Todos sabemos quién es Nito Mestre. Su música, su obra, sus canciones, atraviesan muchas vidas, varias generaciones. Y no las atraviesan así nomás porque su primer grupo hoy es leyenda: Sui Generis, con Charly García. Esas canciones las sabemos todas. Después vinieron PorSuiGieco, Nito y los desconocidos de siempre, álbumes solistas maravillosos como 20/10 o Colores puros y mucho más.
— Linda presentación. Breve y al grano. Me gusta ser un clásico. ¿Sabes lo bueno que tiene? Que la gente te respeta y te quiere, y eso es mucho mejor que ser muy conocido. Lo bueno es que te reconozcan porque haces las cosas bien, que te quieran porque le dejaste algo a la gente.
— Porque se sostiene en el tiempo ¿no?
— Sí claro. Jorge Álvarez, que era nuestro primer productor de Sui Generis, nos decía que llegar puede llegar a ser fácil, en el año 71, 72 que estábamos empezando, lo difícil va a ser seguir estando. En ese momento seguir estando 10, 15 años en la profesión era muy difícil. Estar 40 o 50 dificilísimo.
— ¿Por qué duró poco Sui Generis?
— Duró poco la parte conocida. Empezamos en el colegio antes, duró desde que se armó. Los pasos que se fueron dando fueron los pasos necesarios, fue bueno que durante tres años nos echaran de muchos lugares. Por ejemplo, una persona que hacía limpieza en una discográfica se hizo pasar por productor, nos hizo una prueba y nos contrató. Fue el único en esos tres años que nos contrató, el empleado de limpieza. Después, no nos podía pagar (risas). Otro productor muy conocido nos dijo “esto es como un almacén donde se venden porotos buenos y porotos malos, ustedes son porotos buenos pero en este momento estamos vendiendo porotos malos”. Nos fuimos muy contentos siendo porotos buenos a casa, sin el disco.
“PARA QUE TE VAYA BIEN TENÉS QUE SER TERCO”
— ¡No!
— Te digo, por lo menos fue directo. Empezamos a entender que no siempre es la excelencia lo que hace que te vaya bien. Hay muchos aditamentos: suerte, el público, la magia, caer en el tiempo exacto, etcétera. Cuando viene un pibe a preguntarme qué es lo que hay que tener para que te vaya bien le digo, “tenés que ser terco”. Tenés que ser muy tenaz. Porque en una de esas te van a contestar el día número 15, pero vos el día 14 decís no, ya está, abandono. Seguí el 15, 16, 17, 18. Seguí siempre. Mientras tanto te divertís, lo intentas. No te quedas. Yo tengo casi 50 años de carrera, no abandono. No pienso abandonar nunca. porque nací cantante. Es lo que me hace feliz, lo que hace feliz a la gente. Cuando te escribe te dice “me hiciste feliz”. Cada etapa tiene algo divertido.
“DECÍAN QUE NINGÚN ROCKERO IBA A PASAR LOS 40 Y PICO DE AÑOS”
— Vas a cumplir 70 años, ¿qué es lo divertido?
— Inquieta el número. Cuando éramos chicos decían que ningún rockero iba a pasar los 40 y pico de años porque el rock es para gente joven. El día que Paul McCartney no cante más a esa edad yo dejo. ¿Cuántos tiene ya? 80, 81. Bueno, ok, hasta los 81 sigo. Va a haber una edad en que inevitablemente tenés que hacer menos cosas.
— No llegó todavía.
— No le llegó a McCartney todavía, no le llegó a los Rolling. ¿Alguien se imaginaba una carrera de una banda que sigue siendo un emblema? Es bueno eso de tener un referente que duró mucho tiempo porque te da aire. Los chicos con que me encuentro de 18, 19 años y que me preguntan sobre las canciones me tratan de vos. Es divertido, es como ser el primo de todos.
— La cuarentena te agarró en Miami.
— Me agarró el último show en vivo con público en Costa Rica. Tenía 17 shows por delante, una gira, en Estados Unidos, en España. Al principio me amargue bastante, después dije lo voy a tomar como un año sabático. Me pareció lo más cercano a ser jubilado.
— ¿Qué hacías?
— Caminaba, nadaba, andaba en bicicleta. Algo de Internet dentro de la casa armando el proyecto América canta Sui, junto a Pamela, mi mujer.
“EL BOLUDO ES EL QUE TIENE UNA CREENCIA FIJA”
— Tuviste una polémica con los antivacunas en las redes.
— No, ellos conmigo. Lo que pasa es que yo soy muy vehemente al explicar. Che negro, qué te cuesta darte la vacuna que en una de esas te salva de estar internado y te salva la vida. Yo soy hijo de médico, estudié medicina cuatro años y en el colegio cuando tenía 7, 8 años, entrabas si te daban la vacuna, sino, no podías entrar. No pedían permiso a los padres. Nadie preguntaba qué tenía adentro la vacuna.
— Te reclamaron rebeldía y les dijiste “soy rebelde pero no boludo”.
— Exacto. Como para terminar toda una explicación. El boludo es el que tiene una creencia muy fija y no entra en razones, por más que te expliquen todas las razones la creencia está primero. Entonces se arma un bloque y de ahí no lo mueven. Es medio gracioso ser rebelde en Facebook. ¿Y sos revolucionario? Nosotros nos criamos en los 70, revolucionario era otra cosa, corría peligro tu vida por hablar, por opinar un octavo de lo que opinas ahora en Facebook, eso era riesgoso. En Facebook a lo sumo te bloquean dos semanas porque dijiste una barbaridad. Es medio gracioso.
“ESTUVE AL BORDE DE MORIRME”
— Lograron sostener a través del tiempo el matrimonio con Pamela. Son 30 y pico de años.
— Sí. Yo me casé dos veces con ella, ¿sabías? Tuvimos una separación de un par de años cuando tuve el problema con el alcohol y todo eso hace veintipico de años, y después me volví a casar con ella. Y ahí seguimos. En total son 30 y pico de años. Los dos somos muy inquietos, tenemos que estar haciendo cosas. Ella es una máquina de generar cosas. Es súper inteligente, es muy linda. Pero sobre todo tiene una energía vital súper importante, es un motor que tengo al lado que genera que yo no pueda estar quieto tampoco. Es tener la pareja perfecta para mí. Es muy inteligente, es muy vivaz, es muy curiosa. Cuando emprende algo agarra, se mete y se mete con todo a hacerlo. Me empuja a mí a hacerlo. Y obviamente nos queremos un montonazo. Yo creo que los dos. Le tendrías que preguntar a ella qué opina de mí.
— Qué difícil fue ese momento de la separación y del alcohol.
— Sí, fue un momento bastante jorobado, era un combo. Dejar el alcohol, no estar con Pamelal, recuperarse. Yo tengo algo, esto lo hablé con los grupos, con los médicos, con los amigos, algo adentro que me lleva a estar vivo. Una fuerza vital interna. En el peor momento, cuando estaba solo, dejando el alcohol, sin trabajo, me había ido de la casa donde vivía con Pamela, arrancando de cero, bajo cero, decidí “soy terco y tenaz, empecemos de nuevo”. A los 44 años dejé de tomar. Tuve dos vidas en una. Mucha gente no tiene la oportunidad. Estuve al borde de morirme. A la distancia es bueno haberlo pasado porque te enseña un montón de cosas. Empezás a conocerte más a vos mismo, hasta dónde das. Qué es lo que más te gusta hacer. Qué es lo que tenés que dejar a un lado. Falta menos tiempo por delante, entonces qué tenés que hacer, qué tenés que aprovechar más.
“YO ME LLEVO PLANTAS A LOS CUARTOS DE HOTEL”
— No dejas de cantar y hacer shows, de viajar.
— No, no. En este momento estamos preparándonos con un grupo nuevo, los Blue team dream makers. Ya que pasó esta pandemia, creo, cruzo los dedos, es buen momento para empezar de nuevo. Grabar, filmar, escribir un libro, salir a Latinoamérica a dar vueltas por ahí porque me encanta. Yo me he llevado plantas al cuarto. Charly pinta los cuartos de hotel, los destroza, yo llevo cosas para sentirme como en casa. Les pido ¿no tenés en el hotel un velador? Al poco rato de entrar en un hotel yo puedo llegar a cambiar la cama de lugar.
— ¿Cómo?
— Ponele que está mal ubicada, el feng shui está mal. Entonces pido permiso y lo cambio. Estoy empezando a ensayar y estamos reiniciándonos con un repertorio nuevo donde van a estar los clásicos, pero también va a haber mucha música mía. Estoy juntándome con chicos jóvenes para componer con ellos, que me den temas también, con productores nuevos.
— Conducís un programa de televisión divertido, de autos y de rock. Y a veces te pones a cantar.
— Se llama Rock N Road, sale por Garaje TV los domingos a las 23 horas. Porque lo que yo hago es conducir y conducir, porque conduzco el auto y conduzco el programa. Lo que me gusta es que me cuenten historias particularmente entretenidas. Si da, canto.
“A CHARLY LO CONOZCO DESDE LOS OJOS”
— Te vi cantar con Juanse. ¿Vos crees que si lo invitaras a Charly va?
— Tengo ganas de invitarlo a Charly. Pero Charly tiene que venir solo, porque siempre va con un séquito (risas). Para mí no es Charly García, sino mi compañero de colegio.
— Carlitos?
— Carlitos. García yo lo llamo. “García, lo que hay que hacer es esto”, y le doy una orden y chau. Según él soy el único que le grita.
— ¿Todavía dice eso?
— Sí, todavía dice eso. Es mentira, le habré gritado seis veces en la vida. Diez. Como cualquier amigo. A Charly tengo ganas de invitarlo. Y cuando lo invité al programa de radio nos sentamos los dos en un estudio, puse el grabador ahí y empezamos a hablar. ¿De qué? Increíblemente me empezó a hablar de cosas que nunca me había contado en su vida, acerca de su familia. Ciertos agujeros negros que yo tenía. Se empezó a soltar, se olvidó del grabador y habló conmigo. Lo voy a llevar, lo voy a invitar.
— ¿Cómo lo viste la última vez?
— Yo no lo veo, hablé con él el día del cumpleaños. Él no usa WhatsApp, ni Facebook ni nada. No tiene teléfono en la casa entonces tenés que rastrear a alguien que seguramente está con él. Y llamé a un amigo de él. A los 2 minutos me llamó Charly. Te quiero felicitar por el cumpleaños, quiero que te vaya bien. Nito, te quiero mucho, esto, lo otro. Lo vi bien, emocionado, un día particularmente movidito. Pero verlo presencial no lo veo desde hace un año y pico . Cuando me encuentro con él a solas es fantástico porque volvemos a ser los compañeros de colegio. Cuando aparece una tercera persona, ahí se enreda el asunto porque aparece otro Charly.
— ¿Cómo es la dinámica cuando están solos?
— Hablar de cualquier cosa y reírnos y matarnos de risa y enganchamos enseguida. Incluso en estados disímiles, yo muy sobrio, él no tanto, y yo lo empardo. Nos conocemos tanto…yo también estuve en esos estados, entonces puedo subir ese escalón o bajar ese escalón, empardar y saber de qué estamos hablando.
— ¿La misma frecuencia?
— Me pongo en la frecuencia. Con él me resulta más natural porque lo conozco desde los ojos. Al mirarlo ya sé para qué lado anda. Ya sé si está enojado, si está rabioso, si está contento, si me quiere decir algo, si se quiere callar la boca.
— ¿Si entra alguien se corta la magia?
— Cambia. El otro día hablando con Raúl Porchetto me contó que le pasaba lo mismo. Cuando nos juntamos con Raúl, León y Charly y estamos los cuatro juntos que somos Porsuigieco, pasa algo que se equilibran las fuerzas.
“ES IMPOSIBLE PELEARME CON CHARLY”
— Te escuché decir que Charly y vos son el ying y el yang
— Por complementario. Cuando vos iniciaste algo de chico, cumpliste un sueño, sos amigo desde chico, amigo del corazón, del alma… Con Charly nos hemos peleado y he discutido a morir. Pero es imposible pelearme con Charly. Yo aprendí mucha música, aprendí muchas cosas de él y él dice que aprendió cosas de mí.
— Los afectos de la adolescencia y de la juventud es difícil que se rompan, son familia.
— No, no se rompen. Con León me pasa lo mismo, cinco minutos y ya estamos matándonos de risa y hablando en la misma frecuencia. Es muy divertido, muy amable que te pasen esas cosas. Y no son tantos. No son tantos los amigos, son los dedos de las dos manos con mucha suerte.
— ¿Cuál es tu canción preferida de Sui Generis?
— “Cuando ya me empiece a quedar sólo” que es medio cabalística. También hay algo en común en eso con García. ¿Por qué la elección? Porque era el miedo que teníamos cuando éramos chicos, que nos pasara eso cuando fuéramos grandes, quedarnos solos. Cuando nos juntamos en el 2000 le dije que esa canción tenía que ser una de las primeras porque esa es la demostración de que no se cumplió lo que dice la canción. Es muy emocionante después de toda la carrera cantar esa canción y que la gente eternamente te aplauda, se cumplió lo que teníamos pensado a los 17 años. Se cumplió y se sigue cumpliendo.
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