Los universos de ciencia ficción están viviendo un gran momento en la televisión, ya lo vienen demostrando series como Fundación, Para toda la humanidad y algunos títulos de Star Wars. Lograr el mismo efecto en el cine resulta más complicado y ya lo demostró esta última con su catastrófica trilogía moderna de La guerra de las galaxias que no sirvió para conectar con nuevas audiencias, ni para apelar a la nostalgia. Al menos una vez cada década debe nacer una esperanza entre tantos intentos fallidos por retratar historias complejas sobre tecnología, futurismo y acción; y ese es el caso de Dune tras lanzar su tan esperada secuela este año.
Si había alguien ideal para capitanear la franquicia ya versionada para live-action en los 80 y los 2000, ese era Denis Villeneuve. El director canadiense estrenó en 2016 el aclamado film La llegada, basado en el libro La historia de tu vida de Ted Chiang. Y continuó probando las infinitas posibilidades del sci-fi en Blade Runner 2049, una secuela del clásico de Ridley Scott. Es un storyteller moderno, pero que, a su vez, es un defensor de la esencia más purista del cine: la imagen por encima de todo. Apenas hace unos días, arremetió contra el formato televisivo, alegando que las series están corrompiendo la pantalla grande. “El diálogo es para el teatro y la televisión”, dijo a The Times. “Odio el diálogo, no recuerdo las películas por una buena frase, sino por una imagen fuerte”.
Duna: parte dos (Dune: Part Two) es la continuación de una película de la pandemia, pues el título inicial tuvo su lanzamiento a finales de 2020 y fue singular para entonces. Llegó a salas y streaming de forma simultánea, una decisión de Warner que incomodó a Villeneuve y desencadenó una batalla legal hasta que por fin tuvo una proyección exclusiva solo para cines. Como si fuera poco, la secuela enfrentó otra situación crítica para la industria de Hollywood, la huelga de SAG-AFTRA, cuyo impacto fue notorio en 2023 por los retrasos de estrenos y la ausencia de actores en todo tipo de promoción debido a las manifestaciones en las calles por mejoras laborales.
Contra todos esos traspiés, la segunda parte solidifica la saga como la mejor en el género de ciencia ficción en la actualidad. Timothée Chalamet, uno de los mejores artistas de su generación, da vida a Paul Atreides en un típico relato del viaje del héroe; aunque con elementos externos —como la religión y la política— que convierten su recorrido en una evolución más profunda como un mesías. O la simple idea de un salvador insertada en individuos muy necesitados. A diferencia del capítulo uno, este funciona de manera más dinámica y ágil, en este punto ya se abandonaron todas las introducciones y todo tiene que seguir una estructura para encontrar el punto más álgido.
La epopeya de ciencia ficción más grande
En las casi tres horas de Dune 2 no sobra ni un solo minuto y se reconoce el enorme esfuerzo de su director para comprimir el vasto universo de Frank Herbert sin descuidar ninguna subtrama. El elenco escogido por la producción también pone la balanza a su favor. Zendaya hace de Chani no solo una acompañante ideal para Paul, sino que brinda una perspectiva contradictoria dentro de los Fremen hacia la influencia religiosa que es cada vez más fuerte. Rebecca Ferguson, Javier Bardem, Dave Bautista, Josh Brolin, Florence Pugh, Christopher Walken y Léa Seydoux complementan la trayectoria del protagonista de manera excepcional. Y quien merece una mención especial dentro de todos es Austin Butler (Elvis) y su brutal interpretación como Feyd-Rautha Harkonnen.
Los Harkonnen son los enemigos acérrimos de los Atreides, ya que fueron los que se encargaron de exterminar casi por completo a este linaje de guerreros en complot con el emperador Shaddam IV (Walken), de la Casa Corrino. El propósito del largometraje es llevarnos a esa marca culminante del encuentro entre Paul, como nuevo líder de los Fremen en el desértico planeta Arrakis, y los Harkonnen. En principio, el joven se niega a su posición como el elegido (o eso quiere hacer parecer), pero la profecía está escrita. La entrega de Chalamet con el papel se palpa en cada escena de su personaje, y no le cuesta mucho diferenciarse de sus predecesores Alec Newman (Dune, 2000) y Kyle MacLachlan (Duna, 1984). Otro de los puntos positivos es la grandiosa dinámica con Zendaya, después de todo son los dos rostros más importantes entre las estrellas jóvenes en Hollywood. Aquí demuestran por qué son tan dignos de elogios.
“Dune 2” debe verse en cines
Denis Villeneuve prueba una vez más que su adaptación está hecha para disfrutarse en la gran pantalla y, si es posible, en una sala IMAX. Su dirección en Dune hace eco de sus últimas declaraciones, pues la composición cinematográfica transmite las sensaciones tan contrariadas que se exponen a lo largo de la historia: que el film prácticamente inicie y acabe con un primer plano de dos personajes distintos no es pura casualidad. No es nada sencillo hacer magia en un desierto durante la mayoría del metraje, por esa razón esta vez se apoya en tonos más intensos para escenificar las horas de alto calor en Arrakis y convierte a las batallas en un completo disfrute sonoro, además de visual.
Duna: parte dos llegó a la cartelera de América Latina este 29 de febrero de 2024.