Juliette Binoche y una exquisita película francesa para disfrutar este fin de semana

La interacción de un famoso chef y su cocinera lleva al espectador a una experiencia donde la gastronomía se convierte en lenguaje del corazón

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Eugenie (Juliette Binoche), una apreciada cocinera trabaja desde hace más de veinte años para Dodin, un fino chef. Al pasar del tiempo su relación en la cocina se convierte en un vínculo amoroso que da lugar a deliciosos platillos que impresionan incluso a chefs de nivel mundial. (Crédito: Prime Video)

Desde sus primeras imágenes, El sabor de la vida sumerge a los espectadores en una experiencia multisensorial. Ambientada en la Francia de 1889, la película, dirigida por Trần Anh Hùng (El aroma de la Papaya verde), narra la relación entre Dodin Bouffant, un renombrado chef, y Eugénie, su cocinera que ha trabajado con él durante más de dos décadas. Esta relación laboral evoluciona en una historia de amor, expresada a través de deliciosos platillos que seducen tanto al paladar como al corazón. La película que tuvo su paso por cines ahora está disponible en el catálogo de Prime Video. El film a su vez se destaca por haber obtenido un alto nivel de aprobación con un 97% de críticas positivas en Rotten Tomatoes.

De qué se trata la película

Juliette Binoche interpreta a Eugénie y Benoît Magimel encarna a Dodin Bouffant (ambos han sido pareja hasta 2003 en la vida real). La trama, inspirada en el libro La Vie et la passion de Dodin-Bouffant, gourmet de Marcel Rouff, se centra en la dinámica entre estos personajes cuyo vínculo trasciende lo profesional. Dodin, conocido como “el Napoleón de la cocina”, busca convencer a Eugénie de comprometerse con él mediante la gastronomía, preparando para ella los más exquisitos manjares.

Hùng, recordado por su adaptación cinematográfica de Tokio Blues de Haruki Murakami, logra en El Sabor de la Vida una narrativa visual impresionante gracias a la fotografía de Jonathan Ricquebourg. La cinta nos presenta una Francia rural que parece extraída de pinturas de Caravaggio y Monet, transportando al espectador a un pasado donde cada plato es una obra de arte.

Dodin Bouffant, un chef renombrado, y Eugénie, su cocinera, protagonizan la cinta. (Crédito: Prime Video)
Dodin Bouffant, un chef renombrado, y Eugénie, su cocinera, protagonizan la cinta. (Crédito: Prime Video)

Un aspecto notable de la película es su elección estilística de no utilizar una banda sonora tradicional. En su lugar, los sonidos cotidianos de la cocina – el hervir de las ollas, el corte de los cuchillos, el trinar de los pájaros y el maullido de los gatos – se convierten en la música que acompaña la narrativa.

El sabor de la vida ha sido aclamada por la crítica y destacada en festivales internacionales, incluyendo el Festival de Cannes, los Premios Gotham, los Premios Lumières y el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Estas distinciones subrayan la maestría de Hùng en capturar la dedicación y el amor por la cocina que van más allá del simple acto de preparar alimentos.

La película se desarrolla en la Francia de 1889 y presenta una narrativa multisensorial. (Crédito: Prime Video)
La película se desarrolla en la Francia de 1889 y presenta una narrativa multisensorial. (Crédito: Prime Video)

La experiencia cinematográfica que ofrece El sabor de la vida se caracteriza por sus diálogos poéticos y filosóficos, dejando a la audiencia con una visión renovada del significado de cocinar. La película insiste en que cocinar va más allá de una mera actividad culinaria; es un acto de amor, ya sea por la comida o por quien la degustará.

En resumen, El sabor de la vida es más que una mera película gastronómica; es una oda al arte de la cocina y al amor que puede surgir en el ambiente íntimo y creativo de una cocina. Trần Anh Hùng presenta una obra donde los sabores y aromas se combinan con las emociones, ofreciendo una experiencia única que conmueve y deleita a la vez.

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