La lección que Nicki Nicole aprendió del desamor y cuando Julieta Venegas pensó en cambiar de vida y sintió miedo

En este episodio de Pogo o Nada, las cantantes se profesaron admiración mutua y también hablaron de sus orígenes musicales, el feminismo, las inseguridades, los amores y los miedos

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Nicki Nicole con Julieta Venegas

Antes de que Nicki Nicole llegara a cumplir 10 años, ya hacía shows. Subida a la mesa de su cocina, se despegaba unos centímetros del suelo e hipnotizaba a su primer público: su familia. En ese mismo ambiente, una televisión sintonizada en MTV le hacía llegar los hits del momento; entre ellos los de Julieta Venegas, impulsados por ese dulce blend conformado por su voz y el acordeón.

Hoy en día la mexicana sigue cautivando multitudes con éxitos de inoxidable melancolía, mientras que la nacida en Rosario está entre las apariciones más fulgurantes que dio la música argentina en el último lustro. Así, las dos se dieron las manos y conversaron íntimamente por primera vez en Pogo o Nada, durante un encuentro en el que se profesaron admiración mutua, hablaron de sus orígenes musicales, cómo las interpela el feminismo, las inseguridades, los amores y los miedos.

Nicki Nicole y Julieta Venegas
Nicki Nicole y Julieta Venegas conversaron por primera vez de la mano de Pogo o Nada (Fotos: Franco Fafasuli)

JV: —¡Hola, Nicki!

NN: —¿Todo bien? Un placer.

JV: —Igual, el placer es mío. Mucha gira, mucha cosa, ¿verdad?

NN: —Mucha gira. Por suerte volvieron los shows. Así que disfrutándolo. Con muchas ganas de seguir girando todo el tiempo, de seguir haciendo música. Un placer poder compartir con vos este momento. Sos una inspiración para mí, creo que también para muchos de los que están viendo.

JV: —Pues yo la verdad que soy tu fan. Te vengo siguiendo un montón y me encanta poder conocerte, platicar contigo. Interrogarte un poquito (risas).

NN: —Sí, vamos a interrogarnos un poco. A conocernos. Yo te vi en Cosquín Rock, tuve la suerte de verte en vivo. Me costó un poco llegar al escenario, pero llegué y me encantó. Eso me hizo volver a mi infancia. Yo te veía mucho en MTV cuando era chica y la verdad que es una locura ver cómo tu música sigue tan vigente. Se volvió tan como hogar para mí, porque yo escucho tu música y no solo la disfruto sino que me recuerda a un montón de momentos con mi familia. Te siento como parte de mi familia.

JV: —¡Qué linda! A mí lo que me gusta mucho de escucharte es la mezcolanza que haces de estilos, te mueves como muy fluidamente en un montón de estilos. Me encanta tu composición, tus letras. Tienes mucho swing. Me parece increíble que fluyas entre tantos estilos, eso me cae muy bien y me identifico un montón.

NN: —¿Te puedo decir Juli?

JV: —Me puedes decir Juli.

NN: —Siempre quise decirte Juli pero no sabía si te gustaba… Te quería preguntar desde cuándo te dedicás a la música. ¿Cuándo dijiste: ‘Esto es lo que yo quiero hacer’?

JV: —Pues, creo que me di cuenta de que quería ser música cuando tenía como 10 años. Ahí declaré que quería ser directora de orquesta porque empecé clases de piano siendo muy chica, a los 7. Pero de ahí a que me haya podido dedicar profesionalmente tuvieron que pasar muchos años, muchas cosas y muchas bandas. Cuando descubrí mi gusto por la música clásica, me di cuenta ahí del amor que tenía por la música. Pero cuando descubrí la composición de canciones, cuando una banda me invitó a tocar teclados, ahí fue donde realmente creo que dije: “Ah claro”.

NN: —Es por acá.

JV: —Es por acá, claro. Yo quiero hacer canciones. Me gusta mucho tocar el piano, me gusta mucho ser instrumentista, pero siento que contar una historia a través de una canción fue lo que me enganchó.

Nicki Nicole le confesó a
Nicki Nicole le confesó a Julieta Venegas que escucha su música desde muy chica

NN: —O sea que vos empezaste tocando instrumentos.

JV: —Sí, empecé como pianista. Estudié guitarra un poquito, pero el único instrumento que estudié de verdad fue el piano.

NN: —Cada vez que escucho a alguien tocar el piano, me lleva a otro lugar. Siempre quise aprender. Yo no sé tocar ningún instrumento. Hice clases de piano pero siento que agarrarlo a la edad que vos lo agarraste es cuando ya lo hacés familiar. Ahora como que me cuesta un poquito más. Sé tocar poco y nada, pero siento que eso te lleva a entender la música de otra manera. ¿Y solo tocás piano o algún otro más?

JV: —Toco guitarra. He tocado un poco de todo, siempre como para hacer demos y para tratar de trabajar ideas, pero realmente cuando estoy en mi casa y tengo ganas de tocar, me siento en el piano.

NN: —Qué lindo eso. Entonces, ¿empezaste como tecladista?

JV: —Claro, primero yo estaba encerrada en mi casa tocando piano clásico y luego un amigo en el colegio me dijo: “Oye, tengo una banda y necesitamos alguien que toque teclados”. Y ahí me jalaron. Y tú, ¿cuándo te diste cuenta de que querías hacer música?

NN: —Yo tenía la idea pero me faltaba el poder de decisión. Siempre, desde chiquita, era de hacerme shows en la cocina, pero nunca entendía dónde quería llegar, no lo tenía muy en claro. Y cuando empecé la secundaria en una escuela de arte, todas esas ideas las comencé a desarrollar: el teatro, la imagen, la música. Tenía tantas ideas pero muy poca seguridad en mí misma de decir: “Wow, puedo llegar a hacer esto”. Y además yo disociaba mucho a los artistas, los veía como dioses, no como personas. Y ese fue mi primer error porque entonces yo, al ser persona y no ser como los artistas que veía en la tele, decía: “Nunca voy a poder ser eso”.

JV: —Son como de otra esfera, ¿no?

NN: — “Estos son de otro planeta. Es algo que a lo que nunca pueda llegar a eso, a estar en esas mentalidades tan musicales”, pensaba. Cuando empecé a crecer, todo empezó por las competencias de freestyle, muchos amigos iban a competir y yo no solo veía el nivel que había, sino que veía la paciencia que tenían. Y en un punto, dedicarse a algo es ser paciente, meterle. No pasa todo de un día para el otro. A los 17 años empecé a hacer música con amigos, disfrutando el momento, no proyectando nada. Hasta que dije: “Quiero hacer una canción sola, quiero tener mi canal de YouTube”, e hice mi canal con veinte suscriptores, que eran mi familia y amigos (risas). Y ahí saqué mi primera canción, que empezó a tener un reconocimiento no solo de la gente de Rosario -yo soy de Rosario, pero la gente a veces piensa que soy de Buenos Aires-. Y noté que era súper genuino, no era de compromiso. Veía que a la gente realmente le gustaba y yo decía: “Algo está pasando con esto”. Ahí nació todo y fue una locura para mí, obviamente. Grababa con el teléfono de mi mamá una nota de voz y con mi celu, una pista de YouTube. Esos eran mis temas, imaginate. Yo decía “si realmente la gente los escucha y les gusta, tiene que ser un milagro”.

JV: —Eso está buenísimo. Creo que te genera otra relación con la música el hecho de tocar un instrumento, pero si tienes la inquietud de contar algo, así como tú lo hiciste, me parece increíble que sea con un track. En este momento en el que tú estás, en la generación de hoy, tienen otro tipo de medios. Cuando empecé a tocar, era hacerlo con una banda. Y grabar ya era… No era como ahora, que puedes conseguir alguien que te grabe o grabarte a vos misma. Incluso, la nota de voz no existía...

"Siempre, desde chiquita, yo era
"Siempre, desde chiquita, yo era de hacerme shows en la cocina, pero nunca entendía dónde quería llegar", le dijo Nicki Nicole a Julieta Venegas

JV: —En tus canciones hablas mucho de amor, y de desamor y hay muchas historias ahí de relaciones.

NN: —Pasan cosas (risas).

JV: —Exacto. ¿Cuándo descubriste el amor y el desamor?

NN: —Voy a empezar por el amor. Siento que el amor lo fui entendiendo más que descubriendo, a través del tiempo. Cuando era más chica creía que el amor solo se encontraba en una pareja. Pero descubrí que el amor está en todas partes, no solo en una relación amorosa: también está en amigos, en la familia. Y ahí me di cuenta cuánta falta me hacía el amor propio: descubrí todo tipo de amores, menos el mío. Cuando pasé por el desamor, dije: “Ok, el desamor también puede no ser solo de parte de pareja -que me pasó y que lo he sufrido bastante- sino de parte de amistades”. El desamor de una amistad a mí me duele el triple que el de una pareja. Y a través del desamor descubrí lo que era el amor propio, que nunca me tenía presente en eso. En un momento de desamor, me preocupaba más por cómo estaba la persona que quizás me estaba fallando a cómo me sentía yo. Entonces, aprendí a quererme en esas situaciones y que no es de egocéntrico ponerte primero, a veces, y decir: “Esto valgo, estoy soy”. Pero si yo no hubiera pasado por esos momentos que yo considero malos, siento que no sería la persona que soy hoy y que no me tendría ese amor que me tengo. ¿Vos qué pensás?

JV: —Es muy lindo y muy sabio lo que dices, la verdad que tienes razón. Yo creo también lo mismo, que todo vuelve al amor propio. Y creo que el amor es mucho más amplio que pensar que solamente es el amor de pareja. Como que idealizamos mucho el amor de pareja... Pero imaginate, yo además tengo una hija de 11 años que es increíble. Es otra cosa. Y además, mi familia, ¿no? Yo siempre he vivido muy lejos de mi familia pero la tengo muy presente, porque somos muy unidos. En México le llamamos “muégano” que es como un postre que se pega todo con caramelo.

NN: —Están pegadísimos (risas).

JV: —Sí, es así. Y también creo que el amor propio debemos resaltarlo enfrente de cualquier situación y creo que, en general, en la cultura y a las mujeres nos cuesta encontrar ese lugar de decir: “Ey, primero mi amor propio y después cómo me relaciono”. Eso acomoda mucho la manera de como nos relacionamos, ¿no? Siempre me ha gustado mucho escribir de amor. Escribo de todo tipo de amores, también amor de amigas, de pareja, de familia... A mí hija le he escrito un montón de canciones. Estamos unidos por diferentes formas de amor, es como la goma que nos pega a todo el mundo. Me gusta mucho eso de acá, de Argentina, que le dan mucha importancia a la amistad y a las relaciones. Me gusta mucho ver a mi hija creciendo acá, con un grupito de gente… Se me hace muy bonita esa forma de amor.

NN: —Siento que eso es un poco generacional, que hoy en día la gente hable tanto de esos temas. Como que la generación de mi abuelo, por ejemplo, quizás no hablaba tanto de lo que sentían.

JV: —Sí, los hombres, especialmente.

NN: —Claro, como que no se sentaban a decir: “Che, hoy me siento súper mal”. Y menos ponerse a llorar o darse un abrazo. Y siento que eso hoy en día no pasa y me alegra un montón, porque la gente no solo que se siente mucho más cómoda, sino que está más en comunidad. Antes las cosas no se hablaban.

JV: —Sí, se hablaba menos, es verdad. Además en eso también suman las redes sociales, la verdad. La gente habla mucho todo el tiempo de sus sentimientos. Y creo que además las mujeres hemos encontrado otra manera distinta de hablar entre nosotras, ¿no? Había una cosa como más machista que ahora, poco a poco, estamos logrando quitar. En México, especialmente, vamos encontrándonos nosotras, relacionándonos nosotras de manera diferente. Antes había una cuestión de que el hombre estaba en el centro y las mujeres competían por él. Ha cambiado muchísimo esa manera. Me parece súper importante el diálogo entre mujeres, el encuentro entre mujeres, salir a marchar juntas, todo eso cambia la manera en como nos relacionamos.

NN: —Eso, antes había mucha competencia. Y además la cosa machista de que la mujer no solo competía con otra mujer, sino que estaba constantemente buscando la aprobación masculina. Esas cosas me duelen mucho, porque pienso en miles de mujeres que han vivido toda una vida así y que quizás nunca se sintieron libres. Y por eso es tan lindo lo que está pasando hoy en día. No sé si somos libres al 100%, pero al menos sé que lo estamos haciendo poco a poco. Yo tengo 21 años, obviamente estoy aprendiendo sobre toda la lucha... Yo era chica y me acuerdo de mujeres de mi barrio, que normalizaban que sus maridos sean violentos con ellas.

JV: —Creo que todas estamos aprendiendo, eh. No creas que nada más tú porque eres chica. Todas las mujeres estamos volviendo a un montón de temas que no sé si aceptábamos, pero como que decíamos: “Bueno, está ahí”. No, no está.

NN: —Lo normalizábamos. Lo más triste es que yo vi hasta no hace mucho en un montón de medios que decían: “Bueno, algo habrá hecho”. Y también esos puntos eran súper dolorosos. Al día de hoy están pasando un montón de cosas, están desapareciendo un montón de chicas. Y siento que hay que tomar la iniciativa y que todos deberían hacerlo, no solo nosotras como mujeres, sino que es algo para todos. Hace poquito, recién cuando estaba en séptimo grado, llegó una profesora y nos dijo: “Bueno, les voy a dar educación sexual”. Y nosotros: “¿Qué?”. No entendíamos nada. Y eso también es una parte a implementar, hace pocos años atrás era súper tabú. Cuando tenía 12 años y me vino por primera vez, yo me asusté porque no tenía idea. No se hablaba de eso. Y así le debe pasar a un montón de chicas, que quizás al no hablarse sobre que algo está mal…

JV: —Sí, una relación o una situación, lo que sea.

NN: —Quizás al no hablarse de eso, sos chico, no entendés y pasan un montón de cosas que no van y eso lleva a cosas como que mueran chicas, que desaparezcan, que queden embarazadas siendo muy jóvenes. Siento que hay que hacer este cambio en comunidad, que debería ser ya. Y a la vez, obvio que estamos aprendiendo y estamos día a día llegando a esos lugares, pero a veces pienso en todo lo que está pasando y te juro que me duele en el fondo del corazón.

"El amor propio debemos resaltarlo
"El amor propio debemos resaltarlo frente a cualquier situación", dijo Julieta Venegas

NN: —Te quiero hacer una pregunta rara, pero que creo que también habla de nuestro lado más personal: ¿Tenés alguna pesadilla recurrente o algún miedo que esté presente?

JV: —Hace unos años me pasó que había llegado a un ritmo muy agitado de gira, de disco, de gira, de disco, de gira, de disco. Y en un momento dije: “Necesito una pausa para pensar”. Necesitaba que mi relación con la música volviera a ser que yo llegara a mi casa y, espontáneamente, tocar el piano. Eso me tomó un tiempo, como un año, año y medio. Además fue justo cuando nos mudamos para Argentina, y dudé. Dije: “Podría poner una librería o dedicarme a otra cosa”. Y ahí me di cuenta de que sentí miedo. “Podría dejar de hacer lo que hago pero una parte de mí quedaría callada”, pensé. “Si dejo de hacer música, hay algo de mí que no va a ser expresado”. Y eso me dio miedo. Ahí supe que tenía que cuidar mi relación con la música antes que mi carrera. Ese es un balance que hay que hacer todo el tiempo.

NN: —Claro, ¿de no verlo como una obligación?

JV: —Exacto, me dio miedo sentirme tan saturada y me di cuenta de que lo que me había saturado era la parte “carrera”. Entonces supe que tenía que cuidar mucho mi relación con mi arte, porque además de que me gusta mucho poder hacerlo y compartirlo con la gente, me gusta llegar a mi casa y hacerlo. Cantar se convirtió en una expresión de quien soy. Si no tuviera esto, creo que me vuelvo loca. Lo necesito siempre como canal de escape. Entonces sí me dio miedo quedarme callada. ¿Y tú? ¿Pesadilla recurrente o miedo?

NN: —Yo te iba a decir cualquier cosa. Ahora que pusiste la vara tan alta, yo te iba a decir que tenía miedo a los fantasmas (risas). ¡Pensé que hablábamos de esos miedos!

JV: —A mí me da miedo la oscuridad, la oscuridad total.

NN: —A mí un poco también. Me daba miedo estar sola con mis pensamientos. Inconscientemente, siempre quería estar con alguien. Salía con una amiga y le decía: “¿Querés venir a dormir a mi casa?”. “Amiga, ya es el tercer día que estoy durmiendo en tu casa, ¿qué pasa?”, me decía. Cada vez que estaba sola, se me venía esa voz que te dice: “Esto no lo vas a poder hacer, esto mucho no va a durar, esto hasta acá va a llegar”. Pensaba: “¿Por qué soy tan enemiga de mí misma. ¿Por qué me cuesta tanto convivir conmigo misma sin sentirme como una mierda?”. Y vos sabés que leí un libro que a mí me encanta leer... Mis amigos me dicen que leo libros de autoayuda, pero no, en realidad me gusta el hecho de aprender cosas. Y encontré uno que hablaba sobre la dependencia emocional, lo que me llevó a darme cuenta de que tenía todos los síntomas y eso era lo que me hacía nunca poder estar sola. El hecho de depender tanto de la gente que quería, me hacía pensar que sin ellos no podía hacer nada. Cuando arranqué con la música, mi equipo me dijo: “¿Te gustaría ir a un psicólogo?”. Y yo les decía: “No, si estoy re bien”. Y al mes dije: “Necesito ir a un psicólogo”. Empecé psicoanálisis hace tres años y ahí entendí muchísimas cosas de mí que normalizaba.

"Mi miedo era estar sola
"Mi miedo era estar sola conmigo y no sentirme productiva", confesó Nicki Nicole

JV: —Nicki, cuéntame qué te llevas de esta plática.

NN: —Me llevo muchas ganas de seguir charlando con vos y de conocerte, porque siento que nos quedamos cortas. Fue una experiencia muy linda, aprendo mucho de estas cosas, de tus consejos. Te sigo desde chica y estar hablando con alguien como vos, para mí es súper importante. Al principio estaba un poco nerviosa, pero ahora ya entré en clima y te quiero agradecer por darme esta oportunidad. Cuando quieras me enseñas a tocar el piano (risas), estoy dispuesta. Me deja algo muy lindo como mujer de la industria, sé que hay un apoyo mutuo y que si que algún día necesito charlar con alguien, sé que puedo hacerlo con vos. ¿A vos qué te dejó esta charla?

JV: —Me voy muy feliz porque, además de que te admiraba por tu talento, ahora veo que eres una mujer súper sensible, súper bonita, súper abierta a la experiencia y en pleno aprendizaje. Se me hace súper bonito escucharte, hablar contigo y ver como lo intuitiva y sabia que eres. Me voy feliz, con ganas de seguir platicando y charlando. Gracias a ti, más bien.

NN: —Te voy a dar un abrazo.

JV: —Ay, que lindo. Muchas gracias.

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