“Esto no es una aventura”: Nando Parrado y cómo el miedo ayudó a sobrevivir a “La sociedad de la nieve”

Puede que la película tenga una duración un poco mayor a dos horas, pero hay mucho que contar detrás de La sociedad de la nieve. El director J. A. Bayona lleva meses compartiendo en sus redes sociales detalles inéditos sobre este largometraje que retrata la conmovedora tragedia de los Andes y el desafío que enfrentaron los supervivientes —y fallecidos— del vuelo 571 ante la inclemencia de la naturaleza a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar. En el proyecto, destaca el testimonio de Nando Parrado, quien a sus 23 años protagonizó junto a Roberto Canessa una heroica búsqueda de auxilio a través del área nevada. Recientemente, Netflix compartió una conversación que mantuvo con Agustín Pardella, actor que lo interpreta en el filme, para desentrañar los angustiantes 72 días que pasaron en la intemperie.

“Yo quería vomitar del miedo”, confesó el ahora empresario, para quien sobrevivir tras el accidente aéreo fue una realidad marcada por el temor. La historia se centra en los 16 hombres que libraron una batalla incansable contra la sed, el hambre y el frío extremo, teniendo que recurrir a la antropofagia [canibalismo] para mantenerse con vida. Parrado, que tuvo que asumir la pérdida de su madre y su hermana en la aeronave, reflexiona sobre su vivencia: “Cuando uno pasa las puertas invisibles de la muerte ya nada importa”.

La entrevista revela el profundo impacto del evento y cómo afrontó el trauma derivado de la experiencia. “Muchas veces la gente no se da cuenta de lo difícil que fue la situación, esto no es una aventura”, afirmó. “Cuando uno se enfrenta a la muerte, le escupes en la cara y sales de ahí, no es una aventura”. Sus palabras ponen de manifiesto la tensión entre la valoración heroica posterior que recibió por parte de la sociedad y la realidad que solo él conoce.

El uruguayo cumplió 23 años durante la tragedia, enfrentándose no solo a la supervivencia física sino también al dolor emocional. Durante el accidente, perdió a su madre en el acto y posteriormente a su hermana, tras quedar gravemente herida; tragedias de las que no fue consciente hasta despertar de un coma de tres días.

Su odisea continúa al volver en sí, solo para enfrentarse al signo del mapache, consecuencia visible de su traumatismo craneal. Su lucha alcanzó un punto crítico cuando, junto a Canessa y movido por el recuerdo de su padre, emprendió la peligrosa caminata en busca de ayuda, crucial para el rescate de los que aún permanecían con vida.

Con 70 años, ha tenido tiempo para reflexionar sobre los acontecimientos, optando por mantener una perspectiva positiva sobre su historia: “Hay gente que me pregunta: ‘¿Te subirías a ese avión de vuelta’? Sí me subiría. Sufrí muchas pérdidas, pero también fui bendecido a lo largo de la vida con muchos consuelos”, dijo, en alusión al hogar que construyó, conformado por una esposa y dos hijas. “No tendría la familia que tengo hoy si eso no habría pasado. No quise destruir la segunda parte de mi única vida”, finalizó.

Según la sinopsis oficial: “En 1972, el avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba a un equipo de rugby en un vuelo chárter hacia Chile se estrelló contra un glaciar en el corazón de los Andes. Solo 29 de los 45 pasajeros sobrevivieron al impacto y, en uno de los entornos más hostiles del mundo, se vieron forzados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida”.

La sociedad de la nieve está disponible en Netflix y todavía se exhibe en paralelo en algunas salas de cine. Su impacto global en la audiencia es notable y su relato ha llegado a ocupar lo más visto en 88 países. Este interés también ha sido impulsado por la posibilidad de la película de ser considerada en los Premios Oscar 2024. Pero más allá de su éxito cinematográfico, la historia personal detrás del filme sigue resonando con fuerza: la lucha, la pérdida, y la esperanza de los individuos que enfrentaron lo impensable.