Antonio Aracre: “¿Cuál es el costo de pelearte con el Fondo Monetario cuando ya estás adentro?”

El jefe de Asesores defendió el acuerdo con el FMI ante las críticas de Cristina Kirchner y La Cámpora. En diálogo con Infobae, anticipó que la prioridad del Gobierno será que los salarios aumenten por arriba de la inflación. Habló de la sequía, la causa del aumento de precios, el futuro del país y los jóvenes

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Antonio Aracre habló sobre La Cámpora: "Ellos manifiestan puntos de vista críticos y está bien"

El jefe de Gabinete de Asesores de la Presidencia, Antonio Aracre, reconoció que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es el principal desacuerdo que tiene la vicepresidente Cristina Kirchner y La Cámpora con la gestión de Alberto Fernández. Si bien reconoció que a él también lo “fastidia tener que lidiar” con ese organismo, se preguntó: “¿Cuál es el costo de pelearte con el FMI cuando ya estás adentro?”.

En una entrevista con Infobae, el funcionario vinculó la alta inflación que se viene registrando los últimos meses en la Argentina al impacto en el presente de la emisión de dinero durante la pandemia, habló sobre las consecuencias que tendrá la sequía histórica que afecta a la producción agropecuaria y anticipó que en los próximos meses buscarán que los salarios superen los aumentos.

También, Aracre habló sobre su experiencia en el ámbito público después de dejar su posición de CEO de una multinacional del agro, y se refirió a los principales desafíos que enfrenta el gobierno, ante una coyuntura más complicada por el impacto de la crisis hídrica. Sobre la disputa con La Cámpora, el jefe de Asesores buscó quitarle dramatismo, aunque reconoció que en temas como las negociaciones con el Fondo tienen una diferencia.

La entrevista completa de Aracre en los estudios de Infobae.

“Tuvimos dos años de pandemia, un año con la guerra y ahora la peor sequía en un siglo y medio”, subrayó Aracre y adelantó que en los ocho meses que quedan de mandato, el objetivo será la recomposición de los ingresos de los trabajadores por encima de la inflación.

Durante el reportaje, el funcionario también se refirió a los jóvenes que se van del país por falta de oportunidades y perspectivas de futuro. “Hay que explicar más, porque gobernar también es explicar”, afirmó. Y se refirió al crecimiento de Javier Milei: “Hay mucha desinformación. El abrazo a Milei tiene más que ver con el desencanto que con la identificación ideológica”.

La entrevista al jefe de Asesores de la Presidencia

- ¿Cómo está viviendo estas semanas como jefe de Gabinete de Asesores, después de tantos años en el ámbito corporativo?

Con mucho entusiasmo. Tenía ganas, después de tantos años en la actividad privada, de hacer algo que tuviera un impacto social distinto, una trascendencia diferente. Desde ese lugar, estoy muy inspirado y descubriendo un mundo nuevo también, porque los factores de éxito en la ejecución de lo público son distintos. Tienen otros trámites y otro timing al sector privado y hay que adaptarse y aprenderlos.

- ¿Cuánta distancia había entre lo que pensaba que era el Estado y lo que está viendo que efectivamente es el Estado?

En el plano de los recursos humanos, que siempre uno escucha desde afuera mucha crítica, estoy sorprendido de la calidad humana que me encuentro en gente que está, que pertenece al Gabinete de Asesores, y que tienen una trayectoria y un conocimiento académico muy interesante.

En el plano de los recursos me sorprendo, porque pedir recursos adicionales es muy complicado. Hoy está todo bastante bajo la lupa de la eficientización en materia de gasto. Conseguir incorporar gente o gastar en algo es muy complejo. Para iniciar una gestión es un desafío, pero si te lo ponés a pensar, desde el punto de vista de lo que el Estado tiene que hacer para regularizar la situación fiscal, es muy positivo y muy auspicioso que esté pasando.

- En general los que se suman a un Gobierno desde el ámbito privado suelen hacerlo en el inicio. En su caso, lo hacés al final. ¿Por qué decidió dar este paso?

No surgió por una cuestión especulativa, de lo que me convenía, sino que vino a cuenta de que mi carrera en el ámbito corporativo estaba llegando a un final que yo buscaba. Habían sido 12 años muy exitosos, pero tenía ganas de hacer otra cosa. El presidente me invita a incorporarme en una función que me parece realmente muy interesante y muy inspiradora y no especulé si faltaba un año, si va a reelegir o no. Me gustaba hacer esto, me parecía que podía tener un impacto positivo y lo abracé.

- Cuando arrancó dijo que quería sentar en una mesa a la mayor cantidad de actores posibles del ámbito privado y público. ¿Cómo le está yendo con ese objetivo?

Uno de los principales desafíos que tiene hoy la Argentina es el diálogo político diverso y entre distintos sectores. La prueba más evidente es el Congreso Nacional, que uno lo ve muy trabado, con muchas dificultades para poder avanzar en leyes que son importantes para la gestión pública.

De ahí hacia otros ámbitos también se verifica esa complejidad. La semana pasada tuvimos la oportunidad de sentar en una mesa al Presidente de la Nación, al jefe de Gabinete de Ministros, estuve yo, y del sector privado dos empresas emblemáticas para el agro. Una Adecoagro, que se especializa en la producción primaria, pero integrándose en la producción de alimentos, todo lo que parece muy difícil en Argentina y que necesitamos que haya más. Y por otro lado otra empresa muy importante en el terreno de la bioeconomía y la biotecnología, como es Bioceres, que lanza el trigo HB4, la soja tolerante a la sequía.

Alberto Fernández, junto al director ejecutivo de Bioceres, Federico Trucco, y el CEO y cofundador de Adecoagro, Mariano Bosch. A su lado, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el jefe de Asesores de Presidencia, Antonio Aracre.
Alberto Fernández, junto al director ejecutivo de Bioceres, Federico Trucco, y el CEO y cofundador de Adecoagro, Mariano Bosch. A su lado, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el jefe de Asesores de Presidencia, Antonio Aracre.

En un país donde uno dice “pero con todas estas dificultades se puede innovar, se puede crecer en materia científica y tecnológica? ¿hay articulación de lo público?”. Está la Universidad del Litoral, la doctora Raquel Chan, y desde lo privado, un conjunto de productores agrupados en una empresa para innovar con estas tecnologías y uno de los unicornios más importantes de la Argentina.

Eso me parece que tiene que ver con la agenda que tiene que ser una prioridad de la política hoy, que es hablarle a los jóvenes y decirle “miren entendemos la frustración, entendemos la angustia, pero vean todos los casos de éxito que existen en la Argentina a pesar de las dificultades que tenemos y todo lo que está por venir”. Hay que mirar hacia adelante, pensando en que la conjunción de las explotaciones de los recursos naturales enormes que tiene la Argentina y el talento humano van a ser posible un grado de innovación y de industrialización y de generación y exportación de riqueza muy importante, que puede transformar la Argentina en los próximos años.

- Es muy interesante ¿pero es un argumento que pueda convocar a un joven? ¿Qué le pasa a la juventud ahora que está tan desconectada y tan desenganchada de la cuestión política y del futuro del país?

Depende. Hablar de los jóvenes en un solo conjunto es complicado. Creo que esto que te contaba de estas empresas sí puede inspirar a un grupo de jóvenes que pudieron estudiar, que alcanzaron un desarrollo intelectual o científico y todavía no pudieron insertarse en el ámbito laboral, en un sueño que les resulte inspirador.

Mostrarle estos casos de inspiración, me parece que sí los puede atraer, los puede entusiasmar. Pero hay otros jóvenes que están atravesando situaciones más de angustia o de frustración: me imagino pibes de entre 20 y 30 años, que se quieren ir de la casa, como naturalmente todos lo hicimos, y alquilar es un tema difícil.

- Imposible.

Estamos trabajando con el Banco Nación y con distintos ministerios para lanzar préstamos que ayuden a los pibes a encarar esa etapa inicial de tener que pagar un depósito, una comisión y algo muy complejo, sobre todo para los que viajan del interior, que es tener una garantía. Ahí quizás la división de seguros del Banco Nación pueda tener un algún seguro de caución que, trabajando con las cámaras inmobiliarias, se pueda lograr revitalizar un mercado inmobiliario que, en temas de alquileres, está desde que se sancionó esa ley no muy exitosa, con muchos problemas.

- “No muy exitosa”, un eufemismo bien político.

Sí, un eufemismo.

- Hay una traducción política de ese desencanto. Los jóvenes están viéndose representados en Javier Milei y otros, ni siquiera encuentran a nadie y no están dispuestos siquiera a ir a votar.

En los últimos años en la Argentina fue muy difícil ver las oportunidades que se les gestaban a los pibes. Ya de por sí estudiar en la Argentina es bastante complicado si no tenés recursos y, encima, las carreras son muy largas, agotan.

Hay que trabajar sobre la currícula universitaria y promover -como ocurre en otros países- carreras más breves y con salida laboral para que chicos después de estudiar dos o tres años puedan tener una formación que los habilite a conseguir un trabajo no precario, sino un trabajo de calidad y que esté bien pago.

Pero también hay que explicarles a los jóvenes todas las oportunidades que se vienen en Argentina y esto a veces dicho de una forma retórica puede resultar un poco etéreo, pero es bien concreto.

Todo lo que está pasando en el norte con la minería, el cobre, el litio fundamentalmente. O en el sur, con los hidrocarburos y el gas, que es una energía de transición entre las energías no renovables y las renovables, que va a transformar la matriz productiva de la Argentina en los próximos años.

Esto que nos viene pasando de la escasez de dólares y de la dificultad para poder crecer a partir de esa escasez de dólares va a dejar de ser un problema.

Si a eso le sumamos la economía del conocimiento, con todo lo que tiene que ver con la programación, con la ingeniería, también con la bioeconomía y la biotecnología, Argentina tanto en el centro, como en el norte, como en el sur, tiene oportunidades crecientes e importantes y hay que ayudar a los chicos a orientarlos para ver cuáles son las carreras que van a tener mayor difusión y trabajo en el futuro, cuáles son las oportunidades laborales que se van a ir enlazando con esos desarrollos económicos. Y actuar como un puente para que, a medida que eso se vaya gestando, las nuevas generaciones se vayan incorporando a esas actividades productivas.

- ¿Qué piensa frente a movimientos como los libertarios de Milei, que dicen que hay que achicar el Estado a la mínima expresión?

Es interesante, porque cuando vos profundizás un poco más en las encuestas, lo que notás es que el abrazo a Milei tiene más que ver con el desencanto que con la identificación ideológica.

Cuando a esos mismos pibes les decís “ok, vos votarías a Milei ¿estás de acuerdo con que el Estado desaparezca completamente de la educación pública? No. ¿Estás de acuerdo que no se dé salud pública? No”. Hay como una disociación entre lo que se plantea de un lado y lo que los chicos creen que es bueno por el otro.

Javier Milei es no de los dirigentes con más intención de voto para las próximas elecciones. (Alejandro Beltrame)
Javier Milei es no de los dirigentes con más intención de voto para las próximas elecciones. (Alejandro Beltrame)

Creo que hay que explicar un poco más, porque gobernar también es explicar. Vos sabés que hay como una cuestión de pensar al Estado como el culpable de todo lo malo que nos pasa. Pero una economista muy buena, que se llama Mariana Mazzucato, plantea que el Estado puede ser un gran móvil innovador, y que de hecho lo es, y que cuando mirás tu celular y ves la pantalla táctil e investigás de dónde viene eso, no viene de Apple, viene de una universidad americana. O cuando pensás en Internet, pensás en un proyecto mega público, que después fue adquirido por distintas compañías para integrarse en el terreno de las comunicaciones.

Y así podemos usar un montón de ejemplos, como el de las vacunas y el COVID. Las principales compañías farmacéuticas, recibieron influjos importantísimos de los Estados europeos y americano. Y eso permitió que, en un proceso de innovación rápida de la actividad privada, pero con fondos públicos, se pudiera acelerar.

- Dejeme hacer un punto ahí. En Argentina el gasto y ampliación de estructuras responden más a ubicar gente que a desarrollar actividades que redunden en un beneficio para la gente. Tenemos un Estado elefantiásico, con subsecretarias de pensamiento y de coordinación por todos lados.

Creo que hay que diferenciar entre gastar mucho y gastar bien. Hay que reducir el Estado burocrático, pero reforzar el Estado innovador. Vos te vas a encontrar en el CONICET, te vas a encontrar en la UBA...

- En el CONICET podemos hacer una línea, porque hay grandes investigaciones, pocas, y muchas investigaciones sobre la poesía en no sé qué lugar y en qué tiempo...

Puede ser. Y habrá que revisarlo y eventualmente corregirlo, pero no podemos negar que del CONICET han salido cosas muy importantes. Ahora hay un proyecto para la cura del cáncer que está muy avanzado, que surge del CONICET. Una vacuna para el COVID que, a mitad de este año, estaría prácticamente lista para empezar a ser aplicada.

Argentina es el único país de América Latina con capacidad de desarrollo, innovación y producción de vacuna COVID. ¿Hay un montón de cosas que tenemos que mejorar? Sin duda. Pero Argentina sigue siendo un país generador de proyectos de innovación. En este punto me gustaría decirte algo, también, que tiene que ver con la gestión del gobierno, porque muchas veces se mira el vaso medio vacío y no el vaso medio lleno.

- Vamos a hablar de eso.

La gestión -y te diría que es algo que me queda del sombrero de lo privado- no se mide en forma absoluta, sino que se mide en forma relativa. ¿Qué significa? ¿Con qué recursos contaste y qué output generaste en función a esos recursos?

Por ejemplo: vos podés decir mis ventas crecieron 20%, y pensar que está bien, pero está mal porque el mercado creció 50%. O mis ventas crecieron 20% y puede estar bien porque el mercado creció 5%, con lo cual vos creciste mucho más.

Entonces cuando miramos la gestión de este gobierno, con dos años de pandemia, un año con la guerra y, por si fuera poco, ahora con la peor sequía que se haya registro en el último siglo y medio.

- Le pasaron todas.

Por eso. Tenés que visualizar si los logros en materia de crecimiento del Producto Bruto, actividad industrial, nivel de empleo, inversión en obra pública, inversión en desarrollo social, cómo han sido respecto de períodos anteriores, teniendo en cuenta ese contexto sumamente adverso que tuviste.

Entonces, la conclusión a la que que vas a llegar es que ha sido un gobierno muy exitoso para las vicisitudes con las que tuvo que lidiar.

- La percepción es que se trata de un gobierno con resultados magros. Que le tocó “bailar con la más fea” en todo sentido, que no le faltó que le pase nada, pero que la gestión en lo económico y en lo político no fue del todo positiva.

Es que hay una dificultad para visualizar el contexto. Habrá que trabajar en la percepción pública para que eso se comprenda más.

- A ver, me interesa eso.

En el año 2020 se sucede la pandemia y Argentina no tenía ninguna posibilidad de recurrir al endeudamiento. Estábamos con un préstamo con el Fondo Monetario prácticamente en situación de default y una deuda interna reperfilada.

Todos los países del mundo emitiendo dinero o endeudándose para poder gastar más y sostener la economía. En ese contexto, Argentina la única opción que tenía era emitir y esa emisión hoy todavía nos está costando en materia de inflación.

¿Qué pasaría si otro gobierno, por ejemplo, una continuidad del gobierno de Macri hubiera estado en funciones? ¿Hubiese emitido toda esa cantidad de dinero para sostener la economía o hubiésemos estado expuestos a una miseria absoluta? Contra fáctico, pero estaría bueno pensarlo.

El hecho de que el Estado haya estado presente en la pandemia hoy nos cuesta una inflación muy alta. ¿Pero qué implicó? Que al año siguiente, después de una caída en 2020 del PBI de más de 9 puntos, se recuperara todo eso y se creciera aún un poco más, 10 y pico por ciento del crecimiento del PBI.

Se puede decir “ah, eso es rebote”, pero no, es un poco más del rebote, y no todos los países rebotaron en la misma proporción. Y al año siguiente, en 2022, se creció 5,5%.

- Estamos en el récord universal de caída del PBI durante la pandemia, Antonio.

Pero al año siguiente de la caída, los países recuperaron una parte de la caída y Argentina recuperó más de lo que cayó en el 2020. Y en el 2022 creció arriba del 5,5%. Y en materia de empleos, el período anterior destruye, en materia de empleo privado registrado, 220.000 puestos de trabajo. Con todas esas dificultades que yo te comenté de pandemia y la guerra, en el periodo de Alberto Fernández se crean 250.000 puestos privados registrados. A eso le tenés que agregar monotributo, autónomos y empleo público. Si sumás todo eso, llegás a un millón de puestos de trabajo.

Cuando mirás la inversión en obra pública o la inversión en el desarrollo social, se duplica la inversión pública en relación al PBI respecto de lo que se invertía en el período de Macri. Vos sabés que una de las variables de ajuste durante el período de Macri para reducir el déficit fiscal sobre la última parte de su mandato fue reducir drásticamente la obra pública, la obra de infraestructura. Esa es una de las razones por las cuales no tenemos el gasoducto todavía listo.

Cuando mirás todo eso, decís “este gobierno, con la dificultad que tuvo, hizo una gestión muy buena”. ¿Cuál es el desafío que tenemos por delante? ¿Qué es lo que deberíamos lograr en estos ocho meses que nos faltan? El desafío es el de la redistribución del ingreso: lograr un impacto este año en los salarios de los trabajadores por encima del factor inflacionario. Esto sería realmente lo que coronaría un período exitoso.

- Se vienen arrastrando incluso dentro del gobierno de Alberto Fernández caídas persistentes del poder adquisitivo. Atemperado el último año, afectado por la pandemia y por la guerra antes, pero el ingreso promedio, lo que puede comprar el trabajador, está por debajo de lo que tenía cuando llegó este gobierno.

Esto es dato. A mí me gusta mucho hablar con datos, por formación.

- Sabemos que a la estadística le podemos hacer decir cualquier cosa.

Decime si esta estadística te parece lógica o no. En los cuatro años del período de Macri, el poder adquisitivo del salario cayó 20 puntos, medidos en pesos constantes por inflación. ¿Qué pasó en el período de Alberto, con toda esa dificultad que tuvimos? Evitamos que siga cayendo.

Estaban dadas las condiciones para que con un 10% de caída del PBI casi en el primer año, con la pandemia y la guerra, se podría haber destruido mucho más. Se trabajó con paritarias libres para que no siga cayendo y se siga manteniendo, no pudimos recuperar esos 20 puntos que se cayó el poder adquisitivo durante el período de Macri.

Sería muy bueno si en los 8 meses que nos faltan pudiéramos reducir el índice inflacionario y promover paritarias y algún otro tipo de compensación salarial que haga que, para el final de nuestro mandato, el poder adquisitivo le agregue 5 o 6 puntos al salario de recuperación de esos 20 que perdió Macri.

- ¿Están pensando en un tipo de suma fija, en algún tipo de bono por fuera de la paritaria?

Son decisiones que están todas seguramente en análisis por parte del ministro de Economía.

- Porque a partir de eso se puede disparar esa carrera entre precios de salarios, que siempre el salario termina perjudicado.

Por eso es que lo más importante es evitar una espiralización y lograr una estabilidad hacia la baja del proceso inflacionario. Eso es lo que más positivamente va a influir en el poder adquisitivo del salario.

Si sobre eso, podemos lograr alguna recuperación que haga que la proporción del salario versus la retribución del capital -en esa proporción que normalmente debiera ser 50 y 50 y que hoy está un poco deteriorada- se pudiese recuperar, bueno yo a eso lo llamaría éxito absoluto. Después de todas las cosas que te acabo de describir, creo que esa es en el fondo la materia pendiente.

- ¿Pero usted diría que la presidencia de Alberto Fernández es exitosa?

Sin ninguna duda. Sin ninguna duda. Repito, porque vos tenés que considerar el contexto.

El jefe de Asesores afirmó que la etapa que queda por delante es que los salarios se recuperen por encima de la inflación.

- Es contra intuitivo lo que dice.

No...

- Si a cualquier persona en la calle le pregunto si el gobierno de Alberto Fernández es exitoso, de diez, no sé si uno me va a responder que sí.

Pero también es contra intuitivo ¿este es el verano más caluroso de la historia? Si te lo preguntan con 40 grados de sensación térmica, vas a decir que sí. Ni siquiera te vas a poner a pensar si en 1957 hizo 43 grados, porque es lo que te está pasando en ese momento.

En este momento, lo que percibís es que tu salario no está todavía como a vos te gustaría y eso influye.

- ¿Los gremios aceptarían una solución así? Porque estuvieron durante los últimos tres años casi en pie de guerra para que no se haga.

¿Pero a qué solución te referís? Porque el sindicato siempre va a pelear para la recuperación del poder adquisitivo.

- En los últimos años se resistieron bastante a que se aplicara una suma fija. Los sindicatos no quieren eso.

No digo que esa sea la solución. Lo que sí digo es que hay distintos tipos de alternativas y la que hasta ahora mejor ha funcionado es la de dejar a los gremios que negocien en paritarias libres las mejores condiciones posibles para sus afiliados. Si eso se puede complementar en el futuro con otra cosa, mejor. Porque queremos que el salario en general se recupere y en cuanto de los planos más bajos de las escalas salariales estemos hablando, más aún, porque son los sectores más castigados.

- En esos sectores, los más bajos, es donde parece que falta trabajo de parte del Gobierno para sostener y mejorar la capacidad adquisitiva.

Coincido. Efectivamente.

- De hecho, son los que más sufrieron las consecuencias económicas de la pandemia y de la guerra.

Lo que se ha privilegiado en el último tiempo es que esa gente recupere su trabajo. Se habían destruido por la pandemia y por los cuatro años de Macri 200.000 puestos de trabajo antes y una buena parte adicional por la pandemia. Lo que se trató de hacer con el crecimiento económico es que ese trabajo vuelva a generarse.

Fijate lo que fue el plan PreViaje, por ejemplo, una de las políticas públicas más exitosas e innovadoras de los últimos tiempos que yo recuerde. Uno de los sectores más castigados como la gastronomía, la hotelería y el turismo se aceleró el despegue con una política pública, que hizo que prácticamente hoy estemos en un nivel de actividad igual o incluso mejor a la pre pandemia.

- ¿Cómo está viendo esta situación tan tensa dentro de la coalición de gobierno?

Creo que hay una novedad que estamos viendo los argentinos que es esta cuestión de los frentes políticos, por oposición a lo que eran los partidos políticos hace 10 o 20 años. Y no es propio solamente del oficialismo, sino que también lo ves en la oposición, donde hay tres fuerzas políticas. Dentro de esa oposición, en el partido mayoritario, como es el PRO, también hay discusiones internas ideológicas bastante profundas. Lo mismo pasa en el oficialismo.

Me parece que la propuesta del presidente Alberto Fernández de dirimir esas diferencias en unas PASO y, sobre todo, aprovechar estratégicamente el ámbito electoral previo para que queden expuestas esas diferencias y se logre un acuerdo programático, me parece que es una decisión muy inteligente, y sobre todo, porque creo que el presidente lo que busca es que ante todo el Frente de Todos sea competitivo y pueda ganar las elecciones. Por encima de cualquier candidatura.

Estas tensiones son quizás tensiones lógicas, dentro de un frente político. Estamos en el período previo a la decisión de candidaturas, es lógico que se exacerben y es el momento, justamente, para clarificar cuál es el programa ideológico y pragmático que va a presentarle el Frente de Todos a la sociedad, de cara a las elecciones.

- Es muy divergente en cuestiones programáticas o ideológicas lo que plantea Alberto Fernández y lo que dicen en el cristinismo o La Cámpora.

No sé si es tan divergente. Hay algunas cosas que se intuyen con más diferencia. La más pública y notoria tiene que ver con el Fondo Monetario Internacional y el acuerdo.

- Exacto.

Me parece oportuno que se discuta cuáles son las alternativas. ¿A quién no le fastidia el Fondo Monetario Internacional? Soy un tipo que vengo de 40 años de la actividad privada, no puedo considerarme una persona de izquierda, porque siempre tuve una mirada de centro de la política.

Pero igual me fastidia el Fondo Monetario Internacional, me fastidia que me digan lo que tengo hacer o lo que no tengo que hacer en materia económica pero ¿cuál es el costo de pelearte con el Fondo Monetario Internacional cuando ya estás adentro?

Este es el punto que uno tiene que meditar, en función del pragmatismo porque vos tenés que asegurar que la actividad económica siga, que las empresas sigan teniendo crédito accesible, que vos no te caigas del mundo para que puedas ir a a presentar un bono y que te lo compren, para que alguien que tenga que importar algo de China pueda tener una carta de crédito.

Como el país tiene que seguir funcionando y vos tenés que seguir existiendo, acordar con estos organismos internacionales es básico.

- Que termine de difundirse el comunicado del Fondo Monetario, que el Gobierno lo comunique y que inmediatamente aparezca La Cámpora con una declaración tan dura. Y la vicepresidenta también criticando de una manera muy airada el acuerdo. Es complicado.

Lo veo como algo del tipo “a mí esto no me gusta, pero tengo que vivir con esto”.

- Pero no está diciendo eso el comunicado de La Cámpora. Al contrario, plantean “esto que se hizo está mal, y hay que hacerlo de nuevo”. No es lo mismo.

Pero validan la gestión de Sergio Massa y dicen que está haciendo todo lo posible para tratar de llevarnos a un buen puerto. Es decir “no me gustó tener que arreglar con el Fondo Monetario Internacional, no quería, no lo voté, pero ahora valido que el ministro Sergio Massa está haciendo su mejor función y gestión para poder llevarnos a un buen puerto”.

- ¿No cree que son un poco crueles con el Presidente diciendo las cosas que dicen?

El Presidente está haciendo un trabajo…

- Lo destratan bastante al Presidente, no?

A los presidentes se los mide en perspectiva histórica y yo estoy absolutamente, seguro de que cuando se valida esa perspectiva histórica se va a poder entender esto que yo te decía sobre cuáles fueron todas las dificultades que tuvimos que atravesar en estos años y que seguimos atravesando.

Esta sequía es tremenda, Facundo. O sea, no hay registro de una sequía como esta. Y esto va a significar en materia de exportaciones una cifra y una baja muy dura. Y va a ver que afrontar y buscar soluciones alternativas para que si se desacelera un poco la actividad económica, no golpee innecesariamente al sector trabajador y al sector productivo.

Va a haber que cuidar y redireccionar los dólares para que sean utilizados en lo que realmente le importa a la Argentina.

- ¿Habla con Alberto Fernández cuando se producen estas declaraciones tan altisonantes y estas embestidas tan duras de La Cámpora?

A mí una de las cosas que me motivó de unirme al equipo de Alberto Fernández, quizá porque a una distancia enorme, habiendo sido CEO de una empresa y él como Presidente de la República, hay muchas situaciones en los cuales vos te sentís solo frente a determinadas adversidades. Yo le admiro mucho su mesura, le admiro su resiliencia, esa capacidad de enfrentar la adversidad y después de la adversidad levantarte todavía más fortalecido.

Nunca lo encuentro deprimido, no lo encuentro abatido, a veces sí, por supuesto cansado. ¿Quién no está cansado teniendo la agenda y la actividad que él tiene? Hay días que él arranca muy temprano y a las 9 de la noche todavía está volviendo en avión de La Rioja o de Catamarca. La verdad que hasta físicamente es un esfuerzo enorme.

Admiro mucho al Presidente en ese sentido. A mí me gustan las personas moderadas. Me gustan las personas con las que se puede hablar en este tono, que estamos hablando nosotros, inclusive disintiendo en algunas cosas, pero no peleando.

- ¿Cree que La Cámpora lo está ayudando al Presidente? ¿Los funcionarios de La Cámpora están yendo en la misma línea que el presidente o no?

Ellos manifiestan su punto de vista y en muchos casos es un punto de vista crítico y me parece que está bien.

- Es una anomalía que desde adentro del gobierno estén siendo tan críticos.

Es una anomalía porque, insisto, tenemos siempre incorporado ese chip de partido político uniforme ideológicamente. Los frentes electorales traen esta novedad de que, dentro de esos frentes, conviven espacios con algunas diferencias.

- Planteó la posibilidad de que se empiece a analizar algún tipo de cambio o de modernización en la legislación laboral y eso le trajo aparejado una crítica muy fuerte, muy dura de parte del sindicalismo. ¿Se equivocó? ¿Piensa lo mismo?

Pensando en la reacción que generó, es evidente que debía haberlo planteado de otro modo. Me resulta muy difícil digerir la existencia de 10 millones de argentinos por fuera de la formalidad. Ya sea porque tengan un trabajo informal o porque tengan una actividad propia de lo que conocemos como las economías populares, que no tienen ningún registro fiscal, pero que estas personas en definitiva no tienen una obra social, el día de mañana no van a tener un derecho jubilatorio ni previsional.

Lo que simplemente quise decir es que tenemos que pensar formas innovadoras para que los gremios discutan, y los gremios y el Estado, en algunos casos, porque hay algunos de estos trabajadores que no pertenecen a ningún gremio. Lo que se necesita es que discutan formas para incorporarlos.

Lo dijo la misma vicepresidenta el otro día en la universidad del sur, cuando plantea que es inviable un Estado en el cual hay una proporción tan grande de gente que exige una contraprestación, que va a un hospital o quiere una educación pública, pero que no contribuye de ninguna manera al sistema ni previsional ni impositivo.

Ese descalce es muy difícil y tenemos que buscar la forma de que todas esas personas en algún momento se incorporen y la economía informal en Argentina se reduzca.

- ¿Con un cambio a la legislación laboral?

Cómo será cuestión de charlarlo en una mesa y que todos nos pongamos de acuerdo. Pero que hay que buscar una solución no me cabe ninguna duda.

- ¿Alberto Fernández es su candidato a presidente?

Sí. Si él quiere y tiene que expresarlo. Creo que ha dado algunos indicios de que le gustaría serlo. Si él está seguro de eso, me parece que sería un gran presidente y esperemos que le toquen cuatro años más con menos dificultades de contexto de las que tuvo en este periodo. Pero sí.

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