Blas de Otero Muñoz fue un poeta social que luchó toda su vida en contra del franquismo, pero la curiosidad también se demostró en su fecha de nacimiento, pues nació un mes antes que había muerto en Nicaragua Rubén Darío, mientras que Juan Ramón Jiménez iba a lanzar su Diario de un poeta reciencasado, como si el destino no quisiera tener vacíos poéticos.
Si hablamos de sus familiares, vamos a poder ver que, en la guerra de 1914, muchos burgueses españoles tuvieron la oportunidad de realizar negocios sin problema, sobre todo en la industria de los metales. Así incrementó su fortuna en estos años el padre del poeta, aunque también sufrió las consecuencias de la depresión económica que acabó en 1929 con los sueños de los “felices veinte”.
En la página de la fundación del poeta mencionan que le duró diez años ser un niño rico. A los siete años ingresó en el colegio de Doña María de Maeztu, en cuya cálida enseñanza aprende las primeras letras, pero pronto es arrancado de ese refugio para empezar la preparatoria en un austero colegio de jesuitas (“yo no tengo la culpa de que el recuerdo sea tétrico”, escribirá más adelante).
Con los problemas de la guerra, el padre intentó recuperar su fortuna y decidió trasladarse con toda su familia a Madrid en 1927. Allí, Blas de Otero descubre “la libertad de las calles madrileñas, los amores infantiles y, siguiendo una vieja tradición familiar, recibirá lecciones de toreo en la Escuela Taurina de Las Ventas”.
Sin embargo, la muerte de su hermano mayor, en plena adolescencia, y dos años más tarde la del padre, determinó su futuro “iba a estudiar Letras, pero un hermano que murió a los dieciséis años había iniciado ya Derecho y mi familia me animó a ocupar su lugar”.
Después de regresar, nuevamente, a Bilbao, se dedica de lleno a estudiar derecho y años más tarde consigue el título de abogado. Sin embargo, tuvo que ocultar los problemas económicos en su círculo de amigos. Aunque la Guerra Civil lo sorprende, pues de incorpora a los batallones vascos que pelea contra el ejército de Franco.
A principios de los años cincuenta, intenta publicar un libro de título Pido la paz y la palabra, pero ante ello tropieza con la prohibición de la censura, y al momento de que ya le es permitido publicar estos poemas a la luz menciona la fundación que el autor ha tenido que sustituir algunas palabras por otras inofensivas para la dictadura: “dios, se transforma en ´sol´, ´falanges´ se convierte el ´alángeles´”.
Se le reconoce mucho su poesía y las temáticas que él escribió, pues en su obra poética habló de la etapa religiosa, existencial y social.
Blas de Otero Muñoz muere en Majadahonda el veintinueve de junio de 1979, pocos meses después de haber cumplido sesenta y tres años, los médicos determinan que fue una embolia pulmonar lo que lo mató.
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