Son muchos los hábitos que tienen las personas antes dormir: algunos encienden la televisión con la intención de que los arrulle, otros se colocan máscaras en los ojos, escuchan música relajante, meditan o incluso hacen ejercicio y muchos aprovechan esos últimos minutos de su jornada para sumergirse en su lectura favorita, a tal punto de que quedan atrapados por las historias y terminan desvelados.
Ante esta situación, muchas personas se preguntaran ¿es realmente buena idea leer en cama antes de dormir? En un ensayo, los investigadores Finucane, E., O’Brien y A., Treweek, S. tratan de responder a esta pregunta.
Esta investigación, titulada “El ensayo de lectura”, fue parte de “The People’s Trial” y “The Reading Trial”, una serie de iniciativas en línea “para apoyar y desarrollar la comprensión de las personas sobre los ensayos aleatorios, de una manera nueva y fácil de hacer, involucrándolos en el proceso de investigación de ensayos de principio a fin”. Se invitó a través de campañas publicas en redes sociales a las personas interesadas en participar en este trabajo de investigación .
En primer lugar se les propuso a los participantes que dieran ideas para las preguntas que el ensayo trataría de responder para finalmente resolver la inquietud elegida por el público: “¿Leer un libro en la cama hace una diferencia para dormir en comparación con no leer?”.
En la investigación se menciona que “estudios recientes sugieren que los problemas para dormir están aumentando, y una de cada cuatro personas informa que no duerme bien”.
Un tipo de problema que llegan a tener las personas es conciliar el sueño y no dormir, llamado comúnmente como insomnio. Esto hace que el cansancio y la irritabilidad sean parte de la vida diaria de las personas que sufren con este problema, y en algunos casos se relaciona con trastornos del estado de ánimo o incluso con la presión arterial alta.
Por esa razón este ensayo tenía como objetivo “averiguar si leer un libro en la cama antes de dormir marca una diferencia en la calidad del sueño, en comparación con no hacerlo”.
Para el experimento se les pidió que leyeran un libro en la cama antes de irse a dormir (el grupo de intervención) y a otros se les pidió que no leyeran (grupo de control).
Al grupo de intervención se les pidió leer un libro de 15 a 30 minutos en cama (antes de dormir) durante siete días, despertarse a la hora que normalmente se levanta, no ingerir cafeína una hora antes de leer y dormir en su propia casa. Mientras que al grupo de control se les pidió hacer lo mismo excepto no leer un libro.
Este proceso fue realizado en siete días y después midieron la calidad de sueño. Sin embargo, no todos terminaron el ensayo. Para diciembre del 2019 había un total de 991 personas interesadas en participar en “The Reading Trial”: 496 (50%) personas para el grupo de intervención y la otra mitad (495(50%)) en el grupo de control.
Aunque al final solo 127 (25.6%) de personas concluyeron el grupo de intervención y 90 (18.8%) concluyeron en las personas de grupo de control.
Al final, 774 participantes de 43 países elaboraron este proyecto: 369 (47,67%) personas en el grupo de intervención y 405 (52,33%) en el grupo control, permanecieron en “The Reading Trial hasta el final”.
De los que proporcionaron datos, “156/369 (42%) personas del grupo de intervención sintieron que su sueño mejoró, en comparación con 112/405 (28%) del grupo de control, una diferencia del 14%”.
Ante este resultado “The Reading Trial” concluyó que el sueño mejoró entre un 8 y un 22% más en personas del grupo de intervención en comparación con el grupo de control.
Cuando se observó la calidad del sueño al final de la prueba, “vimos que aquellos en el grupo de lectura tendían a tener una mejor calidad general del sueño y tenían menos trastornos del sueño. Aunque también se descubrió una leve somnolencia diurna en el grupo de lectura”.
Según el Instituto del Sueño, una entidad privada con sedes en Madrid, Santiago de Chile y Panamá, leer unos minutos antes de dormir reduce el estrés (una de las causas más frecuentes del insomnio), ejercita el cerebro, estimula la relajación y mejora la calidad del sueño, activando la memoria y los recuerdos; algo en lo que concuerdan múltiples especialistas, como los expertos de la cátedra del sueño de la Universidad de Granada, que insisten en los beneficios de la lectura nocturna, que, además de mejorar nuestra memoria o potenciar la creatividad, permite que nuestro cerebro se concentre en una sola actividad, reduciendo la carga de la dinámica diaria; recomiendan, incluso, leer libros electrónicos, siempre y cuando estos cuenten con “pantallas de tinta electrónica”, diseñadas para estimular el descanso.
Los problemas del sueño son comunes pues, una de cada cuatro personas informa que no duerme bien, y alrededor de un tercio de los adultos mayores de 50 años en los EEUU toman medicamentos para dormir, (MacLeod S., Musich S., Kraemer S. & Wicker E. (2018) Enfoques prácticos de intervención no farmacológica para problemas de sueño entre adultos mayores, Geriatr Nurs).
Si bien existen algunas formas para ayudar para dormir, que no son farmacológicas disponibles, como la terapia conductual cognitiva (CBT), pero pueden ser costosos.
Como resultado, “leer un libro en la cama antes de dormir, de la manera que se hizo en este ensayo, mejora la calidad del sueño en comparación con no hacerlo”.
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