tenemos para el Gobierno de la Ciudad es trabajar en políticas públicas que faciliten, que destraben, que saquen burocracia, que saquen limitaciones para el desarrollo productivo de la Ciudad de Buenos Aires. Ese desarrollo productivo tiene un conjunto de campos fáciles de entender: el desarrollo del trabajo, de la economía del conocimiento, del trabajo para el exterior -la exportación de talento humano y de capacidad-, recibir turismo y ampliar las capacidades de la Ciudad de Buenos Aires, que son valoradas en el mundo.
Después, los modelos de desarrollo de pymes, microemprendimientos, comercios, industrias y, por supuesto, también de la construcción. En la medida que vayamos generando esas oportunidades, naturalmente, el aumento de las oportunidades de trabajo mejoran también las condiciones del salario. Ese es el camino, porque hoy lo que le pasa a una persona de entre de 20 a 35 años -que puede ser un profesional de cualquier especialidad- va a trabajar y con lo que gana no le alcanza para pagar el alquiler y poder comer.
Tenemos que trabajar en el tema de alquileres que es un flor de tema en la Ciudad y en la Argentina. Pero al mismo tiempo tenemos que crear condiciones de trabajo, donde al que trabaje en el país le alcance para una vida digna.
- Emanuel Caracciolo: Brindo servicios digitales y siempre me encuentro con una problemática, que es la falta de conocimiento en herramientas digitales, procesos de administración de negocio y educación financiera. ¿Tenés algún plan para incluir estos contenidos en los programas de educación?
La educación tiene dos mundos: la educación primaria, secundaria y terciaria, y luego la universitaria. Las universidades tienen normas de autonomía, es decir que cada universidad va definiendo sus mejores estrategias. Por supuesto que naturalmente las universidades están permanentemente viendo cuál es la demanda laboral, la problemática en el terreno efectivo para adaptar sus programas de capacitación. Así que seguramente allí hay buena parte de la solución de lo que vos proponés.
Pero desde el Gobierno de la Ciudad tenemos un conjunto de programas para cooperar, para acompañar a la gente que adquiera nuevas habilidades, competencias y conocimientos en todas las líneas. El Ministerio de Educación trabaja muchísimo, el Ministerio de Desarrollo Productivo también, y ahí es donde podemos hacer la parte desde nuestro lugar.
- Ludmila: ¿Qué te parece el lenguaje inclusivo? ¿Estás a favor o en contra?
Para mí la inclusión y el respeto por la diversidad no pasa por ahí y no me emerge usarlo. Yo no lo uso y en mi casa no se usa. Pero respeto profundamente al que tiene voluntad de usarlo. Me parece que en eso hay que dar plena libertad de que cada uno se comporte como siente ganas de hacer. Porque cada una de esas actitudes -por sí o por no- representa una forma de vivir, de ver las cosas y de comunicarse. Y hay que respetarlo.
- Virginia: Te quería consultar un poquito más sobre tu intimidad. ¿Alguna vez mentiste para zafar de algún problema o faltar al trabajo?
Todos somos una persona, tenemos una integralidad personal, y luego tenemos - entre comillas- “un personaje”, que es con el cual nos vinculamos con el mundo. En la familia, con los amigos, el trabajo, y ni que hablar los que somos funcionarios, que somos personajes públicos. Trabajo permanentemente para tener lo más cerca, lo más atado posible, mi persona con mi personaje. Porque esa es la base del bienestar de la persona. Eso es lo que te mantiene en armonía espiritual.
Cuando lo que pensás, sentís y hacés están suficientemente armonizados, estás mucho más en paz, te vinculás mucho mejor con los demás y, sobre todo, sos más feliz. Todos hemos tenido algún momento donde algo nos da tanta vergüenza que nuestro yo no nos permite decirlo. A veces hacés el silencio y a veces decís algo que no es estrictamente como lo viste. No soy una persona diferente a la mayoría, así que sin ninguna duda alguna vez he dicho cosas que no son correctas.
Trato de dialogar con mis hijos, de que hagamos el esfuerzo juntos de no hacerlo. Nos pasó en situaciones de ellos y me pasó en situaciones mías y dialogamos cómo administrar esa voluntad y esa fuerza para no mentir. Trabajo en eso permanentemente. En general la gente lo sabe. Lo que más me dicen en la calle, además de agradecerme de que en la pandemia se sintió cuidada, es “en tu palabra confiamos”. Y yo cuido muchísimo eso.
- ¿Y de que te arrepentís?
Arrepentir es una palabra muy fuerte, para mí, porque tenés que considerar que cada decisión la tomaste en un contexto, circunstancia y época determinada. Cuando la ves fuera de esa circunstancia y de esa época decís “bueno, no lo hubiera hecho”. Pero en el momento tenías esos elementos.
Para ir a la vida más pública que la gente conoce de mí en la pandemia hemos tomado un montón de decisiones. A la luz de la información científica de hoy, a lo mejor alguna decisión hubiera sido un poco diferente. O hubiera sido intensificada en algún lugar o desintensificada en otro, pero se tomó con la información que había y se debía decidir ya, no con la que teníamos. Pasa también por respetar el contexto en que vos decidís las cosas.
- Victoria: Nos gustaría preguntarte si creés en Dios y cómo eso afecta a tu persona pública.
Creo en la integridad del ser humano en términos de su componente físico, su componente psicológico y su componente espiritual. Cualquier profesional de la salud que no pueda comprender esas tres dimensiones del que tiene que cuidar y atender difícilmente lo pueda acompañar verdaderamente a procesar y a sanar los problemas que tenga.
Hay diferentes religiones y si verdaderamente hay un Dios es algo que no te puedo dar fe. Pero creo profundamente en que las religiones nos traen una dimensión de valores, de ética y de moral, por un lado, y de espiritualidad por el otro que es esencial.
- ¿Qué opinás del involucramiento de la Iglesia u otras instituciones religiosas en la salud, en el Gobierno o en otras ramas del Estado?
Es muy importante que las instituciones religiosas se sostengan en el ámbito de la espiritualidad y del diálogo sobre cómo es un buen vivir, personal y en comunidad. No es conveniente que entren en otras dimensiones que son del ámbito más mundano.
- Candela: ¿Y qué mirada tenés sobre cómo ve la Iglesia la homosexualidad? Es un tema que la Iglesia nunca termina de decir que sí, que no, que está bien o que está mal.
La Iglesia es una entidad extremadamente lenta para la evolución de sus ideas. Como tantas otras entidades de la sociedad civil evoluciona muy lentamente y habitualmente descontextualizada de la época. Lo que le está pasando a la Iglesia es que la cultura y la forma de vivir de las personas en sociedad en esta época está yendo a una velocidad muy acelerada y las entidades que son más conservadoras, que les cuestan más los cambios, sobre todo que están basadas en dogmas y conceptos muy rígidos, muy consolidados, le cuesta mucho adaptarse a esa realidad. Pero si vos lo escuchas a Francisco él ha abierto ese diálogo y yo creo que ese es el camino: abrir el diálogo.
- Ludmila: ¿Como médico estás a favor o en contra de la Ley del Aborto?
Las leyes tienen que representar lo que en la sociedad está presente, lo que está demandando. Con la Ley del Aborto hubo una polarización en la sociedad muy, muy fuerte. Lo que defendí siempre y ahora defiendo es la ley que tenemos. Pero lo que defendí siempre es que dialoguemos, tener un camino para encontrar un punto donde nadie se sienta perdedor en este debate. Porque se discutían cosas muy profundas. Tratemos de dialogar lo suficiente hasta encontrar un punto de acuerdo. Y creo que se encontró una combinación bastante razonable.
Hubo dos leyes: una ley de interrupción voluntaria del embarazo por un lado y una ley que acompaña a aquellas mujeres que tienen voluntad de continuar y, sobre todo, que intente evitar el embarazo no buscado. Porque vos viste que la cuestión es un vínculo amoroso por un lado, luego viene el embarazo no buscado y luego viene el embarazo no deseado.
Hay que trabajar mucho en estos primeros estadios. Porque eso integra a toda la sociedad en la búsqueda. Y luego, por supuesto, para aquellas personas que tengan la voluntad de interrumpir su embarazo, está la ley. La Ciudad de Buenos Aires lo viene cumpliendo hace muchísimo tiempo y es un ejemplo de cómo se hace en un sistema público el respeto por la voluntad de las mujeres.
- Victoria: ¿Qué opinión tenés de la ESI en la Ciudad y cómo te parece que eso impacta en la educación de tus hijos también a lo mejor?
De todas las cosas importantes hay que hablar en cada etapa de la vida. Eso se tiene que hacer de la manera que hay que hablarlo, porque en el diálogo no solamente se aprende, sino que además se pone en palabras lo que te angustia, lo que te atraviesa, lo que te importa. Y lo vas sanando y curando en el diálogo.
Creo fervientemente en la educación integral, con esa mirada integral que tiene ese proceso. Tenemos que trabajar cada vez más en hacer una educación lo más integral, lo más dialogada. Y en eso tenemos que trabajar tanto la escuela como la familia, como el contexto social y de amistad.
- Micaela: Te lo pregunto como vecina que vive en la Ciudad de Buenos Aires ¿qué crítica le harías a la gestión de Larreta?
Más que crítica siempre digo -y lo dije incluso con personas de otros partidos políticos- que hasta en la pandemia lo han podido ver ustedes. Si es que han mirado la tele, porque he estado mucho tiempo allí ¿no? El ser humano en general tiene una fuerte tendencia a sofisticar su heterocrítica, es decir a ser cada vez más preciso en cómo encontrarle el error al prójimo. Y a ir matizando y dominando su autocrítica, es decir, reseteando su autocrítica de manera que cada vez te permitís más cosas porque te las explicás a vos mismo. Eso es un problema conceptual del ser humano.
Trabajo muchísimo en lo inverso, en buscar conectarme por las coincidencias. Porque cuando vos te conectás con el otro por las coincidencias empezás a encontrar una forma y una posibilidad de cooperar. El secreto de la Argentina es cambiar la palabra pelear por cooperar. Porque de la cooperación vienen las soluciones. Dicho esto conceptual voy más a tu pregunta más concreta.
A la Ciudad de Buenos Aires le pasó que estos últimos meses, este año y medio, dado el contexto social, político y económico que se vive en toda la Argentina, una ciudad que está rodeada por doce millones de bonaerenses que tienen algunos de ellos muchas necesidades, todavía no encontraron los mecanismos apropiados para responder a estos nuevos desafíos que son más pobreza, más situación de calle, más indigencia, más dificultades sociales, políticas y econdómicas.
Ahí para el próximo gobierno hay que encontrar nuevos horizontes, nuevas metodologías, nuevos instrumentos, nuevas políticas públicas, para dar una respuesta a esta dificultad que vemos cada vez con más claridad en la Ciudad.
- ¿Cómo manejarías la protesta social, los piquetes?
Tenemos que ir a un proceso de terminar con los piquetes porque el piquete en el fondo lo que representa es un conjunto de ciudadanos que tienen algún motivo para hacer una queja y la quieren visibilizar tomando la decisión de visibilizarla quitándoles los derechos a otro conjunto de ciudadanos. Es un formato extremadamente dañino, que no agrega valor en el debate social.
Hay que visibilizar las demandas sociales, para que no tengamos que llegar a ese extremo. Y visibilizarlas significa ponerlas en el debate y buscarles soluciones. Los piquetes que se realizan para el pedido de mejores condiciones económicas, justamente, lo que hay que hacer es discutir cómo mejorar la economía y por supuesto un modelo de desarrollo económico y productivo de la Argentina.
No podemos continuar con esta metodología de entidades intermedias que se dedican a organizar piquetes. Porque cuando ves qué pasa con los grandes piquetes en la 9 de Julio, una parte de ese grupo que está expresándose allí te dice que viene porque le toman lista o porque si no le quitan el plan o no le firman la contraprestación o le quitan el ingreso económico.
Eso es aprovecharse indignamente del dolor del otro. Lo que hay que hacer es que el Estado da un plan social bajo unas normas determinadas, es el Estado el que tiene que certificar la contraprestación y no una entidad intermedia. Luego las entidades intermedias podrán representar otras realidades de la sociedad. Pero desmontando la intermediación, se van a achicar significativamente las magnitudes de esas manifestaciones.
- Candela: Y para conocerte un poco más ¿te gusta el fútbol?
Jugué mucho al fútbol toda mi vida. Tuve equipos de fútbol en casi todos los lugares donde trabajé o estudié. Desde los 12 años entreno corriendo y al día de hoy sigo haciéndolo. El deporte en general me hace mucho bien. No solamente es un tema de que es saludable para lo físico, me hace mucho bien para lo psicológico, para lo espiritual.
Los momentos donde mis ideas siento que son más creativas me surgen en la cabeza cuando estoy corriendo por ejemplo. Te lleva al cerebro a una condición -con unas sustancias que se llaman endorfinas- que te generan una condición de nuevas relaciones neuronales, nuevos aprendizajes, y me hace mucho bien hacer deporte sobre todo y me gustan especialmente los deportes de conjunto, porque allí además la amistad, el compartir, el respeto por el otro, son cosas que se ponen en juego.
- ¿Hincha de qué equipo sos?
De Boca, a morir. Soy un fanático.
- ¿Sos de ir a la cancha?
Sí, claro. Tengo una platea con mis dos hijos. Vamos cuando podemos los tres y cuando yo no puedo van ellos con algún amigo. Pero sí, por supuesto.
- Emmanuel Oliva: ¿Hay algo que te deprima, que te saque las ganas, algo que te desilusione?
Me da mucho dolor -deprimir te diría que no tanto- lo que llamo el sufrimiento social. Lo que estamos viendo en la Argentina en este momento. Me da mucho dolor la grieta. La grieta me duele porque es la representación más cabal de que lo que opina el otro -si el otro opina diferente- tenés que denostar a la persona en vez de discutir sus ideas. Denostar a la persona es lo peor que puede hacer una sociedad para construir un futuro superador para el conjunto. Y si no es cooperando las sociedades no salen.
El homo sapiens logró el desarrollo en la tierra básicamente por una cualidad que es su capacidad de cooperación. Y la cooperación tiene que venir de la mano del respeto al otro, en toda su dimensión al otro, en lo que el otro es y decide ser. El respeto al otro y la construcción con el otro diverso son elementos centrales para el desarrollo. Y me da dolor ver que la Argentina cada año que viene por delante va desmontando cada vez más esas condiciones en la sociedad.
- Candela: ¿Tu espacio político o el Frente de Todos hacen campañas políticas pensando en lo que hizo mal el otro? Es muy difícil terminar con la grieta si esa es la campaña.
A mí no me vas a escuchar nunca hablar mal de otro. Algo que hago es justamente lo que vos estás planteando. La grieta como yo la interpreto es aquel que piensa diferente a vos no tiene categoría de sujeto, tiene categoría de objeto, y por lo tanto se lo califica, se lo etiqueta, se lo degrada, se lo denigra en términos de sus cualidades. Cuando nosotros nos dejamos de vincular como sujetos y pasamos a tratar como objetos se acabó la construcción colectiva.
- Emanuel Caracciolo: ¿Qué pensás de Cristina y qué pensás de Milei?
Creo que tienen algunos puntos muy en común. No comparto la forma de construcción política de ninguno de los dos, porque ambos consideran que tienen una verdad monolítica, que el que no entra en esa verdad monolítica es pasible de ser cosificado y denostado. Y eso es exactamente lo que creo que nos hace daño como sociedad.
Después, algunas cuestiones que ella proponga o que Milei proponga puedo compartirlas, puedo tomar parte de lo que dicen. Vas al espacio público, que es de todos, y te proponés como un candidato para representar al conjunto de la sociedad, con un formato democrático donde las mayorías ponen las personas y las minorías son respetadas.
Si vas al espacio político -que es de todos- tu principal responsabilidad es buscar qué cosas en ese todo diverso y tan diverso como somos en la Argentina, qué podés encontrar como coincidencias. Y esas coincidencias transformarlas en una política pública. Porque de eso se trata lo que es de todos.
Ahora, estos dos políticos que vos me trajiste al debate tienen una mirada exactamente contraria. Es, “nosotros tenemos esta mirada monolítica, los que miran diferente están profundamente equivocados o tienen maldad”, o son los que nos quieren hacer daño, y por lo tanto hay que confrontarlos o generar el conflicto que lleva a la violencia con ellos.
- ¿Y cómo sería la relación Nación Ciudad en caso de que Juntos no gane a nivel Nación y ustedes ganen en la Ciudad?
Si yo soy el jefe de Gobierno de la Ciudad voy a coordinar y cooperar con el gobierno nacional cualquiera sea. Y vos me viste. Cómo va a ser en la Ciudad en ese escenario posible va a ser como me viste ser ministro de Salud en la pandemia en la Ciudad de Buenos Aires. Trabajé con todos los ministros de la Argentina. Porque a eso venimos al espacio público.
- Ludmila: ¿Y qué te sedujo de la política, qué te motivó a dedicarte a eso?
Estuve 32 años trabajando en el Hospital Italiano. Trabajé siempre en organizaciones sin fines de lucro pero en el ámbito privado. Y verdaderamente cuando ya estaba por los 55, viendo un poco que tenía los últimos 10, 15 años de desarrollo profesional o de trabajo efectivo tuve la íntima convicción de que no quería terminar mi desarrollo profesional de esa manera.
Soy una expresión de la universidad pública, yo no podría ser médico si no hubiera tenido una universidad gratuita para poder estudiar porque no tenía las capacidades de pagarme otra forma. Y la verdad que visto desde ese lugar tenía muchas ganas de terminar mi proceso profesional devolviéndole a la sociedad aquello que yo había podido construir de mi propia persona.
No me lo quería llevar a mi vida personal y a mi tumba, lo quería devolver. Y vine al espacio público a devolverlo y estoy haciendo mis mayores esfuerzos para devolverlo. Entendiendo que además de lo que yo traía como saberes, capacidades y energía y afecto y cariño para entregar, tengo que aprender y tuve que aprender muchísimas cosas del ámbito público, que son diferentes a las que yo traía.
- ¿Qué pensás de la educación y el futuro de nosotros, los jóvenes?
Hay que seguir mejorando e intensificando la educación pública y que esa tiene que ser la base del futuro. Pero permitime decir que no es solamente educación como formato de adquisición de competencias, habilidades y saberes, también la educación como un proceso de formación del yo, de las personas.
Necesitamos construir cada vez más ciudadanos. Personas que tengan todos sus derechos al acceso con su propia libertad de elegir cómo vivir o si transitarlos pero que al mismo tiempo tengan la voluntad de aportar algo al conjunto. Y esa construcción de ciudadano viene después de haber construido la persona, una persona completa, que siente que es quien es, quién quiere ser, cómo quiere transitar en este mundo, cómo quiere vivir su vida. La construcción del ser y la construcción del ser ciudadano me parece que son un componente esencial en el proceso formativo de nuestros jóvenes.
- Micaela: Fernán, quiero saber cuál es tu opinión y la relación que tenés con Jorge Macri, que es tu rival en la interna de la ciudad.
A Jorge lo conozco de antes de venir a la política, personalmente, y antes que él se dedique a la política porque ambos hemos trabajado juntos antes de entrar en el espacio público. Y mi vínculo, incluso yo trabajé no solamente con él sino con el padre de Jorge previamente. Así que nos conocemos hace mucho tiempo, nos respetamos mucho. Mi vínculo es muy normal y dialogo con él con mucha frecuencia porque nos vemos continuamente. Creo en un formato de proceso pre eleccionario donde el diálogo y el debate entre nosotros sea un diálogo que enriquezca. Ya te dije hace un rato, no un diálogo que dañe. Con lo cual me llevo muy bien. Me es muy natural. No tengo ningún problema.
- Candela: ¿Hay algo que te dé miedo a vos? ¿Qué te genere temor?
Sí. Me da miedo, me da mucho miedo no estar a la altura de las circunstancias en momentos difíciles. Sí. En la pandemia tuve mucho miedo toda la pandemia al respecto. Si yo era capaz de aprender lo que tenía que aprender para hacer las cosas bien de la mejor manera posible. Eso me da mucho miedo. Me da mucho miedo que le pase algo a mis hijos. Eso me da mucho miedo. Y seguramente otras cosas más.
Micael: Ya para ir finalizando te quiero hacer una pregunta personal. ¿Si pudieras elegir un súper poder cuál sería?
Aumentar mi capacidad de empatía y de comprender en el otro qué necesita para que yo pueda ayudar en el proceso de cooperación.
- Ni volar, ni transportarte a otro universo (risas), tener súper fuerza.
No, he perdido ya esos sueños. Me quedan sueños que me completan más, que me dan más sentido en mi trayecto de vida.
- Candela: ¿Y quién es tu artista favorito? ¿Qué música escuchas?
Disfruto mucho de escucharlo a Sabina. Aunque están un poco fuera de época algunas cosas ¿no? Básicamente porque es un trovador. Es una persona que, vuelvo a repetir, está un poco fuera de época, pero es una persona que tiene una capacidad enorme de contarte qué te atraviesa en la piel en momentos cotidianos de tu vida ¿no? Y te lo expresa de una manera espectacular. Así que disfruto mucho. Me gustaba mucho escucharlo a Serrat. Me gusta mucho el rock nacional. Me gusta mucho Charly, Fito. Bueno, yo soy un poco más viejo, me gusta esa época.
- ¿Qué opinas de la música de hoy en día, que capaz es bastante distinta a lo que era Charly?
Lógico. La respeto porque es una representación de lo que está emergiendo en la sociedad y en la cultura en este momento como era aquella en la época de mi juventud. La respeto. Me gusta más escuchar aquella música.
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Producción Periodística: Lara Lukaszewicz, Rocío Klipphan y Agustina Mauderli
Postproducción: Lihueel Althabe, Cecilia Arizaga y Javier Golpe
Dirección de cámaras: Samuel Cejas
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