El mayor robo de libros por parte de un individuo, medido por el valor combinado de los libros robados, se realizó entre los años de 1967 y 1978 y el protagonista fue un académico danés llamado Frede Møller-Kristensen.
Møller-Kristensen robó libros de la Biblioteca Real Danesa, donde laboraba como jefe bibliotecario del Departamento Oriental, pero nunca fue atrapado y continuó trabajando hasta su jubilación, en 2000, y en enero del 2003 murió de cáncer sin haber sido objeto de acusación formal alguna.
En septiembre de ese mismo año, uno de los libros perdidos de la Biblioteca Real se puso a la venta y los investigadores pudieron rastrear el artículo. El 5 de noviembre hicieron una redada en la casa de la familia del bibliotecario, donde vivían la viuda del bibliotecario, su hijo y la suegra de su hijo y recuperaron alrededor de 1,565 libros.
Al descubrir estos libros robados, se llegó a la conclusión de que la misma suerte había corrido otros 76 que se vendieron entre 1998 y 2003.
El valor combinado de estos libros se estimó en 206 millones de coronas (unos USD 36 millones) en un informe de la Biblioteca Real de Dinamarca publicado el 5 de enero de 2005.
Como no fue descubierto en vida, los crímenes de Møller-Kristensen siguen sin aclararse, pues sus colegas del trabajo testificaron que era un hombre tranquilo y muy bien informado.
Por su parte, la Biblioteca Real aseguró que hay aproximadamente 600 libros, catalogados de raros, que fueron sustraídos entre 1967 y 1978 y siguen sin aparecer.
No se sabe si Møller-Kristensen fue responsable de estos robos adicionales, pero si tiene algo que ver con la desaparición de estos libros, el valor total de lo robado se elevaría a 217 millones de coronas (USD 38 millones).
Cuando registraron la casa de Møller-Kristensen se reveló una importante colección de equipo de encuadernación y restauración, que se había utilizado para eliminar u ocultar las marcas de biblioteca, de muchos de los libros que se llevó.
Eso llevó a los investigadores a concluir que Møller-Kristensen robó con la intención de revender los libros, pero parece haber sido demasiado cauteloso para ofrecer a la venta más de uno de ellos durante su vida. Los libros antiguos robados son muy difíciles de vender, ya que la rareza que les da valor también los hace fáciles de identificar.
La familia Møller-Kristensen fue descubierto después de que su hijo y su nuera intentaran vender una copia de una novela italiana del siglo XVI cuyo nombre es “Propalladia”, no sabían que existía un ejemplar de este libro y que el original estaba en el Royal Biblioteca.
Cuando un especialista en libros raros de Christies, Londres, llamó a la Biblioteca Real para comprobar la procedencia del libro, la red se cerró rápidamente en torno a la familia Møller-Kristensen. En mayo de 2004, Eva Møller-Kristensen (la viuda del bibliotecario), Thomas Møller-Kristensen (su hijo) y Silke Albrecht (su nuera) fueron condenados a entre dos y tres años de prisión por intentar vender propiedad robada.
Años más tarde fue catalogado como el “Mayor robo de libros por parte de un individuo” en los Récords Guinness.
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