A Howard Philips Lovecraft se le considera como uno de los mayores exponentes del género del terror del siglo XIX, pues aún en nuestra época se toma en cuenta su influencia para películas o series de televisión.
El autor de “El alquimista” y otros relatos tenía la cara alargada y mandíbula prominente, “extranjero en su tiempo, tal vez genio, quizá loco”, pero de algo que si se le considera y no muchos lo saben es sobre su pensamiento racista.
Como lo menciona en la edición de la editorial Longseller, “De la misma manera, fue calificado como antisemita, xenófobo y reaccionario, características que, de alguna manera, él mismo ha reconocido como propias y que, además, se desprende de sus escritos. Pero, con respecto a su ideología”.
En el mismo texto menciona que hay algunos hechos contradictorios, pues “el autor se declaraba antisemita, pero su mujer y muchos de quienes lo rodeaban y recibían muestras de su afecto y consideración eran judíos; de adulto”.
Y a pesar de que muchos de sus seguidores conocen esta personalidad del autor, algunos de los que lo conocieron y de los datos que se escriben sobre él mencionan que mostró un grado de sensibilidad, es incomprensible que no haya dado muestra “de la vida, dolor y dignidad de sus semejantes al expresar sus ideas”.
En un pasaje de su niñez se menciona que Lovecraft cazó una ardilla y al final lo mato, haciendo que el niño tuviera remordimientos durante mucho tiempo, pues no lo dejaban de acosarlo. Además, en algunas descripciones hacia el autor se lee que sus amigos lo describían como leal, gentil y amable.
“Artista singular o enfermo mental”, aunque no se tenga idea de lo que realmente le pasaba a Lovecraft, algo de lo que si se conoce es que fue un escritor de la cual su obra dio un giro Copernicano a la literatura de terror y que optó por el género de lo sobrenatural “para satisfacer un deseo que lo inquietaba”, es así como lo escribió en sus últimos ensayos titulados Collected Essays. (hippocampus Press: 2004).
“Elijo los cuentos sobrenaturales porque son los que mejor coinciden con mis indicaciones; uno de mis más fuertes y más persistentes deseos es lograr, momentáneamente, la ilusión de una suspensión extraña o violación de las irritantes limitaciones del tiempo, del espacio y de las leyes naturales que nos encarcelan para siempre y frustran nuestra curiosidad acerca de los infinitos espacios cósmicos, más allá del radio de nuestra vista y análisis”.
El racismo de Lovecraft
El mismo Lovecraft decía que era racista, algo que en el siglo XIX en Estados Unidos no había ningún problema. Sin embargo, durante los años que ha habido una transición en los derechos humanos, Amnistía internacional colocó el relato que habla sobre las personas afroamericanas, de la cual hace referencia al texto titulado “Sobre la creación de los negros”.
“Lovecraft se sentía anglófilo, leal a épocas anteriores a la Declaración de Independencia de su patria, rechazó el mundo moderno y se declaró ´un caballero victoriano´, proclive a la rigidez y el conservadurismo”.
En este texto hacen la pregunta “¿Debería restringirse la circulación de obras literarias con contenidos racistas u otros valores contrarios a los principios de los derechos humanos (homofobia, machismo, etc.)?”.
El original de este texto se encuentra en el repositorio Digital Marrón de la Biblioteca Brown.
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