En 1933, Alemania marcaba el inicio de una de las épocas más oscuras de la historia moderna con el ascenso al poder de Adolf Hitler, un período recordado por la persecución sistemática hacia la comunidad judía. Entre las grandes mentes que se vieron forzadas a huir de la creciente ola de odio encontramos a Albert Einstein, el físico más renombrado de su tiempo. La elección de Einstein de abandonar su país natal no fue sencilla, pero indispensable para salvaguardar su vida. Su destino fue una cabaña apartada en los campos de Norfolk, Inglaterra, y allí comenzó su camino que cambiaría para siempre el mundo.
“Como pacifista, quedarme en Alemania era algo imposible. No soy solo un pacifista, soy un pacifista militante. Estoy dispuesto a luchar por la paz”, cuenta el científico en el documental Einstein y la bomba (Einstein and the Bomb), una producción de BBC Studios que narra esta etapa crucial en su vida y los pensamientos que lo invadían durante un contexto político muy crítico en Europa. Se trata de “una mirada exclusiva al Einstein menos conocido” al utilizar únicamente palabras extraídas de discursos, cartas y entrevistas del propio Albert. El estreno del título en Netflix permite complementar la historia contada en el aclamado film Oppenheimer, de Christopher Nolan.
Este enfoque único permite entender de manera profunda no solo las circunstancias que llevaron a Einstein a abandonar Alemania, sino también su compleja relación con temas que dominaron el siglo XX, como el pacifismo, la agresión y la invención más controvertida a la que su ciencia dio pie: la bomba atómica. El docudrama recurre a una fusión de escenas dramatizadas junto con imágenes de archivo para contar eventos clave en la vida de Einstein durante ambas guerras mundiales.
“Exploramos el dilema entre el pacifismo y la agresión a través de los ojos de Einstein”, subraya la dirección de la película de poco más de una hora. Su propósito, más allá de entretener al público de este tipo de contenido, es educar e inspirar a una reflexión más profunda sobre las repercusiones éticas y morales del avance científico. Además de enfocarse en conocidos momentos históricos, el docudrama arroja luz sobre aspectos menos explorados de la vida de Einstein, como su temporada en Norfolk, ofreciendo así una narrativa más rica y matizada. “La dualidad de un hombre dividido entre sus convicciones y la realidad de su tiempo”.
¿Qué dice la teoría de la relatividad?
“Solo los hombres libres crean las invenciones y obras intelectuales que le dan valor a la vida. Teníamos este enorme mundo que se nos presentaba como un gran acertijo eterno. Me convencí de que la naturaleza podía entenderse como una estructura matemática relativamente sencilla”, son las palabras de Albert Einstein que definen su curiosidad por ir más allá del saber humano. “Se desató una tormenta en mi mente”.
Para el físico, la solución se relacionaba con el concepto del tiempo como se conocía hasta esa época y así cayó en la conclusión de que el tiempo “no puede definirse en términos absolutos”. El tiempo es relativo, se estira y se encoge: una hora para nosotros en la Tierra puede significar un siglo en otro planeta del universo. La idea de un pasado, presente y futuro es una ilusión; pero Einstein agregó en su teoría de la relatividad que no hay una diferencia entre masa y energía. ¿Cómo se define su planteamiento? La energía es igual que la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz (E=MC2). Es decir, una pequeña cantidad de masa puede convertirse en una gran cantidad de energía.
Fue un revolucionario de la ciencia en el siglo XX, pues se atrevió a desafiar las teorías de Isaac Newton. Sin embargo, de acuerdo a la propia descripción que se le da en Einstein y la bomba, era un hombre bastante modesto respecto a sus descubrimientos. En su relación con la prensa, él fue consultado múltiples veces sobre sus estudios científicos y ocupó titulares en los medios de prensa más importantes del Reino Unido. Se convirtió en una especie de autoridad en el tema, algo que no disfrutaba del todo.
El papel que jugó Albert Einstein en la creación de la bomba atómica
Albert Einstein tuvo un papel crucial en el desarrollo de la bomba atómica, aunque su involucración contrasta fuertemente con su postura pacifista. Tras huir de Alemania debido a la persecución nazi, encontró refugio en los Estados Unidos. Allá, fue convencido por el físico Leo Szilard para redactar una carta dirigida al presidente Franklin D. Roosevelt, alertando sobre el potencial armamentístico de la ecuación E=MC2 y la posibilidad de que Alemania desarrollara primero una bomba atómica.
La misiva, conocida como la carta Einstein-Szilard, fue crucial para impulsar a Roosevelt a tomar acción, desembocando en la creación del Proyecto Manhattan, dirigido por J. Robert Oppenheimer. A pesar de que Einstein nunca participó directamente en esta iniciativa militar —debido a las dudas del gobierno sobre su afiliación con organizaciones pacifistas y socialistas—su carta fue determinante para el desarrollo del proyecto.
Más adelante, consternado por las consecuencias del uso de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, se volvió un activo promotor del control de armas nucleares, formando parte de la Comisión de Emergencia de Científicos Atómicos. Además, en 1955 firmó un manifiesto destacando los peligros de las armas nucleares, pero con el paso del tiempo, su relación con la comunidad científica se fue distanciando. Einstein falleció en 1955 a los 76 años y dejó un legado científico monumental, aunque marcado por el pesar ante las implicaciones de su contribución indirecta a la creación de una devastadora arma nuclear.
“Este proyecto busca ofrecer una perspectiva íntima sobre el impacto de la guerra, el fascismo y el nacimiento de la era atómica en uno de los pensadores más destacados de la historia”, señala la producción de BBC Studios. La película documental Einstein y la bomba está disponible para ver en Netflix desde este 16 de febrero.