Fue secuestrada y torturada, pero nadie le creyó: así es la docuserie de Netflix sobre un violento caso

En 2015, un suceso sacudió en California, Estados Unidos, cuando Aaron Quinn denunció el secuestro de su pareja, Denise Huskins, tras ser drogados por dos intrusos en su hogar, estaban solicitando una fuerte suma a modo de rescate. Pero la pesadilla tan solo había iniciado cuando el joven recibió la insólita respuesta de la policía: dudaban de su versión de los hechos, y sin investigación previa, consideraron que era él el responsable de la desaparición. Este caso se retrata en Pesadilla de un secuestro en California (American Nightmare), la nueva docuserie que se incluyó en el catálogo de Netflix.

El documental se enfoca en cómo el escepticismo de las autoridades convirtió a las víctimas en sospechosos, en una narrativa que analiza las repercusiones de acusaciones falsas y cómo estas pueden desviar la atención del verdadero crimen. Con el precedente del caso aún fresco, y la comparación mediática del hecho con Perdida (Gone Girl), la película de David Fincher donde Ben Affleck interpreta a un esposo sospechoso tras la desaparición de su mujer, la producción explora las similitudes y las dolorosas diferencias entre la realidad y la ficción.

Las posteriores investigaciones realizadas en la ciudad de Vallejo, donde ocurrió el hecho, encontraron indicios de lucha y violencia en el hogar de Quinn y Huskins. Tras hallar mensajes que sugerían una infidelidad por parte del denunciante, pro lo que se intensificaron las sospechas contra él, y la teoría de que podía haberla lastimado o incluso asesinado parecía ganar fuerza, pese a la negativa constante del agraviado.

El caso se volcó en contra de la víctima principal cuando esta fue encontrada sana y salva cerca de la residencia de sus padres dos días después de la denuncia. Su aparente serenidad al narrar las torturas a los que fue sometida, que incluía dos episodios de violación, sembró aún más dudas sobre el caso, lo que condujo tanto a la comunidad como a la policía a cuestionar abiertamente la veracidad de toda la situación y exigir que la pareja se retractara y pidiese disculpas.

La serie suma a su documentación entrevistas, testimonios y expertos para retratar la lucha de la pareja por hacer que su versión fuese creída. Se critica el actuar de las autoridades, y resalta la problemática de la misoginia sistémica, en una reflexión crítica sobre la realidad social y la administración de la justicia; evitando en todo momento dar información como nombre e identidad del verdadero culpable.

“Pensábamos que estas historias de crímenes reales deberían tratar sobre las víctimas y sus experiencias, en lugar de fetichizar al perpetrador y convertirlo en un nombre conocido. Para ser honesta, preferiríamos que nadie recordara su nombre”, señaló la codirectora Bernadette Higgins, quien junto a Felicity Morris son los cineastas responsable del proyecto. “Intentamos no retener información [crucial] porque no puedes dejar al público sintiéndose frustrado. Seguro querrán saber quién está detrás de todo”, finalizó durante su entrevista con la revista GQ.

Según se lee en la sinopsis oficial: “Alguien entró a la casa de Aaron y secuestró a Denise, pero la Policía cree que la versión de los hechos que da la pareja es tan inverosímil que debe ser un engaño. ¿Por qué las víctimas parecen tan tranquilas? ¿Es todo un invento? Las cineastas que sorprendieron al mundo con El estafador de Tinder presentan una serie documental de tres partes que analiza el impacto de la tendencia cultural a emitir juicio apresuradamente y el daño que causa que las autoridades decidan que no es posible que la verdad sea cierta”.

Con tres episodios, Pesadilla de un secuestro en California ya está disponible en el catálogo de Netflix.