El molino secreto (The Mill) recuerda en su inicio a películas como Oldboy (2003) y El juego del miedo (Saw, 2004). Un hombre aparece sin explicación alguna en un gran calabozo a cielo abierto, rodeado de altas paredes de cemento y en el centro del espacio un molino. Pronto descubrirá el motivo de dicho molino, mientras intenta al mismo tiempo aprender a sobrevivir mientras trata de imaginar cómo escapar de la prisión en la que se encuentra.
Joe (Lil Rel Howery) es un hombre de negocios del que iremos conociendo más con el devenir de las escenas. Una voz comenzará a hablarle y una cámara tomará casi todo lo que él haga en su cárcel, salvo un pequeño punto ciego. La información que recibe es que deberá cumplir con una cuota de vueltas del molino para seguir en la competencia. Pero no es solamente una cruel lucha por obtener beneficios en una empresa, sino una pelea por la supervivencia, porque hay varios calabozos (que no vemos) y todos compiten entre sí.
No alcanza con cumplir la cuota diaria, además hay que lograr no quedar último en cantidad de vueltas. Quien dé menos vueltas perderá mucho más que un puesto. La indefensión inicial del protagonista irá luego convirtiéndose en plan de supervivencia con el fin de vencer al sistema.
Enorme comienzo, lleno de ideas, con un actor omnipresente y único protagonista, El molino secreto (The Mill, Estados Unidos, 2023) es una propuesta que combina ciencia ficción y drama y busca atrapar al espectador. Su objetivo es fácil de lograr al comienzo y luego va superando diferentes obstáculos para seguir siendo interesante y entretenida.
Pero, por suerte, decide no dejar un final abierto, por lo cual debe tomar la decisión de cerrar la historia. Muchos espectadores se verán decepcionados con el cierre, pero es mucho más digno que no hacerse cargo de todo lo propuesto. El discurso de la película queda muy claro y la pregunta es evidente: ¿Hasta dónde serías capaz de llegar para conseguir el trabajo de tus sueños?