Los detectives que perseguían a Griselda Blanco y ahora son esposos: quiénes son en la serie de Netflix

Si bien Griselda no ha sido el fenómeno que Narcos fue en su tiempo, la serie sobre la narcotraficante colombiana Griselda Blanco no ha pasado desapercibida. Desde una denuncia hacia su protagonista Sofía Vergara, hasta diferentes reseñas que la categorizan como una producción olvidable, el reciente título de Netflix ha dado de qué hablar. Sin embargo, son pocos los que conocen que entre toda la violencia que desprende la historia real surgió el amor entre dos detectives que seguían a la famosa delincuente asesinada en Medellín. ¿Qué pasó y cómo lo retrata la serie?

Los detectives June Hawkins (Juliana Aidén), de 73 años, nativa de Miami, y Alan Singleton (Carter MacIntyre), de 74, comenzaron su relación laboral en el buró de homicidios en 1979, pero solo empezaron a salir una década más tarde, después de que Hawkins se trasladara al departamento de inteligencia criminal de la División de Investigaciones Especiales y que ambos terminaran sus respectivos matrimonios, pues cuando empezaron a trabajar juntos en los 80 ambos tenían sus respectivas parejas matrimoniales.

Hawkins, una de las primeras oficiales de policía femeninas en Miami, así como una de las dos primeras oficiales hispanas, según la Asociación de Oficiales de Policía Hispanos, se crio en la misma ciudad en una familia con raíces cubanas y norteamericanas. Singleton, por su parte, era un exmarine que llegó al sureste de Florida desde una pequeña ciudad en Ohio, atraído por las oportunidades laborales. Ambos se unieron a la fuerza en el apogeo de los “Vaqueros de la cocaína”.

La vida después del retiro llevó a Hawkins y Singleton a alejarse de sus antiguos roles, con Singleton dedicándose al trabajo voluntario como bombero y Hawkins siendo consultada para la serie de Netflix. A pesar de las dificultades enfrentadas debido a las complicaciones financieras causadas por divorcios previos, optaron por oficializar su relación en 2004, movidos principalmente por cuestiones legales tras mudarse a Tennessee. La boda se celebró de manera improvisada en un tribunal local, marcando el inicio de su vida en común alejada de las sombras de su pasado en la fuerza policial.

La relación de Hawkins y Singleton reavivó cuando el difunto autor Richard Smitten, quien estaba escribiendo un libro sobre Blanco titulado The Godmother, acercó a Singleton para su proyecto, inspiración de la serie de la “N” roja. Singleton contactó a Hawkins para ver si estaba interesada en hablar con Smitten, lo que los llevó a reconectar. “Esas comidas y esas reuniones con Smitten se convirtieron en la forma en que reavivamos nuestra relación”, compartió Hawkins. La pareja vivió junta durante muchos años antes de decidirse a casarse en 2004, tras mudarse a Tennessee.

El embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras, se ha posicionado firmemente en contra de este tipo de producciones, destacando la rica historia de resiliencia y éxito que tiene Colombia y que, a su juicio, debería ser el foco de atención de la industria del entretenimiento. Este sentimiento ha sido eco en diferentes sectores de la sociedad colombiana, quienes abogan por cambiar el enfoque narrativo hacia historias más positivas y edificantes.

Sofía Vergara, ante estos comentarios, la protagonista de Griselda, reconoció la validez de las críticas aunque subrayando la fascinación que el tema del narcotráfico despierta a nivel global, lo que a su parecer justifica el interés del público y de los creadores en este tipo de historias. Andrés Parra, conocido por su papel de Pablo Escobar en Escobar: el patrón del mal, también intervino en el debate, señalando la hipocresía de criticar producciones sobre el narcotráfico mientras se ignora el profundo vínculo entre este y sectores de la política y la sociedad colombiana.