Ricardo Lorenzetti es juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Desde hace un tiempo enfocó su actuación académica, institucional y profesional en la defensa del ambiente. Se especializó en la problemática y ayer presentó un libro sobre el principal desafío que enfrenta la humanidad. “El nuevo enemigo”, así se llama la obra que editó Sudamericana, identifica al “colapso ambiental” como aquello contra lo que se debe luchar, sin exclusiones ni grietas y con compromiso ciudadano.
El título completo del libro que Lorenzetti presentó es “El nuevo enemigo. El colapso ambiental. Cómo evitarlo”. Se trata de una gran convocatoria a amplios sectores de la sociedad argentina a preocuparse e involucrarse en enfrentar un problema de carácter universal que afecta a todos por igual. Que depende de las autoridades en el diseño de políticas de Estado, pero también de la acción individual cotidiana.
Precisamente, ante representantes de los más diversos estamentos de la sociedad fue que Lorenzetti hizo la presentación de su libro. Había entre el auditorio reunido en el Hotel Alvear representantes del ámbito empresarial, referentes sociales y también de la cultura. Líderes de las ONG que se dedican a preservar el ambiente y también de diferentes religiones. Y, como era de esperar, de sectores vinculados con las decisiones que se toman en los tribunales.
En las primeras filas de los asistentes a la presentación del libro de Lorenzetti estuvieron presentes las actrices Nacha Guevara y Ana María Picchio, el rabino Isaac Sacca. Un poco más allá estaba la mitad de la Cámara Federal de Casación Penal: Gustavo Hornos, Mariano Borinsky, Javier Carbajo, Diego Barroetaveña, Carlos Mahiques y Daniel Petrone. También había varios jueces de Tribunales Orales Federales: Fernando Canero, Andrés Basso, Fernando Machado Pelloni y José Michillini. Sentados a metros del empresario Adrián Werthein se hallaban los jueces federales de primera instancia Ariel Lijo y Julián Ercolini y el fiscal federal Guillermo Marijuán. También estaban Diego Molea, presidente del Consejo de la Magistratura de la Nación y Diego Marias, uno de los consejeros. Juan Pablo Mas Vélez, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires y el empresario Gustavo Cinosi integraron el auditorio. El camarista federal Martín Irurzun, los camaristas en lo Contencioso Administrativo Claudia Caputi y Rodolfo Facio, la camarista en lo Penal Económico Karina Perilli, el juez de Tribunal Oral Criminal Luis Cabral y el fundador y CEO de Infobae, Daniel Hadad escucharon a Lorenzetti luego de ver el video que describió con crudeza la situación ambiental.
En su alocución Lorenzetti pidió a los asistentes que convocaran a la ciudadanía para hablar de algo de lo que, según explicó el juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “no se habla”. Lorenzetti llamó a “pensar en el futuro” y a “buscar una sociedad más igualitaria”. “De un lado están ellos, los que que por mala fe o por ignorancia no cambian. Los que tienen la ceguera de no querer ver lo que está pasando. Nadie habla del cambio climático, creen que no va a pasar nada”. Y explicó que: “Por eso no presentamos un libro de un autor, presentamos el inicio de un movimiento para que todos sean autores de un futuro distinto”.
Entre los pasajes destacados de la presentación del libro, Lorenzetti destacó que “mientras el mundo mira al futuro, en nuestro país nos entretiene el pasado. Veo que mientras el mundo necesita unirse para enfrentar la destrucción del planeta, nosotros estamos divididos y peleando en un barco que se hunde”.
“Nuestro consumo está cambiando. Por ejemplo, el agua que nuestros abuelos usaban gratuitamente y con derroche, ahora es un recurso escaso, pagamos, y hay ciudades donde se regula hasta cuántas veces uno puede bañarse. Imaginen lo que será dentro de unos años; será un motivo de lucha, porque tendremos sed de agua y sed de justicia, para que todos tengan un derecho al agua. Está cambiando el sistema económico, porque los costos de seguir como estamos superan a los beneficios: cambiará la energía que usamos, el modo de fabricar autos, aviones, de comunicarnos. Está cambiando el sistema social”, destacó el juez de la Corte.
“Está cambiando el sistema político. La democracia basada en proyectos está siendo reemplazada por una democracia de veto, de cuestionamiento, donde el poder se diluye. Recuerda a Gulliver atado al suelo: un gigantes paralizado por una multitud de micropoderes -agregó- Nadie tiene el poder suficiente para hacer lo que se sabe que hay que hacer. Mientras más herramientas hay, menos capacidad de lograrlo. Asistimos a la explosión de las frustraciones”.
“Nuestra salud está siendo afectada. Mejora gracias a los extraordinarios avances de la medicina, pero empeora gracias al deterioro del entorno: cambios climáticos, radiación, migraciones de insectos y virus, el estilo de vida enferma. Las ciudades y pueblos donde vivimos están cambiando; han sido diseñadas en función del automóvil, pero ya no es posible la circulación de tantos vehículos que contaminan; hay ciudades diseñadas en función de las personas, donde la circulación es mediante el transporte público y predomina el silencio”, continuó el juez de la Corte.
Además, Lorenzetti resaltó que “los argentinos nos hemos movilizado por el regreso de la democracia, por los derechos humanos, contra la discriminación, por la igualdad de género, por el feminismo. Ha habido muchas movilizaciones. Es hora de tomar conciencia de un nuevo enemigo que nos une”.
“No hay grieta: el colapso ambiental afecta al que tiene dinero y al que no lo tiene, a los niños, los adolescentes, los adultos, a todas las razas y todos los géneros”, aseguró.
“Nosotros que somos sensibles frente a la desaparición de los pájaros, de los peces, o de las ballenas; nos sentimos dolidos por la contaminación de los ríos, de los mares llenos de plástico o el deshielo de los glaciares, pensamos que no es viable una sociedad con tanta pobreza y desigualdad consolidadas como algo natural. Nosotros, que queremos que los niños que vendrán tengan un futuro de sueños y no de pesadillas. Estamos en contra de los otros, que, por imprudencia, por inconciencia o por mala fe maltratan la naturaleza y hacen del planeta un lugar inhabitable”, consideró el ministro del máximo tribunal.
“Esta es una lucha por un cambio moral. Y debemos darla cada uno en su lugar, a su modo, con sus medios: lo que no cabe es la indiferencia”, concluyó.
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