La polémica en X sobre la sexualidad de Alejandro Magno en la serie de Netflix: ¿qué dice la historia?

Alejandro Magno: la creación de un dios, la nueva docuserie de Netflix, ha suscitado una amplia discusión en torno a la representación de la sexualidad del histórico conquistador macedonio. Desde su estreno el pasado 31 de enero, la serie se destaca por su aproximación a la intimidad de Alejandro, especialmente por el foco que pone en su relación con Hefestión. Esto ha desencadenado reacciones en las redes sociales, donde algunos espectadores se sumaron a la guerra cultural y criticaron las escenas de besos y caricias entre ambos personajes. Por ejemplo, en X la cuenta End Wokeness acusó a la plataforma de “hacerlo gay en ocho minutos”. Pero, ¿qué dicen los historiadores que estudiaron a Alejandro sobre su vida?

La serie documental, dirigida por Tony Mitchell y con las actuaciones de Buck Braithwaite y Mido Hamada, ofrece una visión exhaustiva de Alejandro, abordando no solo sus logros militares y su ambición de conquista, sino también su humanidad y las complejidades de su vida personal.

La sexualidad del conquistador no es un tema nuevo. La discusión actual en torno a la docuserie refleja, por un lado, el interés continuo en la figura de Alejandro como uno de los más grandes estrategas militares y líderes de la antigüedad; y por otro, el debate sobre cómo su historia debe ser contada y representada, especialmente en lo que respecta a su vida personal.

En la producción de Netflix, el profesor Lloyd Llewellyn-Jones, de la Universidad de Cardiff, Gales, lo explica así: “Las relaciones homosexuales eran normales en el mundo griego. Los griegos no tenían una palabra para la homosexualidad. El concepto de ser gay no estaba en su vocabulario. Simplemente eran sexuales”. La investigación sugiere que entender la relación entre Alejandro y Hefestión requiere considerar cultura social del momento y la percepción de la sexualidad en su contexto, la Antigua Grecia.

La evidencia sugiere una dinámica multifacética con los hombres que lo acompañaron en su vida. “Hefestión no era solo un querido compañero, sino tal vez el amor de su vida”, señala Salima Ikram, de The American University (Cairo). “Tolomeo fue un confidente cercano de Alejandro. En esa época, Alejandro tenía un grupo en la corte real. Y sus amigos eran Hefesión y Tolomeo. Ambos estuvieron a su lado como sus leales compañeros de su campaña”, agrega la doctora Jennifer Finn, de la Universidad de Loyola.

De hecho, más allá de la pantalla, National Geographic resalta la relación entre Alejandro Magno y Hefestión, evidenciando una conexión más allá de la amistad. Según las fuentes históricas citadas, como Diodoro de Sicilia, existe una clara indicación: “Alejandro amó a Hefestión más que a ningún otro de sus amigos”. Este comentario sugiere una profundidad en su relación. “El más querido de todos los compañeros de Alejandro”: así lo describió el historiador romano Quinto Curcio.

Cuentan los textos que para Alejandro Magno fue devastador perder a Hefesión. Tras la noticia de su muerte vivió embriagándose y desatendiendo las indicaciones de sus médicos, aunque ya se encontraba mal de salud. “Ocurrió en aquellos días que a Hefestión le dio calentura, y como a fuerza de joven y militar no quisiese sujetarse a la debida dieta, y además su médico Glauco se hubiese ido al teatro, se sentó a comer a la mesa, y habiéndose comido un pollo asado y bebiéndose un gran vaso de vino puesto a enfriar, se sintió mucho peor, y al cabo de poco tiempo murió”, narra Plutarco unos tres siglos después.

La vida y las relaciones de Alejandro fueron objeto de representación antes, por ejemplo en la película de 2004 dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Colin Farrell, que tuvo una recepción mixta por parte de la audiencia y la crítica. Esta nueva producción de Netflix, filmada en Marruecos, explora desde la unificación de las ciudades-estado griegas hasta las conquistas que expandieron el imperio macedonio, pasando por la instauración de una conexión cultural entre Occidente y Oriente a través de la fundación de más de 20 ciudades que llevan su nombre.

Alejandro Magno, nacido en Pela en julio de 356 a.C., fue rey de Macedonia desde 336 a.C. hasta su muerte en 323 a.C. en Babilonia. Hijo de Filipo II de Macedonia y Olimpia de Epiro, fue educado por Aristóteles, preparándolo para su futuro como líder. Tras la muerte de su padre, consolidó su poder eliminando a posibles rivales y rebeliones, para luego embarcarse en la conquista del Imperio aqueménida. En solo 13 años, expandió su imperio desde Grecia hasta el valle del Indo y Egipto, fundando más de 70 ciudades que difundieron la cultura griega en el conocido Período Helenístico.

A pesar de su breve vida, sus campañas militares y su habilidad para fusionar culturas le han consagrado como uno de los gobernantes más legendarios y estudiados de la historia. Su muerte sin un heredero claro provocó la división de su imperio entre sus generales, dando inicio a una era de guerras por la supremacía que transformaría el mundo antiguo.

Alejandro Magno: la creación de un dios está disponible en Netflix y cuenta con seis capítulos de aproximadamente 40 minutos cada uno.