La nueva producción cinematográfica que acaba de sumar al catálogo Netflix se llama Cuatro días más (Four good days) y está protagonizada por Mila Kunis en el papel de Molly y Glenn Close interpretando a su madre Deb. El film sumerge al espectador en un dramático viaje de cuatro días críticos en los que intentan superar juntas la adicción a la heroína que ha consumido una década de la vida de Molly. Este periodo se convierte en una última oportunidad para que Molly se libere del consumo de sustancias, gracias a una medicina que promete un nuevo comienzo si logra permanecer limpia. La trama, inspirada en una historia real, evidencia los desafíos y el sufrimiento que la adicción imprime en millones de personas en Estados Unidos, marcando una era dominada por este flagelo.
La película, bajo la dirección de Rodrigo García, se destaca por ofrecer interpretaciones “tan magníficas como contenidas” de sus protagonistas, según críticos. La dinámica entre madre e hija se pone a prueba en un contexto donde la esperanza y la codependencia delinean el grueso de la narrativa, dejando al descubierto las complicaciones y el dolor inherente al proceso de desintoxicación. El reencuentro de Deb y Molly marca el inicio de una contienda contra la adicción, en la que Deb se enfrenta nuevamente a los fantasmas del pasado de su hija: las recaídas, mentiras y manipulaciones.
La resistencia inicial de Deb ante la petición de ayuda de Molly refleja un aprendizaje duro e impregnado de desengaño: “ante estas situaciones debe responder con mano dura y confiar en la fe”, expresión de una lucha interna entre el deseo de apoyar a su hija y el temor a alimentar el ciclo de la adicción. Sin embargo, los esfuerzos de Molly por demostrar su compromiso con la desintoxicación ablandan el escepticismo de su madre, tejiendo un hilo de esperanza en medio del caos.
“Quizá esta vez va a ser diferente… o quizá es que Deb no quiere darse por vencida”, se plantea en el desarrollo de la trama, señalándose así el dilema central de la película. Este enfrentamiento no solo es contra la adicción de Molly, sino también contra el escepticismo y las heridas que el pasado ha dejado en ambas. El soporte fundamental en este proceso radica en el amor incondicional y la fe que Deb decide depositar una vez más en su hija, a pesar de las dudas y el temor a una nueva decepción.
El argumento de Cuatro días más constituye una exploración profunda no solo de la adicción como crisis sanitaria, sino también del vínculo familiar y el poder de resiliencia ante las adversidades. Esta película promete llevar al espectador a través de una montaña rusa emocional, donde se entrelazan el dolor, la esperanza y la complejidad de las relaciones humanas en el marco de la lucha contra las drogas.
“Inspirada en una historia real, Cuatro días más es una montaña rusa emocional en la que la esperanza y la codependencia se dan la mano”, resume la esencia de lo que García y su equipo han querido transmitir a través de esta obra. Con una narrativa que promete no dejar indiferente, esta película se perfila como una contribución significativa al cine y al diálogo sobre la adicción, la familia y la superación.
La habilidad de García para navegar los matices de la empatía y el sufrimiento humano, junto a las entregas actorales de Close y Kunis, hacen de Cuatro días más una experiencia cinematográfica imperdible, que además arroja luz sobre un problema de salud pública urgente y extenso. La película aspira a generar conciencia y empatía hacia aquellos que luchan diariamente contra las adicciones y sus repercusiones en el tejido social.