Los cuentos y las novelas siempre tienen un final, no importa si es triste, de susto o abierto, pero en todos los libros se va a identificar que, cualquier género literario, contará con un punto final. Sin embargo, Sybil Wettasinghe logró tener más de mil finales alternativos.
Sybil Wettasinghe logró lo que nunca alguien había hecho, el 5 de marzo del 2020 obtuvo el mayor número de finales alternativos para un libro. Fueron más de 1,250 finales alternos, posicionando a la ilustradora y escritora, de libros infantiles, en los récord Guinness.
El libro lo realizó Sybil sin un final, a propósito de que los menores pudieran escribir la historia que ellos quisieran para la trama, aunque fue completado por 1.250 niños en todo Sri Lanka con sus versiones de la segunda mitad.
Los niños de Sri Lanka recibieron la coautoría para completar el libro con los finales que ellos escribieron al usar su propia creatividad e imaginación.
El periódico “Colombo Gazette” dijo que el libro “Wonder Crystal” fue lanzado con el principal objetivo de inspirar y animar a los niños a usar su creatividad y explorar su propio pensamiento e imaginación y así tratar de completar la historia.
“Wonder Crystal” es el único libro que fue escrito, principalmente, por el autor y al final por niños. Se presentó el 4 de marzo de 2020 en una ceremonia con un nutrido grupo de niños de diferentes partes del país que participaron en la culminación de la historia.
Se dice que el libro “Wonder Crystal” recibió alrededor de 20,000 finales alternativos, de los cuales 1,250 fueron finales alternativos completos. La autora es bastante famosa en el mundo literario y muchos de sus libros han sido traducidos a varios otros idiomas.
¿Quién es Sybil Wettasinghe?
La escritora de libros infantiles e ilustradora es considerada como la decana de la literatura infantil en Sri Lanka. Wettasinghe ha producido más de 200 libros infantiles y dos de sus obras más conocidas son “Child In Me” y “Eternally Yours”.
En sus inicios como reportera, en el periódico Janatha, Wettasinghe hizo su primer intento de escribir historias en una nota que tituló “Kuda Hora”, para la página infantil del periódico en 1952.
La historia se convirtió en un libro que obtuvo elogios de la crítica tanto a nivel local como internacional, que a partir de ahí Wettasinghe se dedicó a escribir e ilustrar y realizó más de 200 libros para niños a lo largo de su carrera.
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