Todos hemos dejado una lectura a medio terminar, quizás solo leímos unas páginas o, justo antes de terminarlo, la frustración o el capricho nos salieron al encuentro, llevándonos a descartar un libro. Lo cierto es que, a pesar de que muchos consideren “indispensable” un título, eso no impide que sea objeto del desinterés hasta de los lectores más consagrados.
Ángela Cruz, profesional en estudios literarios, magister en estudios culturales y estudios editoriales, doctoranda en literatura comparada y estudios culturales de la Universidad de Arkansas, en conversación con Infobae, afirma que los lectores son libres de abandonar los libros y que no “tienen que” terminarlos todos, algo muy característico del imaginario de la lectura como algo obligatorio o algo asumido como una tarea, muy propio de los niños en la edad de su acercamiento a la lectura.
“Creo que existe un primer filtro con la lectura y es el filtro emocional, a veces los libros no logran interpelar a un lector de esa manera o lo hacen de manera negativa vinculánandole con emociones que la persona no quiere experimentar, hay libros con los que el lector puede identificarse por algún dolor, una herida, una experiencia traumática y definitivamente no está en el ambiente para poder darles continuidad. También creo que cada quién se ve interpelado por diferentes tipos de historia, también por las velocidades de la narración, lo cual está bien, no a todos nos tiene que gustar la novela negra, descriptiva, que destaca los detalles, las colecciones de cuentos, los monólogos interiores con la versión psicológica de los personajes. A veces el lector, independientemente de su formación y de su aproximación a la literatura detecta cuando la escritura es perezosa o mediocre, siento que como lectores encontramos libros con los que simplemente sentimos una falta de respeto, porque se evidencia el descuido en la escritura, poco trabajo ni un esfuerzo significativo. "
Ya sea impulso o decisión, el hecho de abandonar un libro tampoco es un indicador de la calidad del texto, de hecho, grandes clásicos de la literatura han sido dejados de lados por millones alrededor del mundo, lo cual nos revela que todo podría tratarse más bien de un asunto de compatibilidad, como con las personas con las que socializamos o con quienes generamos vínculos emocionales.
Muestra de esto es el seguimiento que el investigador Gwern Branwen hizo en 2020 en su empeño por descubrir cuáles son los libros que más abandonan los lectores.según información de los usuarios de Goodreads, una de las mayores comunidades de lectores en la autopista de la información
El primer conteo de esta investigación está conformado por aquellos libros que cuentan mayor número de etiquetas de “abandonado” en la plataforma:
1) Una vacante imprevista, J.K. Rowling
2) Trampa 22, Joseph Heller
3) American Gods, Neil Gaiman
4) Juego de Tronos, George R.R. Martin
5) La ladrona de libros, Markus Zusak
Otro de los hallazgos de este estudio fue el listado basado en otros detalle como el autor, el año de publicación y los comentarios proporcionados por los usuarios de la comunidad:
1) Una vacante imprevista, J.K. Rowling
2) La química, Stephenie Meyer
3) La broma infinita, David Foster Wallace
4) El juego de los abalorios, Hermann Hesse
5) Theft by Finding: Diaries (1977–2002), David Sedaris
Según describe el blog lapiedradesisifo.com, el estudio revela varios puntos que definen las razones por las que se presenta el abandono de los textos
Polarización
Esto ocurre con los libros que incorporan un elemento de amor/odio, como puede ser la aparición de una sociedad proto-steampunk. Si nos gusta esta temática concreta, es posible que demos una oportunidad al libro; pero si nos disgusta de entrada, probablemente lo abandonemos.
Audiencia equivocada
Este caso se ejemplifica con el libro ‘Una vacante imprevista’ (2012) de J. K. Rowling. Los lectores de Harry Potter lo compran y tardan muy pocas páginas en descubrir que no se parece en nada al universo del joven mago.
Prestigio sobrevalorado
Lo que podríamos llamar hype o demasiado bombo. Muchas personas compran libros porque entran en la categoría de Bestsellers, para luego darse cuenta de que no son lo suyo.
Alta puntuación pero demasiado difícil
El analista presenta el ejemplo de ‘El Silmarillion’ (1977), el libro póstumo de J. R. R. Tolkien. Pese a sus buenas notas y reseñas, no deja de ser un libro de difícil lectura.
Al revisar estos listados podemos concluir que su libro preferido o con el que mayor “enganche” logró, seguramente puede ser la pesadilla de algún otro lector en el mundo. ¿Cuáles son los libros que usted ha abandonado?