Saul Bellow no siempre se dedicó a la escritura. Su vocación primaria fue ser maestro e incluso participó en la Segunda Guerra Mundial; sin embargo, la vida y su talento lo llevaron a obtener el premio más prestigiado de la literatura universal.
Nacido en Quebec en 1915, se mudó a Estados Unidos, donde creció junto con sus padres de origen judío-ruso. Tras participar en la Segunda Guerra Mundial, y sobrevivir, dirigió su vida hacia la docencia en la Universidad de Chicago.
Todas esas experiencias quedaron plasmadas en su primera novela (1944) titulada Hombre en suspenso. Escrita en forma de diario cuenta la historia de Joseph, un desempleado que espera ser llamado al Ejército. El autor de este diario tiene la finalidad de responder asuntos filosóficos hasta que llega el día de incorporarse a la segunda guerra mundial, lo cual esperaba con ansias porque creía que disminuiría su ansiedad.
Cuando publicó “Herzog” (1964), según confesaría más tarde, su editor supo que estaban ante una de las novelas más importantes de su época, tanta era su confianza que la editorial hizo una segunda edición a la semana su lanzamiento, vendió más de 140 mil ejemplares y se mantuvo 42 semanas en la lista de los libros más importantes del New York Times.
En los tabloides de la época lo llamaban “festival Bellow”, fue muy popular en la época y, debido al suceso de su libro los críticos de la época lo destacaron como el sucesor de William Faulkner y Ernest Hemingway.
Aunque este no fue el único reconocimiento que recibió. En 1976 obtuvo el Premio Pulitzer por su libro El legado de Humboldt y en ese mismo año recibió el Premio Nobel de Literatura, que le fue otorgado por “la comprensión y análisis sutil que realiza de la sociedad contemporánea en sus trabajos”.
En un evento realizado en 2018 Lola Arrieta, escritora española, contó una anécdota sobre la novela Herzog. Supuestamente fue robada por unos maleantes que atracaron las oficinas de correos, en ese robo estaba el paquete de 50 hojas de Saul Bellow.
Después de unos días los atracadores fueron capturados y el dinero se salvó, pero “mi trabajo está reducido a trocitos”, contó Bellow a una amiga.
El 5 de abril del 2005 murió en su hogar a los 89 años. Walter Pozen, amigo y abogado del Premio Nobel, informó que su muerte ocurrió en su residencia de Brookline, Massachusetts.
SEGUIR LEYENDO: